CATALUÑA, DE FONDO

Mal sueño, pesadilla, irresponsabilidad, sea lo que sea, ya no hay vuelta atrás. O al menos, no habría que tenerla. Porque los representantes actuales de ellos no quieren y porque de hacerlo, sería cerrarlo en falso, como una herida mal curada, un brazo roto sin escayolar.  Y si hay que amputar, se amputa, y listo. Y si se salva el miembro, mucho mejor.
Mientras, el resto de España sigue haciendo de las suyas.  Rio revuelto ganancia de pescadores, pero no. Aquí todo lo contrario. Divide y vencerás, pero tampoco.  El sujeto sigue siendo Cataluña. El resto, la comparsa. En vez de hacer un frente común –como sí parecen hacer parte de los catalanes, y tan de moda últimamente- el resto sigue dividido. No hay estrategia. O al revés, hay demasiadas estrategias.
Mariano no quiso adelantar y hacer coincidir fechas porque sabe que sus días están contados.  Sus huestes en nada le han ayudado. La corrupción, la división interna y la falta de liderazgo y miras hacia el proletariado, le pasarán factura. 
Al resto, tanto les da.  Sólo tienen miras para desbancar al partido popular.  Cualquier resultado les será beneficioso sea al precio que sea. 
La estrategia pasa por estar preparados y tener planes A, B y abecedario completo, si cabe. La Constitución lo contempla, sí.  Pero nadie confía en que se aplique. Falta como no, el desarrollo de la ley, y ésta no está ni se la espera. ¿A qué esperan?
Al Código Penal tampoco se le espere. Depende de jueces, de fiscales, de plazos, sobre todo de plazos.  Y la justicia es lenta.  E interpretable.
La fuerza coercitiva, tal vez incluso inexistente.  El plan enésimo deberá contemplar la salida sin pactos. La coerción sin una fuerza.  De lo contrario, España saldría aún perdiendo más. Y es Mas y los suyos quienes deben encabezar el balance de las pérdidas.  La SS, las pensiones, el desempleo, la sanidad, la educación, las fuerzas armadas, la garantía de los bancos.., todo este montante presente y futuro, debería  salir de sus propias arcas, no de la del resto de España. 
Y eso hay que decirlo ya.  Falta como no, un Alfonso Guerra que atemorice con el tema de las pensiones al más puro estilo de los ochenta.  Falta carisma, unidad, y como no, un líder que aglutine a una España con unas ganas locas de ganar por la unidad.  Y este personaje, este líder, no es Rajoy, por supuesto.  Pero ojo, tampoco es Pedro Sánchez.  Y mucho menos, Pablo Iglesias.

Uno piensa en Felipe González y José María Aznar. Al menos, se hablaba catalán en la intimidad.

PUBLICADO EL 30 DE JULIO 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

UNA BOTELLA EN LA RED

En la red sí, pero no precisamente en la de pescadores, sino en la otra, en aquella en que todo lo virtual queda atrapado y cuesta desembarazarse.  Esta vez la noticia de la botella con mensaje incluido, ha tenido dos versiones casi unísonas.  La primera, la confusión o presunto engaño.  La segunda, la real.
Y han sido los mecanismos de comunicación actuales –televisión incluida- y el consiguiente porcentaje de azar-suerte-destino, quienes han propiciado que la verdad quedara al descubierto.  Sin la conjunción y presencia de ambas en un mismo tiempo, la versión de aquella botella que en primera instancia se la deambulaba durante más de una década en aguas oceánicas, hubiera creado cátedra.
Pero la versión final de la botella y la red, también crea cátedra.  Nos enseña que a veces la respuesta está mucho más cerca de nosotros de la que se transmite.  La historia suele decirse que la escriben los ganadores. Y prueba de ello lo tenemos en cada rincón, en cada piedra,  en cada sustrato de nuestra isla.
Y antiguamente eran pocos –y bien organizados- quienes tenían para sí el conocimiento de leer y escribir.  Y no digamos ya, el derecho a pensar y comunicar.  Término como el de “bona gent catalana” de Muntaner, entra ahora, tras más de setecientos años, en sana discusión para la búsqueda de la verdad.  O de otra verdad.
Como los orígenes mismos de Jesús y del Cristianismo, tantos años sustentado por la imposición, censura y miedo.  Y de la fe.  El libro “El Santo Osario” es un ejercicio de búsqueda de la verdad, de esta otra verdad,  con la que fortalecer la fe, la historia, o al menos, una fe, una historia, sin necesidad de hogueras ni tierras quemadas.
Pero la historia también es política, aunque por desgracia, la política aún  no es historia.  Y la política son intereses también.  De grupo y como no, personales.  Lo vemos  -y sufrimos- continuamente. Y hoy día, más.  Y nos faltan muchas botellas.
Muchas botellas, muchas redes, mucha comunicación.  E información.  Porque el peligro de la red, es que el mensaje que navegue dentro de la botella sea real, cierto y no sesgado ni manipulado.  Y quien lo recoja y lo transmita, tampoco lo sesgue ni manipule.  Ni corte ni pegue de otro ejemplar. 
Y que los demás, lo sepamos y queramos entender.  Y esto a veces, también cuesta.
España va bien, sí, pero el Gobierno no afloja. ¿No creen que ante unas elecciones, de ir bien,  no tirarían la casa por la ventana?
La información no convence.

Esta vez, la botella debe estar vacía.

PUBLICADO EL 23 DE JULIO DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

CAST@S

Los tiempos marcan términos nuevos.  Uno ya no sabe si es una perversión del lenguaje o simplemente que evoluciona. Como el acento del pronombre que ahora es falta ortográfica y antes todo lo contrario. Ahora no es lo mismo pertenecer a la casta que ser casto, al menos eso puede nos dijera el Pablo nuestro de cada día.
Tampoco en el pasado fueron sinónimos los términos casta y castidad. ¡Ni el clero se  libra de ello! Lo cierto es que referirnos a la pureza, ya no vende.  O al menos ya no se practica. Y en política, menos.
Y la culpa de todo es de internet, de los medios, y de los corruptores del lenguaje que no hacen más que compartir noticias; eso sí, siempre que identifiquemos al mensajero como culpable de lo que ocurre a nuestros pobres salvadores de patrias.
Si el Gobierno nos anuncia que nos baja la factura de electricidad, ya va alguien y nos dice que en febrero nos la vuelven a subir.  Si nuestro JoseRa anuncia que estará a las dura y a las maduras, alguien nos lo recuerda hasta en la sopa cuando prestará servicio en el Senado.  Si el laureado Pablo por cuestiones de movilidad geográfica y compatibilidad con el voto pide retrasar unos minutos (sesenta más o menos) su viaje de vuelta, ya se le tilda de prepotencia hacia el resto de ciudadanos. 
Y no digamos de Colau que se duplica el sueldo prometido. Eso sí, para donar la mitad.  Ya habrá quien malinterpretará esta donación por aquello de ser  una maniobra fiscal o simplemente un gasto añadido a las arcas al cotizar a la SS por la totalidad.
En el fondo de la cuestión prevalece el personalismo, la figura del titular que quiere y necesita figurar.  Ser primera persona del singular, dirían algunos otros.  Como las primarias que unos rechazan y otros quieren nombrar a dedo. ¿Qué diferencia hay entre los unos y los otros?  Al final, todo es un dictado.
Dicen los profesionales de los affaires de alto nivel que la máxima con la que deben trabajar es “la necesidad de saber”, que viene a decir que “si hay algo que no necesitas saber para desempeñar tu trabajo, es más prudente y pragmático no saberlo. Cargarte de información confidencial innecesariamente es complicarte la vida”.
Tal vez, si alguien no hubiera introducido el término casta en su propaganda, este escrito no existiría.  Si no lo hubieran alzado a los altares, tampoco  ahora sería criticado.  Y si no fuéramos tan curiosos, no habría enfados, la hipertensión controlada y la salud, no se resentiría.
La culpa, al final, de los medios. 

Y de la castidad.

PUBLICADO EL 16 DE JULIO DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

ES LA LECHE

Cada dos por tres  las redes sociales suelen dar noticia de lo peligroso que son las bebidas refrescantes con cola.  Si añadidos, azúcares, elementos desconocidos que crean adicción, vamos, que los cigarrillos no son nada si uno los compara.  Es más, en el tema de los refrescos, siempre suele añadirse algún ejemplo gráfico.  De todos es conocida la limpieza de grasas  y óxidos metálicos y la mala combinación en el estómago con cierto licor de crema.
La de este año es la combinación del refresco con la leche.  Tres cuartas partes de cola más una de leche, provoca que a las seis horas aquello sea una cuajada asquerosa dentro del estómago.  Pues bien,  hay quien ya ha encontrada la solución al desaguisado de este caluroso verano.  O al menos, así lo intenta.
Todos critican el refresco de cola, pero nadie presenta un producto alternativo. Tal vez, de haberlo no haylo.  Algo parecido ocurrió con el tabaco. Aparecieron los cigarros electrónicos y tampoco se salvaron de la quema. Y del humo. Ahora, alguien ha dado con la solución al despropósito del refresco de cola.  Nos tranquiliza.  O al menos, se intenta tranquilizar a sí mismo, que ya es mucho.
El culpable no es el refresco de cola, sino simplemente la leche. ¡Es la leche! El lácteo es el culpable que el refresco de cola se convierta en cuajada.  De ahí que los añadidos a la leche industrial sean los presuntos, eso sí, culpables del desaguisado.
En Grecia, otro tanto.  Si votaban SI seguían agachando cabeza y Alemania y sus socios les seguían empujando a una ruina inmoral.  Si votaban NO, o se lanzaban al vacío o simplemente seguían en el sistema con mejores perspectivas. Tanto en uno u otro caso, podrían salir perdiendo porque la rebelión necesita castigo.  La Troika no puede permitirse que el ejemplo griego aliente que otros sigan igual suerte.  ¿Será capaz España de rebelarse también?
Pero España es diferente.  España va bien. Y los bancos, más aún.  A nosotros no nos rescataron. Fuimos nosotros quienes rescatamos a los bancos. O al menos, los pagamos. ¡Que se enteren en Europa!
A uno poco le importa salir o no de la eurozona, del mercado común o de la comunidad europea.  La pregunta que le interesa  a uno es otra.  Si saliéramos de la eurozona, del euro, y volviéramos a las pesetas de siempre, ¿un euro volverá a valer cien pesetas?  Ya se apañaron los comercios a redondear el “todo a cien” a “todo a un euro”.  Allí empezó la crisis del euro, el robo del siglo, y el saqueo del pueblo.

Y es que ¡son la leche!

PUBLICADO EL 9 DE JULIO DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

CAMBIOS EN EL PLA(N)

Este año Es Pla de Sant Joan también ha sido noticia. Y buena. Las novedades en cuanto a la seguridad que se han impuesto en el mismo han dado sus resultados, o al menos así se interpreta. Ahora habrá que esperar que para futuros años el sentimiento sant joaner -  con la más que probable relajación motivada por el éxito y por el deseo - mantenga el equilibrio con las medidas de seguridad impuestas.
También hay que reconocer que la visión ha sido distinta. Descafeinada dirán algunos.  Diferente, al menos.  Este año habrá marcado sin duda un punto de inflexión. Un antes y un después, en el que nunca podrá volverse ya a condiciones pasadas.  El margen intentará  jugarse, pero sin llegar a la ruleta rusa.
Tal vez lo vivido en Es Pla  sea precursor de nuevos cambios protocolarios anclados en una tradición sí, pero no adaptados a la realidad social.  Si la exteriorización del fenómeno sant joaner ha obrado en cuanto a la toma de medidas que regulan aspectos de la misma –y su descafeinado, dirán algunos-, nadie puede asegurar que en años venideros, no se abra el debate para que las mujeres puedan ocupar iguales cargos que los hombres.
Porque en Es Pla no tan sólo se ha vivido la seguridad.  Se han vivido también las formas. Y al menos una -y en la tribuna de autoridades- también ha sido noticia.  No hubo favoritismo ni trato de favor.  Y menos ante la presencia de las cámaras y los miles de espectadores. ¡Aquello sí hubiera sido noticia de portada! Aunque presuntamente este favor no se solicitara. O al revés.  Que a uno se le hace difícil entender la situación sin la participación. Sin acción no hay reacción, diría la ley física.
Y más conociendo los presuntos modus operandi ajenos.  O de algun@s.  La incógnita quedará sin despejar de si el pasaporte televisivo abre o no otras puertas, o si éstas  solo se abren por voluntad de las urnas.  Aunque siempre habrá la posibilidad de que la designación del designado las abra.  O lo que es lo mismo, la libre interpretación de la voluntad popular delegada.  Que dicho así suena fuerte. Jurídicamente fuerte. Como el poder de los asesores y cargos de confianza, vamos.

Otra cuestión aparte será la interpretación de la voluntad de las urnas.  Y ya no de las urnas si no de las bases, que son menos.  Es la delegación de la delegación.  Y a veces sin quórum, incluso.  Pero eso ya es harina de otro costal.  Otro plan.  Un plan, como diría el anuncio televisivo, de aquí, de confianza.  Bien diseñado. Y bien asesorado, por cierto.

PUBLICADO EL 2 JULIO 2015, EN EL DIARIO MENORCA.