MÁS 0,25 %

Un cuarto de punto, ni más ni menos.  Esa es la cantidad que a día de hoy, muchos de los pensionistas, viudas y demás llamadas clases pasivas, habrán visto incrementado el saldo de sus cuentas bancarias.
Para algunos, este cuarto de punto les significará una subida cercana al euro al mes, o lo que es lo mismo, doce euros al año, sin contar las pagas extras.  Tres céntimos diarios.  Cinco pesetas de antaño. Un duro más al día.
Y si uno no se contenta, es porque no quiere.  O al menos esto  nos dicen los que miran el futuro en positivo. Los optimistas, vamos.  O quienes este cuarto de punto les representa más de un euro.  Y los hay, por suerte, para ellos. De lo contrario,  las cuentas no saldrían.
Fátima, excelentísima y demás, les dice en la misiva que más de doscientos setenta millones de euros han sido desembolsados del sistema para cumplir con este compromiso de revalorizar las pensiones.  Y por mucho que uno intente dividir  los catorce euros anuales entre los doscientos setenta millones, siempre quedará alguna cabeza con más de un duro al día.
Estas cinco pesetas diarias significarán para algunos, el retorno al estado de bienestar del que la crisis los había privado.  Las medicinas, por ejemplo, con copago obligatorio, volverán a la gratuidad en según qué casos.  O al menos, con coste cero una vez invertidas estas cinco pesetas en la cuenta de  la farmacia.
Este mismo cuarto de punto,  debe haber ido también  a la cuenta embargada de un exalto cargo de la patronal, quien hace poco manifestaba desde el interior de un recinto penitenciario, que su fortuna era cero.  Cero zapatero, añadiríamos,  tras cargarle las culpas al invicto Rodríguez,  José Luis, para más señas.  Y eso que le quedan un poco más de setecientos euros al mes, de pensión embargada, claro.
Otros empresarios, banqueros más bien, acertaron de pleno cuando sus mismas entidades los mandaron de patitas a la calle. Con paro e indemnización incluida.  Y es que no hay como ser asalariado de uno mismo. O jefe de uno, vamos.
Pero estas cinco pesetas diarias dan para más.  Siempre que uno no dependa de la farmacia, dan para pagar una bolsa en el supermercado.  O una gominola –de las pequeñas, eso sí-. Y poco más.  O nada más. 
Y si la señora Fátima hubiera evitado la comunicación, ahorrado el sobre, el folio y la tinta,  ¿cuántas gominolas se habrían podido comprar? se preguntarán algunos pensionistas.

Eso  sería  desviar el problema a las matemáticas.  Y el problema, de momento, no es científico.

PUBLICADO EL 29 DE ENERO DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

RED THURSDAY

El lunes fue un día triste. El lunes triste por antonomasia. Y no lo digo yo, ni el calendario, sino las matemáticas.  También lo debió decir Cliff Arnal, quien lo ideó en el año 2005.  Resulta que el frío que invade nuestros hogares y nuestras calles,  la tan temible y cacareada cuesta de enero, la cuenta bancaria a ras de suelo y el Niño que pasó desapercibido, provocan un cóctel explosivo en la calculadora con saldo  negativo.        
Y tan negativo que incluso le ponen nombre y apellidos.  Blue Monday sustituyó al 19 de marras.  Al menos no le calificaron de negro, ni de gris, como los viernes y jueves de Acción de Gracias.  Y es que los americanos, el color, lo miran con otro cristal.  Lo negro vende, y lo gris no baja persiana para seguir vendiendo.  El azul, tira para frío, depresivo y cuesta abajo.
Pero este lunes triste, desolado y depresivo lo fue por imperativo de la noticia –a pesar de que Google nos dejó huérfanos de éstas, a causa de otro imperativo legal-. Y del hombre del tiempo con sus  isobaras y anticiclones.  Presencia de círculos familiares con sus primas de riesgo, Niños ausentes y el primitivo talayótico  deambulando entre mesas camillas y divanes. Ni más ni menos. Pero ni eso.  Este Lunes Azul es el primer paso del negocio. Como la llegada de aquel Papa Noel vestido de verde Nicolás.  El segundo, ya vestido de rojo, con tratamiento genérico incluido, será poner atractivo a sus vecinos. 


Llamativos y expectantes, sus vecinos serán presentados por los analistas sociológicos llamados a filas para el caso.  El  Red Thursday podría ser el antídoto. O el Green Wednesday, por ejemplo, dado que el Black Friday y el Gray Thursday ya están adjudicados. Y el Thursday además, repite.
Punto de mira, objetivos, ganas y deseos, todo un arsenal de medidas correctivas y curativas de esta depresión formulada.  Todo, literatura moderna y márketing de empresa.  Experimento de laboratorio universitario, expondrán otros.  Fórmula ésta que ocupa el espacio ocupado antaño por los biorritmos que buscaban motivar los tres estadios del cuerpo.  Y punto pelota.

“Una passa de dimoni”, diremos por aquí.  El día avanza y la noche retrocede. Se ilumina. El termómetro se dilata y el azote pierde fuelle.  Cincuenta y dos semanas después, coincidirán uno triste y otro desenfrenado.   El segundo habrá necesitado del primero.  Y Lo desbancará. Lo anulará y lo sepultará.  El Blue Monday tiene sus días contados.  Se engendra el Red Thursday, un nuevo “papadineros” versión moderna.

PUBLICADO EL 22 ENERO 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

"JE SUIS CHARLIE HEBDO"

Un millón y medio de personas se manifiestan en París.  Otras dos millones en otras ciudades francesas.  Cientos de miles en el resto del mundo.  El asesinato en el semanario Charlie Hebdo ha encendido las alarmas y ha lanzado un grito unánime a favor de la libertad de expresión.  Pero ha hecho más.  El pueblo francés ha hecho más.  Las naciones han hecho más.
Los únicos culpables han sido quienes apretaron el gatillo y quienes instigaron a hacerlo.  Y nadie lo cuestiona.  En España hubiera sido diferente.  Muy diferente.  En España nos hubiéramos dividido unos a favor de las víctimas y los otros  buscando excusas que atenuaran la barbarie de los asesinos.  Y es más.  Intentarían  culpabilizar a las víctimas y no digamos, al gobierno de turno.
Podemos aprobar o desaprobar el tipo de periodismo que ejercía el semanario Charlie Hebdo, pero en lo que no hay duda, es en  posicionarnos en la misma senda, de que vivir bajo la consigna del terror y del medio, coarta la libertad.  Ahora, Charlie Hebdo es más sinónimo de libertad que antes.  Y de valentía.   Francia entera votó, al salir a la calle,  por vivir en  un sistema que no acepte el chantaje, el terror, el fanatismo.
Nadie pidió explicaciones a los policías galos que actuaron y acabaron con los terroristas.  Nadie pidió explicaciones por los rehenes muertos en el asalto al supermercado judío.  Nadie pidió explicaciones, porque el pueblo francés tiene muy claro que los únicos culpables han sido los yihadistas.

Y es en estos momentos críticos, cuando una sociedad demuestra su madurez, su patriotismo, su pertenencia al grupo.  En España, ser patriota, desgraciadamente es sinónimo, cuando menos, de facha.    Apoyar una operación policial de este calibre recibiría el calificativo de xenófobo.   Y no digamos, la de encabezar una manifestación como la que discurrió por las calles de París.
Lo que uno aún no llega a comprender es qué esperan las naciones para destruir esta amenaza latente, esta amenaza real, que se llama estado islámico.  ¿Acaso se levantarían aún voces disconformes a que se atacara a estos decapitadores profesionales y sin escrúpulos?
¿Cuántos Charlie Hebdo debemos sufrir para que nuestros dirigentes reaccionen? ¿O preferiremos convertirnos a su fe, para guardar la vida, aunque perdamos la honra?  “De pie o de rodillas”, se tituló mi primer escrito en estas páginas, hace de eso hace ya veinte años.  Stèphane Charbonnier, director del semanario, también lo apostilló.  Y no se arrodilló.

Descansen en paz.

PUBLICADO EL 15 DE ENERO DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

REFERENCIAS

Tener buenas referencias es sinónimo de éxito, al menos nos aleja de futuras lamentaciones.  Y aunque la seguridad completa no la tengamos, el remordimiento descansará en mejor posición. 
Éstas pueden ser tanto pasivas como activas, y la obtención de ellas también se ha modernizado.  A las antiguas cartas de presentación se le han unido perfiles, buscadores, galerías y comentarios almacenados en la nube, que saltan cuando uno menos se lo espera. O la curiosidad de otros husmea en el interior público de uno.
A quienes se les saltó la liebre -y van por la enésima- es a un círculo que todo lo pueden, o al menos eso dicen.  El comentario sobre el asesinato de un policía en la estación de Embajadores deja mucha estela tras ellos.  Uno ya no sabe si será un desliz provocado, o una simple provocación.  O al revés.
La posterior desvinculación oficial del gran jefe, no tranquiliza.  Si la democracia de laboratorio consiste en que las decisiones se toman por círculos y a cada  momento,  la seguridad jurídica brillará por su ausencia. Y si el jefe no manda sobre los suyos ¿para qué un jefe?  Y es más, la referencia de un círculo con los demás círculos, puede llegar a ser totalmente opuesta, contradictoria.   ¿Lograrán la cuadratura del mismo?
Por un momento, uno se siente como una cobaya de laboratorio con la que se experimenta.   A unos, nos inyectarán un placebo,  a otros -más privilegiados- el medicamento acertado, y otros, pobres desgraciados, el veneno.  La supervivencia de uno al experimento podrá deberse al azar, a las simpatías, o a la ruleta rusa.  El destino dirán unos.  Simplemente un fallo previsible y provocado, dirán otros.
Empiezan a publicarse sondeos electorales, entrevistas a echadores de cartas, análisis sociológicos partidistas... Y todos ellos pretenderán moldear, suplantar o al menos adelantar el veredicto de las urnas.  Pero el veredicto, sea cual sea, adolecerá también de las carencias de valentía que durante tantos años han venido arrastrando quienes nos han gobernado. 
Nadie ha puesto las bases de la reforma de la ley electoral. Nadie las pretende, tampoco.  Listas cerradas y únicas, familias políticas, número de poltronas, dietas y emolumentos. Pactos y bisagras.  Todo sigue latente en este hervidero de corrupción.
Pero las caras, los caretos actuales, nos bastan.  Tenemos las referencias en nuestro disco duro.  Buenas y malas, pero conocidas.  Otros, simplemente son unas referencias desconocidas.

Y ya lo dice el refrán “más vale malo conocido…

PUBLICADO EL 8 ENERO 2015, EN EL DIARIO MENORCA.

TITULARES DE CAMPAÑA

Cuando llegan las fechas de renovación de año,  de una forma u otra, la mayoría de nosotros pasamos balance del que abandonamos, y hacemos el presupuesto de lo que desearíamos que fuera el neonato.   Pocas veces serán las que acertemos en el presupuesto, pero no será hasta el final del próximo en que el balance nos topará con la realidad.  Pero ésta volverá a estar listada o renovada en la del próximo –y del prójimo- y así este ciclo que cada vez, a los ya adentrados en años, nos sabe más corto.
La crisis es ya historia” nos decía hace pocas fechas nuestro presidente al hacer recuento de su anualidad.  ¡Y un carajo!, le replicaría con todos los respetos del mundo.  Estará bien que lo repita en acto electoral, pero en el escenario escogido para la ocasión, el titular es erróneo.  Lo que si es cierto, y nadie en su justa medida podrá negarlo, es que vamos por buen camino, que nos recuperamos, que hemos salido de la UCI y estamos encamados en planta.  Y que algunos incluso dan algún que otro volteo por el pasillo.  Y como no, que algunos otros, han sido dados de alta.  Pero estos últimos, sólo estuvieron con tratamiento ambulatorio.
Y hay que reconocer los méritos.  España no fue rescatada gracias a las drásticas y necesarias medidas económicas impulsadas por el Gobierno. Pero también hay errores. El rescate de los bancos con el dinero del contribuyente sobraba.  Los casos de corrupción, sobraban. 
Mas aparece en escena. Y sobran también desplantes.  Y falsos profetas. Vuelve a escenificar su necesidad de público y de acaparar titulares y fachadas vacías de contenido.  Se entrevista con Urkullu para “hacer frente a la recentralización”. ¿Qué recentralización? ¡Si Mas lo que dice es que quiere irse!  Y hablan del “desprestigio creciente de la política” y de la “corrupción y malas prácticas”, olvidándose Arturo de mencionar lo que ocurre en su territorio, donde el clan Pujol está siendo investigado, donde él mismo está bajo estudio, y donde las arcas públicas están agujereadas por doquier.
Y es que también está en campaña. Una campaña sin nombre y sin apellidos. No sabe no contesta resumiría Arturo sus deseos para el 2015.
Quienes también lo están es en Andalucía, que no saben si aliarse con su necesitado de cámaras, o tirarse al monte, rescatando EREs y las antiguas peonadas. 
En la otra cara, en la cruz más bien, viajamos todos los que sí sabemos lo que deseamos para el 2015, pero que conseguirlo no depende ya de nosotros mismos, del todo, al menos.

Bon Any.

PUBLICADO EL 5 ENERO 2015, EN EL DIARIO MENORCA.