DE IMPUTADOS A INVESTIGADOS

Dicen que la justicia es lenta, pero cuando la balanza  se inclina del lado inverso…..  Resulta que la figura del imputado, hasta hace poco era casi un privilegio.  Al  menos, nos repetían hasta la saciedad de que era un término garante de derechos.  Otro tanto les pasaba a los aforados, que incluso hubo quien sin ruborizarse siquiera, lamentaba figurar en la lista de  éstos porque sus fallos eran irrecurribles.
Ahora bien, cuando son legiones los políticos que pasean por las sedes judiciales, las imputaciones empiezan a ser incómodas –o menos garantes-.  Y si bien, no pueden evitar el entrar en sede judicial, sí esperarán salir con otra condición.  Imputar sería según el Libro Gordo de Petete, señalar con el dedo índice de la mano derecha  a alguien por alguna infracción recogida en el código penal en base a unos hechos investigados.  Ahora, no señalaremos con dedo alguno, ni a político, ni a  princesa ni a lacayo alguno.  Ahora, retrocedemos un paso y nos quedamos en la investigación.
Pero si la investigación va a más, y abrimos una causa penal y en éste escribimos el nombre y los apellidos del anterior investigado, en el momento que escribamos el nombre del susodicho en aquella pieza llamada causa, será denominado encausado.  Eso sí, con todas las garantías que el estado de derecho le reconozca.
Y de momento aquí se han parado.   Uno ya no sabe si porque no piensan cambiar más motes o si están a la espera que los juzgados avances en sus investigaciones.  La verdad es que decir que un miembro de la realeza o que un padre de la patria pueda ser condenado, penado, sentenciado, no suena nada bien.  Ni encarcelado, enjaulado, recluido, enclaustrado, ni privado de libertad.  Habrá que buscar términos menos hirientes para el decoro de esta jerarquía política.  Se me ocurre el de “privado de ciertos derechos” o tan simple como “sujeto bajo custodia judicial”.
Pero no. Seguro que alguien se basaría en algún criterio académico y diría que el término puede ser ofensivo para según quien.  Y aquí es donde  uno carga toda su artillería.  Si una separación matrimonial, se le denominó por activa y pasiva como “cese temporal de convivencia” ¿por qué no llamar  a una condena de prisión, el “cese temporal de la libertad deambulatoria”?

También es verdad que lo de corrupto suena mal.  Y ahora en elecciones, más que nunca. ¿Por qué no llamarlos “sujetos de mala praxis económica” o “entes erráticos en lo público”?  Tal vez, incluso alguno, lo enmarca y lo cuelga en la pared.
PUBLICADO EL 26 DE MARZO 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

TIRAR LA TOALLA

La expresión que encabeza el escrito es como ya sabrán, sinónima de abandonar el carro y coger las de Villadiego.  ¿Quién no se ha planteado en alguna ocasión tirar la toalla y que sean otros los que empujen el carro?
Otros en cambio, más que facilitar el paso a los demás, se apuntarán al carro  vencedor, y seguirán  llevando ellos mismos las riendas.  Son los más listos, sin duda. Menos románticos, eso sí, pero con más posibilidades de éxito.
Los menos inteligentes, los menos listos –mejor dicho-, nos aferraremos a palabras como honradez, sinceridad, lealtad, y unas pocas más que están en la escala a extinguir como rezaría en cualquier escalafón militar, para dejar paso a esta nueva generación que parece tener las horas aceleradas  y con ellas  devorar el mundo.  Y sobre todo, a su imagen y semejanza. 
Uno no es la primera vez que tira la toalla y  vuelve para ponerse el último de la fila   en busca del sustento diario.  Aún conserva aquel camuflaje aprendido en la mili y que en tantas ocasiones ha necesitado para sobrevivir en el intento.  Ahora, de nuevo, tira la toalla, se embute aquel traje camaleónico, y espera el rancho como cualquier otro hijo de vecino.
Echa de menos a Federico y a Mô quienes por cuestiones de caracteres no salen ya  en estas páginas.  Ellos eran como  terapia, el desahogo en el que llorar y expirar sus ansiedades.  Sus miedos, y sobre todo, sus frustraciones.  Pero todo es cíclico en esta vida –para algunos, claro-.
Y la crisis también es cíclica, y en esto ya se apoyan en cálculos estadísticos y pretéritos. Y de crisis, muchas.  Variedad al antojo de uno y de los demás.  La crisis es como ya  la gripe,  en la que todos están griposos, aunque sea  un simple resfriado, una alergia o la simple resaca de una noche loca y desmesurada.
Y con ella muchos han aprendido.  Otros, sólo hemos observado.  También otros han aterrizado sin pista, sin tren e incluso sin dientes, como diría el chiste de la bicicleta.  Si retrocedemos al inicio del escrito, relacionaremos a algunos de  este pelotón, escuadrón o como se le llame, como integrantes  de aquella legión de listos que se apuntan, innovan y se suben al carro del vencedor.  No todos, pero algunos se transforman, y no con pieles camaleónicas.
Y ellos no tirarán la toalla, no.  Si cabe,  recogerán las de los demás, copiarán y pegarán las mismas,  y se harán su paseíllo, su alfombra de color, y desfilarán sobre ellas.  Y volverán banderas victoriosas, sí…..
Otros, seguirán tejiendo las toallas.

PUBLICADO EL 19 MARZO 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

SEPARACIÓN O DIVORCIO.

La verdad en un tiempo, es error en otro”, o al menos eso nos dice una de las frases atribuidas a Montesquieu.  Si hace unos años la crisis nos ahogaba y estábamos a punto de la bancarrota, ahora, tras los ajustes de cinturón y demás, resulta que los recortes han sido funestos y hubiéramos vivido mejor sin tanta austeridad. Pero eso es lo de menos.
El nuevo orden que impulsan algunos, cara a la galería, no deja de ser otro talante para que algunos privilegiados puedan acceder a ser casta. “La amistad es un contrato por el cual nos obligamos a hacer pequeños favores a los demás, para que los demás nos los hagan grandes”. ¡Y cuánta razón no tenía aquí el señor de La Brède! Aunque algunos muchos no acaben de atinar el concepto de amistad y el de favor.
Si bien Montesquieu desarrolló la teoría de separación de poderes, el paso de los años, y más aún el paso humano, hace necesario formatearlo de nuevo, dándole sentido y sobre todo, ilusión.  O al menos, en España.
Porque en España el sistema está corrompido, putrefacto.  Y si a eso unimos que el tándem  de a tres no es independiente, apaga y vámonos.  Amparado en que la soberanía reside en el pueblo, los tres poderes van de la mano y se atreven incluso a saltar la comba.  Asi, el Legislativo,  elegido por sufragio de los españoles elige al Ejecutivo.  Y entre ambos eligen y disponen las condiciones del judicial.  Y esos, fallan.
Y si a eso añadimos que en lo concerniente a la política económica, quienes toman las decisiones son los lobbies, los banqueros o algún dirigente extranjero; que sobre política internacional nos debemos a los intereses comerciales y que los Grandes Hermanos son como los antiguos concursos de Miss España, uno ya no sabe si es que de verdad hemos perdido el rumbo, que si vamos a la deriva, o simplemente nos hemos equivocado de portal.
Los contrapesos, o la teoría de éstos, de los que en su día debió hablar el Barón, ya no contrarrestan ni equilibran las fuerzas de las otras, sino que, a pesar de tanta división, cuando la ocasión es propicia, suman.
Y ante sumas, más divisiones. Más poderes, al menos.  Y más separados, más alejados, más independientes.  ¿Por qué no elige el pueblo soberano directamente al Poder Judicial? ¿Y al Económico?
A veces, un divorcio, puede ser mejor solución, que la de una separación con derecho a roce.

 “Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder”. Montesquieu dixit.    El roce, si tiene que haberlo, mejor  por impacto.

PUBLICADO EL 12 DE MARZO DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

REALIDADES

Que la realidad es como la verdad, sin duda.  Que en estas fechas preelectorales, hay muchas y variadas, también.  Incluso me atrevo a decir que más que verdades, hay mentiras.  Sí, porque la intencionalidad es una variable –o constante, vaya uno a saber- que hay que valorarla en su justa medida.
In dubio pro reo, tal vez sí, pero ahora no.  Que salimos de la crisis, depende.  Pero al menos, el espíritu está mejor.  Y si el enfermo está animado, sin duda, el medicamento hace mejor efecto. 
A quienes parece que el medicamento no les hace efecto, o que la animación brilla por su ausencia es en Grecia. O simplemente será una maniobra de las antiguas judeomasónicas.  Y no digamos del otro tanto de Rodríguez, Zapatero para más señas, que se alía con los comunistas cubanos.
Y lo natural ahora, sería hacer lo que muchos hubieran hecho en épocas difíciles.  Una alianza en la gobernabilidad.  Predicar con el ejemplo, apoyando a la lista más votada y consensuar políticas de Estado.  Y sobre todo, depurar.  Depurar a todos aquellos que desde uno u otro bando, hayan deshonrado a la cosa pública.  Y así se gana la credibilidad del sistema.
La unión está dividida.  Ellos mismos separados.  Babor y estribor aparecen en embarcaciones distintas, pero con quilla compartida.  Mientras Felipe González apuesta por el Estado, Zapatero y Sánchez apuestan por el partido.  Y por sus propios apellidos.  Y el partido, su mismo nombre, lo indica.
El Ejecutivo vuelve sobre sus pasos.  Ahora la justicia volverá a ser  menos cara, si cabe.  Pero en el tintero han quedado muchas otras cosas que deberían recuperarse en menos de ocho meses.  Y algunas, sin tiempo de espera. 
Porque los demás no esperan.  La intoxicación está latente. El cocinero no cesa en su encomienda.  Platos y desaguisados salen a la pública palestra y es poca la espera para reproducir el sabor de sus desaguisados.  Sin reservas, sin lupa y sin miramientos.
Un anexo del BOE en el que se declara que la felicidad no es posible sin ayuda divina,  es tildado de dictado del Gobierno, cuando en el diario oficial sólo se inserta el doctrinario de -y por- la Iglesia.  La red echa humo y se comparte sin comprobación alguna. 
Me gusta y comparto, es el SMS actual. Una lectura fuera de contexto, también es infelicidad provocada.  E ignorancia.  Y los profesores de ellos, un peligro latente.  Una dictadura encubierta, un lobo con piel de cordero.

Y el pastor, debe hablar y contestar.  Y más.  Debe, convencer.  O al menos, vencer. 

PUBLICADO EL 5 MARZO DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.