La
semana se presenta caliente -mediáticamente hablando- con la
comparecencia de la ciudadana Cristina ante la justicia. El dicho
popular que encabeza el escrito de hoy, resume el resto. Y no es que
uno sea vidente sino todo lo contrario. La rutina hace ya tiempo que
ha tirado anclas en el aparataje societal y nada se mueve. Incluso
uno ya se asombra de que la imputación haya llegado hasta el momento
mismo de la comparecencia.
Y
lo que más parece preocuparnos hoy en día, es si su llegada se hará
a pie o en coche. Nada más. Mediáticamente nadie elucubra el
desenlace de la comparecencia. Nadie osa aventurar suposiciones ni
hacer cábalas sobre el tema. Ni porras, vamos. Y bien que hacen.
La del sábado sólo sería un pequeñísimo paso más. Y muchos ya
han perdido la esperanza de ver su morbo plasmado en una condena.
Quedará
eso sí, el juicio paralelo del populacho, que necesitado de pan y de
circo barato aprovecha cualquier ocasión para alimentarse de una
ficticia igualdad que le llene sino el estómago, al menos la
psiquis. Pero con el tiempo, este juicio paralelo también se
esfumará de la memoria y sólo permanecerá intacto en el
criterio de la firma que lo plasmó en las hemerotecas.
Y
no es que los encargados de administrar justicia sean buenos o malos
profesionales, simplemente que la ley que deben aplicar, más aún,
interpretar, tiene muchas lagunas, muchas ambigüedades, muchas
puertas accesorias, por las que casi siempre y con buen consejo,
puede burlar uno. Y ahí está la labor del gremio de la abogacía,
buscar e identificar estas puertas que el legislador por acción u
omisión, ha dejado publicado –o sin publicar- en el BOE.
Y
de momento, propiciar esta acción u omisión, tampoco está
tipificada como delito. Son acciones u omisiones que se le vienen en
llamar soberanía del pueblo. Una soberanía representada por el
poder legislativo, elegido democráticamente por tod@s l@s
españolit@s. Y así es como con nuestra cooperación necesaria,
cada vez que introducimos un voto en una urna, legitimamos que
perduren año sí, año también.
Y
la ciudadana Cristina comparecerá ante el juzgado instructor. La
portada del domingo indicará si habrá entrado a pie o en coche. Y
poco más. Después, quedarán muchas otras interpretaciones,
muchas otras diligencias, que harán que aquel filtro se vuelva aún
más condescendiente.
Y
sin espera ni descanso, otra cortina de humo es puesta en escena. Se
anuncia que en palacio, de “altibajos”, de haberlos haylos.
PUBLICADO EL 6 FEBRERO 2013, EN EL DIARIO MENORCA.