HACEDORES DE INFORMES

Estamos acostumbrados –tristemente acostumbrados- a que la administración haga y deshaga a su gusto.  Seguramente no serán todas ni mucho menos, pero la mayoría de las que lo hacen tienen un punto en común que es un informe favorable a sus pretensiones.  Lo otro ya sería una prevaricación en toda regla.

Desde hace demasiados años, la administración pública ha ido diseñando una serie de puestos de asesores como cargos de confianza que en muchos casos intentan suplir la figura de aquellos cargos de habilitación nacional garantes de la independencia administrativa. La eliminación en muchos casos de las plazas de funcionariado de carrera por los de empleo y personal laboral, ha propiciado la entrada en ella más  de profesionales afines que otros con  fines profesionales.

Informes a medida y leyes ambiguas o en las que la  redacción dejan mucho que desear son los ingredientes propicios para este caldo de cultivo que suele provocar tanto una inseguridad jurídica como una millonaria indemnización a cargo de la propia administración –léase vía impuestos-.

El Consell solicita unos informes en relación al proyecto del trazado de unas rotondas a doble nivel y el resultado de los mismos satisface a unos e insatisface a otros.  No contentos con ello, la parte insatisfecha alega que el cocinado de los mismos está realizado por los mismos cocineros que hicieron el emplatado original.  Quieren otros cocineros que inviertan el sabor salado en dulce, y los dulces en salados.  Otros, simplemente no tienen hambre.

Nos ocurre lo mismo con la interpretación jurídica de todo el entramado que pasa por los juzgados.  Un juez –y así lo estipula la ley- puede interpretar unos hechos, mientras que otro, todo lo contrario.  Vamos que según qué juez te toque en suerte ganas, y con según cual, puedes incluso perder.

Y no digamos cuando en las altas esferas algunos de estos jueces –los llamados mediáticos- presuntamente tienen apoyos más de un lado que del otro en el espectro político.

Y no digamos ya, cuando el líder populista de la extrema izquierda, público defensor de la dictadura bolivariana,  ahora resulta que cambia de informe –algunos le acusan de hacérselos a Chávez- y dice todo lo contrario. Vamos que Chávez y Maduro son unos asesinos anti-demócratas y que tampoco podrán ser enterrados en el Valle de los Caídos.


Lo dicho, necesitamos hacedores de informes a medida de quienes lo pagan. Que de los otros, ya existen, suelen estar en plantilla y cobran, por supuesto, menos que al dictado.

PUBLICADO EL 20 DE DICIEMBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.