DICTADURA ORGÁNICA

La memoria a veces falla. Otras veces, la manipulamos de tal forma que lo único que conseguimos es engañarnos a nosotros mismos o a nuestro entorno. Y cuando el titular de la manipulación es el Estado, simplemente es una dictadura en toda regla. Se lo llame como se lo llame. 

Con Pedro Sánchez en la Moncloa vivimos en una constante y auténtica dictadura manipuladora. No añado el calificativo de “comunista” a esta dictadura de Sánchez por no insultar a quienes en algún momento profesaron o profesan aún dicha ideología de forma sincera, que los hay. Como también hay muchas buenas personas en las filas socialistas. Socialistas y comunistas de verdad, buenas personas con familias, con su trabajo cotidiano, y a los que a la larga, sólo lograrán avergonzarse de haber dado alas a esta especie nacida en laboratorio y mantenida a toque de CIS.

Hablan de memoria histórica, pero lo único que hacen es manipular la historia y darle sello de veracidad a la nueva redacción de hechos. Desatan abrazos y crean un caldo de cultivo para volver a tiempos pretéritos en que la confrontación era el pan nuestro de cada día. Eso sí, lo hacen con luz y taquígrafos. Y sin vergüenza alguna. Lo hizo Sánchez cuando lamentó -y muy profundamente- la muerte de un criminal. ¿Qué más se puede esperar de un tipo así? 

La tan cacareada división de poderes ya no existe. La misma existencia de corrientes ideológicas dentro de la magistratura debería ser prueba evidente de que algunos jueces puedan no ser independientes. Y ya no digamos la presencia de jueces dentro del gobierno y en los parlamentos. Y es que tras haberse jactado el propio Sánchez de que la fiscalía dependía del Gobierno, el camino ya estaba trazado. Y la duda, lanzada. 

El papel de adoctrinamiento de masas que hayan podido asumir algunos destacados medios de comunicación propiciado supuestamente por ayudas económicas recibidas por parte del Gobierno, nos acerca a aquellos ministerios de propaganda de la época del Tercer Reich, y por qué no, de aquella “democracia orgánica” de Franco, con el NO-DO y la inauguración de pantanos, hospitales, carreteras, aeropuertos…. 

¿Será una “dictadura orgánica” lo que pretenderá implantar Sánchez con el “Nuevo Orden” o “nueva normalidad” propiciada con la excusa del Covid-19? No voy entrar en teorías conspirativas, ni mucho menos. Los hechos están ahí. Y desde antes de la pandemia. La pandemia sólo ha sido el medio acelerador. 

Hasta con ello -y los muertos- Sánchez tiene suerte. 


PUBLICADO EL 17 DE SEPTIEMBRE DE 2020 EN EL DIARIO MENORCA.