ROMANTICISMO INTERNAUTA

Tocan fechas en que los dineros trasvasan bolsillos, las tarjetas adelgazan de banda magnética y las cajas abren y cierran lengüetas como si fueran unos carruseles de feria.

En la cola de una empresa de envío de paquetería, una mujer entrega una caja conteniendo diversos regalos para cruzar los charcos existentes hasta su destino.  El territorio ultramarino cae lejos.  El precio del envío supera con creces el de los productos habidos en su interior.  Vuelta atrás.  No por el precio, sino porque el paquete no está perfectamente embalado.

Volverá otro día, sí.  Con otra caja, sin propaganda en el exterior y debidamente cerrada.  Su nieto esperará con ansias aquel regalo de reyes proveniente de nuestras islas lejanas.  Lo que nunca sabrá aquel nieto es que aquel envío les costó a sus abuelos mucho más que el coste de  los juguetes con los que se divierte cada instante.

            Y a eso se llama romanticismo.  La abuela en cuestión podría haber enviado un giro postal con la suma de ambos costes, y en destino haber comprado más cantidad de regalos, pero no.  No porque no sería lo mismo.  Como tampoco es lo mismo el envío de whatsapp para felicitar la Navidad.  La tradición manda la visita domiciliaria, y en su defecto, el envío de la tarjeta de felicitación, con sobre y por correo.

            Y el romanticismo tiene precio.  El del sobre, el de la foto impresa, el sello postal o el envío por mensajería.  Sin el romanticismo sería  como si en el “amigo invisible”, en el interior del envoltorio encontraras el dinero  para que uno eligiera a su antojo su obsequio preferido.
            Pero el  romanticismo no lo es todo.  También pierde fuelle y lo que aumenta el precio es el trasvase de este charco que cada vez nos separa de las otras tierras.  Si por intereses de algunos,  ahora somos más españoles que polacos, ahora, el acercarnos a las tierras peninsulares sigue estando por las nubes, aun viajando por mar.

            El viaje a la península aún es excusa para disfrutar en las Navidades, en Semana Santa y en verano.  Son viajes que no dañan la economía insular, aunque tampoco la engordan.  Y aquí el romanticismo vuelve a cargarse las economías domésticas. La fidelidad comercial se asemeja a la que uno mantenga con la entidad de su cuenta bancaria.  La disponibilidad de saldo, marca el paso.

Ya son menos quienes viajan en busca de compras impulsivas.  Internet, Online, son términos que abaratan costes y no digamos el del transporte de la mercancía.  Y es que el romanticismo se vuelve internauta.


            Bon Any!

PUBLICADO EL 26 DE DICIEMBRE DE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

SOLIDARIDAD PASIVA

Llegan tiempos en que la solidaridad te la venden  intrínseca en el entorno.   Y cuando no te la venden, te la cobran igualmente.  Uno ya no puede resistirse a ser solidario, como no puede resistirse a comprar una participación en el sorteo del Gordo de Navidad, y  mucho menos comprarse una pata de jamón en sustitución al pavo de antaño.   Y si es de cebo de campo, mejor que serrano.
Pero la solidaridad nos viene ya de algunas primaveras atrás.  Empezamos, unos siempre más que otros,  a ser solidarios cuando decidieron que entre todos, teníamos que salvar a los banqueros del país.  Y juntos, lo conseguimos.  Adelgazamos en el intento, volvimos al pollo e indultamos al cerdo, pero al final, la luz de la clarividencia iluminó el camino bien hecho.  Sobrevivimos con más esfuerzo, sacrificio y ligeros de bolsillo, pero entendimos que  el ciclo había que recorrerlo, los excesos depurarlos, y como no, los obstáculos superarlos.
En el receso, uno se plantea otro concepto de solidaridad.  La lluvia y el viento azotan tu mente y te acribillan con planes y atajos para tal fin.  Te acercas al supermercado y el tendero de turno te invita a comprar su producto para que alguien con menos posibilidades pueda celebrar la Navidad.   Te pide productos tan básicos como puedan ser el arroz, la harina, la pasta y la leche.  Y es que en verdad, son la leche, piensas.  ¿Por qué no colaboran vendiéndolo más barato? ¿Por qué no colaboran donando ellos mismos un porcentaje de los beneficios?
Y no acaba aquí la solidaridad, no.  Recibes un mensaje de los llamados de texto y te invitan a mandar mensajes, whatsapps, twitters y demás nomenclátores comunicativos modernos, bajo  promesa de un abono solidario.  Y vuelves a preguntarte por qué no invertirán de sus propios beneficios sin necesidad de incitar al consumo ajeno.
Y hay más aún.  La resolución 61 de NNUU  adoptó un porcentaje a la ayuda  al desarrollo para los países empobrecidos del sur.  Entre todos, pobres y ricos,  cubrimos esta ayuda sin posibilidad de desgravarla ni de ser ricos.  Tema aparte y seguido, situaríamos a estos catálogos de regalos que las entidades bancarias te ofrecen por las compras bajo el paraguas de la visa.  Siempre hay alguna casilla que marcar para destinar aquel regalo a alguna solidaridad, de las llamadas pasivas.
Y entre tanta solidaridad, también derrocharemos compasión para con alguna tonadillera e incluso princesa azul, envueltas en casos judiciales. 

Y es que a veces somos así, de activos.

PUBLICADO EL 18 DE DICIEMBRE DE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

LA NUEVA VIEJA CASTA

La semana viene completa.  Tan completa que uno no sabe hacia dónde apuntar las teclas del ordenador.  Al principio, dirigía hacia la dirigente de Podemos que presuntamente había cobrado parte de la facturación en negro.  ¿Cómo es posible que sabiendo que todas las lupas habidas y por haber los están examinando, tenga un presunto desliz tan descarado?  Poco les debe preocupar.  Enseguida el contraataque vino por sí solo.  
Tras la entrevista en Canal 24 horas del dirigente Iglesias, todos se olvidaron del cobro en B y como en Fuenteovejuna, blandieron las armas todos a una. 
Al unísono, los jueces decanos manifestaban que les faltaban medios para destapar más corrupción.  Y aquí uno discrepa.  Faltarán sobre todo periodistas para destapar la corrupción.  Faltarán medios materiales y personales, para juzgarlos y condenarlos, eso sí, pero no para destaparlos.  Y ganas.  Tantas como en las liberaciones de etarras, del que hablaba Sergio Martín.  Y TeleMadrid.
Y sobrará alocución política.  Sobrarán presuntas ganas, claro. Y faltarán intenciones de coger el animal por los embolados, de limpiar bajos de esteras y sobre todo de abrir puertas y ventanas para que el fresco airee el rancio que se ha incrustado en la cosa pública y en la parte contratante de los hermanos Marx.
En el punto de mira, ya no de mis teclas, sino del poder, está el juez Ruz.  Su comisión de servicio tiene fecha de caducidad sin haber terminado algunas de las causas que instruye.  Su futuro dependía de otros jueces.  Y de la siempre  presunta presión que sobre éstos ejercen los poderes políticos del país. Presiones que, presuntamente, influenciarían.  Y tras la instrucción, suya o del sustituto si lo hubiere, faltará el juicio. El acuerdo. Y la interpretación, otra vez. Y los recursos.  Y vaya uno a saber si no habrán prescrito ya las causas, o las doctrinas. 
Y quien también está en el punto de mira de la semana es el juez Castro quien tiene que decidir si imputa o deja a la ciudadana Cristina lejos del banquillo, a causa también de otra doctrina.   Y eso sólo será un punto y aparte.  Luego otros jueces, deberán decidir otras cuestiones, otros pactos, y a lo último, decidir  si se acogen a la pena de la mayor y se olvidan de las menores.  O las suman entre sí.  Y es que en según qué casos, dos y dos,  ni son tres ni son cuatro.

Y de casta, le viene al galgo el ser rabilargo, dice el refrán.  Y de  las doctrinas nos vienen las absoluciones.  Y eso, no lo arreglan ni caudillos ni profetas. 

PUBLICADO EL 11 DICIEMBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA. 

TASAS JUDICIALES

El controvertido paso de Ruiz Gallardón por el Ministerio de Justicia dejó dos nombres gravados en el pórtico de acceso.  Las tasas judiciales fue el primero de ellos. Y de momento, permanecen inalterables en aquella fachada y en sus presupuestos.  El segundo, abortó su carrera de ministro y lo mandó al retiro dorado que muchos desearíamos para nosotros mismos.
Las tasas, estos dineros que tiene que sacar uno del bolsillo  para que el engranaje de  la administración se ponga en funcionamiento, tuvo un mal parto.  Un parto que dejó al recién nacido con la duda de cuál había sido el motivo de su engendramiento.  Deseado o fruto de una noche loca bajo la luna llena de julio, se repartía el dilema de aquella realidad.    
Realidad que no era otra que la de frenar el abuso que se hacía del proceso recurrente de las sentencias y como no, del incipiente aumento de demandas judiciales.  De pronto, el ciudadano de a pie,  al que le sobra mucho mes al final del sueldo, se ve obligado a confiar  cada vez más en la fiscalía, y como no,  de creerse  de que en la sentencia donde su juez predeterminado le puso fallo, no falló.
No obstante, la realidad nos demuestra que a veces, muchas veces, decisiones mal tomadas como éstas, no hacen sino crear injusticia si aquel engranaje, aquel movimiento mecánico, no rueda a la perfección.  Y no por necesario, sino por tomar el camino menos apropiado.  La póliza de antaño se había hecho adulta. Y no por ello, polizón.
Y el camino podía haber sido otro.  Recaudando lo mismo, sí, pero que el peso de la recaudación recayera sobre el bolsillo del malvado infractor.
Estas mismas tasas podrían cobrarse en concepto de costas judiciales y abonarlas quien resultara responsable del acto denunciado en sí.  O a medias con el titular que falló con una interpretación no adecuada a derecho, en caso recurrente.
 Cuando un recurso se gana, podemos decir que se vence una injusticia.  Cuando un fallo judicial se recurre al órgano superior y se falla a favor del recurrente, vuelve a ganar la justicia.  Y no vale ampararse en la interpretación de un juez.  Ni en la de un fiscal.
Y para terminar por hoy, dos preguntas envenenadas. ¿Llegará el día en que cualquier interpretación judicial sea colegiada y unánime? ¿Por qué siempre le queda a uno el mal sabor de boca,  de que las interpretaciones judiciales favorecen más al delincuente que a la propia víctima? 
Y eso, que normalmente no solemos pleitear contra políticos televisivos ni banqueros opacos.

 Que si no….

PUBLICADO EL 4 DICIEMBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

ESTRATEGIAS

Según el diccionario, estratega es el instruido en dirigir  operaciones militares.  Pero el estratega de nuestros días vestirá  muy diverso traje. Será político,  banquero, alguien que vivirá aún en las reminiscencias nobiliario-eclesiásticas  y  porque no, algunos de estos inconformistas que se manifiestan contra todo lo que se mueva.  E incluso catalán, por supuesto.
Hace poco ha sido noticia el interés negativo que algunos bancos alemanes cobran a sus depositarios de fondos, bajo el pretexto del interés que a ellos se les ha impuesto a fin de que afloren los créditos.  Los bancos españoles hace tiempo que vienen cobrando comisiones.  Pero eso no es estrategia, sino que  rozaría la usura.
Pero si el banco es el motor de la economía, el político es el conductor, o al menos quien lleva el volante, aunque sea el banco quien le lleva los pedales. ¿O será al revés?  Lo cierto es que ser político no debe ser fácil.  No es suficiente ganar las elecciones cada cuatro años, sino que lo más difícil debe ser el mantenerse a flote con sus correligionarios.  El salir en la foto, vamos. Y no moverse.  O lo que es lo mismo,  tener contento a su jefe de filas.
Pero a quienes no somos ni políticos ni serviríamos para ello, nos quedan otras estrategias.  Una de ellas, será el de crear sociedades.  Con ellas se dan becas a hijos de pudientes y las declaraciones salen a devolver e incluso   algunos ministros son  más pobres que nosotros, al menos ante el fisco. Y eso es fácil que así sea, si todo se invierte en sociedades en que uno corta el bacalao. ¡Incluso desgravan el IVA!
Otra estrategia es la de hacerse uno asesor.  Si yo lo fuera, haría mis pinitos aconsejando a Rajoy en dos cuestiones:  Uno,  catalán por supuesto.  El otro, español sin duda.  En el tema catalán le aconsejaría que convenciera a los socialistas para que ambos no se presentaran a las elecciones catalanas.  De esta forma, todos estos votos nacionales más algunos catalanes irían a las papeletas de Duran i Lleida.  Y así, aseguramos una España unida.
En cuanto al tema español, le aconsejaría que disolviera cuanto antes las Cortes y convocara elecciones.  Como nadie estará preparado para la carrera,  podrá revalidar la marca.   De momento ya hay quien retrocede, y lo de la renta básica universal, nada de nada.
Y si los catalanes quieren el Senado, para lo que sirve, que se lo queden. Otra cosa será que el resto nos convirtamos en súbditos de la Generalitat.  O colonia de Cataluña.   

Que de eso, también se habla.

PUBLICADO EL 27 DE NOVIEMBRE DE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

UN 20 – N COMO HOY.

20 noviembre de 2002, un individuo entra en  un domicilio.  Su propietario, logra a empujones sacarlo del domicilio.  Interviene la policía y se cruzan acusaciones mutuas.  La fiscalía acusa al presunto, de  coacciones y a la víctima, de lesiones.  Tras el juicio, con presunta exigencia de acuerdo, al primero se le condena mientras que a la víctima  se le absuelve con la eximente de defensa propia.

En aquel caso concreto, la fiscalía presumiblemente  calificó el tipo basándose en las acusaciones particulares. Y poco más.  El resto se dejó para el día del juicio oral.  Doce años después, la cosa cambia.  O lo que han cambiado son los encausados, vaya usted a saber. 

Noviembre de 2014.  Un presidente autonómico, presuntamente, desoye las indicaciones lights del TC, y sus voluntarios admiradores celebran la consulta.  La fiscalía en este caso, no sabe no contesta.  O sí que sabe y contesta negativamente.   La pelota es devuelta a las acusaciones y al juzgado.

Otro caso notorio mantiene a la fiscalía en los medios de comunicación.  Un juez debe decidir si un miembro de la realeza, que no de la Familia, tiene que sentarse o no en el banquillo. El fiscal no ve indicios. Uno se queda con la sensación de que el juicio ya se ha celebrado, y ahora sólo falta escenificarlo.

¿Por qué no se actúa en todos los casos con el mismo patrón?, pensarán muchos de los tele-adictos a los culebrones judiciales.  Y es que ser famosos, ayuda.  Al menos en ocasiones.  A Isabel Pantoja, por ejemplo.  Al pequeño Nicolás, también.  Y no digamos a los amigos de la  pequeña ....   Pero lo de los viajes, es otra cosa.  Al menos, cuando quienes tienen que decir son los que deciden, el acuerdo está asegurado.  Y no hay mejor juicio que un buen acuerdo.

Ante un juicio, al culpable, por mal que le vaya, como máximo sólo será condenado a lo que marque la ley.  Y con suerte, a menos.  Y al inocente, tiene que irle muy bien  para que al menos su inocencia no le cueste dinero.  Tasas incluidas.

A quien lo de ser famoso no le ha ido tan bien  ha sido  a Jaume Matas.  Su casi estrenada libertad quedó truncada a los pocos días.  Y es que ahora, la “legítima finalidad de la pena es la confianza de los ciudadanos en cuanto a que en caso de infracción a la Ley, ésta va a ser aplicada”. 

Otro caso muy distinto deber ser el del  condenado a cuatro años, reincidente además, que  a los dos meses de su entrada en prisión,  sólo va  a dormir en ella. 

Será  falta de espacio.  O  argucia  del abogado.

O ambas.

PUBLICADO EL 20 NOVIEMBRE DE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

HOY COCINO YO

              Si la semana pasada era el CIS quien cocinaba encuestas, en ésta somos el resto quienes nos
 colocamos el birrete y cocinamos ya no encuestas, sino resultados. Como suele ocurrir tras cada 
resaca electoral, todos ganan.  Unos Mas, y otros también.
 
 Casi el noventa por ciento de catalanes piden la independencia en las urnas, salta el titular nacionalista.  No llegan a un tercio los catalanes inscritos en el censo que expresan su deseo de ser independientes.
Tampoco hay que desanimarse.  Aún hay tiempo para que el setenta por ciento de catalanes y asimilados que no participaron en la parodia, puedan hacerlo.  Hasta la última semana de noviembre los catalanes y asimilados podrán seguir ejerciendo su paseo por las urnas.  Eso sí, junto al voto viajarán también los datos del votante. 
No llegan ni a  dos millones los catalanes y asimilados que manifestaron querer   irse de España, ¡y eso incluyendo a menores de edad!  ¡Y quienes hayan podido votar en varias ocasiones! El resto, no sabe no contesta para unos.  No entran en el juego, para otros.
La presunta desobediencia de quienes dirigen una institución,  ha llevado a un tercio de la población  electoral a secundar un pulso a los jueces y a las demás instituciones del Estado. 
Y ahora, querrán sentarse a negociar. Y se sentarán.  Es otro claro ejemplo de que en política, todo vale.  Ni Mas se sentará en el banquillo, presuntamente, claro, ni el Estado les excluirá de beneficios fiscales.  Sino, todo lo contrario. 
En esta ocasión, hay un día después.  Como ya hubo días anteriores, con presuntos contactos secretos –y no precisamente de Paco Nicolás- e invitaciones de cómo eludir la actuación de la fiscalía.
De momento, Rajoy, cuestionado por propios y ajenos, muestra cautela.  Ni tanques ni intervención policial.  Si no se mojó el Tribunal Constitucional, porqué debería hacerlo él. La propaganda no jugaba a su favor, y el victimismo se delata por sí sólo.
Y ahora se abren más vías, y no precisamente de diálogo. Mas, está acorralado. Deberá convocar elecciones y perderá éstas en favor de Esquerra Republicana.  Pedro Sánchez jugará a la reforma constitucional e intentará constituir un estado federal.  Con suerte, Rajoy permanecerá inalterable, y esperará que sean las urnas de aquí a un año las que  le den o le quiten la razón.  Y que sean estas mismas urnas las que decidan la suerte de Cataluña y la de España.
Y siempre estamos a tiempo de votar  si queremos a Cataluña o la emancipamos.

De momento,  la cordura impera.

PUBLICADO EL 13 NOVIEMBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

TODOS A LA CÁRCEL

De momento,  las encuestas dicen lo suyo.  Los cocineros preparan, degustan y condimentan.  Falta tiempo aún para que los comensales se acerquen a las mesas, degluten y digieran.  Se dice que hay ganas de varapalo y escarnio. De cambio de escenario, de artistas y tramoyistas.  De teatro y de género.  De artículo y de verbo, también.
Y la culpa es de los unos y de los otros.  De la pasividad con que se ha permitido que unos y otros cabalgaran sobre la confianza de todos, y de la actividad con las que algunos unos y algunos otros se han paseado como si de Paco Nicolás se tratara.  Y tanta culpa tienen y han tenido los gobiernos como los sindicatos y como no, los empresarios y los banqueros, juristas y diputados, asesores y demás especímenes que han vivido a costa de las sacas del erario público, de las comisiones y de las leyes.   Porque sin unos, no hubiera habido los otros.
Sin empresarios corruptos no hubiera habido gobiernos corruptos.  Sin diputados corruptos no hubiera habido leyes corruptas.  Sin sinvergüenzas no hubiera habido saqueos de erario ni asesores vividores.
Tampoco hay que escuchar cantos de sirena ni esperar  llegada de libertador alguno.  Los caudillos ya  pasaron a mejor vida y ni los Reyes Magos ni Papá Noel están ya para estos trotes. 
Pero aun así, el paciente sigue vivo.  Al menos, su encefalograma no da plano. Y toca reanimarlo. Al menos intentarlo.  Y ello es responsabilidad del Gobierno actual y, como no, de la oposición de ahora, Gobierno de antaño.  Y su responsabilidad es devolver la vida al paciente, o lo que es lo mismo, la credibilidad para con el sistema.
Porque es el sistema quien peligra.  El Estado tal como lo conocemos. Y su defensa tiene que ser el mejor ataque.  Ni gracia ni graciable. Ni benevolencia ni atenuante.
Pero hay más.  Tanto es culpable el empresario, el banquero, el sindicalista  y el Gobierno por el presunto saqueo, como el trabajador por su vagancia y falto de profesionalidad,  el contribuyente defraudador y el jurista rebuscador en  lagunas legales. Todos se merecen el repudio, el escarnio público, la cárcel si precisa.
Y si faltan cárceles, construirlas si es necesario, creando puestos de trabajo y restando paro.
Sólo así, apartando de por vida a unos y a otros, el sistema revive.  El CIS ya ha dado la alarma.  El aviso  ha llegado al teleoperador y sólo falta activar la emergencia.  El protocolo, vamos. Y no el del Ébola, precisamente.  Que seguro que nos vuelven a matar al perro.

Y nos dejan los collares.

PUBLICADO EL 6 NOVIEMBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

UN CIRCO, CON ENANOS

El pequeño Nicolás  tiene nombre de película.  Si se hubiera escrito un mes antes, las referencias en cualquier  buscador  nos hubiera  re direccionado al YouTube o a cualquier otra página de descarga.  A día de hoy, el pequeño Nicolás nos dirige hacia las noticias del Google y a las páginas de los periódicos.
Y de pequeño nada. Veinte años deben ser suficientes para que uno sepa dónde está el bien y dónde está el mal.  O al menos, constitucionalmente hablando, depositando el voto, eligiendo y siendo elegido, gobernando y siendo gobernado. O salir en la foto  sin necesidad de difuminar la cara.
Y en esto último, el de aparecer en las fotos, el chaval es un crack. Y por activa. Con pose incluida. Presunta, claro.  Y ya no digamos en la recepción de los reyes. ¡Que chapuza de seguridad!  Se controla al invitado y no a su acompañante. Al menos, ésta es la versión que oficiosamente se ha dado, porque ahora nadie lo conoce.  Esta vez, si estaba, aunque no se le esperaba. 
De momento, el juzgado nos ha dejado sin el morbo que esperábamos compartir durante el desayuno.  El secreto de la instrucción  ha dado carpetazo a la información y rienda suelta a la elucubración.  Pero otros juzgados nos mantienen informados.  Sino de Paco Nicolás, de muchas otras causas.  De antiguas y de cada vez más de nuevas.
Si una cosa tiene futuro en España, es el periodismo.  Y últimamente más.  Corrupciones y Mas. Y Cataluña. Y el nuevo nueve ene. Todos ellos alimentan noticias, las crean, las mantienen, las crecen, las reproducen y … no las matan ni a la de tres.
Y en este circo en que se ha convertido nuestra España de siempre, nos han crecido los enanos más que los brotes verdes.  Hasta tal punto que uno ya no tiene referencia a donde guiar la mirada.  
Cospedal lo tiene muy claro cuando anuncia con bombo y platillo de que hay que defender que  no todos pueden ser iguales y que no se puede tratar a todo el mundo por igual.  Y no hablaba precisamente de  castas sociales, sino más bien de oligarquías y de corrupción, presuntos, claro.  Por suerte, la Constitución aún la contradice.

Y lo más triste ya no es que el corrupto no vaya a la cárcel, ni que la tonadillera tampoco.  Lo más triste es que en unos meses, alguien publicará un libro, alguien rodará una película, y alguien se hará tertuliano en un programa en cualquier canal de televisión.  Y no digamos si entra en un programa basura al estilo de Gran Hermano.  Este alguien, con mucha labia, mucho rostro, puede ser el pequeño Nicolás.

PUBLICADO EL 30 OCTUBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

SEGÚN EL ENVASE

Las aguas siguen revueltas, pero el cauce parece seguro.  Y no es que las paredes estén en buenas condiciones ni que los márgenes se hubieran limpiado.  Simplemente es que el agua, por alguna razón, sigue su curso y no desborda.  Es como si la sabiduría del rio se mantenga ajena de los noticiarios.  Algunos confesarán su vergüenza de ser español, otros arengarán con ello.  Uno, no se plantea la vergüenza de serlo, si acaso más bien, de que mantengamos aún a ciertos españoles. Al menos, en el estatus en el que viven.
Saltó la noticia de que Paco Nicolás presuntamente había estafado tal y cual, pero lo realmente noticia fue que el chaval llegó incluso a estar en el besamanos de los reyes. Y precisamente, no en estado presunto. Y en  fotografías junto a políticos. Y uno ya duda si estará en nómina  en algún consistorio o en algún gobierno autónomo. De asesor, claro. Que así es como empiezan algunos.  Otros, simplemente terminan.  Y es que el niño se las trae.  Y no digamos quienes le  han abierto las puertas. Y uno se asusta. ¿Habría figurado en alguna lista electoral en los próximos comicios?
Por lo que se ve, es fácil entrar en política. O al menos, para algunos.  Incluso mantenerse en ella.  Y otra cosa que me asusta es el poder en primera persona del plural. No por el derecho a presentarse a unos comicios –cosa totalmente lícito, normal y democrático-  sino por el talante que se empieza a destapar.   Y es que a la primera de cambio, por necesidades tácticas, claro, aquel órgano colegiado prepara su transformación en unipersonal.
De cinco, cuatro ya disienten. Dirán que para ganar.  Y para ello, deberán jugar con las mismas armas, con los mismos atributos, dentro del sistema, con organigrama y estructura y representación de partido.
Y me asusta.  Me asustan ya no las bases, heterogéneas en su inicio, sino el uso que el líder pueda hacer de este renuncio, de esta entrega de poder individual a un órgano unipersonal.
Y del susto a la sorpresa. Un Piqué que se enfada a lo Esperanza Aguirre y pide disculpas a lo Juan Carlos. Un hijo de Suarez que en su día maniobró para arrebatar el título a una sobrina. Unos eurodiputados que cobran más que los ministros y además con unas dietas diarias  de salario mínimo mensual.
Y a pesar de todo, el río mantiene su curso.  Ordenado, tranquilo, al más puro estilo gallego.  No sabe no contesta.  Sedimenta, arrastra y erosiona el terreno, pero el agua, sigue pura y cristalina.
Y sin sabor.  Ni olor.

Y del color, según sea el envase.

PUBLICADO EL 23 OCTUBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

CUATRO BARRAS Y MAS

Falta  menos de un mes y parece que el puzle permanecerá entero.  Al menos por ahora.  Otra cosa es lo que nos costará mantenerlo.  Su coste económico nos arruinará un poco más, y tendremos que volvernos a destapar la calva  ante la jugada catalana.  Y luego vendrán los vascos, los gallegos.., y quién sabe si incluso los andaluces se pondrán en fila para cobrar algunas peonadas.
La duda se mantiene en cuanto a si Mas se jugará  su silla –y sueldo- en las urnas o no.
Y habrá quienes seguirán a la sombra de todo esto.  Unos, seremos nosotros, los baleares.  Los aragoneses y valencianos, otros.  Y no digamos los del resto de la península.  Pero de entre todos, me sorprenden los maños.  Me sorprende que entre tanta lección de historia, de barras, estrellas, señeras y demás, no salgan a la palestra y digan la suya.  La nuestra, vamos. La verdad histórica,  tan difícil y tan manipulable.
Hasta ahora, esta mayoría silenciosa que se llama España, ha permanecido en silencio ante tanto ataque histórico y cultural.  Y entre ellos, los baleares, los valencianos y sobre todo los aragoneses.  Nadie explica al público la verdad de las cuatro barras aragonesas. Parece como si lo único que importa es la lengua con la que uno habla y escucha, aunque muchas veces, hablemos de más y escuchemos de menos.
Y la manipulación continúa.  Tras el varapalo judicial al TIL, padres y profesores se felicitan.  Los primeros por el tema del inglés. Los segundos por el catalán y por las formas. Y ganan los segundos, por cuando la falta –por activa o por pasiva- de la consulta sobre el tema del catalán a la UIB, ha suspendido el tratamiento.
Y sin tratamiento, el enfermo  no mejora.  Una organización que se dice balear lamenta la no recepción del canal 3/24 y propone que los Consells insulares cedan sus  frecuencias para continuar recibiendo dicha emisora televisiva -y en un futuro el resto de  catalanas-. Y uno se pregunta, si en su momento debieron también protestar cuando nos privaron de ver los canales de la televisión valenciana y el canal 9. Pero claro, eran valencianas.
Y los valencianos siempre fueron menos –o nada- catalanes que algunos menorquines y demás. Sea por aquello de la vecindad, por la no dependencia en el transporte, por la peculiaridad del idioma, por tenerlos mejor puestos, o simplemente porque han tenido unos gobernantes que saben lucir mejor el traje, lo cierto es que ellos son más independientes que nosotros.
O menos dependientes. 

O más valencianos, que ya es mucho. 

PUBLICADO EL 16 OCTUBRE 2014 EN EL DIARIO MENORCA. 

DE OTRA GENERACIÓN

Debo confesar que no entiendo de política, o al menos, no la comprendo tal como está diseñada en España. Está claro también que ello no me impide practicar el sano deporte de opinar y sobretodo, el de pensar.
Soy de una generación que aún hizo la mili y que se recreaba con películas sobre el asedio del Alcázar.  Y como no, soy también de aquella en que a regañadientes admitíamos  la  sumisión pactada con  el poder, como algo inherente a nosotros mismos. 
La mili se terminó y los historiadores han demostrado la inexactitud de la leyenda del Gran Capitán del Alcázar.  Y la sumisión al poder, ya nada de nada, porque hoy día, es difícil aquel pacto si no reconocemos los valores de quienes lo ostentan.  Y de valores, escaseamos.  Y ya no en las nuevas generaciones, sino en todas.
Y es que la crisis, ya no la económica, sino de personalidad, abunda.  Y como la energía, se transforma.
También debo confesar que tengo mala memoria, pero que tampoco me preocupa.  Hace unos días, una dirigente de los empresarios de la que no me acuerdo el nombre,  atacaba a las mujeres. Y del nuevo jefe de los socialistas, del que tampoco  me acuerdo del nombre, dicen que manifestaba que, si ganaban, eliminaría el ministerio de la Defensa. Y que le gustaba salir en programas televisivos con máxima audiencia.  Y hacer funerales de Estado -y eso que uno se dice laico-.   Ahora sólo falta que entre en el Big Brother. 

Y ambos, tan campantes.  La primera, porque muchos la mal interpretaron. O al menos eso dice ella. Aunque lo que se dice que dijo, lo escucháramos todos.  Del otro, su aparato de propaganda pronto matizó sus declaraciones.  Y uno ya no es el déficit de memoria lo que le preocupa,  sino la falta de entendimiento.
Uno ve lo que mira y oye lo que escucha  -¿o será al revés?- y resulta que estabas equivocado.  Y no digamos cuando, por mayoría,  te dicen que efectivamente, estabas equivocado.  Vamos, como el que va por la autopista y todos le vienen en sentido contrario.
Y mientras para subir a los aviones te hacen dejar todo el líquidos que lleves, aunque el mismo y más, lo puedes comprar en las tiendas del aeropuerto, más caros, eso sí.  Y no digamos los que puedes llevar en la maleta facturada.  Parecen decirte que si pagas, no explosiona.
O como con el ébola, que  ni cierran fronteras ni ponen cuarentena.  Ni el estado islámico al que pocos combaten por si se enfada. 

Al menos, el Papa Francisco ha cogido riendas y hace limpieza.  Por aquí se empieza. Predicando con el ejemplo.

PUBLICADO EL 9 DE OCTUBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA. 

CEMENTERIO DE ELEFANTES

Hubo un tiempo que el Senado era el retiro dorado de aquellos políticos que en su momento eran apartados de la primera fila del partido, para así dar paso a una nueva generación.  Era una especie de Consejo de Ancianos o de Sabios, pero sin voz y sin casi voto. 
Con el tiempo, se descubrieron otros lugares donde facilitar el pase a la reserva y el pago de los servicios prestados.  La Euro-cámara fue otro de estos lugares que la práctica convirtió en un destierro también dorado.  Pero en ambos casos, las urnas tenían la última palabra.  O se era de los primeros, o nada estaba asegurado.
Luego vinieron las eléctricas y demás puestos de libre designación en los Consejos de Administración de empresas y entidades bancarias, pero éstos, como su número escasea, mantienen un pedigrí de más altos vuelos. 
Y de altos vuelos y aterrizajes forzosos, la del ya exministro Ruiz Gallardón. Ha sido como si al aparato se le pararan los motores en pleno vuelo.  Pero no por ello se ha estrellado, sino todo lo contrario. La rápida reacción del piloto ha salvado la aeronave que, tras saberse ya inoperativa, tenía reservado un lugar destacado en aquel museo aeronáutico.
Y han vencido los dos, el presi que queda indemne y el delfín, que aumenta sueldo de por vida.  Y además, sin pulso y sin aparente pública disputa, aunque algo debe haber quedado en el secretismo que envuelve los Consejos de Ministros. 
Rajoy además ha sido el gran vencedor de entre sus filas.  La maniobra le ha sido fructífera por cuanto ha zanjado el aborto y las presiones de sus retrógrados, lo ha conducido a criterios lógicos y se ha desembarazado de una resta  de votos por la pérdida del libre acceso a la justicia.   
La antigua disputa entre Ruiz y Aguirre, ha terminado con ambos en la cuneta. Una, marcada por una presunta prepotencia y con una movilidad maltrecha, y el otro, salvado por una veloz retirada, y sobre todo, por haber sabido abandonar el barco en el momento oportuno.  Y con lealtad.
Y si los elefantes van en busca de agua, los políticos se refugian en busca de un sueldo o de un puesto. O de ambos. Y uno no se explica cómo es posible que el número de asesores sea tan reducido y tan circular.  Reducido por el número cerrado que no deja vacante si no es plaza de nueva creación, y circular porque rodean al personaje y a las plazas vacantes, como cual perro dando vueltas para acostarse en la última de ellas.

Los votos colocan a los políticos y éstos  a sus asesores. La transitiva no tiene porqué darse.

PUBLICADO EL 2 OCTUBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

BALL DES CÒSSIL


El pasado sábado por la mañana,  mientras esperaba para presenciar la recreación histórica de la devolución de Menorca para España, enmarcado dentro del programa de la Feria Británica -que con tan buen criterio ha organizado el Ayuntamiento de Mahón-, salió a la palestra el tema del “ball des còssil” menorquín, o simplemente “ball de Escocia” de los lletraferits.

Ni que decir que a una mente perversa como la mía, sólo le faltaba aquella provocación para entablar diálogo.  Y preparar escrito.  No por el tema del còssil, sino más bien por lo de Escocia y su recién practicado referéndum.  Sin duda, el tema catalán no se puede comparar con el escocés, como tampoco España  se puede comparar con el resto del Reino Unido.  Son otros genes, dirán.

Otra civilización.  Otra educación, más bien.  Y en este caso, ni con TIL ni sin TIL tenemos arreglo.  Días atrás, veíamos por televisión una imagen de dos carteles electorales, uno frente al otro, compartiendo espacio.  El uno pidiendo el voto afirmativo y el otro, el negativo.  Y tras cada cartel, sus defensores.  Defensas, que no atacantes.

Mientras en Cataluña ya se habla de desobediencia civil, en Escocia ya aceptan que toda una generación queda vacunada contra el separatismo.  En España, y Mas en Cataluña, muy por seguro que ya harían como en Sant Joan, que a la mañana siguiente ya empiezan su cuenta atrás.

Y el caso escocés tiene su anécdota, su gracia más bien.  Y no de su Graciosa majestad, precisamente.  Fue una catalana afincada en aquellas tierras.  La susodicha fue entrevistada –así me lo contaron, así lo cuento- por sus preferencias a la hora de depositar su voto.  La catalana, sensata ella, reflexionó su voto.  Votaría por el no a la independencia escocesa, porque trabajaba en el mundo de las finanzas y no le convenía que Escocia quedara aislada del resto de Europa.

Preguntada –tiene guisa el asunto- por su intención de voto si pudiera votar en Cataluña, respondió que el tema catalán era muy distinto, y que tenía claro que en Cataluña votaría por la independencia. 

Y claro, ella no vive ni convive  en Cataluña.  Su corazón y su mente no se hablan.  Al menos, piensa en escocés y ama en catalán.

¡Faltaría más! De momento lo único que nos une  con Reino Unido es que algunos telespectadores son también forofos de la televisión basura y de su estrella Gran Hermano (Big Brother inglés).  Por lo demás, “God sabe the King” para los británicos.   And the Queen” que diríamos en España.  Y “And the money” en Cataluña.

PUBLICADO EL 25 DE SEPTIEMBRE DE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

TERRITORIO Y NACIÓN

O al revés, nación y territorio.  Y es que de momento –todo llegará- no se concibe una nación sin un territorio.  Llegará el momento que crearemos virtualmente naciones y territorios donde ubicar parte de nuestras vidas.  La nube deja ancladas muchas de nuestras historias, los paraísos fiscales algunas de las fortunas y de momento poco más. 
Cataluña viaja en un tren sin freno y cuesta abajo.  Madrid espera al estilo gallego.  Uno ya no sabe si a última hora el tren se detendrá, si subirá alguna cuesta y aminorará la velocidad, si los frenos funcionarán a último momento, o si la onda expansiva nos salpicará a todos o sólo a unos cuantos.  La solución, más adelante.
Lo cierto es que nadie cree que el Gobierno central envíe tropas para persuadir a los catalanes o a unos millones de ellos.  En cambio, somos muchos los que creemos que culpa estos catalanes perderemos todos.   Si se independizan, porque España volverá a tiempos de la 1ª República con gobiernos cantonales por diestro y siniestro –incluso Cartagena quiso ingresar como un estado más de los EEUU-.  Si no se independizan,  porque el coste será muy caro e insolidario hacia el resto de España. Pero hay más.
Según los catalanes, España no tiene porqué decidir por ellos.  Y entonces, la pregunta del millón, ¿qué territorio abarcaría esta nueva nación? ¿Las cuatro provincias catalanas o simplemente las que voten mayoritariamente a favor de la independencia, siempre que se llegara a votar? ¿Si, por ejemplo, Tarragona no estuviera por la independencia, la democracia de Mas y sus correligionarios, obligaría a Tarragona a permanecer en esta nueva nación?
¿Y qué pasaría con los territorios insulares a los que ellos llaman “nostres illes”? ¿Quedaríamos anexionadas a Cataluña y a los negocios de estos mandatarios, por decreto soberanista de doscientos participantes en la V? ¿Volveríamos a ser moneda de cambio?
¿Volverá Utrera independizarse de Sevilla, Coria de Badajoz y Betanzos de La Coruña?  La historia es una asignatura demasiado olvidada, seccionada y manipulada en el sistema educativo así como en la sociedad.  Pocos serán quienes recurran a lo ocurrido en aquella primera intentona de república española.  Otros muchos, quieren negar y olvidar las atrocidades y arbitrariedades efectuadas por los gobiernos de la 2ª república. 
¿De verdad queremos tentar una tercera república impulsada por cuatro terratenientes y banqueros catalanes?

Tal vez, deberíamos ser  los españoles quienes votáramos para echarlos a ellos. 

PUBLICADO EL 18 DE SEPTIEMBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA. 

REFLEXIONES EN VOZ ALTA

Una vez  finalizadas las fiestas patronales de los pueblos de Menorca, es un buen momento para relajar el cuerpo y dejar que la mente fluya por sí sola.  Se ha hablado mucho de los efectos de las aglomeraciones, de los abusos y como no, del alcohol. Y de las responsabilidades.
Vivimos en una sociedad en la que el ciudadano está a la que salta.  Da la sensación de que antes que eludir el siniestro, estemos buscando un responsable de ello. 
Voy a pasar de puntillas sobre las responsabilidades, y me voy a centrar en el alcohol.  En el alcohol de las fiestas, claro.  Parece como si la gente no sepa hacer fiesta si no bebe.  Más aún, si no se emborracha.  Gente joven, y no tan joven. 
Si hace años hablaba de la trilogía de unas fiestas por aquello de la triple C (caballos, coca  y chocolate –todo ello en el buen sentido de la palabra-), este año la titularía la triple B, por aquello de barras, bebidas y borrachos.
Algunos me rectificarán negándome los borrachos y sustituyéndomelos por alegres participantes, pero lo cierto es que a día de hoy, parece no concebirse una fiesta patronal sin una barra que de cobijo a una  multitud deseosa de gastarse parte de un sueldo o subsidio, del que nos quejaremos a mitad de mes.
La proliferación de barras en las fiestas patronales va aparejada al aumento de plazas en los transportes públicos a fin de facilitar la ida, y más aún, la vuelta, de estos expedicionarios.  Y de los decibelios que nos bombardean los oídos.
En cambio, este desenfreno que se percibe en los momentos álgidos de los actos festivos, no existen  en las fiestas de  las urbanizaciones costeras, y como no, en las recuperadas cenas y comidas de vecinos.  En éstas, el ambiente  más familiar y con nula presencia externa, hace que se desarrollen más en sintonía con el sentir propio de lo menorquín.
¿Será  la falta de aglomeración el causante de que no se produzcan incidencias en estas últimas? ¿O la más fácil identificación y la vergüenza recaída sobre el causante? ¿O simplemente porque el negocio de las bebidas recae sobre la organización y no sobre un negocio de bebidas?
Nadie de momento es capaz de hablar de otro culpable indirecto, por llamarlo de algún modo.  Nadie es capaz de culpar subsidiariamente de algunos excesos al negocio de las barras, que como apéndice de los bares, no hacen más que ampliar negocio con el mínimo coste.
Tal vez, algún lobby está detrás de todo, incluso idolatrando al borracho.
Y luego dirán que estamos en crisis.  

De valores, tal vez.

PUBLICADO EL 11 SEPTIEMBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

TENER O ESTAR DE VACACIONES

Tener o estar de vacaciones no es lo mismo.  Tener es poseer y  estar es disfrutar.  Diríamos que todos los trabajadores, por aquello del imperativo legal, tenemos vacaciones.  Disfrutarlas ya es cosa distinta.
Dicen muchos que para disfrutarlas, uno tiene que irse de la isla.  Mientras, son legión los que vienen a disfrutarlas en nuestra roqueta. ¿Acaso uno no es profeta en su tierra?  Pues sí, y no es necesario cargar los bártulos, sombrillas y factores 50 de protección, subirse a los siempre caros transportes y salir de la ratonera.  Bastará sólo desconectar.
Tener vacaciones es aprovechar el tiempo que restas al trabajo asalariado y recuperar todo aquello que durante el resto del año se va acumulando. Pintar alguna habitación, arreglar aquel artilugio antiguo que quedó pendiente de restauración, Ir sin prisas al supermercado para reponer las existencias de bebida y comida, y como no, reemplazar a los profesores en la guarda de los niños.
Estar de vacaciones es olvidarte de todo lo cotidiano. Alejarte de los supermercados y comercios locales y aventurarte en caminos y  calas. Relacionarte con nuevas gentes y como no, esconder el reloj y el mando de la televisión.  Y mejor aún -aunque más difícil-, si el escondite es compartido con el teléfono móvil e Internet.
Hacía más de una década que no estaba, disfrutaba, de unas vacaciones.  Han sido pocos, pero gratificantes los días en el que el reloj dejó de funcionar y la aventura se planificaba sobre la marcha.  Han sido unos días en que te has investido del traje turístico y te has puesto en la piel de éstos.
Has constatado que el boca a boca funciona y que Menorca tiene vida propia en el exterior. Y sin duda, quien la llega a conocer, repite.  Pero también captas que tiene un elevado coste. Un coste abusivo.
Y lo peor, la falta de comunicación, la falta de interés, la falta de servicio en algún que otro trabajador.  Es como si cuando el cupo estuviera cubierto, ya no hay que mimar la venta del producto.
Reconoces que desde siempre te has posicionado a favor del todo incluido. Pero ahora, en la fase práctica de la exposición, has colisionado con ella. Es excluyente, y más si eres menorquín.  Y eso, duele. Te posicionan como si sólo fueras un elemento para el invierno.  Y de no ser menorquín, como si no tuvieras que volver a desear este mismo producto en otro momento.
Recuerdas al profesor Doménech Biosca y echas en falta alguna charla o alguna selección de personal.

Es sin duda cuestión de oferta y de demanda.

PUBLICADO EL 4 SEPTIEMBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

FALTAN CONCENTRACIONES

La pasada semana aparecieron unas imágenes en las que un padre palestino presentaba a su hijo “disfrazado” con los atuendos con los que deseaba que en un futuro, su hijo se inmolara  y a su vez ganara el paraíso. 
A los pocos días un asesino del Estado Islámico decapita a un periodista estadounidense.  El mismo grupo hace público sus intenciones de extender su califato hasta tierras españolas. Y catalanas, por supuesto.  Más fanáticos que hablan de invasión, de represalias, de asesinatos disfrazados en la  fe.
El mismo Estado Islámico que amenaza con invadir  a España y convertirnos en súbditos de su fe, mata a centenares de yazidíes por no convertirse a la esclavitud de una religión nada saludable.
Mientras todo esto ocurre en tierras para afuera, España es capaz de concentrarse porque un grupo de inmigrantes intentan pasar la frontera de Ceuta o Melilla y los agentes del orden destinados en la misma tratan de abortar el intento.
 Nadie se concentra para que el Estado Islámico deje sus pretensiones de hacernos súbditos de su divina fe, ni que cesen en su empeño de formar un nuevo estado nazi.  Nadie es capaz de concentrarse para pedir a aquel palestino que deseaba un futuro inmolador para su hijo, que se explosionara él, y sólo él, en su búsqueda de saciar  su odio, ira y rencor.  Y su paraíso.
Y esta falta de concentraciones nos llevan a un callejón sin salida.  O de difícil salida.  Recupero una trilogía de varias centurias de antigüedad.  Las ruinas de mi convento vuelven a insistir tras cada lectura, que un nuevo concepto mundial llegará desde  tierras islámicas.  Digo concepto por no llamarlo de otra forma más cruel, más real.
Los quinta columnarios pueden estar trabajando desde hace ya tiempo, pero es políticamente incorrecto referirnos a ellos.  Insolidario y antidemocrático, dirán algunos. Delictivo, apurarán otros. 
Mientras, el caos se mantiene en orden.  La provocada crisis económica sigue su plan.  El exterminio de muchos logros sigue su plan milimétricamente diseñado.  Los extremismos también apuran y avanzan posiciones. Los nacionalistas de convicción unos, de conveniencia otros, izan guiones y estandartes. 
El caldo sobre el fuego, el viento sopla y la puerta  cerrada.
Faltan escenas para que el cuento de las Mil y una noches  se convierta en tragedia. Falta el niño durmiendo,  que el viento apague el fuego y que  el gas se expanda.
Para algunos, todo dependerá del escribidor.  Para otros, de sus lectores.

 ¿Por inhalación o por explosión?

PUBLICADO EL 28 DE AGOSTO DE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.