CADA COSA POR SU NOMBRE

Las aguas vuelven a estar revueltas si es que alguna vez se tranquilizaron. Hugo Chávez encendió la mecha cuando trató de “fascista” a Aznar. Desde aquel momento el revuelo contra unos y otros no ha dejado de parar. Así, los que aplaudían la quema de fotografías del rey, han tenido otra ocasión para lanzar más que opiniones, ahora ya razones, contra la Casa Real. Y el monarca parece que ha desaparecido de la esfera pública para dejar que las aguas amainen y salga otra noticia que desvíe la opinión de estos españolitos de a pié.

Soy de la opinión de que el españolito de a pié, aquel al que tanto le da blanco que negro, le gustó la reacción del monarca. El españolito de a pié podrá estar a favor o en contra de Aznar, pero que nuestro monarca intentara –otra cosa es que lo consiguiera- hacer callar a aquel presidente sudamericano que tanta polémica ha desatado durante sus años de gobierno, encendió el subidón patriótico que teníamos en standbye.

Otra cosa es que ahora, la actitud del Gobierno, y sobre todo la de su presidente, sea la adecuada. Me imagino las tareas por pacificar el enfado –por llamarlo de algún modo- del presidente Chávez., y los comentarios a puerta cerrada en referencia a nuestro monarca. Y también se me plantea una duda, exagerada tal vez, pero en esto de la política todo es posible. Se me plantea la duda si aquella reincidencia de Chávez y el descafeinado reproche de nuestro invicto presidente Rodríguez, Zapatero para más señas, no estuviera pactado. Y me imagino también a nuestro invicto monarca metiendo baza en la cumbre, en un contexto que desconocía. Traslado la memoria al 23-F y me imagino a Tejero, en medio del hemiciclo no entendiendo lo que ocurre, tal como declaro en el juicio “si alguien sabe lo que pasó el 23-f que me lo explique”. Supongo que a estas horas, ya habrá sacado sus propias conjeturas de lo que ocurrió y su papel en el mismo….. Y a eso me remito. Me imagino a ZP dialogando, haciendo su papel de primer ministro español, interrumpido –cosa de mala educación- por parte de Chávez, y el rey, harto de tanta falta de educación –por no llamarlo mala educación- reprocha e intenta hacer callar a Chávez. Sin duda el rey actuó y perdió las formas. Pero Chávez las perdió antes. Y también las perdió –o mejor, le faltó- a la presidenta del congreso por no poner orden ante la insistencia de Chávez. ¿Acaso la consigna era atacar a España, con el descafeinado discurso de ZP? ¿Y para qué vamos a América, si para perdonar las deudas, podríamos hacerlo desde España, por Internet y en la línea abierta del Banco de España……?

Y la polémica se ha trasladado a España. Intentamos apartar a la monarquía de todo el embrollo y desviamos la atención a la calle: ahora todo lo que se califique de negativo, llevará intrínseco el calificativo de “fascista”. Rentabilizar la acusación de Chávez contra Aznar, en España se traduce en la identificación de que todo acto delictivo, terrorista, reprochable, la identificamos con la misma figura emitida por Chávez. Así, estos días nos hemos despertado y nos hemos ido a la cama, con noticias que hacían referencia a manifestaciones antifascistas. Para este grupo de manifestantes que en Barcelona la emprendieron rompiendo escaparates, incendiando y destrozando mobiliario y transporte público, cortes de vías, agresiones a agentes de los Mossos , aquellos quienes agredieron y mataron a otro joven en un metro, son fascistas. Poco a poco intentan que la confusión de términos se alinee y crear así un enemigo común.

¿Por qué no llamar a cada cosa por su nombre?. ¿Por qué no llamar “fascistas” tanto a los que mataron a este joven en el metro como a quienes destrozaron escaparates en Barcelona? ¿Por qué no llamar fascistas a los etarras que se dedican a atemorizar a los vascos y matarlos? ¿Por qué no llamar terroristas a quienes crean y fomentan el miedo y el terror en las calles?. ¿por qué no llamar fascista o incluso terrorista a algún jefe de estado extranjero que se pasa los derechos humanos por el forro y no deja que aparezca la luz de la libertad y de la democracia en su pueblo?.

La exhortación del “creer, obedecer y combatir” que era el lema de la doctrina fascista, contrapuesto a la de “libertad, fraternidad e igualdad” de la revolución francesa, podríamos encontrarlo en muchos discursos de estos países a los que España, -y más que España, su gobierno democrático de ZP-, siente respeto y admiración. Y esta doctrina fascista, la podríamos encontrar también en muchas actuaciones de cariz nacionalista -al fin y al cabo, el fascismo en su doctrina, pretende la estricta reglamentación de la existencia nacional y del individuo-.

Son muchos los que, de una forma u otra, por sus venas de poder, nacen y corren sentimientos racistas y dictatoriales. Lo hemos visto en las últimas manifestaciones. Y si no se controla lo suficiente, lo seguiremos viendo, viviendo y padeciendo, durante toda la campaña que se avecina. Son daños colaterales que no entran en el escenario político, pero que da la sensación que interesa que ocurran. Unos para identificar y responsabilizar, otros para culpabilizar la reacción.

Y Chávez seguirá haciendo campaña contra el monarca, y como no, contra Aznar. Mientras, el españolito de a pié pensará que nada de ello podrá inmiscuirse en nuestra política interna, pero se equivocará. Se equivocará como en tantas otras ocasiones. El Gobierno español, trabajará con la intención de proteger los intereses de las empresas españolas allí existentes, como lo debe estar haciendo ya con las de Marruecos . Condonarán deudas y gratificará gestiones, concederá créditos y protegerá la inmigración….. Y el españolito de a pié, llegará a creerse que paga con sus impuestos un añadido para que el señor Chávez nos siga recordando hasta las elecciones que Aznar era tal o cual presidente.

Y mientras todo esto ocurra, seguirán rompiendo escaparates y pegando a otras personas en el metro, se seguirá levantando el puño, la mano, y el bate de béisbol, en nombre de tal o cual organización, e incluso seguirán explosionando artefactos en nombre de ETA, y nadie será capaz de levantar la mano para expulsarlos de la calle, del juego democrático, y sobre todo, de esta España que si fue fascista en su día, han pasado muchos años de ello, y no quiere repetir historia, por mucho que Pepiño y sus amigos sudamericanos nos lo recuerden.

Y aunque es bien cierto de que fascistas hay más de los que uno cree y desearía, no son todos los que uno piensa. Hay más. Si no, remitámonos a lo que escribió en su época el fascista italiano Ferdinando Loffredo “ la mujer debe volver bajo el sometimiento del hombre, padre o esposo, y debe reconocer por tanto su propia inferioridad espiritual, cultural y económica”. ¿A cuántos hombres que conocemos no les corresponderían esa definición ideológica? ¿los consideramos fascistas? ¡Pues cuidado!. No sea cosa que les demos más poder del que puedan administrar y se desborden las consecuencias….
PUBLICADO EL 25 NOVIEMBRE DE 2007 EN DIARIO MENORCA.