No hay mal que por bien no venga. Estos días previos al inicio de temporada, la noticia es que el turismo
extranjero disminuirá. Que si unos irán
a Turquía, otros a Egipto, que el mercado inglés se resentirá por lo del brexit…. Y del nacional no digamos. Que si el transporte es caro, que si no hay
oferta barata, que el precio de los coches de alquiler son abusivos y la flota insuficiente…. Todo esto sería la mala noticia.
Pero no hay mala, sin la peor. La peor sería la que se da cada año. La siempre noticia de que los pisos de
alquiler son carísimos y escasos, y por ende, que los trabajadores venidos no
encuentran cobijo para la temporada.
Pero no todo tenían que ser malas
noticias. Aunque de las buenas, nadie
hable. O simplemente es que no son
ciertas las otras. Uno ya no sabe qué pensar. Cuando los titulares informan de que los empresarios
están preocupados porque no saben dónde ubicar a los trabajadores venidos de la
península, uno, por lógica, piensa que es una buena noticia para los de
aquí. Entiende uno, desde su ignorancia,
que la tasa de desempleo es cero zapatero –de José Luis, claro está- y que por tal motivo necesitan reclutar a
parados foráneos. ¿O será que los de
aquí, siguen en paro y sin trabajar, mientras
vienen los de la península…? ¡Alguien se lo tendría que hacérselo mirar!
Y en cuanto a la disminución de
turistas –la mayoría, extranjeros venidos con los llamados tour operadores y con
packs baratísimos- nada de nada. Es el
pulso de siempre entre empresarios. Entre hoteleros y agentes de viajes. Y nada
más. Una guerra comercial para ver quien saca mayor tajada negociando con lo
nuestro. De no ser así, siempre se podría
ofertar al turismo nacional aunque eso
sí, con una bajada de precios equiparándolos al precio que se factura al turista
extranjero. Pero claro, esto no es
necesario.
Visto lo visto, las malas noticias
seguirán siendo malas. La carestía de
las islas se mantendrá, el precio desorbitado de la oferta turística seguirá en
su línea, los llenos en carreteras, parkings y playas serán los mismos, y los
sufridos isleños, seguiremos pasándolas canutas como cada año.
Y las buenas, seguirán siendo
buenas. Muchos inmuebles vacacionales seguirán alquilándose a precios desorbitados por particulares –por
no decir que rozan la usura-. ¡Y esto
alguien también se lo tendría que hacérselo mirar!
Y todo porque a “alguien” le
interesa no mover pieza. O simplemente,
es que la pieza siempre se mueve en la misma dirección.
PUBLICADO EL 16 DE MARZO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.