LA TRAMA

La “trama” ha sustituido al término “casta” en el discurso mitinero, una vez que Iglesias y los suyos se han dejado absorber por ella –o simplemente han conseguido entrar en la casta-.  Podemos ya es casta  y por eso mismo, el discurso tiene que ser otro. Del laboratorio ha salido el término “trama”, término éste que pierde fuerza, sobretodo pierde calle y no se universaliza.  Pero es lo único que tienen ahora, divididos y en peligro de escisión –a la espera de los resultados de PdroSnchz y su ahora “sí es sí”-.

Hoy he decidido apostar por las nuevas tecnologías y me hago eco de un mensaje de WhatsApp que no entiende ni necesita de descuentos aéreos ni de horarios de entrega.  Seguro que muchos lo habrán recibido ya, pero por aquello de que no todos los lectores hacen uso de esas mensajerías, seguidamente transcribo en clave de humor la versión cómica de la creación de la formación podemita.

“Y Dios pobló la tierra con espinacas, coliflores, brócolis y todo tipo de vegetales, para que el hombre y la mujer pudieran alimentarse y llevar una vida sana.

Y Satanás creó McDonald’s, y McDonald’s creó el Big Mac. Y Satanás  dijo: ¿Lo quieres con patatas y Coca Cola?

Y el hombre dijo, Sí, y en tamaño grande. Y el hombre, engordó.

Y Dios dijo: Haya yogurt.

Y Satanás creó el chocolate.

Y Dios creó las ensaladas y el aceite de oliva. Y vio que estaba bien.

Y Satanás hizo el helado.

Y Dios dijo: Mirad que le he dado a los hombres frutas en abundancia, que les servirán de alimento.
Y Satanás inventó los huevos con chorizo y panceta. Y el hombre engordó más, y su colesterol se fue por las nubes.

Y creó Dios las zapatillas deportivas y el hombre decidió correr para perder los kilos de más.

Y Satanás concibió la televisión por satélite, y agregó el mando a distancia.  Creó las patatas fritas, los palitos salados, las cortezas y la cerveza.  Y el hombre llegó a tener las coronarias obstruidas.

Y entonces Dios creó el cateterismo, la cirugía cardiovascular y las unidades coronarias.

Y Satanás creó los hospitales privados.

Y ya cansado, dijo Dios: Anda y que os den. Y entonces creó al PSOE y al PP. Y Dios  dijo ¿puedes superarlo, Satanás?

Y Satanás dijo: ¡¡Podemos!!”


Espero –y deseo- que no se nos enfade Pablo y me mande a Venezuela o a Irán a redimir los pecados,  porque entonces sí que “podemos” decir, con Iglesias hemos topado, Snchz.


PUBLICADO EN EL DIARIO MENORCA, EL 30  DE MARZO DE 2017

DOÑA EVA

Doña Eva quiere olvidar, pero no importa que se preocupe por ello.  El mecanismo ya se ha puesto en marcha y son otros quienes intentarán que los demás se olviden de ella.  También es verdad  que en su caso, será difícil que consiga el propósito del anonimato, al menos hasta pasadas  varias generaciones. 

Le quedará eso sí, el “derecho al olvido” que viene a ser como la cancelación de los antecedentes penales en versión societal.  Dice la norma que la cancelación de la misma puede solicitarse  cuando la información es obsoleta o ya no tiene relevancia ni interés público.  Vamos, que los chafarderos tenemos los días contados…, pero doña Eva no podrá solicitar este “olvido” porque lo suyo, aunque ella no sepa no conteste, será relevante, de interés público y estará en los libros, durante algún tiempo.

Otra persona a quien que en cambio sí le hubiera ido bien,  sería a una isleña  residente en un pueblo de la provincia de Málaga.  Ella, en su día, dejó de abonar los salarios a una empleada de hogar y en el juicio  practicado se declaró insolvente.  Aquella insolvencia fue publicada en el Boletín Oficial del Registro Mercantil, y mira por dónde, que  el verano pasado, a punto de cerrar un negocio con una empresa malagueña, a éstos no se les ocurre nada mejor que hacer, que teclear el nombre de la susodicha en el buscador de internet.  Las alarmas se encendieron y no solo eso, sino que lograron  contactar –también por internet-  con la otra parte para informarse de lo ocurrido.  Ni que decir que el negocio se le esfumó de las manos. 

El dilema siempre estará presente.  Suele decirse que “contra el vicio de pedir, está la virtud de no dar” y en estos casos, ante el derecho de borrar tu “historia” también tendría que perdurar el de “acordarnos” de las historias de con quienes nos relacionamos.  Lo hacemos cada día, cada vez que estrechamos la mano del prójimo, cada vez que introducimos una papeleta en la urna, cada vez que elegimos un restaurante  o compramos en un supermercado.  ¿Por qué no poder contrastar aquellas “historias” ajenas como una búsqueda de opiniones en Trivago, Kayak, etc.?

La base de datos de la jurisprudencia de los Juzgados y tribunales, dirá que “Doña Eva”, esposa de “don Julio” fue absuelta como cooperadora de dos delitos fiscales cometidos por su marido en el caso Nóos.  Y hay más, no busquen  a Blesa en la jurisprudencia, encontrarán en su lugar a Dimas Manuel, y si buscan a Rato, lo encontrarán como Constantino Feliciano.


Y todos contentos.


PUBLICADO EL 23 MARZO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

UNA BUENA MALA NOTICIA

No hay mal que por bien no venga.  Estos días previos al inicio de  temporada, la noticia es que el turismo extranjero disminuirá.  Que si unos irán a Turquía, otros a Egipto, que el mercado inglés se resentirá por lo del brexit….  Y del nacional no digamos.  Que si el transporte es caro, que si no hay oferta barata, que el precio de los coches de alquiler son  abusivos y la flota insuficiente….  Todo esto sería la mala noticia.

Pero no hay mala, sin la peor.  La peor sería la que se da cada año.  La siempre noticia de que los pisos de alquiler son carísimos y escasos, y por ende, que los trabajadores venidos no encuentran cobijo para la temporada. 

Pero no todo tenían que ser malas noticias.  Aunque de las buenas, nadie hable. O simplemente  es que no son ciertas las otras.  Uno ya no sabe qué pensar.  Cuando los titulares informan de que los empresarios están preocupados porque no saben dónde ubicar a los trabajadores venidos de la península, uno, por lógica, piensa que es una buena noticia para los de aquí.  Entiende uno, desde su ignorancia, que la tasa de desempleo es cero zapatero –de José Luis, claro está-  y que por tal motivo necesitan reclutar a parados foráneos. ¿O será que los  de aquí, siguen en paro y sin trabajar,  mientras vienen los de la península…? ¡Alguien se lo tendría que hacérselo mirar!

Y en cuanto a la disminución de turistas –la mayoría, extranjeros venidos con los llamados tour operadores y con packs baratísimos- nada de nada.  Es el pulso de siempre  entre empresarios.  Entre hoteleros y agentes de viajes. Y nada más. Una guerra comercial para ver quien saca mayor tajada negociando con lo nuestro.  De no ser así, siempre se podría  ofertar al turismo nacional aunque eso sí, con una bajada de precios equiparándolos al precio que se factura al turista extranjero.  Pero claro, esto no es necesario.

Visto lo visto, las malas noticias seguirán siendo malas.  La carestía de las islas se mantendrá, el precio desorbitado de la oferta turística seguirá en su línea, los llenos en carreteras, parkings y playas serán los mismos, y los sufridos isleños, seguiremos pasándolas canutas como cada año. 

Y las buenas, seguirán siendo buenas. Muchos inmuebles vacacionales seguirán alquilándose  a precios desorbitados por particulares –por no decir que rozan la usura-.  ¡Y esto alguien también se lo tendría que hacérselo mirar!


Y todo porque a “alguien” le interesa no mover pieza.  O simplemente, es que la pieza siempre se mueve en la misma dirección.  


PUBLICADO EL 16 DE MARZO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

SI ES NO, NO ES SI.

No es que Pedro Sánchez –sin el Antonio de segundo- haya cambiado. Su empecinamiento sigue igual. Simplemente es que hay más gente además de Pedro Sánchez.  Vamos, que  no todo es Pdro Snchz, ni nosotros damos vueltas a su entorno –ya le gustaría a él ser el centro del Universo, aunque tirando muy mucho hacia la izquierda-. 

Su experiencia desvocalizadora pasó a mejor vida.  No me imagino un Pdro Snchz quitando letras al PSO de Spaña, mientras institucionalizaba funerales de Estado a las víctimas de la violencia de género.  Vamos, que uno ya se lo imagina como otro Iglesias, tras el paso por Vistalegre 2, pero en el PSOE.

Hoy no toca hablar ni de uno ni del otro.  Ni de los mismos.  Del  no es no, pasamos  al sí es no, o todo lo contrario.  Los artistas invitados de hoy son Puigdemont y Homs.  Dos españoles que no se inmutan al decir lo contrario de lo que todos oyen, y sorprendentemente, convencen a una parte de los catalanes de todo lo contrario.  Vamos, que o bien hablan para los que no escuchan  o simplemente para quienes  no quieren oír.

Parece un copia y pega del guión  de Una noche en la Ópera, de los hermanos Marx, en lo  de la parte contratante de la primera parte.   Lo que uno ya no alcanza es saber si se desarrollará en la Ópera o lo harán más propio –no confundir con el propio Mas y la segunda parte contratante-  y lo encasillarán en el Palau, más afín a los nacionalistas, o mejor aún, a los de la derecha catalana –Pujol & Cia-.  O al menos eso es lo que se lee en lo relacionado con la corrupción y demás.

Homs declara ante el Supremo –ante el Tribunal terrenal, en Madrid se entiende, que de lo Otro, uno lo desconoce- que no había forma humana de saber cuál era el alcance de la providencia dictada por el Constitucional. 

Puigdemont, tras el varapalo del Consejo de Garantías Estatutarias (el Constitucional catalán de pura cepa) que considera inconstitucional y contrario al Estatut la cláusula incluida en los presupuestos para la consulta,  va y sin ruborizarse, vocifera que la partida con el dinero reservado para hacer un referéndum está perfectamente avalada.  Aplausos.

Aplausos los que debió recibir también Homs, y esta vez  en Madrid, tras el encuentro con las multinacionales, a quienes les auguró el fracaso del “procés” soberanista.  Y es que lo importante  no es lo que en  uno crea o deje de creer, sino decir lo que los demás quieran escuchar u oír.  Allí está el verdadero talismán de la política.  Y los catalanes, de eso, saben mucho.


Demasiado.

PUBLICADO EL 9 DE MARZO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

JUSTICIA Y MÁQUINA

Siempre se ha dicho que la maquinaria de la Justicia es lenta y que muchas veces, cuando se produce el fallo –que no el error-, éste llega a destiempo.  Eso mismo ocurrirá, de no producirse ningún “milagro judicial” que lo remedie, en el caso Nóos.  Apelaciones y demás artilugios legales de los que sólo los ricos pueden aprovecharse, retrasarán la entrada o no en prisión de los máximos encausados.

Siempre he pensado que algo falla en la Justicia.  No debería ser tan lógico, sino la excepción,  que el criterio de un juez pudiera verse modificado en instancias superiores. Sin duda, estadísticamente serán pocas las sentencias en que se produzcan tales rectificaciones, pero para llegar a ellas, se habrá tenido que invertir cierta cantidad de dinero, cantidades éstas  de las que muchos no disponen.

La Justicia llega a un punto comparable con la Sanidad.  Da la sensación de que un médico de un hospital de comarca no tenga las mismas capacidades que un médico de un hospital de referencia, cuando ambos profesionales han sido formados con igual temario.  El mito podrá atribuirse a los medios técnicos, pero no a los humanos.  Otra cosa será el nivel adquirido en la formación de cada uno.  Y en los juzgados, parece ocurrir lo mismo.

Como hay enfermedades que no tienen cura, pues también habrá resoluciones judiciales que no tendrán otra salida jurídica, lo diga uno de comarca o uno de la Audiencia.  Lo inquietante es que una enfermedad curable no sea tratada con la diligencia –ya no con los medios- como debiera.  Y aquí ya entra el factor humano.  El mismo que con la toga.  Y si hay diversidad de opiniones y de resultados, simplemente es porque alguien falla –y esta vez, sí que erra-.  Y pocas veces estos erros tienen consecuencia para el sujeto activo.

La interpretación es el salvoconducto legal para estos casos.  Los jueces interpretan las leyes y cada uno desde su independencia.   En esto, la justicia es más igualitaria que la sanidad.  El dinero no facilita el acceso al órgano superior desde un principio; aunque eso sí, garantiza que en algún momento, se llegue.  Y que el resto, nos quedemos por el camino.

Cuando se habla de innovación, de I+D+I, me imagino una máquina  a la que se le programaran todos los datos, todas las leyes y todas las interpretaciones posibles,  se le  introdujeran todos los pormenores de la causa y que fuera ésta la que dictara sentencia.  Sin duda, fallaría con menos  apelaciones  que las dictadas por  humanos.

Y los recursos, a otra máquina.



PUBLICADO EL 2 DE MARZO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.