PENSIONES VIA IMPUESTOS

El PSOE dice que si Pedro Sánchez logra de una vez por todas, su ansiada presidencia, creará una tasa impositiva para mantener el sistema de pensiones.  Estamos en periodo preelectoral y ningún compromiso le ata a cumplirlo.  Pero al menos el PSOE esta vez –atrás queda la propuesta de los funerales de estado para erradicar la violencia de género- da una solución a un problema que gobierno tras gobierno han ido demorando.

Siempre he creído que el sistema de pensiones no se rige por un sistema justo.  Soy de los que siempre he opinado que -a parte del fondo necesario para quienes no han cotizado unos mínimos- cada trabajador debería tener su propia hucha en las cuentas del Estado –sin intervención de los bancos-  y de allí, satisfacer sus pensiones según años cotizados y cantidades invertidas.  En vez de eso, los gobiernos de turno y las entidades bancarias nos mintieron y engañaron con los planes de pensiones y montaron un negocio a largo plazo, sabiendo lo difícil que es mantener dinero al alcance de la mano.

Eso mismo es lo que ha ocurrido con el saco de las pensiones.   Parecía que el saco  -o el fondo- estaba lleno.  Y tan lleno que lo empezaron a vaciar para ir sufragando otros desaguisados.  Y con la crisis, con los robos de guante blanco y de todos los colores, con que la gente quiere vivir más años y mejor, no hay forma de remontar.  Y no tan sólo no remontan, sino que siguen vaciando.

Y si con los impuestos de quienes trabajamos mantenemos ayudas a doquier, si con el carburante que consumimos mantenemos a otros tantos, si somos capaces de invertir en ayudas externas e internas, si somos capaces de rescatar entidades bancarias y pagar extraordinarias pensiones a los banqueros, ¿por qué no ser capaces de mantener con algún impuesto añadido en las chocolatinas o simplemente en el pan nuestro de cada día, las pensiones?

Y ya que el PSOE al parecer ha sido el único que por el momento ha movido ficha en el tema de las pensiones, voy a prestarles una ayudita.  Una fórmula –ligada necesariamente a la propuesta anterior- para disminuir el acuciante paro existente, sería –todo lo contrario que propugnan las formaciones políticas- rebajar la edad de jubilación.  De esta forma, se crearían más puestos de trabajo en sustitución a los nuevos jubilados. Y dado que  sus prestaciones económicas se mantendrían con el impuesto del pan con chocolate y poco más, ya habría desaparecido la excusa que motivó alargar la edad de jubilación.


¡Viva el pan! ¡Viva el chocolate!


PUBLICADO EL 26 DE MAYO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.

PODEMOS NO PUEDE

Para quienes no vivimos de la política, para quienes creemos que la palabra es compromiso, para quienes creemos que la democracia es el factor determinante para una vida en libertad, para quienes creemos que la libertad es el eje para una buena convivencia societal, no nos extraña -ni nos extrañará- ninguno de los movimientos que la cúpula de Podemos vaya realizando.

Y al mismo tiempo, me sorprende –ahora personalizo- que partidos democráticos, con demostrado pedigrí en defensa de estas libertades, partidos que han lidiado con miuras políticos en todos los terrenos, puedan haber creído en los cánticos de sirenas que emanan desde la cúpula madrileña.  Y digo cúpula madrileña porque atrás quedaron los llamados círculos locales.  La jerarquía manda, y resuena aquel dicho de “quien no está conmigo está contra mí”.

No sé si  llamarlo personalismo o simplemente es que algún pajarito –pajarraco, más bien- se le habrá aparecido al más puro estilo Maduro.  Lo cierto es que desde un principio fueron muchas las voces que alertaron del estilo de esta formación de laboratorio.  Y al parecer no erraron.  El “mando y ordeno” no parece alejarse de sus formas.  Y ahí están.

Y parece ser también, que el número de indignados se mantiene.  Y al parecer, aumenta.  Ya no son sólo los mal llamados “perroflautas”, sino que en sus listas aparecen incluso magistrados y algún jefe militar.  Y uno duda cómo podrán compaginarse las creencias de que el ejército es una fuerza de ocupación, de que la policía es una fuerza represora…, con personas que en cierta manera vienen de la “casta societal”,  que presuntamente han hecho  la lucha por la defensa de la libertad y del respeto, su profesión; y que presuntamente deben creer que el Ejército está para defendernos de las agresiones y que la policía vela por nuestras libertades.

En este punto, uno ya duda.  ¿A quién debe presuntamente engañar la cúpula? ¿A los mal llamados “perroflautas”, a los hartos de la corrupción, o a ambos a la vez? 

Y por eso mismo, por lo dicho hasta ahora, no me  asombraré si tras el 26 J, en los colegios  vuelven los cánticos a puño alzado y a colgar fotos de los jerarcas en el estrado, ni que los comisarios políticos entren de nuevo en cuarteles y en la administración.   Por eso mismo, ahora digo que Podemos no puede.  No debe.


Y si al final puede, será por voluntad popular,  de la mayoría.  Entonces, sí que podrá.  Habremos cambiado la camisa azul, por una de morada.  Y, pese a quien pese, democráticamente, claro. 


PUBLICADO EL 19 MAYO 2016, EN EL DIARIO MENORCA.

LA FRUTA ANDORRANA

Recuerdo que cuando era pequeño -y no tanto-, Es Diari solía publicar los precios de algunos de los productos que se vendían en los mercados de abastos municipales y otros en que su precio estaba tasado.  Era como un barómetro de la economía de antaño.  Ahora, los encartes suplen esta información y la variedad de marcas dificultaría la misma, a no ser que se atuvieran al producto  fresco de la agricultura y ganadería autóctona.

No es la nostalgia quien ha vuelto  a nuestras vidas, sino el recuerdo a la picaresca.  Pocos días antes del 20-D, un periódico andorrano publicaba una encuesta sobre los precios de algunos de los productos supuestamente andorranos y sus vaivenes diarios.  Curiosa era la similitud entre los símbolos y colores de estos productos con los partidos que presentaban candidaturas al parlamento español.

El agua azul, la fresa roja, la berenjena morada, la naranja y los tomates.  Sus precios,   porcentajes.  Y la participación,  escaños.  Qué decir que el PP, el PSOE, Podemos, Ciudadanos e IU se veían identificados en aquellas frutas, hortalizas y demás.  Y todo ello para evadir la prohibición de publicación de encuestas en periodo electoral.  En España, claro.

El ejemplo es una demostración más de que la ley va más lenta que la sociedad.  Jornada de reflexión y publicación de encuestas, tendrían que ser asignaturas ya superadas.  Y da la sensación  de que prefieren incumplirlas antes que anularlas.  Como la prohibición de petición de voto antes del inicio de campaña.  ¿Dónde está la libertad de expresión? ¿Dónde está el sentido común?

Y no me preocupa lo anterior.  Me preocupa lo siguiente.  Los responsables del desaguisado actual, o sea, todos, se comprometen a ser austeros en la actual campaña.  O al menos, lo expresan.  Traducido en español antiguo,  o sea, políticamente incorrecto, vendrían a decir que intentarán gastar lo menos posible de sus ahorros.  Lo que no dicen, ni creo que hagan, será   renunciar a las subvenciones y pagos que les ofrezca el Estado por sus resultados electorales.

Cada euro que ganen por voto, cada miles de ellos que ganen por escaño, no serán donados al erario público sino que serán ingresados en sus propias cuentas. O en las de sus fundaciones paralelas.  O en sus ONGs bolivarianas.  Esto,  simplemente es sangrar al Estado, en un contexto políticamente incorrecto, o sencillamente acatar la ley en el término correcto.  Políticamente, claro. 


Lo otro, el renunciar a ello, sería demasiado irreal.  Demasiado bonito.

PUBLICADO EL 12 DE MAYO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.

HUNDIR LA FLOTA

¿Quién no ha jugado a hundir la flota alguna vez en su vida?  O a los barcos cuando el único material necesario era hoja de papel cuadriculado y un lápiz. Y se jugaban en clase, en el recreo de un día lluvioso o por la ausencia del profesor de turno.  

Al comercializarse, estos juegos se convirtieron de mesa y entraron en los hogares mucho más sofisticados y por supuesto, más caros.  Con los ordenadores apareció el de las minas, con similitud al de la flota, y con las tablets, éste ya quedó finiquitado y sus señorías se decantaron por el Candy Crush.

Pero estos últimos meses parece que los barquillos y los acorazados volvieron  a la Carrera de San Jerónimo.  Se trataba de mandar pepinazos al contrario.  De diezmarlo en lo posible o de tenderle la mano, según fuera el contrincante de turno.  El enemigo común, uno ya no sabe si era el PP o simplemente Rajoy.  Al menos, Rajoy era diana de unos y de los otros.  De todos, vamos.  Hasta Aznar participó en este juego de tronos, perdón, de barcos.

Y le salió caro.  Abrió la boca y algunos papeles salieron en prensa.  No precisamente de Panamá, sino del fisco.  Y allí estamos de nuevo.  Con cita previa para junio, con paga extra en el bolsillo y el sobre en la urna. 

Y España va bien.  Al menos, hemos sobrevivido varios meses con un gobierno en funciones y con un parlamento sin pena ni gloria.  Con más pena que gloria, podríamos decir.  De espectáculo vamos.  Al menos, estos meses de subsistencia habrán servido para demostrarnos el ADN de cada cabecilla.

Un Rajoy que ha jugado estratégicamente bien, para llegar al próximo asalto.  Otra cosa es que sepa y pueda jugar la prórroga en las mismas condiciones. Y con el mismo resultado.  Un Pedro Sánchez que demostró que sería capaz de vender su alma –y el del resto de españoles- al diablo por conseguir ser presidente.  Un Albert Rivera que quiso ser y aparentar, pero perdió el aliento para el próximo encuentro.  Y poco más.  Al resto, el currículum ya lo avalaba.

Asalto, prórroga o penaltis, nadie apuesta  porra alguna.  La abstención, la vuelta del votante ausente, la ausencia del hartado y la vuelta del tránsfuga puede mantenerlo todo igual o simplemente dar un vuelco a los intereses de cada uno. 

El ensayo general ha terminado. El entrenador, el director musical y escena ya conocen los límites.  El que se repitan los fallos, ya será culpa suya y de los actores-jugadores.   Los espectadores, sólo silbarán o aplaudirán.  La entrada ya la han pagado.


Y los tomates, también.

PUBLICADO EL 5 DE MAYO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.