ENGAÑABOBOS

De los llamados “papadineros” de cuando uno era pequeño a los engañabobos tras la resaca electoral, no hay muchas diferencias. Ambos buscarán el rédito personal.  Uno añadirá el cubrir las necesidades del ego mientras que el otro, pasar desapercibido, y no precisamente en este mismo orden.

Lo cierto –la certeza nunca es total- es que los mensajes están atrofiados, los datos dirigidos y la voluntad manipulada.  Presuntamente, claro.  Como los gráficos que se nos enseñan y la flecha que sube y baja. Son efectos visuales y en algunos casos, tendenciosos.

Uno se posiciona ante los gráficos publicados de los últimos comicios –imparciales y reales- y sumando escaños del PP y del PSOE se da cuenta que el bipartidismo no sólo no ha muerto sino que sus partidarios son mayoría absoluta.  Es una contradicción numérica y lingüística. Numérica por cuanto para formar gobierno se necesita la participación de uno de los dos bloques denominados castas.  Lingüística por cuanto a algunos les interesa vendernos que los políticos del ala izquierda son los únicos capaces de valorar el voto del ciudadano.

El “arriba y abajo” del ciudadano  Pablo empieza a encontrar su sitio en el “izquierda y derecha” del ciudadano Pedro.  Ambos, siempre han buscado en las encuestas sus programas, aunque sus formas difieran.  Pablo sabe que en dos años, puede ser presidente de una España diferente a la de hoy, siempre que Pedro juegue con mala mano. Es la fusión por absorción. Pedro en cambio, debería saber que sus posibilidades de ser presidente se ven a dos años vista si se alía con el partido de Rajoy.  De lo contrario, éste quedará automáticamente defenestrado.

Ambos hablan, piensan, y tienen como única mira, supuestamente, claro, su interés personal.  España son ellos y sin ellos, no hay futuro.  Solo faltará Alfonso Guerra con los fantasmas de la guerra y de las pensiones.

Hablan ya de segunda transición.  ¿De qué transición hablan después de cuarenta años de democracia? ¿Se les paró también el reloj y el calendario a estos aspirantes a presidente? ¿O acaso también creen que la democracia son ellos?

Y para postre, nos faltaba un nombre para completar la lista.  Los nuevos reyes ciudadanos de una cabalgata republicana.  Al de Pablo y Pedro, añadiría el nombre del ciudadano rey Arturo.  Sin duda los perfiles empiezan a tener muchas similitudes.  Aunque un político no tiene por qué saber de ciencia.  Los polos del mismo signo, se repelen.
 

Y del contrario, se atraen.


PUBLICADO EL 31 DICIEMBRE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

NI LOS TUYOS, NI LOS OTROS

Efectivamente el cambio ya ha empezado.  Ya no hay ganadores, sino todo lo contrario. Ni los tuyos han ganado, ni los otros tampoco.  Los míos, no saben no contestan.  Y si alguien no ha perdido, es sin duda el del círculo, y no me refiero al  psicólogo Ben Admbrigde, que no era cuadrado sino también todo lo contrario.  O es que todos éramos de izquierda y nosotros  sin saberlo.

Tocaría hablar de Navidad en la víspera de la misma, y más cuando el panorama político puede avanzar hacia que ésta  sea  la última Navidad que celebremos en España.  Pero tampoco debemos preocuparnos por ello.  Los festivos se mantendrán por aquello del contento del pueblo soberano y en su lugar puede que se celebre la fiesta del solsticio de invierno.  Incluso si nos lo proponemos, la llegada de los Reyes Magos puede cambiarse por la fiesta del “amigo invisible” por aquello de la solidaridad humana.

Pero dejemos de adentrarnos en el futuro, que según Sánchez sólo será para una mayoría, y posicionémonos en el día a día.   El pueblo ha hablado y sin duda ha mostrado su indignación y su preocupación.  Hacía tiempo que se venía pronosticando, pero aquellos nubarrones no eran tenidos en cuenta.  O sí, por la cara que mostraba Merkel en su último encuentro con Rajoy.  La huida hacia adelante no ha servido para nada. La tramontana ha barrido, y bien.

Y el chaparrón ha llegado.  A unos nos ha cogido a cubierto, y a otros con el paraguas girado. Pero no hay nada como una buena ducha, un secado rápido y un “relaxing cup of café con leche”.  Ahora toca constituir el parlamento y empezar a andar.  A andar, hablar y consensuar. Con todos, o con muchos. O con pocos.  Y trabajar rápido, mucho y bien.  Porque lo que no tenemos sin duda, es tiempo.

La estabilidad política ha partido en el mismo autobús que el bipartidismo.  Sin destino ni rumbo conocido. Cuatro mejor que dos, dirán unos.  Otros lo verán difícil, muy difícil.  La mejor opción sin duda, una reforma constitucional. Una Constitución de todos.  Otra vez de todos.  Dirigida por la izquierda y controlada por la derecha. Sus votos así se lo permiten.  Así, se lo obligan.

Una Constitución que nos de alas para vivir otros  cuarenta años sin sobresaltos. Una Constitución que nos permita escuchar los villancicos, aunque para ellos debamos llamarlos “nadales” o simplemente desempolvar el antiguo tocadiscos.

Pero la Navidad ya está aquí.  Y si no hay jamón, habrá sin duda, chorizo. Ibérico, nacional y de  los nuestros.


Bon Nadal a tothom.


PUBLICADO EL 24 DE DICIEMBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

NACIONALISTAS Y EPÍLOGO

Flaco favor han hecho los independentistas catalanes a sus tocayos.  Si por definición un independentista se sitúa a la derecha del espectro político, también es cierto que entre sus filas se barajan todos los extremos.  Es verdad que el affaire -siempre presunto- de las comisiones ilegales de los nacionalistas catalanes, deberá englobarse bajo el dictado de que es el poder quien corrompe.  Sin tener poder es difícil pecar.  Y es que la ocasión la pintan calva. Y el chantaje de votos en Madrid, claro.

Los canarios han demostrado –sin necesidad de hacer tanto ruido- los parabienes  de un voto nacionalista. La ratonera y la carestía en las conexiones aéreas es prueba evidente de la dejadez de nuestros gobernantes en este problema que sólo nos afecta a los menorquines.  Nuestra voz sin duda debe poder ser alzada en Madrid y mucho más, escuchada.

Y estamos ante un momento decisivo.  El futuro, ya no nuestro, sino el de nuestros hijos, se puede perfilar en las urnas del domingo.  No necesitamos una revolución, pero si una evolución, un paso adelante.  Pero el futuro me asusta.  Un eslogan electoral me avisa de que prometen “un futuro para la mayoría”.  Normalmente suelen hacerse proclamas que claman por la igualdad, lo lógico sería “un futuro para todos”.  Pero no, sólo para la mayoría.  ¿Y la minoría? ¿Qué ocurrirá con la minoría? ¿Quiénes formarán dicha minoría? ¿Y quiénes la mayoría?

Otros vinieron y nos prometieron el “oro y el moro”, aunque prueba es que  en cuanto al oro, ni está ni se le espera. Montaron el circo y les crecieron hasta los enanos, y ya no digamos lo del caso Nicolás y compañía. Uno ya no sabe si es la quinta columna que se le crece a uno o es el desparpajo político existente.

Te alegras por Venezuela que ha sido capaz de elegir un parlamento democrático, pero te asusta la amenaza de Maduro de ningunear a los parlamentarios.  La sombra de que votos democráticos aúpen a seguidores de la dictadura venezolana puede ser preocupante para algunos.

Otros, se preocuparán y bien de contratar a una empresa de caza talentos, para con lupa en mano, ir separando el trigo de la cizaña en la larga lista de candidatos a una afiliación que posibilite un puesto de salida.  Son las “nuevas generaciones” para dirigir la política de nuestro país.

Sin duda, en el 20-D todos ganarán.  Muchos perderán.  Y la minoría –o la mayoría, vaya uno a saber-, lo sufrirá.  Habrá que posponer las afiliaciones a los pactos, o simplemente apostar por todos y renegar después.


PUBLICADO EL 17 DE DICIEMBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

PSOE - PODEMOS

En este caso uno duda en el título.  Si titularlo con las siglas de las formaciones políticas o de hacerlo con los nombres de los cabezas de lista.  En ambas formaciones parece que la marca no es del partido sino más bien de quien lo encabeza.  Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tienen mucho en común. Sino en el fondo, al menos en las formas.

Como enemigo común tienen al Partido Popular, antes incluso que el desempleo, que la corrupción y los independentismos.  Ambos dan la sensación de confeccionar sus programas, promesas y discursos según el barómetro del momento.  Y a estas alturas es difícil ya separar las siglas del cabeza de cartel. No ocurre así con el PP del que ya se habla de la “Operación Menina”.

Pero estas semejanzas pueden ser peligrosas, al menos para los ciudadanos de a pie.  Querer gobernar a cualquier precio puede ser peligroso y más a estas alturas.  Y no me refiero a un gobierno del PSOE, sino una coalición con Podemos.  O al menos con el Podemos dirigido por Pablo Iglesias.  La supuesta  falta de democracia interna demostrada para con sus círculos, denota una imposición desde la cúpula.  Atrás quedan aquellas promesas de que las decisiones se tomarían en los círculos locales.  Y prueba de ello es la confección de la lista al Congreso en Baleares.

Y aunque uno no quiere ser demagogo ni hacer mención a los siempre presuntos negocios y colaboraciones de algunos de sus dirigentes con el régimen venezolano, es algo que está presente tanto en las hemerotecas como en el pensamiento de muchos electores.

Pero sin Podemos, el PSOE lo tiene crudo.  O al menos esto cree Pedro Sánchez quien ya prepara el terreno para gobernar a toda costa. Pero el PSOE no es sólo Pedro Sánchez.  El actual electorado socialista es burgués y también es asalariado. Y socialdemócrata. Mayoritariamente socialdemócrata.  No hace falta buscar más abanico sino conservar el que se tiene.  Este electorado es fiel y no  le falta entusiasmo.

Pedro Sánchez debería encaminarse a eso mismo. Conservar su electorado y pactar si es necesario a tres bandas. Y no precisamente con Podemos de Pablo Iglesias. Y con ello se beneficiarían no tan sólo el PSOE sino también España entera. Si son capaces de unirse  (PP-Ciudadanos-PSOE) contra los terroristas,  también lo podrían hacer contra el desempleo, la corrupción, y en beneficio de la sanidad, la educación…, aunque para ello tuvieran todos que ceder algo de su planteamiento electoral.  Y de sus convicciones capitalistas.


Y del concepto de Estado.

PUBLICADO EL 10 DICIEMBRE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

PP - CIUDADANOS

A punto de empezar la campaña electoral, de ultimar y cocinar  las encuestas y sobre todo de esperar el recuento final en la larga noche electoral, uno empieza a hacerse sus cábalas.  Siempre he creído que el término “no sabe no contesta”, se reduce simplemente al “no contesta”.  Soy de los que piensan que uno tiene decidido a quién quiere dar su voto desde mucho antes de que empiece la campaña.  Lo único variable y que puede influir en el resultado final, será la decisión de último momento de acudir o no a depositar el voto en las urnas.  Lo demás, hará tiempo que estará decidido.

Estas elecciones se presentan eso sí moviditas.  No hay favoritos, y si los hay, tendremos que esperar a la noche electoral, y si acaso, a la constitución del parlamento. Es un juego a cuatro –algunos hablarán de sólo tres-  y en el que de momento nadie alude al llamado voto útil.  Tal vez porque nadie lo ha pedido aún, o simplemente por aquello de la memoria histórica del bipartidismo.

PP y Ciudadanos son dos formaciones que muchos situarán a la derecha del espectro político.  Creo que actualmente están muy superados los términos derecha e izquierda a no ser que éstos se utilicen por las partes contrincantes.  Es más, creo que más a la derecha están los nacionalistas que otras formaciones.  El PP presentará como aval la recuperación económica, pero en su contra tiene el precio pagado por ella.  Y no solo el precio, sino el coste.  Un coste que ha recaído sobre los más pobres y ha beneficiado a las entidades bancarias, a los empresarios más poderosos y a los políticos.
 
Ciudadanos viene sin bagajes.  También con las consignas que muchos de los votantes del PP les gustarían haber oído de sus dirigentes.  El tema catalán y el terrorismo islámico sin medias tintas.  Y ya no digamos sobre la corrupción.  Es la derecha que no existe, pero moderada.  Es el centro político que también aglutina el PP. Y uno se vuelve a preguntar, si la unión hace la fuerza, ¿por qué no se unen PP y Ciudadanos?

No pueden unirse porque de hacerse, esta ilusión que presenta Ciudadanos, desaparecería.  Segunda opción.  Para que este conglomerado de votos no perdiera fuerza, el PP y su lastre, tendría que haberse disuelto y no presentarse a las elecciones generales.  Sus incondicionales votos se unirían a la de estos otros que buscan mantener la ilusión en la política y la suma hubiera sido, sin duda, mayor que la de los sumandos.


Un  sacrificio en beneficio de una idea. Aunque, sin duda, costoso  para algunos.


PUBLICADO EL 3 DICIEMBRE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

A LES ILLES BALEARS (título original MIOPÍA NEGLIGENTE)

Dice el refrán que no hay peor ciego que el que no quiere ver. O sordo que no quiere oír. Y en ésta estamos.  Los salvajes  acontecimientos acaecidos el viernes 13 en París, lo dicen todo.  Y no por Francia, sino por España.

Toda España se sintió París.   Incluso los acordes de la  Marsellesa se interpretaron en el encuentro Madrid-Barça.  Y ante esto, uno siente vergüenza al remontarse al también salvaje 11-M español.  O a los pitidos en el Camp Nou, sin ir más lejos.

Somos una nación, país, estado o como quieran llamarlo, de hipócritas. Mientras nos comportamos con naturalidad y como hijo de buen vecino con las desgracias ajenas, cuando éstas ocurren en nuestro territorio buscamos justificar a los asesinos.  Nos pasó con los crímenes de ETA.  A día de hoy, aún algunos siguen justificando todas sus atrocidades.  Nos pasó con los atentados del 11-M.  En ambos casos siempre buscamos al culpable en el gobierno de turno.  Pocos son los que dirigen el dedo acusador al asesino, al instigador, al cómplice….

Tal vez el título tendría que haber sido otro.  Tal vez tendría que haberme preguntado si en realidad somos hipócritas o simplemente unos cobardes.  La hipocresía en ocasiones intenta esconder miedos e intereses ocultos.  El hipócrita es un enfermo societal. Necesita ocultar debilidades para mantenerse o mejorar en su entorno.  Es sin duda, un mecanismo de defensa enfermizo. No puntual ni transitorio.  Es más bien, un estado personal e intransferible.

La tercera guerra mundial ya está aquí.  Lo decía el Papa Francisco sin tapujo alguno. Y algunos también lo pensamos.  La ceguera, la miopía, la sordera de la que escribía al principio, nos borra la memoria, la historia aquella que hay que repetir si se olvida.  Hitler empezó su guerra muchos años antes de la invasión de Polonia.  Los terroristas islámicos, ya hace tiempo que están trabajando en ello.  Nuestra miopía diagnosticada como políticamente correcta, nos lleva sin duda a esta tercera guerra mundial, o peor aún, a un nuevo orden mundial.

Nuevo orden nada comparable con lo que hemos vivido hasta hoy.  La inquisición -ya no la católica, sino la islámica- está colocando las primeras piedras y levantando sus primeros pilares. Uno sigue avergonzándose de muchas actitudes patrias. De lo políticamente correcto.  De dar media vuelta y seguir avanzando.  Por un instante, todos somos Francia. 


Y uno se pregunta, ¿por qué no serlo más instantes?   Al menos tienen, son  y sienten una identidad.  Algo de estar orgullosos.


PUBLICADO EL 26 DE NOVIEMBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

CATALUÑA Y EL 20-N

La fecha de mañana no tiene más historia.  El tiempo ha ido borrando rastro y sólo en los libros, en la memoria perdida y en Internet encontramos alocuciones al respecto. El título del escrito pasa y mucho de estas elucubraciones. Mis derroteros son otros. Y estos días, Cataluña, ella misma y sola,  se ha puesto en el punto de mira.

Y no hoy, sino mañana, 20-N. Y no en el antaño, sino en el presente.  Cabe suponer que coincidiendo con la característica táctica desplegada por el príncipe Arturo y su ascensión a los altares, mañana se estrenará la película “Ocho apellidos catalanes”, sucedánea de la de los vascos.

Un copiar y pegar, vamos.  Una segunda parte.  Y tan divertida como la primera, seguro.  La duda siempre sobrevuela nuestras azoteas. ¿Habrán encontrado una línea de ocho apellidos puramente catalanes?  La solución se presenta difícil. Y más –con acento- en Cataluña con tanta invasión andaluza y extremeña que tuvo lugar en el siglo pasado.

La inmigración de aquellos tiempos tuvo tan buena acogida como buena fue la inserción en la sociedad catalana de los años sesenta.  Prueba de ello es el número de hijos de inmigrantes que ocupan hoy en día cargos políticos en las filas independentistas.  Los movimientos vecinales de aquellos años sesenta y setenta fueron el germen de este nuevo movimiento que, unido a los intereses personales de más –con acento- o menos políticos, ha desencadenado el desaguisado que viven la mitad de los catalanes.  Y que  la padece la otra mitad.

Intereses personales de uno o de más –con acento, claro-. En otro 20-N ya olvidado, nos recordaban que “deponed frente a los supremos intereses de la Patria, toda mira personal”.  Cuarenta años después aquellas frases han demostrado que nada estaba “atado y bien atado”.  Ni los mal llamados partidos independentistas ni los autodenominados constitucionalistas, hacen gala de ello.  Ni para sus propias patrias, sean cuales sean éstas.  Es más –y con acento, claro-, sólo tienen una mira, una patria, un objetivo.

Este objetivo no será otro que la necesidad de mantenerse chupando del bote común, de pasar a la historia escrita por ellos mismos, y como no, de que las urnas puedan seguir manteniéndolos en una oligarquía que nunca, en los años sesenta y setenta, hubieran soñado ni sus padres ni sus abuelos.

Dos películas compartirán cartel  en los escenarios catalanes.  De una parte, la de los apellidos, por otra, la cómica, la del hazmerreír del  resto del mundo civilizado. Ni más, ni menos.


PUBLICADO EL 19 NOVIEMBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

"AVARIZIA"


También faltando adrede a la ortografía,  que en su día nos relataba que la avaricia rompía el saco.  Este último término hoy ya ha perdido todo su valor, al vivir en una sociedad en que quien no corre, vuela. Y el saco no se rompe, sencillamente se transmite mediante internet. Y con testaferro si es necesario.

El hecho de amasar riqueza podríamos decir que es innato a nuestra sociedad.  Incluso como en algunos, el despilfarro.  Otra cosa es cuando el titular del hecho recae sobre entidades bancarias. Entonces  las alarmas saltan. O político o sucedáneo.  Y más en tiempos de crisis.  Y ya no digamos cuando el titular es la Iglesia.  En este caso las alarmas suenan a cañonazos.  O a repique de campanas. Y con razón.

"Avarizia" pretende ser el último cañonazo que se ha disparado contra el Papa Francisco. Digo contra el Papa y no contra la Iglesia, porque precisamente es el Papa quien desde dentro la institución misma intenta poner orden entre tanto fariseo disfrazado con sotana.  Y eso parece molestar a la Curia. O a parte de ella.

Y lo relatado en el libro, no es nuevo.  ¿Quién no ha criticado en alguna ocasión la falta de sobriedad de muchos de los jerarcas de la Iglesia? ¿Quién no ha repudiado  los honores y el boato que acompaña a tantos empleados de la cosa religiosa? ¿Por qué entonces se ataca a quien precisamente toma las riendas para devolver la Iglesia a un estado originario?

España está demasiado contaminada en cuanto al boato.  Lo tenemos a pie de calle.  Los tentados por Mammon son muchos y diversos.  Habrá políticos,  asesores y correveidiles,  colegios religiosos, el tema catalán..  Todos ellos requerirán un grado de análisis en cuanto a su avaricia.  Y a sus otros pecados. Y a sus infracciones, presuntas, claro.

Lucifer también está presente y su campo es la soberbia.  Podríamos repetir los mismos nombres inoculados de este pecado ya societal.  La carrera hacia la Moncloa hace que muchos de estos demonios,  hagan su agosto en las carnes de tanto avaricioso de poder.  Esta misma avaricia les hace perder estrategia y amplitud de miras. 

La ciencia política no es igual a la ciencia matemática, como la fe cristiana no es igual al ejemplo de algunos jerarcas de la Iglesia.  Tal vez por ello, en el ochenta y ocho se dejó de perdonar a nuestros deudores, para en cambio perdonar  a quienes nos ofenden. ¿Sería un cambio de miras y no tan solo de letras?


A Dios rogando….


PUBLICADO EL 12 DE NOVIEMBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

UN PAÍS DE CHISTE

Eran tiempos de Franco y uno en el colegio ya le daban a leer  el Lazarillo de Tormes.  La picaresca –nos venía a decir- era “typical espanish” y el régimen no lo escondía.  Han pasado los años y la tradición del pícaro no mengua.  Es más, la hemos incluso condimentado.

Condimentado con mucho humor.  Al menos así, la salud mental de los españolitos y asimilados no se ve alterada con tanto gen defectuoso.  Aunque de tanto reírnos de nosotros mismos, uno ya no sabe si ello es  un mecanismo de defensa o simplemente un estado inicial de locura.

Mientras la Generalitat catalana dice no tener dinero para pagar las farmacias, algunos de sus aforados  han transformado el término a forrados y así lo vienen a demostrar las pesquisas sobre el clan Pujol y los varios miles de millones de euros depositados en el extranjero.  Presuntamente, claro.   Y eso que España les roba.
¿Un país de chiste o un país de chorizos?, tendría que haberse titulado este escrito.  Pero la OMS me lo desaconsejó.  Podría ser un artículo cancerígeno. Suerte que nuestro ministerio de la cosa pronto tomaría cartas en el asunto, y remitió un comunicado de prensa en que venía a decir, que en España, la mayoría de nuestros chorizos, no están procesados.  Y qué gran razón y verdad.

La mayoría están en la calle y con escolta policial, faltaría añadir al comunicado.  Pero la OMS también se la sabe larga.  Uno ya no sabe si es  la pechuga de pollo la que no se vende, o por el contrario es el conejo que no se deja cazar.  Al menos, esta vez no ha sido la gripe “A” quien ha alarmado al personal.  Aunque también es cierto que las vacunas tienen lejos la fecha de caducidad.  Tiempo al tiempo.

Y cómo no vamos a ser un país, patria, estado o nación de chiste, si incluso entrando Tejero a tiros en las Cortes  decíamos aquello del semáforo, de que los rojos se pusieron amarillos al ver entrar a los verdes.  Y no digamos de los canarios que supieron del golpe una hora antes, y no nos avisaron.

Y cómo no nos vamos a reír de nosotros mismos si nuestros representantes por aquello de tanto chorizo suelto, van y aprueban una reforma procesal por la que reducen el plazo para que un juez pueda instruir una causa.  O sea que llegada la fecha, se acabó la causa. Y sin causa, ya no hay delito.  Es como el chiste de la epidemia,  que cuando todos murieron se terminó la misma. 

Y si no teníamos suficiente con uno, van y nos ponen a dos.  Y no me refiero al Papa de Roma, sino al rey de las Españas. 


Un país de chiste, sin duda.

PUBLICADO EL 5 DE NOVIEMBRE DE 2015, EN EL DIARIO DE MENORCA.

6 EUROS

Seis euros es la cantidad que simboliza el ahorro en la economía doméstica por el cambio de hora.  Al menos así lo cuantifica una de las eléctricas que operan en nuestro país.  Seis euros, anuales, claro.

Hay que decir también, que uno ya no sabe si esta cantidad de ahorro va con IVA incluido o sin incluir.  Lo que sí sabemos es que estamos  hablando de cincuenta céntimos mensuales. Menos de dos céntimos diarios.  Y por este ahorro debemos alterar nuestro organismo dos veces al año.  Pero seguro que las cuentas tienen otra lectura.

Uno se pregunta, de no habernos devuelto  la hora “birlada” en primavera ¿Cuánto dinero habríamos ahorrado?   Las matemáticas nos señalarán un porcentaje del cincuenta por ciento, pero uno es incrédulo con las matemáticas cuando las calculadoras las manipulan ciertos sectores económicos.

Que en Navidad a las cinco de la tarde haya oscurecido y que las luces domésticas estén encendidas, no representa ningún ahorro.  Como tampoco lo será para los comercios, ya que el alumbrado va ligado con la apertura de éstos  y ya no digamos de los escaparates  fuera del horario comercial.

También  habrá costes y ganancias, para el día de autos.   Costes,  el de las empresas que tuvieran empleados  trabajando en la madrugada del domingo, que tendrán que abonar  la hora a sus trabajadores, y ganancias, las de las empresas dedicadas al ocio nocturno, que vieron ampliado el horario de cierre y por ende la entrada de capital en sus cajas registradoras. 

Y pérdidas, como no.  Las de los clientes de este ocio nocturno, que en menos de una hora, habrán ya liquidado los seis euros de marras.

“Más luz, más color, más vida” es la propuesta lanzada en Facebook por  un mallorquín que lidera en Baleares la propuesta de adaptar un horario lógico, racional y natural.  Un horario natural y no político.

Baleares es la comunidad española con menos horas de sol, cuando somos la comunidad que más vivimos del Sol. 

La Constitución no contempla el tema horario, y nuestra  independencia  en cuestiones horarias, no nos llevaría ante el TC.  O sí.

Incluso los viajes aéreos, ya que no se abaratan,  al menos acortarían su duración.  Llegaríamos en muchos casos, antes de despegar.

Lo que si provocaría es  un mayor distanciamiento con las decisiones de Madrid.  Sería el contrapunto a la Comunidad Canaria.  Si Canarias en su día, cuando el 23-F, tuvo conocimiento del mismo una hora antes que en  la península, en nuestro caso, hubiéramos sido los últimos en enterarnos.


Como siempre.


PUBLICADO EL 29 OCTUBRE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

1.287

Un título con cuatro cifras.  Una palabra polisémica. Un término ambiguo. La vida está llena –hemos llenado nuestras vidas- de dobles sentidos con la nada sana intención de errar al prójimo y enaltecernos a nosotros mismos.

El título de hoy es otra de esas maquinaciones con las que intento, semana tras semana, escribir la columna de los jueves.  No me refiero ni mucho menos  a la fecha en que un rey aragonés –y catalán- invadió, conquistó, saqueó nuestra Menorca y provocó el genocidio de la población musulmana que la habitaba hasta entonces.  Por un momento me ha dado la sensación de que estoy haciendo un copiar-pegar de las declaraciones de dirigentes catalanes en cuanto a la fiesta nacional del 12 de octubre. ¡Que casualidades tiene la historia!

Tampoco creo que el título de hoy coincida con  las horas que le faltarán a la tonadillera para salir de la cárcel.  Su salida parece ser más complicada que su entrada, que ya es decir.

Lo que sí estoy seguro es que esta cifra corresponde a los días que le faltan a uno a día de hoy –y siempre que la legislación al respecto no variara- para prejubilarse.  Y eso no lo digo yo, sino que me lo va recordando el contador que aparece en mi blog.  Tres años y pocos meses.  Y restando.

Mayo de 2019, días antes de que termine la actual legislatura autonómica y municipal, uno intentará colgar los hábitos.  Digo intentará porque el futuro siempre es incierto. Muchos factores pueden trastocar esta meta colocada en el camino. Salud, legislación, economía, y sobre todo la aparición la semana pasada de un individuo que bien podría haberse quedado en casita y calladito.

Me refiero a Carlos Slim, empresario mexicano que predica que trabajemos tres días a la semana con jornadas de once horas diarias. Bien hasta aquí. Pero la frase viene con sorpresa incluida. ¡Y hasta los setenta y cinco años!  Pero ojo, que el señor Slim no se queda callado, no.  Dice que de bajar los emolumentos a los políticos, nada de nada.  Que ellos tienen que cobrar más. Ahora entiende uno cómo ha conseguido ser el segundo  hombre más rico del mundo.

Pero hay que decir que el tal Slim lo hace pensando con nosotros. Según él así se erradica el desempleo, se garantiza el sistema de pensiones e incluso, quien quiera trabajar en varios trabajos a la vez, podrá hacerlo.  ¡Un lujo vamos!  Lo que no dice Slim es que en España hay quien  trabaja en dos y más sitios. Que hay economía sumergida. Mucha dieta y el nivel 33.

Ahora solo faltará que le den algún Nobel.


PUBLICADO EL 22 OCTUBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

MARCOS 9. 42-50

Ir a misa no es una de mis aficiones, pero oírla tampoco me desagrada. También es verdad que dependiendo de quién sea el oficiante, el mensaje se asimila y comparte mejor.  No es más fuerte la razón porque se diga a gritos, dice el refrán.  Y si se dice con música, mejor.  No sé si por aquello de que la música amansa las fieras, o sencillamente porque armoniza el entorno. 

Siempre he creído que las iglesias están construidas para la acústica.  Y la acústica para la armonía del espíritu.  Lo viví en la basílica de la Anunciación en Nazaret.  Y desde aquel instante, es una de las cosas en que me fijo al entrar en un templo.  Eso y las formas en que el oficiante se dirige a los presentes.

No me gusta sentirme tratado como a un colegial al que le acechan los demonios y los miedos a la oscuridad y al castigo divino.  Me gusta más oír al cura persona que transmite, pero que no impone, que reflexiona y te hace reflexionar,  que al que subido en la trona amenaza con el fuego  eterno y las espadas desenfundadas.

El hábito ya no hace al monje, pero la palabra, sí.  La adaptación al medio en el que vivimos es clave para la supervivencia.  Y en la religión ocurre lo mismo.  Hay que acercarse a la sociedad si se quiere que la sociedad se acerque a ellos.  Y eso, Francisco lo sabe muy bien.

La radio y la conducción siguen manteniendo aún una buena relación matrimonial.  Con ambas descubrí una mañana dominguera a San Marcos.  Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado”.   “Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno.”

Por un momento aquellas palabras me trasladaron a los años de la nada Santa Inquisición y me retornaron a las atrocidades que en nombre de según qué fe matan y esclavizan pueblos.

Por supuesto, el oficiante de aquella misa dominical retrasmitida por la emisora de radio era un cura de los que se hacen apreciar y no temer.  Y lo demostró al también leer y comentar el verso que decía “porque el que no es contra nosotros, por nosotros es”.

¡Cuántas injusticias se hubieran evitado si los trasmisores de la fe, si los trasmisores de los designios ya sean divinos o de sus ciudadanos, hubieran actuado, con eso mismo, de buena fe, y no por otros intereses!


La fe mueve montañas, sí.  Y la confianza con quienes  predican, desde el púlpito o desde la tribuna, también.

PUBLICADO EL 15 OCTUBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

TURRONES INDIGESTOS

Cuando hace una semana se  publicó la fecha de las generales, lo primero en que pensé fue en los turrones.  Turrones, mantecados y demás productos navideños.  No llegué  a pensar –el bolsillo no alcanza- ni en Joselitos ni en huevas de esturión.  Solo cuatro pastas y una copa de mosto –el cava, ha quedado vedado-. Y la indigesta que para algunos resultará la noche electoral.  La noche y los siguientes  años de legislatura.

En cambio, para otros, será una especie de adelanto del Gordo de Navidad, del aguinaldo, de la paga extra y del regalo de Reyes.  Lo suyo será adelantar las cartas y que tanto Santa Claus como los Reyes puedan leerlas a tiempo. Además de un adelanto, claro.

Uno ya no sabe si la fecha propuesta habrá sido por aquello de que los españoles volvemos a casa por Navidad, a fin de garantizar que todos puedan depositar el voto, o al contrario, que muchos otros salgan y se encuentren fuera de sus domicilios.   Lo cierto pero, es que da la sensación que se ha apurado la legislatura al máximo.  Como si el punto y aparte ya estuviera escrito o sobrevolando algunas azoteas.  O por pasar a la historia como la legislatura más larga. ¡Quién sabe!

Para algunos, las compras compulsivas de estas fechas podrán favorecer una tendencia de voto, mientras que para otros, la precariedad del bolsillo, hará que el  termómetro económico sea el real y no las dientes de sierra del telediario.

Lo cierto es que la economía ha mejorado en estos últimos cuatro años.  También es cierto que  gracias al imperativo sacrificio legal de los obreros.  Obreros tanto del sector público como del privado.  Y eso lo saben tanto el Gobierno como las entidades bancarias, los empresarios y por supuesto, más que nadie, los propios obreros.

No sería extraño pues que en plena euforia navideña, aquellos empleados que han visto disminuidos sus derechos, sus haberes, sus vacaciones y como no, su paga extraordinaria, en el momento de depositar su voto, en el momento de escribir la carta con los deseos para los próximos años, en vez de mandársela a Finlandia o a Oriente, la depositen en la estafeta de su colegio electoral.

Y de todas ellas, bien seguro saldrá un regalo colectivo.  Un regalo que podrá gustar a todos, o simplemente a algunos.  Uno ya no se atreve a hablar de mayorías.  En Cataluña  se ha demostrado que no todos los votos valen igual –tal vez por aquello del tres por ciento-.


Y para aquella noche, algunos deseos. Tal vez, sólo cuatro palabras bien escritas: “No  recortes, no despidos”.


PUBLICADO EL 8 OCTUBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

¿JUNTOS? NO, GRACIAS.

Siempre se ha dicho que la unión hace la fuerza.  Que el todo es más que la suma de las partes.  Los catalanes nos lo han demostrado un cincuenta por ciento al considerar que “Junts pel si” era electoralmente más rentable que hacerlo con sus formaciones políticas por separado.  Al menos, si se hacía bajo el paraguas de la actual ley electoral y su división territorial.
Las formaciones llamadas constitucionalistas, las que se postulaban por continuar bajo la bandera bicolor, no debieron creer lo del todo y sus partes.  O al menos, se dieron otras prioridades.   Las miras puestas en las generales de diciembre, en la de castigar al PP y como no, la de subir enteros para hacerse un puesto en las encuestas, ha primado sobre España y sobre Cataluña.
De todos modos, tras las elecciones, Cataluña sigue como siempre. O peor aún. Con un parlamento que deberá apoyar a una fuerza sin programa y una oposición dividida.  Y es más.  Un pueblo, el catalán, dividido  al cincuenta por ciento.
Y  Mas es el culpable de ello.  O de parte. En cada cita pierde enteros, quebrados y decimales.  Gana unas elecciones, sí, pero pierde el plebiscito. Aunque eso, nunca lo reconocerá.  Porque de ganar, ganan todos.  Aunque esta vez sólo haya ganado Ciudadanos. Y la tercera vía.
La tercera vía será la que saldrá, sin duda, del “seny català”, pero para ello deberemos esperar a diciembre para que los españoles -catalanes también- nos pronunciemos sobre todos los temas que nos atañen.
Abrieron las urnas y la Luna acompañaba con su magnitud y luminosidad lo que tenía que ser una noche mágica llena de emociones.  Al poco, las columnas de votos y escaños iban cada uno por su lado.  La democracia había ganado, pero el voto ciudadano había perdido.  No todos los votos cotizaban igual.  Los catalanes seguían siendo desiguales entre ellos.
Entrada la madrugada, la Luna se apaga.  Desaparece  avergonzada por todo el engaño nacionalista.  Y de las maniobras de los constitucionalistas.  De las miras personales. 
La Luna se tiñe de luto al ver a un pueblo dividido a partes iguales. Familias, amistades, compañeros, divididos por unas decisiones personales que empezaron con Maragall y siguen con Mas.  Y se enrojece también.  De enfado, de vergüenza.
Y mañana Cataluña seguirá con los recortes, con  ajustes presupuestarios y con el consabido “España nos roba”.  Eso es lo que hay.  Al menos, casi el cincuenta por ciento de los catalanes así lo han decidido.
Un éxito, vamos.

           ¿O será simplemente un éxitus?

PUBLICADO EL 1 DE OCTUBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

GRANADA

Hacía quince años que no salía de nuestra isla, de nuestra roqueta, de vacaciones.  Desde entonces los viajes han sido siempre por causas médicas  y el destino siempre el mismo, Palma de Mallorca.  Este año ha sido diferente.  Además de compaginar los viajes a Palma, ha habido dos momentos para el disfrute y el recuerdo.
Ambos han sido momentos en que las manecillas del reloj han acelerado su paso y la sensación de añoranza para con la “roqueta” ha permanecido ausente.  ¿Habremos madurado o simplemente hemos descubierto otros paraísos fuera de nuestra Menorca chica?
El primero fue en Semana Santa con el viaje a Banyeres de Mariola, en Alicante.  El segundo, justo después de nuestras fiestas patronales a Granada. ¡Qué decir de Granada!, si está todo dicho.  Y es cierto, Granada tiene personalidad propia.  Y eso que sólo fueron cuatro escasos e intensos días.  O tres. O dos.  Porque hay que restarle uno de ellos en la que hicimos un viaje relámpago a Sevilla.  Contraste incluido.
Llegamos un viernes a las once de la mañana y partimos un lunes a las siete de la tarde.  Y  entre ellos, el domingo, una pausa para ir a Sevilla.  Pero este poco tiempo fue suficiente para que la ciudad nos prendara.  La ciudad y sus gentes.  Su limpieza y su amabilidad. Y la Alhambra.  ¡Qué decir de la Alhambra!  De sus calles,  sus paseos, sus tapas, su noche. Sus calles llenas,  seguras  y cuidadas.
Nos hospedamos en el  Abades Nevada Palace y en la habitación nos esperaba una revista-guía prologada por su Alcalde y entre sus páginas nos brindaba la oportunidad de ser “embajadores” de Granada.  Me sorprendió esta acción impulsada por el  departamento turístico de la ciudad, y más  sorprendió al conocer sus gentes, su historia, sus calles y sus comercios.
La ciudad de Granada no necesita de embajadores, porque son ellos mismos, con su trabajo diario, con su afán de mostrar lo mejor de cada uno de ellos, lo que hace que sus visitantes no duden de trasmitir en elogios lo que, los ciudadanos, los trabajadores del sector turístico, sin esfuerzo, brindan a estos turistas, tanto nacionales como extranjeros.
Andaluces de Granada,  como bien se autodefinen  sus gentes.  Banderas españolas, andaluzas y granadinas ondeando en armonía en sus calles y en sus monumentos, solas o en compañía.  Acceso libre y gratuito a sus monumentos  un día a la semana para sus gentes.  ¡Cuántas lecciones aprendidas en tan poco tiempo!

Aparece la añoranza, sí, de llegada a Menorca.  Y de Granada, por supuesto.

PUBLICADO EL 24 DE SEPTIEMBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

DESCUBRIR AL LECTOR

Hace unas semanas descubrí a un lector.  Tras la experiencia, me vino a la memoria aquellos tiempos en que se pasaba lista a los asiduos  lectores. No solían pasar de los treinta –en el mejor de los casos-, pero eran fieles a la lectura.  Muchas veces te comentaban vagamente algún artículo ya pasado, y en muchas ocasiones tenías que salvar la cara de circunstancia al ya no acordarte del escrito referido.

Me suele pasar con frecuencia. No sé si debido a mi cada vez mayor despiste para el recuerdo o si a mi condición de tránsfuga en cuanto al tema de opinión. 

Siempre he comentado que en un juicio disfrutaría haciendo el papel de abogado y de fiscal.  En el tema de la opinión, me pasa lo mismo. Poder defender una posición, un argumento, es fácil.  Y contrariarlo, también.  En este último caso pero, el juez ya no es una persona con toga, sino  el lector.  Y los veredictos,  tantos como lectores.

Y el lector al que me refiero se remonta a los tiempos de Federico. Se me presentó en plena calle una tarde de agosto.  Me detuvo disculpándose para preguntarme si era quien él pensaba.  Tras la respuesta afirmativa, me preguntó por ese mismo Federico y tras algunas frases de cortesía nos despedimos.

No estoy acostumbrado a estas relaciones sociales y tal vez por eso –o porque soy así de antipático, quien sabe- la imagen suele quedar sosa.   Pero me alegró.

Don Federico –que con el tiempo perdió su don-, tuvo un precursor que fue fusilado al amanecer.  Se llamaba don Leandro. De vida efímera, don Leandro alcanzó fama en poco tiempo –eso sí, en un reducido ambiente- y por eso mismo, por la fama, fue aniquilado.  Federico, recibió el testigo por consenso y resistió el embate  acompañado de su siempre Mô. Logró superar aquellas crisis internas y se  hizo un sitio entre la treintena de lectores, hasta que un día  tuvo que desaparecer  por causas naturales.

Pasados los años, encontrarte con un antiguo lector que no tenías contabilizado te alegra. Pero este encuentro te vuelve nostálgico. Repasas tu hemeroteca personal y comparas la primera foto que acompañó  tus primeros escritos ¡y de eso ya hace veinte años!, con la vista que te ofrece el espejo cada mañana. Toda coincidencia es pura casualidad.

Vuelves a las causas y motivos de tu primer escrito. Recuerdas aquella injusticia profesional y rastrera,  y reconoces el papel psicológico que te proporcionó Es Diari y la terapia de grupo que significaron aquellos lectores. 

Y agradeces el papel de ambos en el renacer tuyo.


Gracias.


PUBLICADO EL 17 DE SEPTIEMBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

LA HISTORIA SE REPITE

Que la historia y el presente suelen cruzarse cada cierto tiempo  es un hecho harto conocido y asumido por todos.  Otra cosa es que,  aun sabiéndolo, no pongamos nuestro particular granito de arena  y nuestro colectivo arenal para disminuir los costes que ello conlleva.

Podría referirme a la noticia de que tortugas menorquinas son liberadas en tierras catalanas, pero el tema rozaría lo humorístico. Alguno utilizaría la noticia para interpretar todo lo contrario.  Más que una colonización de “bona tortuga menorquina” a tierras catalanas, dirían que “se inicia el éxodo de especies menorquines hacia la Cataluña común en fechas próximas al 11-S”.

Miles y miles de refugiados, exiliados  y migrantes.  El término acuñado solo responde al tratamiento que la ley dispone.  El refugiado huye en busca de paz y el migrante lo hace en busca de trabajo.  Pero los titulares de ambos términos son personas, familias enteras, que buscan casa y comida. 

La solidaridad es la respuesta a esta demanda.  Solidaridad individual y colectiva. La historia nos ha demostrado que a lo largo de los años han sido muchos los éxodos humanos.  Unos por hambruna,  otros perseguidos por sus ideas, raza o religiones.

Y la historia también nos ha demostrado que  todos hemos sido partícipes en los renglones escritos.  A veces como verdugos, a veces como víctimas de éstos.  De allí nace la solidaridad, la caridad  y como no,   el abuso y el negocio.
 
Abuso y negocio porque tras cada penuria humana, tras cada acto fratricida, encontraremos a alguien que se beneficie. Y de la historia debemos aprender. Y rápido.

Tras estos miles y miles de desplazados, empezarán a gestarse movimientos a favor y en contra. Deberemos estar alerta y prevenirlos. Y prevenirnos.  Deberemos airearnos con nuevos vientos, con renovadas fórmulas, con nuevos diseños, si no queremos que la historia se repita.

Alejar el odio y el negocio es pieza fundamental.  Favorecer la erradicación de las causas que provocan estos éxodos, también.  No basta con acogerlos. Tenemos que implicarnos en trasladar esta Europa a la que tanto anhelan  a sus lugares de origen.

¡Basta ya de hipocresía!  De lo contrario el efecto llamada puede ser una bomba de relojería. Si se huye de la masacre, hay que terminar con ella liberando religiones.  Si se huye de la miseria hay que crear riqueza.

En algunos casos deberemos adelantar los calendarios quinientos años.  En otros con media centuria bastará.  


Otros habrá que sólo oirán el tic-tac de su segundero.

PUBLICADO EL 10 DE SEPTIEMBRE DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

DOBLE NACIONALIDAD


Cuando  leí aquello de que en el hipotético caso de que Cataluña consiguiera la independencia, brindaría a los valencianos y a los baleares que quisieran, el que pudieran tener la nacionalidad catalana, o al menos la doble nacionalidad, lo primero que me vino en mente fue aquello de que “Cataluña nos roba”.
En un primer momento piensas que todo se encarecerá al menos un tres por ciento.  Luego te tranquilizas.  Relees la noticia y de momento no dice nada de anexionarse el territorio balear ni el valenciano, de momento, claro.  Solo habla de la nacionalidad.  Y uno lo ve simbólico y…., necesario.
Simbólico para todo aquel que juega a navegar en medias tintas.  Porque si uno de verdad se siente nacionalista menorquín, querrá la independencia plena, menorquina, nada de pertenecer a otro yugo como podría ser Mallorca o simplemente Cataluña.  Otra cosa es que lo que el idioma sea igual o parecido, que no la cultura.  El ejemplo más claro lo tenemos en Sudamérica, que no por hablar en castellano –o español- tengan que ser anexionados a Castilla o a España. O al revés.
Necesario para todo aquel que tenga intereses en Cataluña.  Quien tuviera mucho dinero en entidades bancarias catalanas, le interesará una doble nacionalidad.  De lo contrario, no crea que el gobierno español le avale -en caso de quiebra de la entidad- la restitución de las cantidades depositadas en un banco extranjero. También, quienes quieran cursar sus estudios en universidades catalanas perderán opciones si son considerados extranjeros.  Y no digamos de los descuentos de residente…
Pero el presunto chantaje catalán no debe inmutarnos lo más mínimo.  Primero porque primero deberán conseguir esta tan cacareada independencia. Segundo porque una doble nacionalidad no depende sólo de ellos sino del gobierno español. Tercero porque también los baleares y valencianos deberíamos poder opinar al respecto.  ¿O acaso en la hipotética constitución del hipotético estado independiente catalán no se respetará la opinión de los ciudadanos de otras tierras?
Pero también me asusta. Me asustan los últimos acontecimientos en que ves una presunta provocación de elementos catalanistas en la isla. La memoria me retrocede a la década de los ochenta cuando las carreteras y playas menorquinas estaban invadidas de pintadas y mochileros respectivamente. 
Me asalta la duda.  ¿Aquellos mochileros de entonces serán los mismos que ahora  van con corbata y llaut oficial?

No lleguemos al slogan de “si no te l'ha fet, te la farà”.

PUBLICADO EL 3 SEPTIEMBRE 2015 , EN EL DIARIO MENORCA.