PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

 

Sin respuestas creíbles, añadirías.  Debo confesar públicamente que mi ignorancia es mayúscula.  Y añadiré además que estoy orgulloso de ella.  Creo –estoy convencido de ello- que actualmente la ignorancia es la única forma de prevención contra la estupidez societal, y por ende, del abuso legítimo por parte del poder establecido.

Soy de los que piensa –aunque no lo diga-  que para alcanzar el poder hay que manipular las opiniones y llevarlas a tu terreno.  Vamos, que una cosa es ser ignorante y otra muy distinta, ser estúpido. Dicho esto, habría que matizar además  que una vez conseguido el poder, es cuando uno -en vez de atrincherarse en él-  debe empezar a trabajar para convencer a sus votantes de la necesidad de su proyecto.  Otra cosa es que te creas un “dios menor” y actúes despóticamente, como tan acostumbrados estamos últimamente.

Dicho lo anterior –a modo de proclama subversiva- empezaré a desnudar mis dudas ante tanta ocurrencia de nuestros expertos gobernantes. 

La mal llamada cuarentena no se cumple, dicen los jefazos sanitarios.  Y para que se cumpla,  proponen la reducción de la misma. ¿Será efectiva la reducción? ¿Y si lo es, por qué nos encerraron más tiempo de lo recomendable?  Y no tan solo eso, no.  Lo peor es que los días de cuarentena dependen de lo esencial que uno sea.  Si son  trabajadores sanitarios, que escasean en número y su presencia es necesaria, sólo una semana.  Si en cambio es un trabajador de la construcción, pues a encerrarse el doble.  Y no lo digo yo, lo dicen los expertos del Gobierno Sánchez-Iglesias.

La ONU acusa a Venezuela de crímenes de Lesa Humanidad, bravo. Y la incógnita será qué justificación darán los miembros del Gobierno Sánchez-Iglesias sobre sus contactos, asesoramientos y demás presuntas ilegalidades en sus relaciones con el régimen criminal de la dictadura venezolana.

Y pasemos a la Geografía y a la Historia en nuestras aulas.  Desterrado Franco de la Historia y prohibido el recordarlo –en lo bueno, claro-, ¿cómo se explicará en las aulas la existencia de los pantanos en España? ¿Se hablará de un delito ecológico y contra la naturaleza, o se dirá que fue por generación espontánea? ¿Y cómo se explicará que en la II República se quemaran iglesias y que leales al régimen republicano mataran a los curas y violaran a las monjas?

¿Se convocará un concurso de ideas o se creará un comité de expertos para dar respuesta? ¿O simplemente castigarán al osado que lo pregunte?

Seguramente se decantarán  por la última opción.

 

PUBLICADO EL 24 DE SEPTIEMBRE DE 2020, EN EL DIARIO MENORCA.

DICTADURA ORGÁNICA

La memoria a veces falla. Otras veces, la manipulamos de tal forma que lo único que conseguimos es engañarnos a nosotros mismos o a nuestro entorno. Y cuando el titular de la manipulación es el Estado, simplemente es una dictadura en toda regla. Se lo llame como se lo llame. 

Con Pedro Sánchez en la Moncloa vivimos en una constante y auténtica dictadura manipuladora. No añado el calificativo de “comunista” a esta dictadura de Sánchez por no insultar a quienes en algún momento profesaron o profesan aún dicha ideología de forma sincera, que los hay. Como también hay muchas buenas personas en las filas socialistas. Socialistas y comunistas de verdad, buenas personas con familias, con su trabajo cotidiano, y a los que a la larga, sólo lograrán avergonzarse de haber dado alas a esta especie nacida en laboratorio y mantenida a toque de CIS.

Hablan de memoria histórica, pero lo único que hacen es manipular la historia y darle sello de veracidad a la nueva redacción de hechos. Desatan abrazos y crean un caldo de cultivo para volver a tiempos pretéritos en que la confrontación era el pan nuestro de cada día. Eso sí, lo hacen con luz y taquígrafos. Y sin vergüenza alguna. Lo hizo Sánchez cuando lamentó -y muy profundamente- la muerte de un criminal. ¿Qué más se puede esperar de un tipo así? 

La tan cacareada división de poderes ya no existe. La misma existencia de corrientes ideológicas dentro de la magistratura debería ser prueba evidente de que algunos jueces puedan no ser independientes. Y ya no digamos la presencia de jueces dentro del gobierno y en los parlamentos. Y es que tras haberse jactado el propio Sánchez de que la fiscalía dependía del Gobierno, el camino ya estaba trazado. Y la duda, lanzada. 

El papel de adoctrinamiento de masas que hayan podido asumir algunos destacados medios de comunicación propiciado supuestamente por ayudas económicas recibidas por parte del Gobierno, nos acerca a aquellos ministerios de propaganda de la época del Tercer Reich, y por qué no, de aquella “democracia orgánica” de Franco, con el NO-DO y la inauguración de pantanos, hospitales, carreteras, aeropuertos…. 

¿Será una “dictadura orgánica” lo que pretenderá implantar Sánchez con el “Nuevo Orden” o “nueva normalidad” propiciada con la excusa del Covid-19? No voy entrar en teorías conspirativas, ni mucho menos. Los hechos están ahí. Y desde antes de la pandemia. La pandemia sólo ha sido el medio acelerador. 

Hasta con ello -y los muertos- Sánchez tiene suerte. 


PUBLICADO EL 17 DE SEPTIEMBRE DE 2020 EN EL DIARIO MENORCA.

AMOR A ESPAÑA

Hoy hubiera sido día para, tras la resaca de las fiestas de nuestra Mare de Déu de Gràcia, escribir entonando aquello de la vuelta a la normalidad, el adiós al ajetreo veraniego, la entrada a un nuevo curso escolar y como no, adentrarnos en un nuevo otoño caliente –políticamente hablando-.

Pero no, este año ni fiestas –aunque a algunos les cueste entender el significado del “no es no” y siempre preparen algún sucedáneo para satisfacer los compromisos-, ni vuelta a la normalidad. Ni nueva ni vieja normalidad.  Y  la vuelta a las aulas, peor aún.

Y no es que hoy sea diferente a otros, no.  Sigue la tónica de ser incluso divertido comentar las noticias que nuestro invicto gobierno nos facilita día sí, día también.  La última –al menos al redactar el escrito- era la ocurrencia de nuestra también invicta portavoz del Gobierno Iglesias-Sánchez, la ministra Montero. 

Y no es que se comiera algunas terminaciones, palabras o frases, no.  Se entendió perfectamente. Y en eso radica el problema, que se entendió perfectamente.  Vino a decir que tanto Bildu, como ERC aman a España tanto como el PSOE y Podemos.  Y eso es fuerte, muy fuerte.  Pero claro, dicho por la portavoz Montero, parece incluso que hace gracia.

Y de gracia, ninguna.  Gracia, la que hacía Rajoy cuando se liaba con aquello de que "es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde”, o aquella otra de “somos sentimientos y tenemos seres humanos”.  Pero lo dicho por Montero parece más un subconsciente aflorado en voz alta que un comentario en plena borrachera.  Es la afirmación de la negación.  La constatación o bien, de que nos mienten o bien, de que el Gobierno está, ya no aliado –que lo está- sino que está con las tesis de los sucesores de terroristas y  golpistas.

En psicología se dirá que “la relación amor-odio se da porque la relación de pareja ha derivado a una relación de dependencia de uno de los miembros de la pareja hacia otro, situación que no agrada a ninguno de los dos pero que al mismo tiempo supone beneficio para ambos miembros”.  Y sin duda, nuestro gobierno está en esta fase con quienes pueda beneficiarse, y faltaría añadir “cueste lo que cueste” a los españoles.

Pero una cosa es el amor-odio que las distintas formaciones puedan sentir entre ellas, y otra la desfachatez de reírse de España ante las cámaras y los micrófonos. 

Vamos, que si fueran otras las circunstancia, diríamos que son las secuelas de una ingesta de pomada.  En exceso, claro.


PUBLICADO EL 10 DE SEPTIEMBRE DE 2020, EN EL DIARIO MENORCA. 

LA GENTE NO ENTIENDE

 

No es una regañina sino un altavoz.   La gente de a pié no entiende las maniobras, las payasadas, las incongruencias que el poder político hace, y peor aún,  nos hacen padecer.

La gente no entiende por  qué  al inicio de la temporada turística los paseos marítimos eran uno de los pocos sitios en que  estaba permitido pasear sin mascarilla, y ahora, que los turistas ya se han ido, obligan a llevarla.

La gente no entiende por qué cuando se cerraron los colegios había un número inferior de contagios, y  ahora, con una mayor  incidencia de contagios,  los abren.  Tampoco entienden que se abran los colegios mientras que los centros de la administración pública sigan cerrados a cal y canto.  O tal vez tendría que hacer la pregunta a la inversa: ¿Por qué la administración pública no vuelve a la normalidad?

La gente no entiende por qué  habiendo la promesa de guardar silencio de las deliberaciones de los consejos de ministras y ministros, van los de Podemos y hacen pública  la disputa habida entre Iglesias y Celaá.

La gente no entiende por qué al principio del arresto domiciliario sin Habeas Corpus posible ni orden judicial que lo avalara, los de Podemos promovieron  una cacerolada contra la monarquía y no contra la mala gestión del gobierno al que ellos pertenecen.  Tampoco se entiende que ahora, tras  las irregularidades detectadas en su caja B de “solidaridad” pidan la comparecencia del monarca y no comparezcan ellos.

La gente no entiende por qué cierran  las playas por  la noche cuando  casi no hay gente, y en cambio las abren de día cuando hay mayor ocupación.

La gente no entiende por qué no puedes reunirte  en casa con  más de diez personas y en cambio las  ratios impuestas por Educación sean de unos veinte alumnos en cada aula.

La gente no entiende por qué no hay dinero para las pensiones –que sí han cotizado- y en cambio los haya  para ERTES, MENAS, y demás ayudas habidas y por haber, y sin previa cotización.

La gente no entiende que ahora el Gobierno central se lave las manos con el tema de la pandemia y  traspase la patata caliente a las comunidades autónomas.  ¿Será que Sánchez ya ensaya como  presidente de una hipotética república federal? ¿Preside, pero no gobierna? ¿O es que su cuota de fracaso ya ha llegado al límite?

La gente no entiende, algunos  ni comprenden.  Para algunos el poder no convence. Para otros, nos miente.  Aunque siempre tendremos a la monarquía para echarle las culpas. Si nos quitan a la monarquía ¿a quién le echaremos las culpas después?


PUBLICADO EL 3 DE SEPTIEMBRE DE 2020, EN EL DIARIO MENORCA.