No
es una regañina sino un altavoz. La gente de a pié no entiende las maniobras,
las payasadas, las incongruencias que el poder político hace, y peor aún, nos hacen padecer.
La
gente no entiende por qué al inicio de la temporada turística los
paseos marítimos eran uno de los pocos sitios en que estaba permitido pasear sin mascarilla, y
ahora, que los turistas ya se han ido, obligan a llevarla.
La
gente no entiende por qué cuando se cerraron los colegios había un número
inferior de contagios, y ahora, con una
mayor incidencia de contagios, los abren.
Tampoco entienden que se abran los colegios mientras que los centros de
la administración pública sigan cerrados a cal y canto. O tal vez tendría que hacer la pregunta a la
inversa: ¿Por qué la administración pública no vuelve a la normalidad?
La
gente no entiende por qué habiendo la
promesa de guardar silencio de las deliberaciones de los consejos de ministras
y ministros, van los de Podemos y hacen pública
la disputa habida entre Iglesias y Celaá.
La
gente no entiende por qué al principio del arresto domiciliario sin Habeas
Corpus posible ni orden judicial que lo avalara, los de Podemos promovieron una cacerolada contra la monarquía y no contra
la mala gestión del gobierno al que ellos pertenecen. Tampoco se entiende que ahora, tras las irregularidades detectadas en su caja B de
“solidaridad” pidan la comparecencia del monarca y no comparezcan ellos.
La
gente no entiende por qué cierran las
playas por la noche cuando casi no hay gente, y en cambio las abren de
día cuando hay mayor ocupación.
La
gente no entiende por qué no puedes reunirte
en casa con más de diez personas
y en cambio las ratios impuestas por
Educación sean de unos veinte alumnos en cada aula.
La
gente no entiende por qué no hay dinero para las pensiones –que sí han cotizado-
y en cambio los haya para ERTES, MENAS,
y demás ayudas habidas y por haber, y sin previa cotización.
La
gente no entiende que ahora el Gobierno central se lave las manos con el tema
de la pandemia y traspase la patata
caliente a las comunidades autónomas.
¿Será que Sánchez ya ensaya como
presidente de una hipotética república federal? ¿Preside, pero no
gobierna? ¿O es que su cuota de fracaso ya ha llegado al límite?
La
gente no entiende, algunos ni comprenden. Para algunos el poder no convence. Para
otros, nos miente. Aunque siempre
tendremos a la monarquía para echarle las culpas. Si nos quitan a la monarquía
¿a quién le echaremos las culpas después?
PUBLICADO EL 3 DE SEPTIEMBRE DE 2020, EN EL DIARIO MENORCA.