UN CIRCO, CON ENANOS

El pequeño Nicolás  tiene nombre de película.  Si se hubiera escrito un mes antes, las referencias en cualquier  buscador  nos hubiera  re direccionado al YouTube o a cualquier otra página de descarga.  A día de hoy, el pequeño Nicolás nos dirige hacia las noticias del Google y a las páginas de los periódicos.
Y de pequeño nada. Veinte años deben ser suficientes para que uno sepa dónde está el bien y dónde está el mal.  O al menos, constitucionalmente hablando, depositando el voto, eligiendo y siendo elegido, gobernando y siendo gobernado. O salir en la foto  sin necesidad de difuminar la cara.
Y en esto último, el de aparecer en las fotos, el chaval es un crack. Y por activa. Con pose incluida. Presunta, claro.  Y ya no digamos en la recepción de los reyes. ¡Que chapuza de seguridad!  Se controla al invitado y no a su acompañante. Al menos, ésta es la versión que oficiosamente se ha dado, porque ahora nadie lo conoce.  Esta vez, si estaba, aunque no se le esperaba. 
De momento, el juzgado nos ha dejado sin el morbo que esperábamos compartir durante el desayuno.  El secreto de la instrucción  ha dado carpetazo a la información y rienda suelta a la elucubración.  Pero otros juzgados nos mantienen informados.  Sino de Paco Nicolás, de muchas otras causas.  De antiguas y de cada vez más de nuevas.
Si una cosa tiene futuro en España, es el periodismo.  Y últimamente más.  Corrupciones y Mas. Y Cataluña. Y el nuevo nueve ene. Todos ellos alimentan noticias, las crean, las mantienen, las crecen, las reproducen y … no las matan ni a la de tres.
Y en este circo en que se ha convertido nuestra España de siempre, nos han crecido los enanos más que los brotes verdes.  Hasta tal punto que uno ya no tiene referencia a donde guiar la mirada.  
Cospedal lo tiene muy claro cuando anuncia con bombo y platillo de que hay que defender que  no todos pueden ser iguales y que no se puede tratar a todo el mundo por igual.  Y no hablaba precisamente de  castas sociales, sino más bien de oligarquías y de corrupción, presuntos, claro.  Por suerte, la Constitución aún la contradice.

Y lo más triste ya no es que el corrupto no vaya a la cárcel, ni que la tonadillera tampoco.  Lo más triste es que en unos meses, alguien publicará un libro, alguien rodará una película, y alguien se hará tertuliano en un programa en cualquier canal de televisión.  Y no digamos si entra en un programa basura al estilo de Gran Hermano.  Este alguien, con mucha labia, mucho rostro, puede ser el pequeño Nicolás.

PUBLICADO EL 30 OCTUBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

SEGÚN EL ENVASE

Las aguas siguen revueltas, pero el cauce parece seguro.  Y no es que las paredes estén en buenas condiciones ni que los márgenes se hubieran limpiado.  Simplemente es que el agua, por alguna razón, sigue su curso y no desborda.  Es como si la sabiduría del rio se mantenga ajena de los noticiarios.  Algunos confesarán su vergüenza de ser español, otros arengarán con ello.  Uno, no se plantea la vergüenza de serlo, si acaso más bien, de que mantengamos aún a ciertos españoles. Al menos, en el estatus en el que viven.
Saltó la noticia de que Paco Nicolás presuntamente había estafado tal y cual, pero lo realmente noticia fue que el chaval llegó incluso a estar en el besamanos de los reyes. Y precisamente, no en estado presunto. Y en  fotografías junto a políticos. Y uno ya duda si estará en nómina  en algún consistorio o en algún gobierno autónomo. De asesor, claro. Que así es como empiezan algunos.  Otros, simplemente terminan.  Y es que el niño se las trae.  Y no digamos quienes le  han abierto las puertas. Y uno se asusta. ¿Habría figurado en alguna lista electoral en los próximos comicios?
Por lo que se ve, es fácil entrar en política. O al menos, para algunos.  Incluso mantenerse en ella.  Y otra cosa que me asusta es el poder en primera persona del plural. No por el derecho a presentarse a unos comicios –cosa totalmente lícito, normal y democrático-  sino por el talante que se empieza a destapar.   Y es que a la primera de cambio, por necesidades tácticas, claro, aquel órgano colegiado prepara su transformación en unipersonal.
De cinco, cuatro ya disienten. Dirán que para ganar.  Y para ello, deberán jugar con las mismas armas, con los mismos atributos, dentro del sistema, con organigrama y estructura y representación de partido.
Y me asusta.  Me asustan ya no las bases, heterogéneas en su inicio, sino el uso que el líder pueda hacer de este renuncio, de esta entrega de poder individual a un órgano unipersonal.
Y del susto a la sorpresa. Un Piqué que se enfada a lo Esperanza Aguirre y pide disculpas a lo Juan Carlos. Un hijo de Suarez que en su día maniobró para arrebatar el título a una sobrina. Unos eurodiputados que cobran más que los ministros y además con unas dietas diarias  de salario mínimo mensual.
Y a pesar de todo, el río mantiene su curso.  Ordenado, tranquilo, al más puro estilo gallego.  No sabe no contesta.  Sedimenta, arrastra y erosiona el terreno, pero el agua, sigue pura y cristalina.
Y sin sabor.  Ni olor.

Y del color, según sea el envase.

PUBLICADO EL 23 OCTUBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.

CUATRO BARRAS Y MAS

Falta  menos de un mes y parece que el puzle permanecerá entero.  Al menos por ahora.  Otra cosa es lo que nos costará mantenerlo.  Su coste económico nos arruinará un poco más, y tendremos que volvernos a destapar la calva  ante la jugada catalana.  Y luego vendrán los vascos, los gallegos.., y quién sabe si incluso los andaluces se pondrán en fila para cobrar algunas peonadas.
La duda se mantiene en cuanto a si Mas se jugará  su silla –y sueldo- en las urnas o no.
Y habrá quienes seguirán a la sombra de todo esto.  Unos, seremos nosotros, los baleares.  Los aragoneses y valencianos, otros.  Y no digamos los del resto de la península.  Pero de entre todos, me sorprenden los maños.  Me sorprende que entre tanta lección de historia, de barras, estrellas, señeras y demás, no salgan a la palestra y digan la suya.  La nuestra, vamos. La verdad histórica,  tan difícil y tan manipulable.
Hasta ahora, esta mayoría silenciosa que se llama España, ha permanecido en silencio ante tanto ataque histórico y cultural.  Y entre ellos, los baleares, los valencianos y sobre todo los aragoneses.  Nadie explica al público la verdad de las cuatro barras aragonesas. Parece como si lo único que importa es la lengua con la que uno habla y escucha, aunque muchas veces, hablemos de más y escuchemos de menos.
Y la manipulación continúa.  Tras el varapalo judicial al TIL, padres y profesores se felicitan.  Los primeros por el tema del inglés. Los segundos por el catalán y por las formas. Y ganan los segundos, por cuando la falta –por activa o por pasiva- de la consulta sobre el tema del catalán a la UIB, ha suspendido el tratamiento.
Y sin tratamiento, el enfermo  no mejora.  Una organización que se dice balear lamenta la no recepción del canal 3/24 y propone que los Consells insulares cedan sus  frecuencias para continuar recibiendo dicha emisora televisiva -y en un futuro el resto de  catalanas-. Y uno se pregunta, si en su momento debieron también protestar cuando nos privaron de ver los canales de la televisión valenciana y el canal 9. Pero claro, eran valencianas.
Y los valencianos siempre fueron menos –o nada- catalanes que algunos menorquines y demás. Sea por aquello de la vecindad, por la no dependencia en el transporte, por la peculiaridad del idioma, por tenerlos mejor puestos, o simplemente porque han tenido unos gobernantes que saben lucir mejor el traje, lo cierto es que ellos son más independientes que nosotros.
O menos dependientes. 

O más valencianos, que ya es mucho. 

PUBLICADO EL 16 OCTUBRE 2014 EN EL DIARIO MENORCA. 

DE OTRA GENERACIÓN

Debo confesar que no entiendo de política, o al menos, no la comprendo tal como está diseñada en España. Está claro también que ello no me impide practicar el sano deporte de opinar y sobretodo, el de pensar.
Soy de una generación que aún hizo la mili y que se recreaba con películas sobre el asedio del Alcázar.  Y como no, soy también de aquella en que a regañadientes admitíamos  la  sumisión pactada con  el poder, como algo inherente a nosotros mismos. 
La mili se terminó y los historiadores han demostrado la inexactitud de la leyenda del Gran Capitán del Alcázar.  Y la sumisión al poder, ya nada de nada, porque hoy día, es difícil aquel pacto si no reconocemos los valores de quienes lo ostentan.  Y de valores, escaseamos.  Y ya no en las nuevas generaciones, sino en todas.
Y es que la crisis, ya no la económica, sino de personalidad, abunda.  Y como la energía, se transforma.
También debo confesar que tengo mala memoria, pero que tampoco me preocupa.  Hace unos días, una dirigente de los empresarios de la que no me acuerdo el nombre,  atacaba a las mujeres. Y del nuevo jefe de los socialistas, del que tampoco  me acuerdo del nombre, dicen que manifestaba que, si ganaban, eliminaría el ministerio de la Defensa. Y que le gustaba salir en programas televisivos con máxima audiencia.  Y hacer funerales de Estado -y eso que uno se dice laico-.   Ahora sólo falta que entre en el Big Brother. 

Y ambos, tan campantes.  La primera, porque muchos la mal interpretaron. O al menos eso dice ella. Aunque lo que se dice que dijo, lo escucháramos todos.  Del otro, su aparato de propaganda pronto matizó sus declaraciones.  Y uno ya no es el déficit de memoria lo que le preocupa,  sino la falta de entendimiento.
Uno ve lo que mira y oye lo que escucha  -¿o será al revés?- y resulta que estabas equivocado.  Y no digamos cuando, por mayoría,  te dicen que efectivamente, estabas equivocado.  Vamos, como el que va por la autopista y todos le vienen en sentido contrario.
Y mientras para subir a los aviones te hacen dejar todo el líquidos que lleves, aunque el mismo y más, lo puedes comprar en las tiendas del aeropuerto, más caros, eso sí.  Y no digamos los que puedes llevar en la maleta facturada.  Parecen decirte que si pagas, no explosiona.
O como con el ébola, que  ni cierran fronteras ni ponen cuarentena.  Ni el estado islámico al que pocos combaten por si se enfada. 

Al menos, el Papa Francisco ha cogido riendas y hace limpieza.  Por aquí se empieza. Predicando con el ejemplo.

PUBLICADO EL 9 DE OCTUBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA. 

CEMENTERIO DE ELEFANTES

Hubo un tiempo que el Senado era el retiro dorado de aquellos políticos que en su momento eran apartados de la primera fila del partido, para así dar paso a una nueva generación.  Era una especie de Consejo de Ancianos o de Sabios, pero sin voz y sin casi voto. 
Con el tiempo, se descubrieron otros lugares donde facilitar el pase a la reserva y el pago de los servicios prestados.  La Euro-cámara fue otro de estos lugares que la práctica convirtió en un destierro también dorado.  Pero en ambos casos, las urnas tenían la última palabra.  O se era de los primeros, o nada estaba asegurado.
Luego vinieron las eléctricas y demás puestos de libre designación en los Consejos de Administración de empresas y entidades bancarias, pero éstos, como su número escasea, mantienen un pedigrí de más altos vuelos. 
Y de altos vuelos y aterrizajes forzosos, la del ya exministro Ruiz Gallardón. Ha sido como si al aparato se le pararan los motores en pleno vuelo.  Pero no por ello se ha estrellado, sino todo lo contrario. La rápida reacción del piloto ha salvado la aeronave que, tras saberse ya inoperativa, tenía reservado un lugar destacado en aquel museo aeronáutico.
Y han vencido los dos, el presi que queda indemne y el delfín, que aumenta sueldo de por vida.  Y además, sin pulso y sin aparente pública disputa, aunque algo debe haber quedado en el secretismo que envuelve los Consejos de Ministros. 
Rajoy además ha sido el gran vencedor de entre sus filas.  La maniobra le ha sido fructífera por cuanto ha zanjado el aborto y las presiones de sus retrógrados, lo ha conducido a criterios lógicos y se ha desembarazado de una resta  de votos por la pérdida del libre acceso a la justicia.   
La antigua disputa entre Ruiz y Aguirre, ha terminado con ambos en la cuneta. Una, marcada por una presunta prepotencia y con una movilidad maltrecha, y el otro, salvado por una veloz retirada, y sobre todo, por haber sabido abandonar el barco en el momento oportuno.  Y con lealtad.
Y si los elefantes van en busca de agua, los políticos se refugian en busca de un sueldo o de un puesto. O de ambos. Y uno no se explica cómo es posible que el número de asesores sea tan reducido y tan circular.  Reducido por el número cerrado que no deja vacante si no es plaza de nueva creación, y circular porque rodean al personaje y a las plazas vacantes, como cual perro dando vueltas para acostarse en la última de ellas.

Los votos colocan a los políticos y éstos  a sus asesores. La transitiva no tiene porqué darse.

PUBLICADO EL 2 OCTUBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.