EL BALANCE QUE NOS QUEDA

Al final de un ciclo se suele pasar balance. Así, al finalizar el curso académico el trabajo del alumno es valorado y puntuado. Las empresas suelen realizar el balance al finalizar el año natural y preparan los libros para rendir cuentas con Hacienda. Ni que decir que si en los años de bonanza económica oficialmente el balance solía ser regular, no digamos como se prepara el actual. Y es que ya se sabe del dicho, que quien no llora no mama.

Pero para quienes hace años que hemos dejado de mamar, para quienes por mucho que imploremos seguimos siendo para Hacienda la clase productora en cuanto al pago de los impuestos, y el consumidor final en cuanto a las desgravaciones –o al revés, o todo lo contrario- no nos queda otro remedio que hacer un balance virtual. Y digo virtual como podría decir estético, emocional, o cualquier otro calificativo apropiado para estas fiestas navideñas con toda su magia, parafernalia, ilusión, ensueño, fantasía, delirio colectivo….

Sin duda el balance particular de cada uno variará según haya sido particularmente el suyo. Y es que este año 2011 que finalizamos, se las trae. Ha sido un año completo, completísimo. Un año con plenitud de crisis y de elecciones. Dos tazas por si no queríamos caldo. Relevos institucionales al cien por cien, y un cambio de chip que nos hará borrar aquella sensación de túnel sin luz o de pozo sin fondo. Pero eso es mañana. Hoy toca añorar lo bueno, bonito y caro que aún hemos disfrutado.

El hoy, el presente en el que siempre vivimos, es el que nos ocupa el balance, en la mirada atrás, en la mirada de estos trescientos y tantos días rebobinados. Otros trescientos y tantos días más uno, nos esperan para el próximo balance. Y luego ya rendiremos cuentas con el fisco, con el casero, con el tendero y por qué no, el banquero; pero eso ya es futuro, incierto tal vez, como suele ser por definición, como toca ser por necesidad de superación misma.

Y el morbo también ha hecho entrada en nuestros domicilios. Y suerte de él. Las noticias que nos han acompañado durante las últimas semanas del año, nos han alentado a percibir que la crisis -ya no tan solo la económica- también afecta a aquellos personajes que aún se creen llamarse aristocracia, a quienes habitan en los castillos de naipes que cada uno va construyéndose en este mundo virtual del espectáculo de la vida, a los que viven del negocio rosa de la comunicación, a todos quienes de una forma u otra, vagabundean por la sociedad de consumo y de espectáculo.

Y este morbo suple las penurias pasadas y venideras. O al menos, necesitamos escudarnos en esta suplencia a fin de evitar colapsos en las consultas de psicólogos y psiquiatras. O en la de curanderos, sanadores y adivinadores. O de más secretas existencias….

Y las luces… Renovadas, ampliadas y embellecedoras. Y el ambiente colapsado de idas y venidas. Y la ilusión de los más inocentes pequeños. Y el viaje de un tren iluminado circulando y abriendo camino por donde nunca antes había existido tanta ilusión. Y la venida del cartero real. Y…. Y el cambio, ya no por el cambio mismo, sino por la necesidad de cambio. Todo.

Todo contribuye a que conjuguemos pasado con una infancia ya escapada y añorada. Y más pobre, pero más inmensamente feliz. Nos faltará el personaje “d’en Bernat”, nos faltarán otros personajes peculiares, nos faltarán muchos recuerdos, muchas añoranzas, muchos corazones….

Y nos sobrará ilusión, deseo, espíritu de superación. O resignación. Quien sabe. Al menos, si sufrimos, existimos. Si nos quejamos, existimos. Y si nos resignamos, también. Y el balance está ahí. En standby. Negativo tal vez, pero balance, al fin y al cabo. Con nombre, apellidos y una dirección fiscal.

Un número más para Hacienda. Un número más para los bancos.
Una alma, un corazón, una mente, para el resto.


PUBLICADO EL 31 DICIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

LECCIONES, LAS JUSTAS

Más de siete millones de españoles y asimilados delante de los televisores. Otros, a la mañana siguiente leyéndolo o visionándolo por Internet. La mayoría, acorde con el mensaje y con las reacciones. Un servidor, cada vez más escéptico.

Escéptico con el mensaje y con las reacciones. Todo oído y toda vista pendiente del yerno real. Y el real suegro, sabedor de ello, no desperdició ni la oportunidad ni el momento de entrar en nuestros hogares y dejar las cosas claras. Al menos, oficialmente hablando.

La justicia es igual para todos. Sí, pero como con Hacienda, unos más que otros. No es de recibo que cinco años atrás se le apartara de sus negocios y nadie acusara a nadie. No es de recibo que en esta España con cinco millones de parados, se incorpore un consejero a una empresa de telefonía con el único mérito de así desearlo el máximo titular de una de las instituciones del Estado.

Un sueldo de envidia. Un sueldo de más de un millón de euros anuales a los que hay que añadir los gastos por viajes, casa, colegios y seguridad, que como es lógico, no lo satisface el consejero. Al menos, de su bolsillo. Y la justicia sigue siendo igual para todos.

Ahora toca salvar a la monarquía. El artículo 56 apartado tercero de la Constitución Española lo deja bien claro al mencionar que su persona es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Su familia, por consanguinidad como por afinidad, no entra en el apartado. Es hora pues, que cada palo aguante su vela, y que cada uno asuma sus responsabilidades.

Y una de ellas, el discurso. Discurso y su entorno. No tan solo lo que se dice, lo que no se dice, como también el escenario en el que se dice. Las siempre menciones al terrorismo, al paro, a las corruptelas –este año más que nunca- y a la necesidad de unidad. Y en la puesta a escena, tampoco faltó la fotografía de rigor. Una fotografía junto a los señores Rodríguez y Rajoy. ¿Un antes y un después? ¿Un canto a la unidad? ¿O simplemente el papel mediador y reconciliador de la monarquía?

Sin duda, tras treinta y seis años de cotización en la jefatura, otros muchos de aprendiz, y de salir airoso de aquellos secretos de una noche de febrero, no será el presunto caso Urdangarín el que ponga entre las cuerdas a nuestro monarca. Ni a la monarquía. Y sobre todo cuando la alternativa a ésta, tiene peor credibilidad.

¿Se imaginan una tercera república española presidida por el señor Rodríguez, Zapatero para más señas? ¿O por el camarada Alfredo? ¿O algún otro, como Iñaki Antigüedad? Visto lo visto, la mayoría votaría por una tercera república presidida por don Juan Carlos de Borbón, pese a todas las incógnitas que siempre le acompañarán en la historia inmediata.

Negar la mayor no es la solución. Como tampoco lo son las informaciones de diferencias en el seno de la misma. Una solución podría ser la de separar el concepto de la Familia Real del concepto de la Jefatura del Estado. Así, don Juan Carlos de Borbón continuaría siendo Rey de España y por tanto titular de la jefatura del Estado, pero su familia permanecería ajena a toda representación, honor y privilegio institucional. Sólo así, la ley, la justicia, serían iguales para todos. O para casi todos - siempre habrá que recordar el apartado tercero-. ¿Acaso la esposa de Rajoy hará funciones de presidenta del Gobierno? ¿Acaso las hijas de Zapatero representaron a su padre en algún acto oficial?

Modernizar el Estado implica cambios. Superar crisis, también. Y como bien dijo en su mensaje de Navidad, de que no tenía ninguna duda de que los españoles sabremos estar a la altura de los tiempos, es momento pues de modernizar muchos conceptos anacrónicos, adaptarlos a las circunstancias actuales y de arrimar todos el hombro, para el bien de España, de los españoles y de las instituciones.

Y sólo con el ejemplo, se dan lecciones. Sólo con el ejemplo, se hace uno líder. Sólo con el ejemplo, se convence.

Bon Any 2012.


PUBLICADO EL 28 DICIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

1 MINUTO 40 SEGUNDOS

Esténse ustedes tranquilos que el l título de hoy no se las trae. El tiempo al que hace referencia el mismo, no se refiere a ninguna carrera de fondo en el que el atleta haya dejado constancia de marca alguna –como por ejemplo la del camarada Alfredo- ni tampoco es la del aguante en el desenfreno de los sentidos –vaya parrafada para los de mente desenfrenada-. Sencillamente es el tiempo cronometrado en el que el flamante presidente del Gobierno español dedicó en anunciar la composición de su Gobierno.

Un minuto y cuarenta segundos sirvieron para enumerar uno por uno los trece ministerios y la vicepresidencia. Y punto. Ni uno más ni uno menos. Y de preguntas, pues gracias. El mensaje, claro. Clarísimo. Venimos a trabajar y a eso vamos.

Mariano Rajoy nos irá sorprendiendo poco a poco y a pasos agigantados. La composición del nuevo ejecutivo ya lo dice todo: pesos pesados del partido de probada capacidad y técnicos-políticos o políticos-técnicos que ya han estado en ministerios en etapas anteriores. Y un proyecto común, sacarnos de la crisis. Y otro proyecto, crear confianza. Y otro proyecto, crear seguridad jurídica. Y otro proyecto, arreglar los desaguisados. Y otro….

Separar el ministerio de Hacienda del de Economía ya tiene su significado. El ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas va a recaudar los impuestos y velará por el buen uso de los fondos, a la vez que mirará con lupa los gastos que salen de la caja pública. De esta forma no tendría porqué haber fricciones entre quien recauda y quien hasta ahora necesitaba gastar para aparentar lo que no se era y para satisfacer demandas no transparentes. Y la Economía asumida en el concepto de la Competitividad, todo un reto para lanzar el producto a la calle. Pero esto no basta, a no ser que el destino sea Europa, las Américas o África. También como no, faltará el consumo propio, y para esto hace falta mucha inyección y mucha confianza.

Un minuto y cuarenta segundos puede parecer poco. O mucho. En el caso que nos atañe, indiferente. De todos modos, Rajoy va marcando estilo. Lo hizo en su contestación a los representantes de las minorías vascas en el debate de investidura. Llamó cada cosa por su nombre. Dejó claro unos principios que todos –al menos, muchos- tenemos en nuestra mente. En una sola frase, dio un giro de ciento ochenta grados al concepto que hasta ahora teníamos de lo “políticamente correcto”.

A partir de ahora, decir las cosas por su nombre, empezará a ser también “políticamente correcto”. Tal vez fuera una señal de aviso. Una señal del nuevo talante. El destierro de la hipocresía del lenguaje político puede ser una señal de avance en cuanto a la ganancia de seguridad jurídica y de compromiso en cuanto a un nuevo concepto de Estado.

Y habrá muchos temas abiertos. Empleo, educación, derechos sociales, seguridad social, prestigio internacional, modelo autonómico y municipal, y un largo etcétera que se deberá reinventar y rediseñar con la participación de cuanta mayor parte de la sociedad quiera y pretenda participar.

Un minuto y cuarenta segundos siguen siendo pocos. ¿Cuántas horas se pierden en intervenciones inútiles y estériles, sin llegar a resultado alguno? . Y lo que nos debe importar no es el tiempo invertido sino el resultado obtenido. Y el mensaje.

Ya lo dice el refrán, “lo bueno, si breve, dos veces bueno”.

Bon Nadal y Feliç Any 2012.


PUBLICADO EL 23 DICIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

MINORIAS DISCREPANTES

Los nuevos escaños ya van ocupándose y los nuevos inquilinos empiezan a rellenar su particular contrato de arrendamiento. En ellos ya presupuestan el bagaje que traen consigo y los electrodomésticos que conlleva inherente el arriendo. Así, el móvil, la tablet, las dietas y los cheques de viaje, hacen la vez de lote navideño o de fianza inversa. Y la firma ya se las trae.

Las anécdotas en la fórmula primero, las ya cansinas después del imperativo legal, ya han perdido protagonismo. Ahora incluso hay quien añade “y para conseguir mañana una constitución propia” y nadie es capaz de indignarse –sólo Rosa Díez ha sido capaz de levantar la voz- ante tal evidente falta de rigor y respeto a la ley.

La tolerancia e hipocresía ante tal desconsideración hacia el ordenamiento jurídico que de una forma u otra, la mayoría de los españoles nos hemos otorgado en democracia, no hace más que dañar la institución democrática misma. ¿Qué consideración le debemos al político –por muy democráticamente elegido que haya sido- que su fórmula implique una no obligación a lo legalmente instituido?. ¿Qué consideración y respeto democrático debemos a quien, abusando de la benevolencia democrática, utiliza métodos no democráticos para eludirla?.

Y es que etimológicamente la fórmula ya se la trae. El juramento ha quedado arcaico por las connotaciones religiosas, mientras la promesa aparece en auge, por aquello de hacerlo sobre la Constitución. Y no digamos si a esa le añadimos por el imperativo de la ley. ¡Y claro que prometemos o juramos porque la ley nos obliga!. ¡Faltaría más!. Y en caso contrario, que la justicia se lo demande, añadiría a tal fórmula.

Y hecha la ley, hecha la trampa. Y nunca mejor dicho, cuando el juramento o promesa se realiza en la fábrica de leyes. El término juramento implica –y eso lo dice la Real Academia de la Lengua Española- someterse solemnemente y con igual juramento a los preceptos constitucionales de un país, graves deberes de determinados cargos, etc. Prometer en cambio -lo dice también la misma Real Academia- sólo es obligarse a hacer, decir o dar algo, esperar algo o mostrar gran confianza de lograrlo. Y eso ya es intencionalidad manifiesta. Con dolo, dirán. Y con mucha culpa.

Puestos a oír sandeces y demás barbaridades, algún no tan lejano día, incluso puede que oigamos salir de las bocas de sus señorías, juramentos al más puro estilo de “juro por mi suegra” o “por la madre que le parió”. Juramentos o promesas que ocuparían más portadas en los medios de comunicación que de rechazos a sus pronunciamientos.

Y esta legislatura se presenta como la del ruido de las minorías. Y si no, tiempo al tiempo. Actores que renuncian públicamente a las dietas por aquello de sumarse enteros y así a los recortes –mientras resulta que viven, duermen y comen desde hace años en Madrid-. Otros que renuncian al ADSL, a la tablet o quien sabe si a los desayunos con croissant o sencillamente al plan de pensiones. Y estos también son minoría. Más minoría que el propio grupo mixto que crece más que la carta a los Reyes Magos de un corredor de bolsa.
Y las minorías seguirán siendo lo que son. Por culpa y gracia propia, y de los impropios. Mientras no se cambie la fórmula electoral, habrá minorías minoritarias. Mientras no alejen de sus posiciones miras personales, no lograrán el cambio de ésta. Y el ciclo de la serpiente se muerde la cola y el cascabel.

Y la mayoría es necesaria para gobernar. La mayoría también es peligrosa cuando es peligrosamente empleada. La minoría mayoritaria también es peligrosa por cuando es capaz de pactar con el diablo para conseguir metas que las urnas no les han brindado. Y más peligrosas son, cuando el diablo no jura y sí conjura.

Esta legislatura al menos, mantendrá alejado al diablo. Al menos, a quienes visten como tales. Algunos otros, ataviados con ropa de calle, seguirán dándonos algunos quebraderos de cabeza, estómago y bolsillo.

Y el 15-M ya no es noticia. El 15-M ya es historia. Ahora sólo faltará escribirla.



PUBLICADO EL 19 DICIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

UNA CRISIS MUY REAL

Información, excusa, aclaración y desmentido. Y vuelta a empezar. A veces, cuando más se quieren disfrazar las razones de alguna acción determinada, es cuando más confirman lo que en principio querían negar. Es lo que viene a ser en lenguaje diplomático el desmentido confirmatorio. No está ni se le espera, dijeron desde la Zarzuela en la víspera del 23-F, en relación al general Armada. Ahora, la excusa era la crisis económica, por supuesto. La Casa del Rey recortaba presupuesto y se ahorraba las dietas de las Infantas, pero la excusa no coló.

Entre líneas, renglones y párrafos todos leímos lo que se tenía que leer. O sea, se protegía a la Corona de las salpicaduras mediáticas que pudieran derivarse de las investigaciones judiciales que se hicieran al yerno del rey. Y eso, todos lo hubiéramos entendido. También es verdad que muchos lo hubieran utilizado para ir contra la institución monárquica, pero lo uno no excluye lo otro. Quien esté a favor de un estado republicano lo estará haya o no haya motivos mediáticos o judiciales que le inclinen la balanza. Como así mismo, quien defiende la institución monárquica bien por principios o por descarte de otras opciones, no cambiará su opinión por una más de las anécdotas que poco a poco vamos conociendo de la monarquía y sus representantes.

Y menos lógico es aún que sean los propios servicios de la Zarzuela la que originan presuntamente la información y el posterior desmentido. No es lo mismo pertenecer a la Familia Real, que ser familia del Rey. Este era la opción más suave que se barajó. Las otras pasaban por la renuncia de la Infanta Cristina de sus derechos dinásticos y la otra por el divorcio de ambos.

Y Zarzuela sabe mucho de esto. Aunque no convence. Nos lo demostró cuando informó del cese temporal de convivencia entre la Infanta Elena y su ya exmarido. ¿Por qué no decir las cosas con su nombre? ¿Un cese de convivencia entre un matrimonio no es una separación, aunque sea temporal? Pero no. Parece que los asesores aún apuestan por un estado superior de la aristocracia sobre los plebeyos, aunque en los hechos demuestren que tienen las mismas tentaciones, mismos errores y virtudes que el resto de vasallaje.

Y es que la monarquía está institucional y judicialmente hablando, demasiado protegida. Hace pocas fechas un partido político de la capital mallorquina proponía que los presupuestos de la ciudad no se hicieran cargo de unos gastos que ocasionaba el Palacio de Marivent, y la propuesta fue rechazada. ¿Acaso pagará el ayuntamiento palmesano los gastos que ocasionen la estancia veraniega de un vecino del Molinar?

También es cierto que esta noticia, puede ser otro de los globos sondas de los muchos que suelen circular. Así, si de la investigación se derivara una imputación –siempre después de las fechas navideñas- el populacho vería lógico alguna reestructuración en cuanto a la composición de la Familia Real, aunque claro, todo fuera para recortar presupuesto y ajustar cinturones. O sea, en beneficio de las arcas estatales y de nuestros impuestos.

Y también es cierto que la noticia tiene doble lectura. Y es que si la monarquía disfrutara de mayor presupuesto para repartir entre sus familiares, no sería necesario que sus miembros y próximos se dedicaran a trabajar en empresas susceptibles de ser infectadas por algún virus, tan de moda en nuestros días.

Y también es verdad que los servicios secretos, los asesores, los “hombres del Rey” no debieron informarle en su momento de todo lo ocurrido, de adelantarse a los sucesos, o de prevenirlos. O tal vez, la inexistencia de éstos ha provocado lo otro. O la presunta y errática solución dada –el traslado de la residencia a los EEUU a la vez que Jaume Matas- no fue la más acertada. ¡Quien sabe si será motivo de la publicación de otro libro!.

Y es que de libros hay muchos. Muchos y variados. El último, el de Pilar Urbano, “El precio del trono” puede ser el inicio de una trilogía que se presente interesante. O simplemente el titulado “Un rey, golpe a golpe” de Patricia Sverlo. La polémica está servida.
Y para desmentir cualquier perspicacia que pueda producirse para con lo escrito y para con quien lo ha escrito, quien esto suscribe y dada la crisis económica, tan Real como se informa, se ofrece para efectuar cualquier representación de la Real Casa y a un módico salario –dietas a parte, claro está- . De esta forma, ambos saldríamos ganando.




PUBLICADO EL 12 DICIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

DEL PUENTE AL ACUEDUCTO

Dice el refrán que “tanto fue el cántaro a la fuente que por fin se rompió”, y eso es lo que nos está pasando a los españolitos de a pié. Lograr terminar la jornada en la misma tarde del viernes para la mayoría de los trabajadores, fue un logro notable. Ahora, son muchos los que terminarán al mediodía de éste y aprovecharán cualquier ocasión para alargar este llamado “finde” algunas jornadas más.

Y si al finde le podemos añadir alguna fiesta de las de guardar, pues mejor que mejor. En tiempos de vacas flacas –no las de ahora, sino las de unos años atrás- aquellos puentes eran beneficiosos para todos. Las empresas paraban la producción durante unas jornadas y así el stock se normalizaba. Tampoco era coste añadido para el empresario ya que el trabajador guardaba o se le restaba aquel puente a sus vacaciones anuales y ambas partes salían favorecidas. Y el turismo también.

El turismo, el sector servicios y demás, también se beneficiaba. La gente, cuando aún tenía crédito solía aprovechar aquel puente para alguna escapada, como las antiguas semanas blancas de los escolares, y sin ir más lejos el famoso puente de la Constitución del año pasado con su caos aeroportuario tras la repentina “enfermedad” de los controladores aéreos- y ello favorecía a que el dinero se moviera, pasara de mano en mano, y quedaran donde siempre, en el bolsillo del que más tiene.

Este año pero, el puente se ha convertido en acueducto, aunque el agua no corra precisamente por sus conductos. Este año parece que jugamos al juego de la oca con tanta fiesta intercalada. Que si al martes y al jueves lo enganchamos con el lunes, el miércoles y el viernes, y con el primer finde y el finde último, nos quedamos con nueve días del que sólo perdemos tres. Un récord, vamos. Y eso parece que no ha gustado a los empresarios ni a los gobernantes.

La excusa es que la productividad se paraliza y la competitividad se pierde. ¿Desde cuando tenemos exceso de pedidos en nuestras empresas? ¿Acaso hay datos que no aparecen? ¿O simplemente es para no perder los pocos que se tienen?.

Y ya tienen propuesta. Y la propuesta es trasladar los festivos a los lunes. Así, aunque se junten tres días no laborables la maquinaría no se paralizaría por el camino. Todo bien hasta que aparezca un Viernes Santo a celebrar en lunes o el día de Todos los Santos a celebrar a últimos de octubre. Y no digamos si por esta misma razón, el día de Año Nuevo lo celebramos en la víspera de Reyes. Pero no, también han pensado en ello –es de suponer que en la nómina de este mes su complemento de productividad irá en aumento- y no quieren toparse con la Iglesia. Proponen trasladar sólo las fiestas civiles y no las religiosas, como si de civiles tuviéramos muchas…

Ahora bien, el gato está encerrado y es de color negro, gris o blanco, dependiendo de quien se lo mire, busque o encuentre. Resulta que la productividad del trabajador ha aumentado una media del cuarenta y dos por ciento desde la confirmación de la llegada de la crisis. Y no es que haya más productividad en la empresa, ni que la cobre el trabajador, sino simplemente que hay menos productores. Menos productores, mayor productividad y menor salario. Un éxito empresarial, dirán los tratados dentro de algunos años.

Y con menos salario, menos inversión, menos despilfarro, o al menos, de la parte que concierne al trabajador. Y si el dinero no corre, ya se sabe, ya no pasará de mano en mano, y tampoco terminará en el bolsillo del que más tiene. Y eso tampoco es beneficioso para la salud económica de nuestro país. También es verdad que se podrá subir el IVA - y el venía - de los bienes de consumo y así recaudar parte de lo no invertido. Poco a poco, el rico más rico, el pobre más pobre…

¿Poco a poco? Rápido… y acelerando en curvas y rasantes, pendientes, llanuras y altiplanos. Hasta que algún día, en algún recóndito despacho, alguna lumbrera decida proponer todo lo contrario. Y reinventarán lo ya inventado. Lo declararemos hijo predilecto y laureado de tal o cual legión, nombraremos calles con su nombre y quien sabe si senador vitalicio, que de ducados no se vive.

Pero mientras, mientras esta lumbrera se mantiene escondida, algunos propondrán una dirección general para los asuntos festivos con un grupo de asesores y secretarios, y las respectivas subdirecciones para temas civiles y eclesiásticos. Y las CCAA sus propias de carácter autonómico. Y para las entidades locales algún que otro cargo que asesore la conveniencia o no del traslado de las suyas. Y si el dinero no alcanza para eso de la cosa pública, siempre cabe el desvío hacia la empresa privada. Al fin y al cabo lo que se pretende es crear empleo.

Y dentro de unos años, cuando los ahora cincuentones nos acerquemos a la jubilación ya alcanzados los años setenta de nuestra existencia, podremos volver a disfrutar de algún puente de los que ahora despedimos. ¡Y añoraremos aquellos años de juventud!. ¡Y maldeciremos a aquellos nefastos gestores que en su día mantuvimos donde no debíamos!

Aunque siempre aparecerá alguno que intentará echar la culpa a los romanos, por no atreverse a inventar los pasos subterráneos…. Y es que la historia se escribe de muchas maneras.


PUBLICADO EL 8 DICIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

DE LA VIVIENDA A LA EDUCACIÓN

Cada año, a primeros de diciembre son varios los escritos que aparecen en los medios de prensa, varios los espacios emitidos en las televisiones, debates, conferencias, etc, todos con el denominador común de alabar la Constitución, a sus promotores o simplemente el atacarla por obsoleta. Normalmente he permanecido ausente de estos debates y alabanzas. ¿Acaso no es hastioso el etiquetarse con el consabido “políticamente correcto”?

Este año intentaré comportarme de forma diferente. ¿Por qué alabar y defender un texto ambiguo del que todos usan a su antojo y que a nadie obliga en su cumplimiento?. Mi comportamiento está indignado, lo afirmo. Como casi el de la mayoría de la población. Y con motivo. Con centenares de motivos. Miles, si hablamos en concepto anual. Pero mi indignación no le importa a mi vecino ni a mi conciudadano. Como tampoco me importa a mi la suya. El egoísmo está patente –y en tiempos de crisis, más.

Y de los padres de la Constitución ¿qué decir?. Nos hemos quedado huérfanos de ellos. Las Cortes, ni por aproximación ni por terminación, tienen actualmente en sus señorías similitud de capacidad intelectual de quienes desarrollaron el texto de tal bagaje, a no ser el simple “copiar y pegar” tan de moda en la plantilla de asesores y demás correveidiles que hacen del servicio público una pleitesía al político de marras.

Y ahora, treinta y tantos años después, recurrimos a los principios rectores de la política social y económica para exigir una vivienda digna y adecuada. Y a ser posible, gratis, sin contrapartida monetaria ni nada a cambio, porque eso si, la Constitución nos ampara. En cambio, en su día, no fuimos capaces de invocar el mismo principio y el mismo artículo para impedir la especulación que los bancos, los banqueros y los intermediarios societales hacían con la consabida convivencia del poder para con los mismos.

Mientras hubo subsidios y demás ayudas, tampoco se invocó el principio constitucional del deber de trabajar. Ahora, cuando la crisis se ha apoderado de empresas y de empresarios, y el gobierno de turno ha finiquitado el dinero del subsidio, de las pensiones y de la seguridad social, exigimos el derecho al trabajo que el mismo artículo nos otorga.

Mientras duró en el tiempo la panacea de que el formarse intelectual y profesionalmente era una pérdida material de tiempo, y que el trabajo des-cualificado era tan rentable o más que la preparación para el mismo, nadie –ni el poder de entonces, ni los intermediarios sociales- invirtió en la educación y preparación para con la infancia y la juventud española. Ahora, cuando el fracaso escolar es abultado, cuando las infraestructuras están paralizadas, y los reciclajes obsoletos, exigimos el derecho constitucional a la educación y formación.

Pero ahora los dineros ya no se encuentran. No se encuentran ni para el gasóleo de las calefacciones de los institutos ni para los subsidios para los ya no trabajadores. Y la hambruna empieza a hacerse presente en muchos hogares españoles. Y más que vendrán con los próximos recortes, tijeretazos y vendettas.

Y la Constitución, o los actuales administradores de ella, penalizan el ahorro. La riqueza de uno se mide no por lo que cobra o roba, no por lo que le sobra o desperdicia, sino simplemente por el valor que se le impone al inmueble en que, basándose en el principio rector social y económico constitucionalmente estipulado, domicilia su vivienda.

Aquel valor virtual, convertido en paredes, piedras y cemento, será la base con que religiosamente, por muy ateo que uno sea, satisfacerá anualmente en tres o cuatro impuestos y en otras decenas de tasas derivadas de estos, ya sean municipales, autonómicos o estatales. Poco importará la ausencia de trabajo, la reducción de sustentos o la ampliación de estos en necesidades que el Estado haya dejado de sufragar.

Y la vivienda es un derecho envenenado. Un derecho constitucional que no puede exigirse mediante pleito, pero si basarse en ella para hundirnos en la miseria. Tampoco para impedir la especulación aunque sí para subsidiar y amnistiar a los bancos y banqueros propios. Igual ocurre con los subsidios de sus señorías, exentos de tributación, y con los más de cuatrocientos mil euros dedicados en la compra de un cuadro para el Senado. Son indignaciones, si. Mutilaciones de derechos constitucionales. Despilfarros de igualdades. Y sobre todo, escarnio de la democracia.

Para más INRI, cuando la manzana está podrida y los ratones abandonan a su suerte la nave en su naufragio, aparece un libro en las que un socialista vasco, Eguiguren, explica los pormenores de los encuentros y pactos promovidos por Rubalcaba y ETA tras el atentado del 11-M y la consiguiente entrada de los socialistas al Gobierno de España.

Uno, ya dubitativo, si aplaudió la entrada de Barrionuevo y Cia en la cárcel por la movida del GAL y los fondos reservados, ¿qué respuesta puede dar a quien presuntamente en un futuro cercano, pudiera verse investigado de haber “faisanado” por acción u omisión la detención de presuntos etarras?

Al menos, no aplaudiré una Constitución que en cierta manera no alienta a la investigación de estos mandatarios como también la impide a otros por su mal llamada inmunidad.
Y es que cuando menos educación haya, con más impunidad vivirán algunos.


PUBLICADO EL 6 DICIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

PROPUESTAS CONTRA EL PARO

Mientras todos hablan sobre cómo crear empleo, Federico –a quien el gusanillo de la política no le ha abandonado nunca- discurre en el campo opuesto. O el mismo, vaya usted a saber. Federico aboga no por crear empleo, sino simplemente por disminuir el paro. Además, si uno lo analiza, el problema de los daños colaterales de esta crisis vino acentuado por la creación de empleo, no al contrario. Además, si disminuimos el paro, no habrá que pagar subsidios y las arcas del papá Estado no se vaciarán –al menos a causa de los subsidios…...

¿Y qué propone Federico?. Federico no se propone como titular de ninguna cartera ministerial, por supuesto. Además, dado que Rajoy no le ha llamado para tantearle, es de suponer que tampoco piensan en él como posible sucesor de Valeriano. Pero Federico nunca ha actuado por precio ni recompensa, sino por el servicio a la ciudadanía, y por ende, para salvaguardar su futura pensión y sus impuestos presentes. Así las cosas, erradicar el paro juvenil es fácil. Al menos, para él.

Propone Federico que se vuelva a instituir el Servicio Militar Obligatorio. La añorada “mili” implicaría que muchos de estos jóvenes sin oficio ni beneficio que actualmente están en el paro, saldrían del mismo durante doce, catorce, veinte meses. ¿Se imaginan cuantos jóvenes abandonarían las colas del INEM? ¿Se imaginan el dato porcentual que bajarían las estadísticas en cuanto al paro en España? Y es más. Ello implicaría además, que las tareas que realizan nuestras fuerzas armadas en el exterior, en misiones de paz, tendrían que finiquitarse y regresar a nuestro suelo patrio, para la formación e instrucción de tal contingente. ¿Saben cuanto dinero nos cuesta mantener las tropas en misiones humanitarias? ¡Mejor que sigamos ignorándolo!

Y más propuestas. Los presos cumplirían la integridad de las penas. ¡Y sin posible acuerdo entre la acusación y la defensa!. Y es que mientras los presos estuvieran en la cárcel, ya no habría reincidentes. Y si no hay reincidentes, menos colapso en los juzgados. Y si hay menos saturación en los juzgados, los juicios irían más rápidos. Y si los juicios van más rápidos, los juicios son más justos. Y si los juicios son más justos, los ciudadanos volverán a creer en la justicia. Y si la gente cree en la justicia, se denunciarán más abusos. Y si se denuncian los abusos, habrá menos corrupción en la política. Y si hay menos corrupción en la política ¡habrá más dinero en las arcas del papá Estado!.

Y siguen las propuestas. Ahora toca el turno de las empresas. Las empresas que reciban subvenciones del papá Estado, deberán retornar parte de los beneficios al papá Estado. Y si fracasan en el empeño, será el mismo papá Estado quien se haga con la totalidad de la empresa, garantizando el empleo de los trabajadores y por ende, alentando a que el empresario trabaje para el reflotamiento de su empresa y no en buscas de fallidas interesadas.

Y de las extranjeras, ni hablar. Ni hablar de incentivos ni subvenciones, ni condonaciones a las empresas extranjeras que se instalen en España. O al menos, considerar beneficios y puestos de trabajos, no globalizando el mercado. Que mientras las extranjeras no pagan impuestos durante años prorrogables, las de aquí pasan por caja so pena de embargo.
Y de bancos y banqueros igual. ¿Por qué indultar a un banquero que ni siquiera entraría en la cárcel? ¿Por qué reflotar a un banco con dinero público y no reflotar a una industria, a una empresa, a un autónomo? Si el banco quiebra, se nacionaliza. Y los beneficios y dividendos, para el papá Estado. Y qué decir de las compañías de telefonía, de las eléctricas, de las compañías petroleras… ¿Acaso no sería más barata la factura del consumidor final si las empresas fueran públicas?

También podríamos hablar de las farmacéuticas, de reducir costes en las embajadas y consulados, en representantes internacionales y como no, en las ayudas internacionales. ¡Que aquí también somos pobres!. Y las propuestas, seguirían y seguirían… contra el paro, contra el abuso, contra el despilfarro…..

En contra y a favor. A favor del empleo, de la confianza, de los mercados, de las inversiones, …. El ying y el yang, pero esta vez, en la misma dirección ¡Y en el mismo sentido!.
Aunque lo más fácil, será sin duda recortar derechos, recortar nóminas y subir impuestos. Los ricos más ricos. Los pobres más pobres. Al menos, todos seremos más.


PUBLICADO EL 1 DICIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

LOS MERCADOS NO REACCIONAN

O sí que han reaccionado, aunque no de la forma que queríamos, vaya uno a saber. El que todos creyéramos que la era Zapatero había llegado a su fin –y Rubalcaba era el apéndice ejecutor del mismo- no implica que los mercados creyeran que la era Rajoy era el futuro gratificante. Además, no debemos pretender que de un día para otro cambien las cosas económicas.

En la vida real –no me refiero a la monarquía, sino a la del españolito de a pié- a no ser que le toque a uno la primitiva o el gordo de Navidad, la economía doméstica tarda mucho en recuperarse de los golpes dados con la tarjeta de crédito. En la del Estado, tardará mucho más aún. Y más aún cuando el relevo se pretende para nochebuena. Y sin presupuestos aprobados. Y sin declaración de intenciones.

Y eso es de lo que más se le achaca a Rajoy. Una declaración de intenciones, un programa electoral –ahora ya de Gobierno- en el que se explique como crear confianza entre los españoles y sobre todo en los mercados. Todos sabemos –ya lo sabíamos antes de ir a votar- que el futuro que nos espera va a ser duro. Muy duro. Más duro de lo que hemos vivido. Y no por Rajoy, sino por Zapatero y su nefasta política. No por Rajoy, sino por la legión de ochocientos o más asesores de Moncloa, que ni asesoraban ni acertaban. No por Rajoy, sino por todos quienes se han lucrado de la crisis y de los millones de parados durante estos años de crisis encubierta y negada.

Y convencer a los mercados no va a ser tarea fácil, más cuando éstos ya no dependen de España sino del exterior. El mercado ya no se llama confianza sino respeto. El mercado sencilla y llanamente se llama Alemania. De ella –de Alemania o simplemente de Ángela Merkel – depende que nos den un balón de oxígeno o simplemente que nos desconecten la respiración asistida.

Y si durante años la sumisión la hemos representado ante un águila calva, ahora es el águila federal quien toma el relevo. Y será solo cuando hayamos asumido el rol sumiso ante el imperio alemán –no nos queda otro remedio por culpa de tanta bajada de pantalones- que la economía vuelva a emerger. Mientras tanto, deberemos agujerearnos cinturones a fin de que los pantalones no nos caigan ni nos los intenten bajar. Y esta ya es otra cuestión.

Cuestión de principios y de sentimientos. Por de pronto, los españolitos de a pié no tenemos ni sentimientos patrios ni principios de acción. O al menos no somos capaces de declararlo públicamente. Vivimos con los sentimientos escondidos, vivimos con los sentimientos delegados. Y de tanto negar, atrofiados.

Y no podemos esperar un mes a conocer la composición del nuevo Gobierno. Y los mercados, menos. España necesita ante todo, una confianza interna. Necesitamos conocer los nombres y rostros de los nuevos mandatarios. Necesitamos conocer donde recortan y donde invierten. Necesitamos saber qué dineros se dan a los banqueros y qué dineros se dan a los inversores. Y a los políticos. Y a sus asesores. Y a sus chóferes. Y a sus primos y sobrinos. Y a los jubilados, a los parados, a los funcionarios, a la educación, a la sanidad, ….

Y cuando todo esto esté declarado, cuando las declaraciones tengan además viso de credibilidad, empezarán a construirse las bases para que este lento progreso vaya tomando cuerpo día a día. No antes.

Y Rajoy deberá cambiar de táctica. Deberá tomar el toro por los cuernos y torear contra quien se oponga y se ponga delante. Y las confrontaciones serán muchas. Todos los votos de la oposición estarán en la calle. Los sindicatos también. Y sobre todo, los obreros. Los obreros de izquierdas y también los de derechas. Que la crisis afecta a unos y a otros.

Y Rajoy deberá darse prisa. Al menos, al tercer año de su legislatura, los cambios deberán notarse para bien. Al tercer año, deberá ilusionar un nuevo electorado para revalidar un nuevo periodo en que terminar el trabajo iniciado.

Y para empezar, sería bueno que el señor Rajoy dedicara un tiempo a la reforma constitucional. A eliminar en numero los diputados y al Senado entero. A eliminar la paga vitalicia de ministros, diputados y senadores –Italia ya lo ha propuesto-. A poner tecnócratas en su gobierno –se ahorrará en asesores y no es contrario a la Constitución-. A eliminar los grandes sueldos en la administración y en las entidades bancarias – y si es necesario, nacionalizar la banca-.

De esta forma, tal vez no se arreglará la economía, pero se devolverá la confianza al ciudadano. Al fin y al cabo, los mercados no los mandamos nosotros. Son un ente virtual y con mando a distancia.


PUBLICADO EL 24 NOVIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

PREGUNTAS INOCENTES.

Muchas veces los niños son quienes más te dificultan las respuestas. El otro día, Manuel tuvo que acudir a una tienda de informática a que le repararan el ordenador de su hijo, infectado por un virus que se había introducido en el organismo y lo había dejado paralizado de ratón y de teclas. Miguel, de nueve años acompañó a su padre. El ordenador era suyo y su tierna responsabilidad le brindaba la oportunidad de acompañar al progenitor en tales menesteres.

En la tienda de informática acababan de reponer un cristal que había sido violentado durante la pasada noche. Tres veces en quince días, les manifestaba el encargado de la tienda. Y tres veces que se ha detenido al autor del hecho. Presunto, claro. Y las tres veces, el mismo individuo. Presunto, también. Aquello parecía de película, pero era real. Tan real como la impotencia del comerciante. Tan real como el cristal roto y la puerta violentada. Y no presuntamente, claro.

Manuel y Miguel dejaron el ordenador, explicaron los pormenores y el niño se quedó preocupado.
.- ¿No nos lo robarán, verdad?, se dirigió hacia su padre, un tanto preocupado el hijo.
.-No te preocupes, de momento los ladrones buscan ordenadores portátiles, monitores con pantalla plana, televisores también de pantalla plana…., y no es nuestro caso. Además, ya has oído a este señor que decía que la policía ya lo había detenido.
.-Sí, pero esto no significa nada. ¿Acaso no has escuchado que en dos semanas el mismo señor le había robado en tres ocasiones? Y por cierto ¿por qué no está en la cárcel?
.-Bueno, porque aún no le habrán hecho el juicio. En la vida real, hasta que no se celebra el juicio no se sabe si uno es culpable o no. –intenta explicarle el padre sin mucho convencimiento a su hijo, de las vicisitudes del entramado jurídico.
.-Ya, pero si este señor cada vez que está en la calle, roba. ¿Cómo evitarán que robe más? Habría que encerrarlo para evitar que lo volviera a hacer, ¿no?.

El padre quería ser cauto. Quería que su hijo se mantuviera dentro del espacio de lo llamado “políticamente correcto” y que no se viera infectado con el virus de la indignación. Pero la postura tenía un límite. No había que abusar de ella. El abuso y el traspaso del límite podían desencadenar el efecto contrario. ¿Cómo justificar que el ciudadano presunto autor campe a sus anchas, mientras que los demás ciudadanos, potenciales víctimas, vivan con la incógnita de sus nuevas presuntas fechorías?.

.-Pues mira, habrá que poner más medios para evitar que robe. Poner rejas en las tiendas, cristales antirrobo, cerraduras de seguridad, alarmas, perros guardianes, etc.
.-¿Y eso quien lo paga?, le preguntó el hijo.
.-Pues el comerciante, el comprador de los productos, los seguros. En cierta manera todos participamos económicamente en ello.
.-Todos menos el ladrón. Suerte que al cabo de unos años, irá a la cárcel. ¿no?, respondió con cierta duda.

.-Bueno, no tiene porqué ser así. Al haber muchos presuntos delincuentes, la justicia no da abasto para juzgarlos a todos, así si en el momento del juicio hay un acuerdo con la acusación, se le rebaja la condena a la mitad o más. Y así, aquellos cinco presuntos años se recortan en dos. Y si es la primera vez que lo condenan, pues no van a la cárcel.
.-Así no es raro que haya tanto ladrón. Oye, y porqué los comerciantes no van a vivir a la cárcel.
.-¿Qué dices, hijo? ¿Qué barbaridades dices?, le contestó el padre, atónito ante la ocurrencia de su hijo.
.-Es que si la cárcel está vacía, ya que los ladrones se pasean por la calle, hoy en día la cárcel debe ser uno de los sitios más seguros. ¡Y además cama, comida, agua y luz, gratis!. Y allí con tanta vigilancia, no deben entrar a robar.

Manuel quedó dubitativo. ¿Ironía o inocencia? ¿Cómo era posible que su hijo de nueve años lo tuviera tan claro, y otras personas, de las llamadas “con carrera”, no fueran capaces de poner coto a tanto abuso insolidario?

Y es que su hijo no estaba infectado de tanta hipocresía humana. Ni de lo políticamente correcto. Ni del concepto de solidaridad mal entendida. Para Miguel sólo existía lo bueno y lo malo.

Aún tenía que crecer. Crecer e infectarse.

PUBLICADO EL 20 NOVIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

21 / 11 / 2011

El título de hoy es la fecha del día después. Podría ser cualquier fecha de aniversario, una cita con la ITV, con el seguro del hogar, o vaya usted a saber, pero no. Lo cierto es que a día de hoy, seguirá siendo la del día después de estos comicios que todos esperamos. No obstante, dentro de unas semanas, esta fecha ya no representará nada. Ni tan siquiera el del júbilo o el de la ansiedad en busca de empleo.

El motivo de la elección –del título, no de los comicios- ha sido por el factor de la numerología. Numerología que nada tiene que ver con los extraordinarios de la ONCE. El hecho es que si sumamos las cifras de la fecha de marras nos da el número nueve. Y el nueve, en la numerología es mágico. El nueve representa el inicio y fin de las cosas, el cambio, la vuelta a empezar. ¿Se acuerdan de la prueba del nueve? ¿Será esta una premonición?.

Habrá argumentos a favor, y en contra. Aunque también es verdad que en estos comicios lo que he echado de menos han sido aquellos anuncios de centenares de electores que daban su firma y apoyo a una determinada formación política. Electores con nombres y apellidos y sin ningún rubor de manifestar públicamente su simpatía política. Este año el apoyo no es el mismo. O al menos, muchos son los que prefieren escudarse bajo el manto constitucional que ampara el secreto del voto. Y como menos, esto puede ser interpretado como una predisposición al cambio. O al menos, a una no confrontación. ¡Y eso ya es mucho!.

Hace unos días, Alfredo Pérez me mandaba una misiva – me doy cuenta que también sabe escribir en catalán e incluso conoce donde vivo- y en ella me comenta su preocupación por el desempleo y lo mucho que va a trabajar para arreglarlo. No me dice pero, como pretende hacerlo. Nos asegura eso sí, la educación, la sanidad y una prestación para quienes no la tienen. Y yo me pregunto, ¿acaso no fueron ellos los que quitaron las ayudas de los subsidios? ¿Acaso la educación y la sanidad no es pública y gratuita?.

Pelea por lo que quieres, me insinúa en el título de la misiva. Es como si me incitara a rebelarme por tantas injusticias y abusos que desde el poder legalmente instituido recibimos los trabajadores, pensionistas y desempleados, a diario. Pelea por lo que quieres ¿ y ?. ¿Por qué no nos incitó a luchar contra los abusos de poder al inicio de la legislatura? No me convence, la verdad. Y eso que esta vez no ha salido Guerra con lo de las pensiones que nos quitarán si la derecha gana…. ¡Que ya no hay pensiones….!. Y es que la hucha –no la lucha- con tanta pelea y guerra, se ha quedado vacía.

Al mismo tiempo otra misiva llega a mi domicilio. Es la de Mariano. Esta en castellano de siempre. Me doy cuenta que también sabe mi dirección. Ya no hay intimidad. Y muy por seguro que sabe si voté en las pasadas y de hacerlo, a quien voté. Y es que con los sobres, pocos son los que se quedan en el anonimato.

Y Mariano me dice que hay que trabajar. No me comenta pero, ni precio ni condiciones. Al mismo tiempo, se publica que IBSALUT hace recorte de personal, y eso que hay que trabajar… Otros claman por el recorte salarial, o sea, abaratamiento del precio de la hora, mientras todos los productos y servicios aumentan. Y tu que estás en peores condiciones que otros trabajadores, te ves impotente en recortar en tabaco, café ni alcohol. Ni en pasatiempos, ni en ropa, ni en calzado. Ni tan siquiera en los turrones navideños. Ni en loterías ni primitivas, ni quinielas, ni…. Estás en clara desventaja con el resto de los humanos afectados por la crisis. Y me propone que trabaje. ¿dónde, cómo, por cuánto?

Pero Mariano me da una consigna: que me sume al cambio. ¿A qué cambio se refiere? ¿Económico, social, educativo, constitucional, ….?

Uno queda dubitativo. No podemos quedarnos tal como estamos. Hay que cambiar, sí. Pero hacia donde. Uno ya empieza a dudar. ¿A la derecha o a la izquierda? ¿Quién es derecha? ¿Quién es izquierda?.

Mariano me ha convencido. Voy a cambiar. A partir del próximo lunes voy a empezar a tomar café, a comprarme caprichos, ropa, zapatos.... Así, cuando tenga que apretarme más el cinturón, podré prescindir de ellos.

¡Socorro!

noviembre 2011

LOS AUSENTES.

Federico y Mô estarán de nuevo ausentes. Son ya varias las citas con el electorado en que aquella agrupación de electores ha declinado presentarse. En cierta manera es un seguro contra el desgaste y contra la impotencia. Y más en ésta. El bipartidismo está al orden del día. Los problemas en difícil solución. Y la indignación ni sabe ni contesta.

Y es que la indignación se prepara a posteriori. Los sindicatos liman sus garras por si la derecha gana los comicios. Y los conflictos colectivos se preparan ante la cruda realidad. Más parados y menos sueldos serán el resultado de aplicar recortes, ajustes y aumento de la fiscalidad.

Nadie habla de combatir el fraude fiscal, aunque reconocen que ronda sobre el veinte por ciento. Nadie habla de combatir la delincuencia, aunque los verdaderos recortes aparezcan en las páginas de los periódicos cuando se publican los acuerdos beneficiosos para con los enjuiciados. Nadie habla de combatir el paro con el reflotamiento de la economía sumergida. Nadie habla y todos dicen. Nadie escucha y todos oyen.

Federico y Mô estuvieron ausentes de los careos, monólogos, llámesele entrevistas, que los dos principales artistas de este evento dieron por las cámaras de televisión. Y como Federico y Mô muchos otros. ¿Acaso podemos creer en la palabra de un candidato? El uno por maquiavélico. El otro por no destapar el saco sin fondo. El saco … , y las cloacas.
Eso, por no hablar de algún alto cargo ministerial en el punto de mira de la investigación, que no imputación. Y es que lo mejor es estar ausente. Ausente de la carretera, de la gasolinera, del primo de Zumosol, diría Pepiño si se atreviera. Y es que de atreverse uno sabe, otra cosa es que se considere oportuno. O inoportuno, como suelen ser algunas citas judiciales cuando se avistan los comicios.

Y Federico sigue ausente. Su numerología ya lo vaticina. Su onomástica un dieciocho de julio. Los comicios dos fechas de recordatorio. El Ausente primero y Presente después, en uno. La democracia orgánica en el otro. El trío se finiquita con Rodríguez, Zapatero para más señas. Sus credenciales, un abuelo republicano y otro sirviendo a Franco en la represión de Asturias. Y mucha memoria…., la histórica, porque de la reciente, sin historia, sin crédito, sin vía de solución.

Mô no sabe no contesta. No quiere que la identifiquen con posición en nomenclatura alguna. Tiempo al tiempo. Sin prisa, sin pausa. Sigue ausente.

Ha sido –es- una campaña corta o larga. Llevan años con ella y ya llegan a la recta final. Luego faltará cuadrar estadillos, remplazar sillas y poltronas. Crear asesores y chóferes. Y el primo del asesor. Y el primo del chófer. Y el hermano. Y el sobrino. ¡Que pena de país!.

Y la justicia vuelve a investigar. Y esta vez a un miembro de la cúpula. De la familia….. política, claro. Y es que la palabra misma está envenenada. Del griego “politikói” que eran los asuntos que concernían a todos los ciudadanos, obtuvo su antagonista en el “idiótikós” o privados, que eran los temas que concernían a los intereses de cada uno. Y de ahí, el idiota actual. Del que nadie quiere ser reconocido.

¡El día que llamemos a cada cosa por su nombre, pocos serán los que se atrevan a presentarse a unas elecciones!. Por si acaso, Federico y Mô, permanecen ausentes.


PUBLICADO EL 12 NOVIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

MES DE DESPEDIDAS. MES DE REENCUENTROS

Noviembre –mes noveno en antiguo calendario- no pasa indiferente para ninguno de los mortales. Más bien, buscamos en él la inmortalidad. No en vano, celebramos la fiesta de nuestros difuntos con la siempre esperanza de un reencuentro en tiempo futuro. Noveno mes, mes del fin y del inicio, según la numerología.

En noviembre de hace dos años inicié la colaboración asidua con el Boletín. Meses atrás, en febrero con la fiebre de los “amorados” tuve mi “primera vez” con el Boletín, y por ende, con vosotros. Y la culpa, sin duda fue de Rafa. Meses después, aquella “primera vez” se convirtió en matrimonio consumado hasta el momento. Pero los matrimonios necesitan su espacio, su rincón, sus manías…

Cuando cada mes de noviembre rendimos homenaje a nuestros difuntos –para las estadísticas los números son fríos y lo que no se manifiesta, no existe-, nos damos cuenta de aquel vacío, de aquel espacio perdido y de difícil relleno. Pero el ser humano es inteligente. Suple aquel vacío con la imaginación y la esperanza en un futuro lleno de felicidad y reencuentro.

Así lo creo yo también. O al menos, de alguna u otra forma, espero una continuidad de algo. Y me apoyo en un experiencia propia. Una experiencia extracorpórea, como técnicamente se define. Bien, ahora, unos que se dicen científicos, por aquello de echar creencias por tierra, dicen que todas estas experiencias se deben a alucinaciones. ¿Estaría drogado cuando de pronto me observaba desde fuera de mí?

Una jugarreta del cerebro, ni más ni menos. ¿Y el que no tragara agua alguna cuando me encontraba varios metros bajo el agua?, otra jugarreta de la glotis, dirían. ¿Y la felicidad y tranquilidad reinante?, funcionamiento anormal de la dopamina. A cada pregunta, una respuesta.

Una respuesta sin respuesta, sin convencimiento. No importa. Cada uno cree según sus vivencias, sus necesidades, según su cultura…. Decía al principio que el matrimonio necesita su espacio. Cuando uno adelgaza hay que renovar armarios. Pantalones más estrechos, blusas y camisas más ajustadas. Nuestro boletín adelgaza a pasos agigantados y la capacidad en sus bolsillos mengua. Y el espacio, falta. Como en los matrimonios.

Mi conciencia, buena o mala –vaya uno a saber- me recuerda que estoy ocupando un espacio. Un espacio que a su vez también es de otros. De otros muchos. De todos vosotros.

Mi egoísmo por salir en los papeles impide a otros ver publicados sus creaciones, sus reportajes, sus fotografías, sus noticias. Y si el espacio es necesario en el matrimonio, también lo es en el Boletín. Y más cuando éste adelgaza, cuando los bolsillos empequeñecen y el cinturón se ajusta.


Han sido dos años en que mes a mes me habéis abierto vuestro tiempo, me habéis dado vuestro espacio, y todo por culpa de Rafa, vuestro coordinador, dinamizador, incansable profesional que lo es, en todo lo que se propone.

Mi egoísmo, mi orgullo, mi lealtad, mis necesidades terrenales me obligan, me aconsejan, me susurran, una retirada. O un paso adelante. O lo que viene en llamarse hoy en día, darme un tiempo sabático. Una retirada a tiempo, una victoria.

Gracias Rafa. Gracias a todos vosotros por vuestro espacio.

¡Ah!, y no olvido nuestra ya cita anual. Con toque de fabiol incluido.

Gracias.



PUBLICADO en el número del mes de NOVIEMBRE de 2011, en EL BULLETÍ DEL CENTRE DE PERSONES MAJORS. Area de Acció Social. Consell Insular de Menorca

Antes de ponerme ante el teclado de mi ordenador, he dudado. Esta semana tenía muy claro que quería polemizar en el tema candente del Mahón-Maho-Maó. Si no polemizar –son los otros quienes polemizan- por lo menos opinar. Mi duda ha sido si alguien daría aviso a una conocida republicana de otra comunidad, país o principado, y que me llamara iletrado. Pero no me preocupa. No me preocupa porque no creo que la tal republicana pierda su valioso tiempo con un escrito mío. Y si quiere polemizar, el que no va hacerle caso será quien esto escribe.

Y no le voy a hacerle caso, sencillamente porque tengo el derecho constitucional a opinar, por mucho que le pese a la señora republicana. También tendré el derecho –y es de suponer que ella no, a no ser que haya una campaña masiva de empadronamientos como ocurrió meses antes de las últimas elecciones locales- de participar en la consulta sobre el tema. Y además, porque como menorquín, no voy a consentir que venga alguien de otra comunidad autónoma, país o principado a decirme cómo tengo que llamarme, qué tengo que hacer y qué no puedo decir. Y esa es la sensación que me ha dado la señora republicana de marras.

Tampoco me valen los informes hechos a demanda. Tampoco me valen dictámenes de asesores dependientes de organismos, fundaciones y demás instituciones que viven del presupuesto público o de las subvenciones de éstas. Y no me valen, porque si una cosa he aprendido de la democracia es que todo es relativo y temporal. Y el único imperio es, ya no de la ley, sino del poder del pueblo.
Y sobre todo, de sus representantes, de sus votos, de sus castigos y decisiones. Y es que todo lo que se ha erigido puede ser demolido de la misma forma. Y a la señora republicana de marras, esta parte de la democracia parece que no le gusta. O no la tolera. Pero es su problema, no el mío, no el nuestro.

Y muy por seguro que otros informes podrían confirmar tesis opuestas. Como por ejemplo haciendo hincapié en el último párrafo del Vocabulari ortogràfic de l’Institut d’Estudis Catalans del año 1913 –que por cierto data del mes de Janer, en vez de Gener-. Y es que este párrafo – presuntamente olvidado por algunos asesores a demanda- especifica que las normas de Pompeu Fabra y demás, no afectan a los nombres propios geográficos…. Y ahora, ¿quién es la verdadera iletrada?.

Pero tanto me da. A Teruel lo llaman Terol, pese a que su nombre es el de Teruel. En cambio, por imperativo del Boletín Oficial del Estado, la antigua Álava se llama Araba, y Vizcaya es Biscaia, tanto en vasco, como en catalán, gallego o castellano. Y aquí la lingüística catalana, castellana y gallega poco han intervenido.

Y Mahón puede llamarse Maó, puede llamarse Mahó, o seguir siendo Mahón, o como queramos que se llame los mahones, no una señora republicana de tierra adentro.

Tampoco le voy a darle lecciones de lingüística a la señora republicana de tierra adentro, pero sería fácil echar por tierra tanta monserga sobre el topónimo. Con sólo retroceder a los orígenes de nuestra toponimia nos encontraríamos que nuestro Mô proviene del general cartaginés Magón, y de aquí el Portus Magonis romano. Y del Magón derivó a Mahón, con el cambio de la “g” por la “h”. Y punto. Guste o no guste.

Y se vote lo que se vote, Mahón seguirá siendo el nombre de mi ciudad cuando hable en castellano. Y se vote lo que se vote, Mô seguirá siendo el nombre de mi ciudad cuando hable en menorquín. Y si la señora republicana de marras tiene alguna duda que se lo pregunte a Serrat. Él lo tuvo claro.

Yo también, por mucho iletrado que me puedan llamar.

Y siempre nos queda la coletilla del imperativo legal, que tanto gusta usar a algunos que se llaman nacionalistas.


PUBLICADO EL 4 NOVIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

UN GRANITO DE ARENA

Cuando estos días pasados los medios de comunicación se hacían eco de las medidas que muchos ayuntamientos están ultimando para, mediante el ahorro energético, logar un ahorro económico, entendí que iba por buen camino. O al menos, que sintonizaba con esta corriente. No en vano, desde hace un par o tres de años, han sido varias las ocasiones en que en mis escritos he apostado por la vuelta a las llamadas “guías y horarias” en lo que concierne al alumbrado público.

Recordaba en algunos de aquellos escritos que la bonanza económica o el despilfarro de los impuestos –según sea el interpretador del término- y con la siempre presente excusa del medio ambiente, contaminación lumínica y demás, cuando aparecieron las bombillas de bajo consumo muchos ayuntamientos cambiaron las antiguas bombillas por las de nueva generación. No contentos con ello, cambiaron luminaria, farola y más hubiera por cambiar, y lo que tenía que escribirse como un ahorro empezó a facturarse como un déficit. Pero eran tiempos de bonanza –o lo otro- y la estética primaba sobre lo demás.

En aquellos tiempos no había crisis, no, pero estábamos poniendo las bases para crearla.

Dado que se ahorraba en el consumo, algún iluminado –nunca mejor dicho- debió pensar ¿para qué intercalar guías y horarias, si con todas encendidas incluso ahorraremos?. Y allí finiquitaron las guías y las horarias. Todas pasaron a formar parte de la plantilla de las guías. Y vaya si nos han guiado.

Ahora, con buen criterio, una de cada tres se apagará cuando la mayoría de nosotros también apaguemos las nuestras. O de cada dos. O dos de cada tres. Y las calefacciones. Y los aires acondicionados. Y…, pero la deuda es superior y los dineros no llegan ni vienen. Y aquí es donde viene el granito de arena. Que no todo tiene que ser criticar.

Que los recortes aparezcan en las subvenciones a los sindicatos es buena señal, aunque al mismo tiempo, el ministerio de Trabajo regale a un sindicato un edificio del ministerio lleno de empleados públicos. Y es que partidos, sindicatos, equipos deportivos y similares deberían sobrevivir con las aportaciones de los afiliados, socios, simpatizantes y espectadores. Y poco más. ¡Que las empresas viven de sus recursos! ¿Por qué subvencionar los pasajes a los deportistas y no a los enfermos en sus desplazamientos?

Pero hay más. Muchas administraciones funcionan con oficinas privadas que gestionan algunos recursos. Los más conocidos suelen ser la del suministro de agua corriente y las oficinas de recaudación. Si el agua tiene un coste cero ¿por qué no rentabilizar todo el beneficio a favor de las arcas municipales y no perder una parte de la ganancia para satisfacer a una empresa privada?. Y el servicio de recaudación otro tanto. Y no digamos con las subvenciones a pobres de aquí y pobres de allá. ¡Como si nosotros no fuéramos pobres!.

Y eso que no me he metido con los banqueros y sus jubilaciones vergonzosas con los dineros de nuestros impuestos. Y es que con los banqueros no se atreven. Otra cosa será el recortar sueldos y ayudas sociales a los trabajadores. Los socialistas ya allanaron el terreno, y los trabajadores están en el punto de mira. Cualquier decisión que se tomen contra ellos, tienen el aplauso ganado.

Ahora bien, todo es negociable. En vez de recortar ¿por qué no efectuar un ERE temporal?. Me explico. El Estado subvenciona a la administración local por realizar unas competencias que por ley no está obligado. Un 30 % aproximadamente. Un tercio del presupuesto. Ahora, el Estado no paga y la administración local sigue manteniendo los servicios no propios, entonces es cuando se produce un déficit. Y hay que recortar de donde sea. Nadie piensa en recortar prestaciones. Todos piensan en castigar al trabajador.

Y si se hace bien, todos ganan. Sólo Madrid, pierde. Si mandamos al paro por un máximo de tiempo al reconocido para el cobro del subsidio de desempleo, a un tanto por ciento de los trabajadores municipales, éstos seguirán cobrando sus emolumentos –ahora pagados por el Estado- y así el municipio se libra de pagar las nóminas. Y las cargas municipales adelgazarán durante este tiempo. El trabajador disfruta de uno o dos años sabáticos, pagados claro, y el municipio se ahorra cientos de sueldos. ¿Quién da más?

Y si al cabo del año o de dos, la crisis no se ha solventado –¡ni con veinte años arreglan este desaguisado!- se relevan en sitio y vuelta a empezar. Y todos contentos. También podríamos hablar de quitar las Comunidades Autónomas y recuperar las antiguas diputaciones, delegados provinciales de esto y aquello, y seguro que también ahorraríamos, aunque esto claro, va en contra de la Constitución. Y la Constitución mejor que no la toquemos. Y las poltronas tampoco. Que esto ya no sería un granito de arena sino un pedrusco en el zapato.



PUBLICADO EL 31 OCTUBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

20 – O, UNA FECHA PARA LA MEMORIA

Como es lógico no voy a cambiar mi estilo de opinar. Como es lógico no voy a aplaudir un comunicado o decenas de ellos que se harán sobre el tema. Por defecto, disiento de todo lo que suene a comunicado oficial, ya bien sea desde la administración como la de los terroristas y sus comparsas. Y disiento porque nunca me he creído las medias verdades, las medias mentiras que acompañan a estos comunicados.

Las casualidades no existen. O si existen son como la suerte en la lotería, que la ves en casa ajena y nunca en la propia. La casualidad ¿? , ha querido que a un mes justo de las elecciones ETA declarase su finiquito. La casualidad ha querido que unos días antes, los dirigentes socialistas vascos se pelearan entre sí por la ausencia o presencia de éstos en la conferencia internacional de paz ¿?. La casualidad ha querido que el camarada-señor Rubalcaba y sus acompañantes pronosticaran que el fin de ETA estaba próximo gracias a su gestión en el ministerio de Interior. La casualidad ha querido que Zapatero se jubile como el gran artífice de todo ello.

¡Y un carajo!. Faltarán aún años, décadas tal vez, para poder conocer los entresijos de esta rendición incondicional del estado de derecho ante unos terroristas. Y digo bien, porque no me creo que tanto asesino suelto, tanto asesino encerrado, cumplan su condena como cualquier otro asesino que no se ampare bajo una asociación de criminales. Y si esto no se cumple, no existe el estado de derecho.

¿Cuántos asesinos, violadores y ladrones quedarán en prisión mientras otros, quienes a sus espaldas llevarán la memoria de decenas y decenas de asesinatos estarán en los escaños, cobrando de nuestros impuestos y decidiendo nuestro futuro? ¿Qué se les ha ofrecido para el anuncio del finiquito? ¿Qué dice la letra pequeña del contrato?.

Zapatero dice que nuestra democracia será una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria. ¡Cuanta razón tiene!. Y es que Zapatero nos tiene acostumbrados a la memoria. No en vano, sacó los muertos de la guerra civil y hace años que los lleva paseando por toda España. También si la memoria no nos falla, nos alentó al gasto porque la crisis no había llegado a España cuando hacía años que ya la padecíamos. Negó por activa y por pasiva cualquier negociación con ETA mientras el caso Faisán volaba sobre los juzgados. Si nuestra memoria no nos falla, tal vez, la suya sí.

Y que no se preocupen Zapatero ni los terroristas, que nuestra memoria no falla. Que cuando veamos en las Cortes Generales algún escaño ocupado por quien haya sido condenado por actos de terrorismo, nos recordaremos de ellos, de sus asesinatos y de las palabras de Zapatero. Y claro, a eso se le llamará reinserción.

El mismo día Gadafi, aquel sanguinario dictador conservado en el poder durante tantos años por el apoyo internacional, caía ejecutado por su pueblo. El titular del día podría haber sido doble. “Gadafi y ETA eliminados en el mismo día”. Seguro que toda España lo habría aplaudido. Quien esto suscribe, el primero. Pero no, Zapatero nunca diría esta versión del titular. ¿Qué se lo impide? ¿el contrato, el trato, el talante…?

Dicen no matar, pero no entregan ni armas, ni piden perdón, ni nada. Sólo piden amnistía. ¿Habrá ahora voluntad para cambiar la Constitución a fin de poder amnistiarlos?.

El futuro, ya no la historia ni la memoria, nos devolverá la verdad de lo que ha pasado en esta fecha “histórica”.



PUBLICADO EL 24 OCTUBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

CARTA A LOS REYES MAGOS, AL PAPA NOEL, A….

Cuando me dispuse a escribir la carta a los Reyes Magos, al Papa Noel, y como no, al futuro presidente del Gobierno español, lo hice como suele decirse, en plenas facultades mentales, o al menos declarar estar con las mismas que me han acompañado en mis días. Que tampoco es que me haya equivocado de calendario ni que algún gracioso me haya tomado el pelo –el poco que aún me queda-. Pues no.

Todo empezó cuando hace unos días empecé a allanar el terreno para cuando las Navidades, sobre todo a preparar a mis hijos en el tema de los Reyes y del Papa Noel. Desde siempre ambos han visitado nuestro hogar, pero este año su ausencia será motivo de intriga, preguntas y quien sabe si de algún disgusto. Por eso era necesario empezar a trabajar la imaginación y que la cruda realidad se hiciera ya presente.

La asignatura de la Educación para la Ciudadanía debería de contemplar algunos capítulos a sobrevivir en tiempos de crisis, a saber elegir en la compra del supermercado y como no, en no caer en la tentación de la publicidad que entra en nuestros domicilios por medio de la llamada publicidad subliminal o simplemente directa, agresiva y dañina para el bolsillo paterno. Pero eso no le preocupa al gobierno de turno, sino todo lo contrario. Rubalcaba –camarada para unos, señor para los demás- lo dejó bien claro al criticar el ahorro.

Pero no comulgo con las directrices del señor Rubalcaba. Y ya no es por lo del ahorro, sino por el del no gasto. Bienaventurados los pobres que pueden ahorrar. Bienaventurados los pobres que pueden dejar de gastar. Y es que el mejor ahorro es el que no se gasta. Y aquí viene la consigna que nos imponen los señores banqueros, políticos y aventureros: este año no hay ni Reyes Magos, ni Papa Noeles que valgan. Este año se terminará la inocencia de muchos niños que aún creen en la magia de aquellas fechas, y promete una maduración acelerada. Los psicólogos infantiles pueden empezar a realizar masters sobre las frustraciones infantiles por el efecto navidades, porque los traumas infantiles serán la nueva plaga del siglo XXI.

¿Y por qué escribir la carta en octubre? Sencillamente porque dadas las ventajas que nos ofrece las nuevas técnicas de comunicación, y por el ahorro del sello y sobre –y no digamos por el llamado efecto postal- los mensajes se realizan vía e-mail. Y muy por seguro que llegado diciembre, el servicio del ADSL será suprimido en mi domicilio. Los recortes empiezan por uno mismo.

¿Por qué escribir un e-mail ahora si de todos modos no van a recibir regalo alguno? , también se preguntarán. Sencillamente porque los productos de primera necesidad también serán bien recibidos. Comida, calzado y ropa encabezan la lista que estos días he mandado bajo confirmación de lectura. Las tallas sobradas, los números comprobados y las marcas ignoradas. Así de sencillas se presentarán estas Navidades. De los años sesenta, vamos.

De la infancia de los cincuentenarios actuales. ¡Que lujo!. ¡Qué lujo retroceder cincuenta años de golpe y recuperar aquella austeridad de nuestros padres, quienes aún trabajando, sus sueldos no alcanzaban para darnos muchos caprichos…! ¡Y pensar que en pocos años unos cuantos dirigentes y unos cuantos banqueros nos han hundido el invento!. ¡Y el síndrome de Estocolmo sigue actuando!

El PP propone eliminar cincuenta diputados. No se arriesga a más, por aquello de la reforma constitucional. Ni se atreve con el Senado. Como tampoco se propondrá hacerlo dentro de la legislatura si la ganan. ¿Esperaremos cuatro años para ver los recortes en los políticos? ¿Y qué dirá ahora el señor camarada Rubalcaba sobre quitar diputados y senadores?

Y el PP me ha inspirado. Escribiré el e-mail a los Reyes Magos, al Papa Noel y a quien haga falta, para que estas navidades nos regalen contención en el gasto político. Que eliminen la compra de ordenadores y móviles para sus señorías y que este ahorro lo inviertan en Educación y en Sanidad. Escribiré para que nos regalen las dietas de sus señorías, que eliminen también muchos – o todos- eurodiputados, al fin y al cabo Francia y Alemania son quienes nos gobiernan al antojo de sus intereses. Escribiré un e-mail para que la cordura vuelva nuestros gobernantes y que las entidades bancarias se nacionalicen y los beneficios sirvan para engrosar los presupuestos públicos. Y que…

Escribiré y reescribiré e-mails en los que pediré que los españoles no tengan que salir de nuevo hacia Alemania para ganar el sustento de sus familias. Escribiré para que los fraudes al fisco, a la seguridad social, y a nosotros mismos, desaparezcan gracias a la voluntad del gobierno de turno en hacer realidad la justicia y la igualdad. Escribiré para que la justicia sea independiente y para que los jueces sean justos, inteligentes e imparciales. Escribiré para que los fiscales no sean meros trabajadores a cargo del gobierno de turno. Escribiré para que la ilusión aparezca tras el 20-N.

Y sobre todo, escribiré para que el día después, toda esta mala praxis actual desaparezca –por activa y por pasiva- de todo diccionario, de toda noticia, de toda conciencia. Y muchas más cosas que escribiré en el e-mail.

Este año, se los he puesto difícil, lo confieso. Este año, o se ganan la credibilidad perpetua, o perderán muchos de sus adeptos. Y todo ello, por obra y gracia de Mister Bean. ¡Quien lo diría!.


PUBLICADO EL 18 OCTUBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

SI NO FUERA MENORQUIN…..

Hace un par de fines de semanas, cuando el tiempo aún se presentaba estival, por la mañana, a eso de las siete y tantas, me encontré a un grupo de no menorquines en amena tertulia bajo el cobijo de una terraza. Allí, con su bebida en la mano, daban el último sorbo de aquella sustancia bajo recargo arancelario justo antes de ir caer en manos de Morfeo.

El diálogo ya se lo pueden imaginar. Tres varones educados a modo de “tiaso” y con similar voz salida de culebrón sudamericano, emprendían un camino hacia lo que serían los preliminares de un cortejo con resultado más bien negativo. La joven, diplomática ella, escuchaba y mantenía el hilo de la conversación con evasivas ambiguas, gracias a la cual se mantenía aquella retórica de un monólogo estéril del dios Baco hacia alguna de sus bacantes.

El comentario no se deja esperar. La crisis está presente y golpea fuerte en cada hogar. Unos ya han abandonado la lucha y se relajan en la solidaridad de los demás. Otros, aún reman por mantener la embarcación sobre la línea de flotación., aunque sin esperanzas de llegar a puerto y seguir rumbo. La falta de equipaje favorece un mejor desplazamiento aunque a la larga suele aparecer contradictoria.

Y el comentario empieza a hacerse contradictorio, in-solidario, falto de humanidad. El típico trabajas o estudias no se contemplaba en aquel monólogo entre “tiasos” y bacante. El objetivo estaba más definido por mucho que lo ambiguo reinara en el monólogo. El comentario externo también.

La crisis, los subsidios y los orígenes empiezan a ganar calle. El comentario políticamente correcto desaparece de vocabulario y el proteccionismo nacionalista aparece en escena. Josep Antoni Duran Lleida lo deja claro al manifestar que no está conforme en pagar las bebidas alcohólicas que se toman en el bar con el dinero de las peonadas. Y como él, muchos otros asentirán tal opinión. En cambio Duran Lleida no habla de los subsidios o pensiones de los banqueros gallegos, ni de los propios catalanes. Y estos también los pagamos todos –ya no todos- nosotros.

Lo cierto es que de no ser menorquín, me ratificaría con Duran Lleida. Si fuera vasco tal vez mis pensamientos irían por otros derroteros. Si fuera gallego o andaluz, tal vez no opinaría lo mismo. Pero soy menorquín y me siento menorquín. Durán Lleida tendrá quien opine que tiene toda la razón en lo que dice, aunque a los políticos nunca hay que darles el beneficio de la duda. Ni el cheque de un voto incondicional. Hoy son las peonadas, mañana podemos ser nosotros. Añoro un Duran Lleida menorquín. Un Duran Lleida que hable del AVE, de las autopistas, de las autovías, de las peonadas, de las embajadas y consulados, de las televisiones, de la sanidad, de los aeropuertos….. Y de la cárcel.

Y de la solidaridad impuesta a toque de tanto por ciento. Del diezmo que cada vez aumenta en los cada vez menos salarios y asalariados. De los recortes y cortes, a los que como yo, nunca he conseguido beca ni ayuda alguna, mientras otros que estrenan coche, juegan virtualmente y hacen cola en el INEM la adquieren anualmente, y sin corte de pelo, a lo sumo una respuesta de mangas.

Rajoy aparece en escena y quiere poner a los técnicos en los ministerios, al más puro gobierno tecnócrata de los años sesenta. Al menos, su visión eliminará algunas de las siempre presuntas ochocientas plazas de asesores de Zapatero. Si no fuera menorquín, me lo creería. Al serlo, mi duda no desaparece.

Como tampoco desaparecerá cuando algún seguidor del nacionalista catalán, el lunes, el martes, y tantos otros días de la semana se encuentre a aquellos “tiasos y bacantes” apagando sus horas nocturnas mal-bebiendo un subsidio que entre todos pagamos.

Y a lo último, alguno pensará que Duran Lleida se queda corto.
Otros, que se ha extralimitado. Y es que en época electoral, nada es como uno se piensa.

PUBLICADO EL 15 OCTUBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

PREDICAR CON EL EJEMPLO


Cada vez que veo a Rubalcaba sentado sobre una mesa y rodeado de decenas de discípulos no puedo alejar la imagen de aquel maestro de antaño que trasmitía sabiduría con sus palabras. Y esa puede que sea la intención de sus asesores de imagen, la de parecerlo próximo a la juventud y con la sabiduría que dan la experiencia de los años.

Lástima que sus años de currículum no logren alejarlo de la nefasta gestión de Gobierno del que sólo salió para presentarse a candidato. Pero en su bagaje hay más méritos que valorar. Uno de los últimos me dejó dubitativo. El camarada Rubalcaba criticaba al ahorro y por supuesto, a los ahorradores. Y uno ya no sabe a quienes debían ir dirigidas aquellas palabras utópicas, cuando queda demostrado que ni sus señorías son capaces de ahorrar con los sueldos que ganan. O al menos así lo dicen sus declaraciones registradas en las Cámaras.

Y tampoco estoy en condiciones de decir que algunas de sus señorías faltan a la verdad en tales declaraciones, no sea que también emprendan acciones “civiles y penales” contra mi, por el inocente comentario, tal como parece que ocurrirá con quienes manifestaron una presunta ilegalidad del ministro Blanco. Y es que con Blanco el camarada Rubalcaba lo tiene muy claro. Y lo manifiesta públicamente. Blanco dice la verdad. ¿Se imaginan el revuelo que se armaría si el camarada Rubalcaba hubiera públicamente dudado de su compañero de filas?.


Pero dejemos a Blanco fuera de los disparos que para esto está el secreto sumarial, los fiscales y como no, la independencia judicial, la lentitud de los procedimientos, las diferentes y las diferencias en las interpretaciones y todo lo que configura nuestro ordenamiento judicial, y volvamos a las otras señorías.

Y es que creerse que algún diputado, senador o miembro del Gobierno sólo tenga cuatro mil euros en su cuenta corriente, una casita de aperos y un utilitario de segunda mano, tiene poca o nula credibilidad. Pero claro, a esto también se le llama predicar con el ejemplo. ¿Acaso no se ha fijado la mayoría de nosotros en las abultadas cuentas de alguna ministra y en cambio hemos pasado por alto las irrisorias economías de algunos otros? ¿Por qué nuestra mentalidad no es capaz de detectar lo inverosímil y en cambio atacamos la sinceridad? ¿Acaso preferimos tener un gobernante presuntamente opaco antes que tenerlo transparente?

Pero volvamos al ahorro. Rubalcaba –camarada y señor- tiene toda la razón. Y lo han predicado con creces desde su Gobierno cuando se inventaron los planes E, F,G,H y demás letras del alfabeto, con sus paneles de a dos mil euros de obligada publicidad. Y nos lo recordaron cada vez que subían la gasolina, electricidad y butano. Y los libros de textos. Y las prestaciones sanitarias. Y los alimentos, los impuestos y el agua corriente. Lo que no dice el camarada Rubalcaba es que después del gasto vienen los recortes. Lo que no dice el camarada Rubalcaba es que el obrero no tiene donde usar la tijera.

Mas, en Cataluña da ejemplo y se quedarán sin paga navideña, sin turrón ni cava. También es cierto que algunos otros se quedarán sin prestaciones sanitarias. Como también es tan cierto que a las televisiones y canales de la Generalitat no se les recorta ni la antena ni el micro, no sea que la publicidad no llegue al potencial votante catalán.

Antich preparaba un recorte mayúsculo en la Sanidad y en la Educación. Por suerte nuestra, ha tenido que ser Bauzá quien haya hecho tales recortes. Las filtraciones nos avanzan que el plan del anterior gobierno era superior al emprendido por los populares. La movilización pero, sigue en marcha. Uno ya no sabe si contra el de Madrid o contra el de Palma. Para unos, la culpa de toda la crisis es de Bauzá. Para otros de Zapatero y sus correligionarios. Para alguno más de Rajoy, y porqué no, de Aznar. En realidad, la culpa fue de Franco.

La culpa fue de Franco le faltaba añadir al dúo Zapatero-Rubalcaba, pero como la enseñanza actual no enseña la historia de España, pocos son las nuevas generaciones que coincidan con este análisis. Sólo Zapatero y sus correligionarios son capaces de sacar provecho aún de una guerra civil, tan nefasta y tan cruel. La culpa fue de Franco, de Francia y de Alemania. Y de toda Europa. Y de América. Y de todos quienes circularon en sentido contrario al nuestro en la andadura hacia la crisis. Y ahora nos ayuda el FMI.

Europa volverá a resentirse el próximo año. Menos España, le faltaba añadir. Y es que España está que no para. Que no para de caerse, vamos. Si no que se lo pregunten a los banqueros salvados de la quiebra con nuestros impuestos. Que se lo pregunten a estos banqueros que se embolsan unas jubilaciones doradas con nuestros impuestos. Y luego va Rubalcaba y se molesta porque Rajoy pide que todos los parados tengan cobertura.

¿Habrá pensado que se refería a la telefonía móvil?
Habría que preguntárselo antes del 20-N.
Después tal vez ya no tenga sentido.


PUBLICADO EL 11 OCTUBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

¡ADELGAZAMOS!

Adelgazar algunas veces es tarea difícil. En otras, por el contrario es señal de alarma. Cuando llega la primavera suelen ser muchos los cuerpos que se alían en la batalla de conseguir reducir algunos kilos de más y sobre todo, algunos centímetros de volumen corporal. Después, nos encaminamos hacia la Navidad y posponemos la cita con el gimnasio hasta la próxima primavera. Es un ciclo rutinario al que ya estamos acostumbrados.

También es verdad que de cada año, algunos gramos y más aún, algunos centímetros perseveran en conseguir que los adoptemos de por vida, y poco a poco vamos adquiriendo más volumen corporal de difícil erradicación. Y nos acostumbramos a ellos y con ellos vivimos. Nuestras fotos de antaño ya nada se parecen a las actuales. Si calvicie, si canas los que aún disfrutan de ellos, que si gafas, que si aquellas arrugas y aquellos centímetros, palmos dirán algunos, que se nos han ido acoplando por el camino.

Y cuando uno adelgaza, peligro. Es señal de que algo en nuestro metabolismo funciona de forma distinta a como lo venía haciendo hasta ahora. Algo hay en nuestro organismo que ha cambiado.

Y la señal me ha llegado precisamente ahora, en septiembre, cuando terminado el estío, finiquitados los estragos de playa, tumbona y sombrilla El Boletín aparece más delgado que de costumbre y eso a pesar de que estuvo todo el mes de agosto sin moverse de la tumbona, con el abuso de la comida, de los dulces, de la coca y chocolate y como no, de los refrescos gaseados.

Llego a la conclusión de que algo no marcha de igual forma en el metabolismo del Boletín. ¿Dónde habían quedado aquellos tres folios A-3, o aquellas doce caras de los otros meses? Repaso el camino andado y no los encuentro desperdigados por ningún sitio. Sin duda habrá sido una medida necesaria y recetada en la consulta del médico especialista. La receta electrónica suelen venir activadas para un tratamiento definido. Revisión anual o simplemente durante la expectativa de resultados. Dos pastillas en ayunas, otra antes de la comida y otra más antes de acostarnos. Y nos habituamos a que estamos enfermos y medicados.

Pero el medicamento también tiene un coste. Coste económico y coste en nuestro organismo con sus efectos colaterales o secundarios. Y el vino y demás alcohol alejado del mismo. Y el fumar. Y los estragos. Y….

Y los medicamentos genéricos y más baratos, también pueden –ahora ya deben- usarse. Su coste económico –de momento- lo justifican. Más económico es, en según que casos, una vida sana, una dieta pobre en sal, la tan cacareada referencia mediterránea y un poco - más bien, mucho - de sentido común. Y ejercicio, mucho ejercicio. Y del colesterol, ni acercarnos.

El número del mes de septiembre del Boletín me preocupó. Lo encontré como recién salido de la consulta del especialista médico. Con el susto metido en carnes y con la incertidumbre de si dirigirnos al notario a hacer testamento o simplemente tomarnos una parrillada por si esta fuera la última, o mejor aún, por si el diagnóstico fuera erróneo. ¡Que nos quiten lo bailado!.

Pero el diagnóstico, sin ser erróneo, a veces puede mejorar, reconducir, aminorar la tendencia. Una inyección de publicidad, por ejemplo, puede ayudar al engorde del mismo. Me imagino la implicación de entidades bancarias tan dedicadas a los temas de la Tercera Edad, de las agencias de viajes también implicadas en este importante sector de la sociedad, de tantas y tantas otras formas que de una forma u otra –monetario, folios, tóner, etc- pueden favorecer a dar un mejor semblante de este ya reconocido medio de comunicación.

Y el ánimo, el espíritu siempre joven y el ejercicio siempre presente, harán el resto.

Y de tanto en tanto, alguna sobrasada, algún butifarrón, alguna coca y chocolate. ¡Y que nos quiten lo bailado!
¡A engordar se ha dicho!


PUBLICADO en el número del mes de OCTUBRE de 2011, en EL BULLETÍ DEL CENTRE DE PERSONES MAJORS. Area de Acció Social. Consell Insular de Menorca

EL CUERPO NACIONAL DE ASESORES (C. N. A.)

Por principios no hago ni haré escrito alguno por encargo , pero otra cosa es que no me deje influenciar por algún comentario, que más que influencia suele acabar siendo una fuente de información o simplemente de inspiración. Marga hace tiempo que me viene “provocando” para que escriba sobre los abusos desde el poder. Mi contestación siempre suele ser la misma: los abusos desde el poder, suelen ser inherentes ya no al cargo, sino a la persona y a las circunstancias de quienes rodean a aquella persona.

El pasado miércoles, Marga volvió a llamarme la atención. ¿Por qué no escribes sobre las jubilaciones, sobre las trabas que se nos imponen a los trabajadores para conseguirla y lo fácil que lo tienen algunos políticos para cobrar pensiones vitalicias y de gran cuantía?. Mi contestación rondó sobre los mismos argumentos de siempre: que si esto lo sabe todo el mundo, pero nadie es capaz de limitarlo; que si nosotros fuéramos políticos haríamos igual; que si eso o aquello…., en fin contestaciones a las que ya nos hemos acostumbrados a decir y escuchar, pero que en el fondo, no hacen más que corroborar la pasividad en la que nos han convertido primeramente a la clase obrera y en segundo lugar, a la clase votante.

No caeré en la salida fácil del indignado programado. Pero si que es cierto que algo hay que movilizar en nuestras conciencias para dar un cambio de timón a esta nave que va con un rumbo sino equivocado, al menos incorrecto. Marga hizo de recordatorio y la noticia publicada aquel miércoles, hizo el resto.
El nombramiento de asesores casi siempre crea polémica. Y no digamos cuando la cifra alcanza los siempre presuntos ochocientos asesores de Zapatero. Pero hay muchos tipos y clases de asesores. La información debe ser crucial para que el pueblo llano entienda la necesidad de tal o cual medida, de tal o cual nombramiento. Es el dicho de siempre, con lo de la mujer del César.

No es de recibo que unos días antes se anuncie el despido de unos ochocientos empleados de empresas públicas y a las pocas fechas se anuncie una contratación de dos cargos de confianza. Tal vez, algunos de aquellos ochocientos empleados de empresas públicas lo fueron en su día por amiguismo, tal vez. Tal vez, aquellas plantillas fueron exageradas. Tal vez, sí que aquellas empresas son innecesarias. Y muy por seguro que la toma de una decisión de tal coste político, es porque no queda otro remedio que reordenar el sector público y poner unas bases y unos pilares para construir el nuevo edificio de la administración. Y muy por seguro que así es.

Pero lo uno, no implica lo otro. La mayoría vería con buenos ojos que para llevar a cabo una gestión determinada dentro de la administración, se necesite de rodearse de gente experta en tal o cual cometido para asesorar al político de turno en la toma de decisiones. Y eso pocos serían quienes podrían rebatirlo.

Un doctorado en tal o cual especialidad académica, un experto de renombre que haya trabajado en tal o cual empresa privada –y que no haya ido a la quiebra- o incluso el vecino del cuarto primera que empezó a trabajar a los doce años de botones en un establecimiento hotelero y con los años ha llegado a ser el subdirector en aquel mismo establecimiento, serían ejemplos que nadie refutaría el que fueran nombrados asesores de tal o cual cargo político.

Otra cosa muy distinta es que cuando hablamos de déficit, cuando hablamos de que el dinero ha desaparecido o no ha llegado y se ha malgastado, se gaste aún más dinero sin que el doctorado ni el experto acreditado, ni tan siquiera el vecino del cuarto primero, existan.

Aquel mismo miércoles, una menorquina, premio nacional a la excelencia en el rendimiento académico universitario, manifiesta que aún no ha encontrado una salida laboral acorde para lo que se ha preparado durante tantos años. Y yo me pregunto, ¿para qué formarse uno, si lo más fácil hoy en día es afiliarse a un partido político?.

Pero el problema sigue siendo el mismo: la libertad que se goza en el poder para hacer y deshacer. Y cuanto mayor es la libertad, mayor tiene que ser la responsabilidad. Y volviendo a la mujer del César, mayor debe ser la limpieza y transparencia en las decisiones, en los nombramientos.

¿Por qué no crear un cuerpo nacional de asesores (CNA) al más puro estilo de los interventores, secretarios y tesoreros? De crearse este cuerpo nacional, al menos a quienes accedieran al mismo, nadie podría cuestionar su valía. Al menos, aquel nombramiento tendría la presunción de honradez.

Y además, los pertenecientes al CNA, por las características propias de su labor, no tendrían ni potestad fiscalizadora ni opiniones vinculantes para sus patrocinadores.
Y para Marga, pues que tenga esperanza., tal vez un asesor de estos podría asesorar en erradicar en número la cantidad de parlamentarios, consellers y de asesores mismos. Un lumbrera, vamos.


PUBLICADO EL 30 SETIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

EINSTEIN & ZAPATERO

Einstein lo tenía claro aunque estuviera equivocado. Zapatero estaba equivocado y no lo tenía nada claro. Pero lo cierto es que ambos han guiado nuestras vidas con sus equívocos. Muchos de nosotros hemos estudiado sus teorías –las de Einstein, claro- y con ellas nos hemos examinado. Ahora resulta que Dario Autiero lo contradice y todos los exámenes, todos los aprobados, todas las teorías y demás descubrimientos no han tenido verdad ni, desde ahora, credibilidad.

Y el mundo ha vivido hasta el momento feliz con la teoría de la relatividad, de que la luz era el máximo en cuanto a velocidad se refiere, en los trescientos mil kilómetros por segundo y tantas y tantas otras teorías que en ella se basaba. Y nadie se dio de bruces por aquel equívoco que ahora se cuestiona, se critica y quien sabe si dejará en el más oscuros de los olvidos a Alfred Einstein. Porque los humanos somos así. Condenamos a la más desastrosa ignorancia en cuestión de milésimas de segundo a quien durante años, décadas, centurias, manteníamos en pedestales inalcanzables.

Pero la ciencia tiene eso: imparcialidad y avance. Cuestionar lo incuestionable es signo de que seguimos vivos y con ansias de aprender, de avanzar, de superarnos.

Zapatero fue –es- el antípodas de toda ciencia. Negó y renegó las veces que creyó necesario. Esperó a que otros nos resolvieran los problemas o al menos nos succionaran en su caminar. Y se equivocó, tantas como los demás quisieron. Y aunque no nos succionaron para subir al paso de los carros, si que nos succionarán para alimentar sus necesidades. Y en estas estamos.

Lo que parecía inamovible y base para todo experimento físico, cambiará. Lo que parecía inamovible y básico para toda estructura en que basar tanta política sobre derechos humanos, cambiará. El descanso, la jubilación, la sanidad y tantas otras batallas ganadas durante tantos años, desaparecerán por obra y gracia de quien creyó estar por encima del bien y del mal.

Si la Tierra empezó siendo plana, el paso del tiempo nos la ha hecho esférica. Si la Tierra empezó siendo el eje del Universo, el paso del tiempo nos la ha convertido en una minúscula porción entre tanta oscuridad desperdigada por tanto desconocido lugar. Si España llegó a sentarse en el ranking de las grandes potencias desarrolladas, Zapatero nos devolvió a los últimos puestos de llegada. Y a Einstein lo desbancó la ciencia, el trabajo constante de años y años de investigación. A España no importó tanto. Una mal elección, unas cuantas mochilas, y todo se fue al carajo.

Y ahora hablan los presos de ETA y se posicionan a favor del dúo Zapatero-Rubalcaba. No piden disolución de la banda, sino simplemente la amnistía de los presos. ¿Acaso la pedirían si estuvieran viviendo de rentas en Venezuela o simplemente en libertad en las vascongadas?. Si la ciencia no impone tiempos, la política en cambio sí. El 20-N es fecha tope.

Un antes y un después. O no. Dependerá de un artilugio inventado por los griegos muchos años antes de que alcanzaran la bancarrota. Este artilugio se representa actualmente por unas urnas, antes por unos representantes, más adelante tal vez por un botoncito. Quien sabe. Tal vez, con eso que la ciencia nos permitirá el viaje al pasado, el botoncito no tendrá energía para emitir el voto domiciliario, ni la energía podrá que las ondas electromagnéticas lleguen a nuestros domicilios. Tal vez, aunque los neutrinos lleguen a velocidades súper luminosas, sólo los periódicos locales llegarán a nuestras casas. Y los barcos sin competencias aéreas.

Si la teoría de Einstein es desbancada y los neutrinos hacen posible el regreso al pasado, Zapatero habrá sido, sin quererlo, el artífice de que España, nuestra España, sea una de las primeras en alcanzar el futuro científico tan cacareado estos días: nuestro viaje al pasado.

Un viaje al pasado sin sanidad, sin pensiones de jubilación, sin derechos, sin trabajo… Y eso que nos reíamos de él.

Ya lo dice el refrán, quien ríe último ríe mejor…..
Ahora entiendo la sonrisa perenne de nuestro todavía presidente.


PUBLICADO EL 28 SEPTIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

CAÍDA LIBRE

La velocidad de caída de nuestra economía ya no es uniforme, es uniformemente acelerado, de caída libre, vamos. Algunos optimistas del ramo, incluso con esta nueva calificación física, predecían que la distancia a recorrer era ya mínima –uno no sabe si porque al final remontaríamos el vuelo o nos estrellaríamos en el suelo- y propugnaban buenos augurios para la economía española. Lo cierto, es todo lo contrario.

Tras los cien días de gracia parece que las cosas no se arreglan. Y no se arreglan sencillamente porque lo que se ha destruido en siete años no se puede arreglar en cien días. Ni en cien ni en quinientos. Pero bueno es que vayamos recortando gastos y levantando pilares. Las tijeras deben cortar lo superfluo y afianzar lo necesario. Y aquí es donde las opiniones no se encuentran.

Divergentes. Los recortes en personal sólo aumentarán el número de parados y con ello ralentizar el consumo y vaciar más las arcas –si es que aún hay algo en su interior-. Si la educación y la sanidad son parte esencial en una sociedad democrática, recortemos gastos superfluos como la compra de ordenadores portátiles o apliquemos la compra de genéricos, pongamos por caso. Pero estas medidas tienen también sus días contados. ¿Acaso no creen que al haber mayor demanda de genéricos, éstos no cotizarán a mayor precio?

La ley de la oferta y la demanda marca tendencias. Tendencias y mercadeo. Lo vemos estos días cuando se hablan ya de listas para el 20-N. Todos quieren asegurar la silla o poltrona para cuatro años más. Tanto da que se esté en la oposición o en el gobierno. El sueldo empieza a ser apetecible desde el cargo de asesor del secretario del diputado y no digamos en el caso del titular del escaño. Y aquí nadie habla de recortes. Y sería fácil recortar. Con tijeras de poda, claro. O con alicates. Para el caso, tanto da.

Y la solución es fácil. Una vez celebradas las elecciones, el tanto por ciento de cada formación política se materializa ante un máximo de diez, veinte, treinta diputados, pongamos por caso. Y en vez de los trescientos y tantos o más diputados, con treinta –con la misma proporción- serían los salvadores patrios que decidirían nuestro futuro y el de los suyos. Y del senado, mejor no hablar.

En el otro bando –en el del asalariado, parados y afines- también hay soluciones. La solución pasa por eliminar prebendas. Por decreto –eso que tan bien sabe hacer Zapatero versión Rubalcaba- se suprimiría las prebendas de sábados, domingos y festivos, nocturnos y veraniegos. O lo que es lo mismo, hacer que la igualdad invada nuestras vidas.

Igualar el domingo a un martes, un día de noviembre con uno de agosto, y una noche de sábado con la noche del miércoles, aportaría –al menos algún asesor de los seiscientos que pagamos para Zapatero versión Rubalcaba, así lo firmaría- un mayor movimiento en los comercios y un menor coste para el empresario. Y eso es lo que demanda la economía de mercado. Mayores ingresos, menores costes.

Y tan felices. Y si no, sólo hay que recurrir a lo insinuado por una compañía eléctrica ante tanta morosidad, que prevé subir las tarifas para garantizar los beneficios. Y lo que no dice es que cuanta mayor sea la subida, mayor será la morosidad, y por ende vuelta a empezar. Y el egoísmo no es bueno.

Y la implicación del Estado es nula. Al menos en imparcialidad. El impuesto a las grandes fortunas llega en tono electoral y tras haber mantenido relaciones durante años con los banqueros. El divorcio se traduce en que todos salen ganando, excepto los descendientes que se quedan traumatizados y entre dos aguas. Gobierno y empresarios amagan un conflicto en el que sólo saldrán perjudicados los ciudadanos, verdaderos descendientes de todo lo orquestado desde la cúspide de la pirámide constitucional.

Y de indignados, ni se oye ni se comenta. Supongo estarán reciclándose para la próxima contienda electoral. Los cursos de verano pasan la reválida de otoño y en noviembre pasarán la selectividad. Volveremos sin duda a encontrarnos campamentos disconformes e inconformistas. Y la solución a veces es más fácil de lo que uno se plantea. Y para ello hay que estar atentos a las noticias de segundo orden. Desde el poder, claro.

Ahora resulta que los presos británicos vienen a nuestra recién estrenada cárcel porque hay conexión aérea desde Menorca con Gran Bretaña. ¿Y acaso no la hay también en Palma?, se pregunta incrédulo uno. Y con Barcelona. Y con Madrid, aunque nos retiren algunos vuelos.

Y a pesar de ello, seguimos cayendo. Las guías y las horarias no se atreven a proponerse por aquello del qué dirán, de la seguridad, de la oscuridad aparente. O simplemente por el coste de un regulador horario que ya no tiene cabida en el presupuesto.

Y de presupuestos Rubalcaba sabe mucho. Dice ahora que la ley que se plantea aprobar por lo del impuesto sobre patrimonio no está bien redactada. ¿Estará hecha bajo los dictados de la banca? De todos modos, Rubalcaba y Zapatero la aprobarán. ¿Alguien entiende tanto cinismo?

Seguimos cayendo.

PUBLICADO EL 22 SEPTIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.