AHORRO VERSIÓN DESPILFARRO

O al revés. La realidad, otra. La mayoría de hogares españoles andan estos días revueltos con los gastos ocasionados en la compra de material escolar y libros de texto. Y no es para menos. Cualquier libro que cualquiera de nosotros compremos por aquello de tapar agujero en la estantería o para combatir la estadística de la poca lectura a que estamos propensos, resultará más económico que el más asequible para un alumno de primaria. Y es que el abuso, existe. Existe y se permite. Es intolerable que los poderes públicos toleren que un libro de texto de cuarto de primaria, pongamos por ejemplo, cueste la friolera cantidad de seis mil de las antiguas pesetas, cuando otro libro, mucho más completo, por ejemplo de la historia de España, para consulta ya formada, no alcance las cuatro mil pesetas.

Y hablo en pesetas, porque es lo más sensato. Hablar de euros y en euros me da un mal sabor de boca, como si estos mismos fueran los causantes de todo el hervidero de crisis y demás males que nos persiguen de telediario en telediario. ¿Qué ocurriría si saliéramos de la zona euro? Supongo que peor ya no nos podría ir. Si la excusa de Francia y Alemania es la recuperación del euro en vez de la recuperación de los países en crisis, ¿por qué no abandonar el euro y recuperarnos por nosotros mismos? Pero claro, para esto hay que ser adultos, no tan sólo emancipados. O tener agallas, vamos.

Y aquí en España y en todos sus aledaños quisimos emanciparnos antes de ser adultos, y así nos va. Y de agallas, ni se sabe ni se conocen. Empezamos a ponernos a trabajar a los dieciséis años porque se cobraba como si tuviéramos veintitantos. Dejamos los estudios porque no servían para nada. Compramos coches nuevos porque no queríamos carracas de segunda mano y compramos pisos inteligentes para suplir la carencia propia. Inventamos un nuevo lenguaje de los sms para ocultar nuestras faltas de ortografía y modernizamos estilo y mal gusto para romper con los carcas de un pasado que nunca nos dejarán decir que fue mejor. Y ahora, cuando lo que se necesita es competitividad, ahora cuando lo que sobran son visitas al psicólogo, cuando no tenemos ni conocimientos, ni base, ni educación, ni modales a que acogernos, buscamos culpables por diestro y siniestro. Y el enemigo lo señalamos enfrente, cuando somos nosotros mismos quienes nos hemos ido degradando.

Y la conciencia la tenemos enferma, intoxicada, infectada. Ya no somos capaces de razonar sino que necesitamos que la opinión pública, manipulada y dirigida, nos advierta de los peligros y de lo bueno y como no, de lo malo que nos puede acechar. Hace pocas fechas la noticia se refería a la publicidad de las rentas de los parlamentarios. Todos nos rebelamos pasivamente en contra de las rentas acumuladas por algunos de estos padres de la patria, y no tanto por quienes compartían cuadro de hipoteca y saldos cero, cuando no negativos. Y uno, tras el primer sofoco provocado por la inestabilidad del pensamiento único, se desmarca del grupo. ¿Por qué compadecer a quien cobrando enésima potencia sobre el salario mínimo no alcanza a fin de mes, y en cambio, fusilar a quien ahorra mes tras mes?

Desde mi ignorancia prefiero que me represente quien sepa ahorrar en casa propia porque algo transmitirá a la sociedad y algo ahorrará en su gestión pública. Desde mi ignorancia prefiero que me represente quien le avale un currículo educativo antes que un currículo político. Desde mi ignorancia prefiero que me represente quien le avale la condición de buena persona antes que la de un listillo subido al carro.

Porque quien despilfarra tanto sueldo público no demuestra saber administrar correctamente cuando el dinero no lleva el gen de su trabajo sino el del impuesto de sus vasallos. Porque quien se sube al carro no lo ha preparado ni ha trabajado en su puesta a punto. Porque el listillo de turno no se ha esforzado ni tiene idea de lo que cuesta conseguir un objetivo. Y porque recaudar suele ser arbitrario, impopular e incluso a veces electoralista. Y de impuestos se hablar ahora. Y es que cuando la bolsa está vacía, hay que llenarla de donde sea. Y el ahorro, es buen lugar donde basar la recolecta.

Zapatero es obligado por el camarada Alfredo a recuperar el impuesto del patrimonio. Y éste, sucumbe. El mismo impuesto que retiraron los socialistas para favorecer a los ricos banqueros en la época del pelotazo, ahora, en época pre-pre-electoral lo presentan como aval ante la clase potencialmente trabajadora, en paro y en crisis. ¿Acaso no es la política del camarada Alfredo la que está zozobrando la nave?.

Y los acuerdos se cumplirán. O al menos así nos lo han hecho llegar, tanto PP como el PSOE, que dicen que cumplirán lo estipulado en las leyes sobre la campaña electoral. ¿Acaso el derecho de veto está aún vigente en una sociedad moderna? ¿Acaso pretendían evitarla y seguir incumpliendo las normas por ellos mismos impuesta? ¿Acaso los partidos pueden saltarse a la torera las decisiones tomadas en sede parlamentaria?


Y luego nos hablan de falta de confianza en los mercados. Y añadiremos, en los mercados, mercadillos y demás lugares de pública connivencia –presunta, claro-. El mercadeo, el compadreo sospechoso, marcará tendencias y escribirá el futuro. Nuestro futuro. Y uno ya no sabe si ahorrar para que los impuestos lo acribillen a uno, o simplemente derrochar para que el país siga moviéndose, al menos sus dirigentes.


PUBLICADO EL 16 SEPTIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

RESACA FESTIVA

Estuve tentado como cada año a hacer un escrito previo a las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia como vengo haciendo habitualmente cada año, pero en éste, tras la polémica creada por un grupo de disconformes preferí esperar a que los hechos acontecieran y así en la serenidad de la distancia poder abordar los temas de la misma.

También es verdad que las pocas horas transcurridas poco ayudan a un distanciamiento, pero nuestro tiempo adolece ya de la objetividad necesaria. Dentro de quince, treinta o más años, los titulares y demás comentarios interesados publicados en según que medios de comunicación y en los llamados foros de la red, servirán para que historiadores e interesados en el tema rebusquen orígenes de la fiesta investiguen desde muy lejano posicionamiento cualquier respuesta a las cuestiones planteadas.

Que la plaza y sus aledaños estaban repletos para escuchar a Simón Orfila, nadie puede ni podrá negarlo. Que la plaza casi se llenó por alternativos y curiosos, también. ¿Y?. Que había gente de Alaior en el pregón de Simón Orfila y en el alternativo, gente de Sant Lluis, también. ¿Y?. ¿Acaso las fiestas de pueblo son sólo para los contribuyentes del mismo? ¿Se imaginan actualmente unas fiestas en Llucmaçanes y que sólo hubiera los censados en el pueblo?

Y los comentarios pueden ser muchos, falsos e interesados. Y aquí entra en juego el prestigio, la solidez de los medios de comunicación. Estos deben de actuar como notarios de lo vivido, de lo observado, de lo acontecido. No vale un titular interesado, sensacionalista, partidario. El titular debe de resumir todo lo que la noticia dirimirá. Y la noticia, la redacción de la misma, debe ser fiel reflejo de lo acontecido.

Nadie dejó registrado, nadie dejó constancia, de aquella mujer entre el público, con vestido claro, que cuando el castellano se adueñó de la plaza, empezó a tildar a gritos a la oradora de “fascista”. Tal vez, un buen titular para aquella imagen hubiera sido la de “presunta –eso que no falte- mujer racista llama fascista por hablar en castellano”. Y es que a veces la intolerancia no es buena compañera. Y como aquella mujer, debió de haber algunos más. No lo dudo, pero ni vencieron ni convencieron.

Los que si convencieron fueron aquellos miles de mahoneses y visitantes que desde el mismo momento del pregón de Simón Orfila disfrutaron de todos y cada uno de los actos que durante nuestra ya Semana Grande, se vinieron desarrollando. No hubo día en que la ciudad parara de aburrimiento. La participación ciudadana sea en la Romería, en los encuentros de corales, en las cenas y comidas vecinales, en los conciertos e incluso en la paella comunitaria, y por qué no, en el encuentro para cantar el Es Mahón, fue abrumadora. Y eso es lo que debe perdurar.

No hay fiesta patronal que no guarde relación con la tradición, pero tampoco perdurará si no se adapta a los nuevos tiempos. ¿Acaso se pretende retroceder e impedir que la mujer participe en las fiestas cabalgando en la colcada?. Y los cambios introducidos tuvieron la aprobación de los asistentes. El toc de fabiol, un éxito. El lanzamiento en el Volem vi desde varios puntos de la plaza, también. La salida del Aigua-ros otro éxito. El cambio de ubicación de la feria gastronómica a Ses Voltes, brindó una mayor comodidad para sus visitantes, el cambio de ubicación de los escenarios, también. La incorporación de la imagen de la Virgen en la cabalgata, otro tanto. ¿Por qué no reconocer que las fiestas son de todos y que todos tienen derecho a disfrutarlas?

Negar evidencias sería negar la esencia misma de la fiesta. Quien no quiera un acto religioso, pues que no asista. Quien no acepte tal o cual cambio introducido, pero que lo alterne. Y en la diversidad, y sobre todo en el respeto, vive y se recrea la democracia. Este año, quien ha querido participar en uno u otro evento ha tenido opción de elegir, en pasados años, la opción era la oficial, la reglamentada, la impuesta desde el poder. Y aquí radica el cambio, en la libertad de elección.

Pero para ejercer la libertad de elección deberemos ejercitar también nuestro raciocinio y no permitir que otros piensen, decidan y hablen por nosotros mismos. La participación también es esto, el comunicar nuestros sentimientos, nuestras vivencias, nuestras sensaciones. No basta que un medio de comunicación, en su versión digital –por suerte no es el caso de nuestro Diario Menorca – admita cualquier tipo interesado y malintencionado de comentarios, ni titulares sensacionalistas, la participación tiene que ser veraz, creíble y abierta, que no sea tergiversada, sin fanatismos ni victimismos. De lo contrario puede llegar a falsear la historia o repudiada por los historiadores.

Y a la historia no hay que echarle ningún pulso, sólo brindarle opciones donde elegir la mejor verdad. Esta verdad que ni nosotros supimos ni quisimos ver.

Y desde ahora, como hacen los ciutadallencs, se empieza ya la marcha atrás hacia las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia 2012. Todo un año por delante. Cada día uno menos.


PUBLICADO EL 10 SEPTIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

PUESTA A PUNTO

Cargadas las pilas o descargadas por completo, según sea el caso particular de cada uno, lo cierto es que nos adentramos de nuevo en este nuevo engranaje que año tras año nos encarrila en un nuevo curso personal, escolar, político, … ¡ Y vaya curso que nos espera!

Septiembre empieza con la resaca de un verano de estragos, sosegado o simplemente de relax. Cada uno con el de su propia elección, con el de su propia necesidad o por imperativo del destino –el de uno, el de otros, el de las circunstancias…¡vaya uno a saber!- Haya sido de una forma u otra el verano transcurrido, septiembre ya está aquí. Septiembre ya ha empezado. ¡Vaya si ha empezado!

Para quien esto escribe el inicio de este septiembre habrá sido un gran reto. Difícil reto. El listón muy alto e inexpugnable. La experiencia de uno, nula. Las cualidades, nulas. Las capacidades, nulas. La ilusión, mucha. Y este es el único aval que me acompaña: la ilusión.

Mô vivirá unas fiestas de la Mare de Déu de Gràcia que cada uno moldeará a su medida, acorde a sus necesidades o simplemente dejándose llevar por los acontecimientos, por el bullicio, por la ola que no devasta sino que une. ¡Que más da!. ¡Será una semana plena! ¡Y una nueva puesta a punto!.

Será punto y aparte. El ciclo veraniego tiene su punto de inflexión en este septiembre. Serán fechas de regreso a la primera vivienda, de trasvase de bártulos, de engalanamiento de fachadas. Será un mes de aposento. Un mes de vuelta a rutinas ya olvidadas.

Los colegios abrirán sus puertas, los universitarios volverán a las siempre tierras lejanas, los trabajadores a sus turnos enteros y los jubilados a sus quehaceres cotidianos. La normalidad aparente volverá a las calles y nos invadirán nuevos culebrones televisivos y no tan televisivos. Noviembre acecha y la memoria histórica quiere pasar página. Nos lo recordarán noticiario tras noticiario. La escapatoria no tendrá cabida. Nuestros destinos, indecisos, volubles….

Nuestros destinos nunca han tenido escapatoria. Ahora menos. Nuestro destino económico, social y cuantos más calificativos terrenales están seriamente comprometidos. Tampoco hay escapatoria. Septiembre será el mismo. La puesta a punto de una carrera larga o corta, depende, pero de obstáculos, de zancadillas, de promesas.

El repique de campanas ya ha iniciado su acompañamiento a la fiesta grande. Los fuegos de artificio también darán señal de despedida, de un adiós temporal, con la siempre renovada cita venidera. Septiembre es eso: bienvenida y despedida. Punto de inflexión entre el libertino estío y la realidad cotidiana.

La puesta a punto está hecha. La suerte está echada. El camino dispuesto. La revisión efectuada. La ITV favorable tras los cambios producidos. El engranaje empieza a dar sus primeros pasos…. La ilusión como conductora… ¡ buen viaje!.

PUBLICADO en el número del mes de SEPTIEMBRE de 2011, en EL BULLETÍ DEL CENTRE DE PERSONES MAJORS. Area de Acció Social. Consell Insular de Menorca

LA REFORMA ANTICRISIS.

¡Con lo fácil que era y no nos dimos cuenta!. Tuvimos que esperar a que nos lo dijeran alemanes y franceses para así solucionar nuestros problemas. O avivarlos. Porque no hay acción, por minúscula que parezca, que no desemboque con una reacción. Reacción por indignación, dirán los unos. Por crispación, dirán los otros. O ni lo uno ni lo otro, dirán los más. Y es que desde que los socialistas idearon desde el gobierno mismo el espíritu de ir contra todo lo que represente autoridad, uno ya no sabe si el enemigo está delante, detrás, afuera o dentro.

Y ahora la reforma constitucional da para mucho. Que si ya lo habían dicho mucho antes los populares, que si Zapatero es obligado o que éste mismo convence a Rubalcaba quien se oponía y ahora lo aplaude. Y es que según Rubalcaba, la reforma de la Constitución en cuanto al endeudamiento del Estado puede facilitar las políticas sociales. ¿Por qué no lo pusieron en práctica antes?. Supongo que será como la historia de la no existencia de la crisis… porque si no había crisis, no había motivo de actuar en políticas anticrisis, y mucho menos en una reforma constitucional con el temor y respeto que esto representa, por muchas leyes “iluminadas” que se aprueben y tanta despenalización que se practique.

Lo cierto es que si el problema estaba en hacer constar en la Constitución algo tan simple como sencillo –sin precisar topes ni techos- ¿por qué no arriesgarse más y colocar un artículo prohibiendo la crisis?. Ya no digo el de suprimir el Senado ni el de condenar la corrupción ni reformar el título octavo, simplemente añadir un artículo bis, un apartado c) o d), o aumentar una disposición de las finales o adicionales, con una redacción semejante a “Se declara fuera de la Constitución y de su ordenamiento jurídico cualquier tipo de crisis económica que pueda afectar a la política del estado de bienestar de la nación española” y si para ello es necesario un consenso más amplio con nacionalistas incluidos, podrían añadir “…y de las nacionalidades y naciones que la componen”. Y tan panchos. O menos, quien sabe.

Y si a pesar de ello, de la reforma y de los acuerdos de nacionalistas y nacionales, el virus de la crisis se atreve a entrar en nuestra piel de toro e islas adyacentes, y los alemanes y franceses intentan decirnos el qué y el qué no debemos hacer, declararemos los intentos de unos y de otros anticonstitucionales, y listo. Y es que lo que no existe, no se puede atender. Para ello, claro, necesitaremos un Tribunal Constitucional acorde con la tesina del Gobierno de turno. Y como no es factible que los miembros del Tribunal estén de acuerdo en todo –por lo de la independencia judicial, claro-, ni es factible que ni el Gobierno ni la oposición estén de acuerdo con el nombramiento de éstos, habría que cambiar la Constitución para hacer un Tribunal Bis, que sólo decidiera sobre el tema de la crisis. Y tras esto, la crisis habría fenecido sino por decreto si por ley orgánica. Y por la Constitución, claro. ¿Y puestos a prohibir, porqué no eliminar paro y demás?

¿Se imaginan que en vez del derecho al trabajo, en la Constitución se contemplara la prohibición del paro o del desempleo? Al ser el desempleo anticonstitucional ya no habría desempleo ni subsidio ni nada que se le pareciera. ¿Lo habrá pensado Rubalcaba para solucionar tal desaguisado? ¿O no se lo habrán comentado los alemanes, franceses y americanos?

Y es que Rubalcaba no tiene ningún problema en rectificar. Ya lo dice el refrán que el rectificar es de sabios. O de quienes se equivocan, dirán los otros. El problema es que cuando uno se equivoca en la esfera personal, allá cada cual con sus consecuencias. Cuando uno se equivoca en la esfera de poder, son los ciudadanos, los subordinados, los súbditos y lacayos quienes sufren las consecuencias, y de esto Rubalcaba ya tiene experiencia por sus años bajo las órdenes de Rodríguez, Zapatero para más señas.

Y con una Constitución clara, sin crisis ni paro constitucionales, los mercados irán cogiendo confianza y España volverá a ser la potencia que era.

Lo que no ha dicho Rubalcaba es que los mercados son internacionales y no están bajo el mandato de nuestra constitución. Tampoco ha dicho que el dinero no tiene nación. Ni tampoco nos ha dicho que Alemania y Francia intentan imponernos una política económica conforme a sus intereses.

¿Será demasiado el coste que deberemos pagar por un aplazamiento de sentencia?.


PUBLICADO EL 1 SEPTIEMBRE 2011, EN EL DIARIO MENORCA

PASANDO FACTURA

Cada mes, cada año, cada periodo de nuestro tiempo, rendimos cuentas por nuestras acciones u omisiones. Nada ni nadie se escapan al reajuste presupuestario, sea éste realizado ante el fisco o ante el populacho. Siempre nos referimos sobre hechos del pasado y zanjados en el presente. Y así nos va. Así nos va como nación, como grupo, como comunidad, como …

Aunque en el presente nos obliguen rendir cuentas pasadas, también es verdad que el presente es futuro. De las acciones u omisiones presentes condicionaremos nuestro futuro, como nación, como grupo, como comunidad, como…. Y a eso vamos. Se habla, se dice, se comenta de que la crisis viene de antaño. Lo más cierto es que la negativa a ella es de más próximo pasado que de antaño y a ella nos remitimos. Y no nos anclaremos al pasado sino al futuro, al presente.

El cambio era esperado. Y más. El presente ha propiciado que noches vacías se volvieran en calles repletas como si de jornadas patronales se trataran y el tren circunvalara la ciudad como si fuera una cinta de las últimas vacaciones de uno a tierras turísticas externas.

Y la gente llama a gente como el dinero al dinero. De un momento para otro, aquellos proyectos defenestrados por la conciencia de una siempre dudosa ética proteccionista, hacen aparición y ven el beneplácito de una administración heredera de los erarios y cambiante en cuanto a la ética restante.

Todo esto ocurre en un espacio mínimo e íntimo de unos pocos kilómetros cuadrados, rodeados por mar y por viento, con unos jóvenes y nuevos gestores, con un equipaje vacío de secuelas y de facturas propias, aunque con saldo negativo sin opción a inventario. La mirada exterior no nos soluciona, sino que nos empeora. Es como la del hermano pobre que a todos asquea.

Rubalcaba ahora entiende la reforma Constitucional por imperativo de Alemania y Francia. Rajoy le recuerda los antecedentes y éste se le declara inocente. ¡Que por declarar no quede! El convencimiento del director de orquesta hace estragos al final del concierto. El público en pie. Empiezan aplausos. El resto sale por las puertas laterales.

La localidad más levantina decide el tres por uno, o el uno de cada tres, que no es lo mismo. No es nuevo, sino de antaño –la idea, claro. Las guías y las horarias ya existían antes de la penúltima y antepenúltima crisis. Los adoquines y el petróleo ya compartieron guías y horarias y nadie hizo master alguno. Buenas son las soluciones si son aplicadas y además no cuestan dinero, subvenciones o almuerzos de trabajo.

Gadafi se desinfla a momentos. La incertidumbre continúa con la precaución debida, y es que nadie se define porque la diplomacia es eso mismo. Indefinición absoluta y fácil retorno.
El debe y el haber seguirán existiendo tanto como las ayudas que nos lloverán sin pedirlo expresamente. Y con los intereses porcentuales. Y con los recargos de impago. Y con las amonestaciones…..

Y las cuentas darán resultado, positivo tal vez. Positivas respecto al pasado próximo que no al de antaño. Y el año pasado más. No un día semanal, sino dos, tres, con música y más música que aglutina terrazas y abre tiendas por doquier en la noche oscura del tres por uno, quien sabe. Con inversión pública, claro. Con control de beneficios, con reparto de inversión, con retorno.


Y es que todo tiene retorno. Como las vacas gordas, como las vacas flacas. Las Américas hace tiempo que fueron descubiertas y los duros valen cinco pesetas. Con estas premisas, las cuentas siempre tendrán conclusión no alarmante, no negativa.



PUBLICADO EL 25 AGOSTO 2011, EN EL DIARIO MENORCA.


SIN VALOR ALGUNO


Debo confesar que casi nunca he sido ni pesimista ni optimista, simplemente realista –sin que este término tenga nada que ver con la monarquía-. Analizar las opciones y valorar las circunstancias ayudan a que uno se vaya mentalizando de la solución aplicada. Está claro que otros parámetros también interactúan en la realidad o solución tomada. No basta analizar y discernir el resultado. Las circunstancias -las de uno, las del vecino y principalmente las del mandatario- al final serán quienes derivarán a una solución u otra. Dicho esto, decir que ahora, a agosto de 2011, soy pesimista.

O lo que es lo mismo, creo que la cosa va mal, muy mal. Que estamos en quiebra. Que no valemos nada. Sin valor alguno. Quiebra técnica en cuanto a los dineros públicos, porque algunos de los privados serían de juzgado de guardia. Quiebra en cuanto a los valores morales. Quiebra en cuanto a la credibilidad de un Gobierno y de un sequito que peor no podían hacerlo. Y ahora a esperar los Consejos de Ministros venideros. ¡De miedo!.

Italia toma la tijera y recorta gasto. Aniquila municipios y provincias. España mejor que no copie, porque con tanto licenciado en el arte del copiar y pegar, seguro que recortan trabajadores y mantienen los cargos públicos sentados en poltronas doradas. Es más, en España es inimaginable que se atrevan a eliminar municipios y provincias. ¡Si aún siguen vigentes algunas Diputaciones Provinciales!.

Es el tema de siempre. Podríamos enumerar una lista de instituciones a eliminar sin demasiado trauma entre la población. El primero sin duda el Senado. Pero claro, los padres de la patria están en la Constitución y para ello habría que modificarla. Y modificar la Constitución asusta. Asusta porque obligaría a tomar decisiones y a “mojarse” a mucho político suelto. ¿Creen que los socialistas dejarían en manos de Zapatero la presidencia de una hipotética Tercera República? Es más, ¿creen que los españoles se la dejaríamos?

Más vale malo conocido que bueno por conocer, dice el refrán –doy por seguro que el autor del mismo no debía conocer a Zapatero-. Y Rubalcaba tampoco me gusta. Hay algo oculto –o no tan oculto- que no me da confianza. ¿Cómo es posible que estando en el Gobierno con Zapatero –o al revés- no aplicara ninguna de estas soluciones que se aguarda por si gana el 20-N?. ¿Y de José Blanco que me dicen? ¿A quién inspira confianza Blanco? Visto lo visto, España necesita un cambio.

Un cambio de valores, tanto éticos, morales, como de gestores económicos. ¿Y los bancos? ¿Qué decir de los banqueros y demás empresas que durante tantos años se han beneficiado de los dineros públicos? ¿Y de los siete millones de euros que se dieron en el plan E, para que algunos cocineros conocidos inventen platos y algo de comida en su interior?

Zapatero tiene la solución. Y Rubalcaba también. Y los parados también. Y quienes no quieren trabajar también. La solución pasará en quitar funcionarios, que no políticos. Y sus tareas reemplazadas por empresas temporales a manos del capitalismo amigo con carnet del partido.
Hace tiempo que se habla de que el Consell es el ayuntamiento de Menorca y que podrían suprimirse los ayuntamientos. Mientras esto ocurre, tanto afines como detractores a la medida, siguen presentándose a las elecciones. Y más aún, aumentamos cargos en Palma. Mandamos tropas al extranjero. Damos dineros a los bancos. Y nos peleamos por dar ayudas al extranjero, cuando desde el extranjero también tienen que ayudarnos a nosotros.

La hipocresía nos mantiene. De tanto en tanto, echamos algún exabrupto y nos creemos con la satisfacción del deber cumplido. Ahora se habla de mancomunar servicios, de reducir déficit, de aumentar la edad de jubilación, de comprar genéricos mientras hacíamos el agosto a las farmacéuticas con la conspiración de la gripe A…, inconscientemente o no, estábamos y estamos aumentado el déficit, dificultando el ahorro, matando el consumo, aniquilando a España, vendiendo nuestra poca riqueza.

Y esto en algún país lo llamaría traición. En España no. Aquí no estamos tan adelantados, y en según que cosas aún vivimos en el siglo diecinueve. Nuestro actual logro es la venta al extranjero de bonos. O que nos lo compren. Otros pensarán que es una venta incondicional, una dádiva que nos hipoteca nuestra economía futura en manos de potencias extranjeras. ¡Y en bancos extranjeros!

Alguien dirá que es una nueva intervención extranjera en los designios de nuestro país. Viene el Santo Papa y lo recibimos tal como somos. Con los recibimientos fotográficos de rigor con los mandatarios y sus familias, mientras que estos mismos orquestan las protestas contra su visita. Seguimos en quiebra. Y sigue el 15-M.

Y después del Consejo de Ministros, más. España ya no tiene valor alguno. Ni moral, ni económico.

Sólo en el espiritual, quedan aún esperanzas.
Mal que les pese a algunos.



PUBLICADO EL 18 AGOSTO 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

ECONOMIA VIRTUAL

En pleno siglo XXI hablar de virtualidad es cosa que no debe asombrarnos. Y si esta virtualidad se refiere a la economía, menos aún. O al menos, así se nos aparece a los no entendidos en la materia, aunque visto lo visto, uno ya cuestiona de que a estas alturas haya entendidos en el tema. De todos modos, seguro que quienes cobran por dar su asesoramiento, ya se encargarán de que ignorantes como quien esto escribe, sean tildados de eso mismo.

Hace algunos años –antes de la llegada de la crisis- hablar de economía era sinónimo de cuadrar la caja. Así, quien sabía sanear una economía doméstica, sabría sanear la de una comunidad, país o lo que se le pusiera delante. El debe y el haber hacían el resto. Ahora no.

Ahora la economía no la lleva ni la caja ni el cajero. Hablar de economía significa tener padrinos, tener poder o ser el lameculos del poder. Ni más ni menos. La crisis –por no llamarlo con otro nombre- de los pepinos, viene a ser lo mismo. El daño ya está hecho y el beneficio también. Con el dinero, pues otro tanto.

Si antes las autoridades de la economía eran economistas, ahora son los llamados especuladores. Ya no importa tener dinero, sino el valor que alguien le da al dinero. Este alguien es Alemania. Y este dinero es el euro. ¿Qué pasaría si España tuviera lo que no ha tenido nunca y mandara al carajo a Alemania y al euro? ¿Se imaginan volver a negociar con pesetas? ¿Se imaginan retroceder aquel sesenta por ciento de inflación que de un día para otro nos encontramos en nuestras economías domésticas?

Ahora, nuestra Bolsa ya no cotiza en España sino que depende del valor del bono a diez años alemán; ahora nuestra tensión arterial depende más de las imprudencias culinarias de los vecinos que la propia dieta que queramos o no, por imperativo económico, nos vemos obligados a llevar; ahora, nuestra suerte ya no depende de reducir sueldos ni de aumentar impuestos, sino de sacar garras y plantar cara al enemigo especulador. Y ante todo ello, mutis.

Mutis virtual y mutis real. Se compara, se solidariza y se sale en la foto. En una de las últimas fotos de nuestro ya victo presidente. Su delfín promete arreglarlo todo, con soluciones mágicas jamás imaginables, guardadas bajo llave, eso sí. No habrá solución hasta que en el 20-N la memoria de los españoles nos recuerde lo bueno que han sido unos, y lo malos que han sido los otros. O al revés.

Y la economía sigue mal. Más peor que mal dirán los nuevos administradores de la cosa pública. Salen agujeros y acreedores por doquier y uno se pregunta ¿Qué hubiera pasado con las cuentas públicas de haber vuelto a ganar el PSOE? ¿Habrían dado nuevo crédito las agencias de viajes y las farmacéuticas o habrían cerrado el grifo? ¿Seguirían manteniendo el nivel opulento de vida o se habrían tenido que abrochar el cinturón? ¿Seguirían viviendo en la virtualidad del poder o habrían tocado ya con los pies en la tierra?

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María y Manolo son dos nombres supuestos, virtuales si se quiere, pero reales como la vida misma. Matrimonio de cuarenta y tantos años, rondando los cincuenta han decidido coger los bártulos y marcharse a tierra peninsular. Su caso es como el de otros muchos. Su economía es parecida a la virtual de nuestro Gobierno. Adeudan varios recibos a la compañía eléctrica y no digamos a la de telefonía, pero su terminal es de último modelo así como su ordenador portátil y su cámara de video. Su hasta ahora domicilio necesita varias manos de pintura y no digamos de fregona. Y es que la economía doméstica ahora ya no es sinónimo de clase sino todo lo contrario.

Los especuladores han dado crédito y el ordenamiento jurídico ha propiciado los impagos, y no digamos las subvenciones para escaquearse uno del curro. Y ante todo ello, aparecen los indignados que toman la calle y Rubalcaba que dice que el 15-M tiene mucho en común con los socialistas, ¿acaso dudan aún de quien alimentó tales elementos?.
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Carmen es viuda y por supuesto, también es nombre virtual. Su pensión no llega al subsidio de Manolo pero tiene que pagar todas las deudas y reformas dejadas por Manolo y Maria. Su economía estaba saneada porque no gastaba más allá de lo que podía ahorrar. También es verdad que Carmen poco favor hizo a los bancos ni a las economías de consumo. Su economía no era virtual sino real. Tan real, que ahora se las ve y desea para llegar a fin de mes. Sin quererlo ni buscarlo se ha visto envuelta en una crisis de la que nadie le ha preguntado ni mucho menos entiende.

Carmen es pesimista. No entiende como los enfermos no pueden ir al médico a Palma mientras los políticos sí que pueden viajar cada semana. Tampoco entiende de tanto subsidio y de tantos sueldos millonarios. Seguramente Carmen ya desvaría por aquello de la edad, dirán algunos.

De momento, María y Manolo seguirán apostando por políticas progresistas, de las peonadas, de los subsidios y demás. Carmen, resignada, deberá hipotecar su vivienda si quiere subsistir con un poco de dignidad, pues su propiedad la identifica como capitalista en una sociedad en que el consumo se premia, y el ahorro se penaliza.

María, Manolo y Carmen, viven en la realidad, diferente, pero real al fin y al cabo. El Gobierno, los mercados, los Bancos Centrales Europeo y Alemán, juegan a la virtualidad. Y algunos incluso, en la divinidad. Y esto ya es demasiado peligroso.

Muy peligroso.


PUBLICADO EL 10 AGOSTO 2011, EN EL DIARIO MENORCA.