POBLACIÓN RECLUSA

Nuestra mente está más manipulada de lo que creemos.  O eso, o simplemente es que  algún mecanismo de defensa que por defecto, tendremos activado, hace que la información nos llegue en bandeja de plata.  O tal vez no, tal vez, simplemente es que soy un mal pensado y el manipulador soy yo. Quién sabe.

Estas últimas semanas, los índices de ocupación de las cárceles españolas, era noticia.  Y aparentemente, buena.  Las estadísticas son las que son, dirán algunos.  Aunque la interpretación de las mismas pueda tener diversas lecturas.

Que la población reclusa haya disminuido en España, es buena noticia.  Que también haya disminuido en Menorca, mejor noticia.  Aparentemente nuestro cerebro engancha resultados e interpreta que si hay menos presos, será debido a  que se cometen menos delitos. Y punto. Todos contentos. Imposición de medallas. El sistema funciona. Aplausos y demás.

La misma semana lees que en Ciutadella un individuo es detenido por la policía como presunto autor de un intento de robo por el procedimiento de tirón a una señora.  Al cabo de una semana, vuelves a leer que el mismo  individuo   a los pocos días volvió a ser detenido –y puesto de nuevo en libertad-, acusado de vejaciones injustas a unas menores de edad.  Es en este momento cuando  las estadísticas empiezan a divorciarse de la resolución mental.

Efectivamente, el número de presos debe haber disminuido si los números así lo cantan.  Lo que ya no está tan claro, es que el número de delincuentes haya disminuido.  O el número de delitos. Es más fácil pensar que haya  más delincuentes que no pisan la prisión. Y más presos en libertad condicional. O que los condenados a pocos años de prisión ni siquiera entren en los centros penitenciarios. O que la justicia vaya tan lenta que tenga muchos casos aún  por enjuiciar.  O que simplemente están a la espera de ser llamados a “filas” tras ir de recurso en recurso. O de presos extranjeros que los expulsan en vez de cumplir condena.

Aunque también es verdad, que poco a poco, los jefes del tablado –políticos y gobernantes- se apañan en despenalizar muchas acciones que antes eran tipificadas como delitos y que actualmente quedan relegadas a la imposición de una multa.  O  casos sin descubrir aún a los autores.  O que estén aún en fase de investigación, de negociaciones…


Lo dicho, que las cárceles se están vaciando.  Pero que no se preocupen los funcionarios de prisiones, que su puesto de trabajo no peligra.  Hay cola esperando entrar. Y con corbata y maletín.

PUBLICADO EL 25 DE MAYO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

RAJOY = ZAPATERO

Decir que Rajoy es igual a Zapatero, podría ser grave, incluso alcanzar el insulto para algunos,  pero sus tácticas siguen el mismo patrón.  Si bien, las consecuencias derivadas de este mal uso del dicho de que “la mejor acción es la que no se hace” se encuentran en posiciones bien diferenciadas.  Mientras que Zapatero con su inacción comprometió el futuro económico del país y acrecentó la crisis española, la actitud de Rajoy se circunscribe al ámbito de su partido y esta vez volverán a ser  los españoles quienes le pasen  factura por ello.

Que España es un país lleno de corruptos, no se puede negar.  Que es un país lleno de vagos, también.  De egoístas, de indecisos y de aprovechados, otro también.  Y eso lo sabemos todos, aunque  a algunos les cueste digerir en público que muchas de estos tipos, son consecuencia de una inacción –por activa o pasiva- de quienes están a los timones de las naves.  Y digo naves, porque son muchas las que surcan el mar, y a la deriva.

Rajoy calculó mal las consecuencias de no cortar cabezas en su propio partido a su debido tiempo.  Es como un cáncer al que se deja crecer.  Luego, ya es tarde.  Y tampoco calculó los daños colaterales.  El paciente, sufre.  Y la familia también.  Si recae sobre parte de los dirigentes del Partido Popular la sospecha de haber permitido la corrupción en su partido, y no actuaron o no los dejaron actuar en consecuencia, habría que haberlos depurado.  Y como no, también debería de haber censurado los comportamientos prepotentes de algunos de sus dirigentes.

Rajoy se podrá escudar de que una cosa es el Gobierno y otra el partido.  Y tendrá razón, en parte.  En el nombre, en el término, pero nada más.  Los unos provienen de los otros.  Y los otros no son nadie, sin los unos.  

Y las consecuencias de esta inacción comprometen a día de hoy el futuro del país.  Y ahora más que nunca, cuando el partido de la oposición, está a las puertas de decidir su futuro y el nuestro.  No será lo mismo votar a Susana Díaz que a Pedro Sánchez.  Ni a Patxi López. 

Aquella propuesta de alianza de la que tanto se habló en su momento de PP-PSOE-Ciudadanos, y que en cierta manera venía funcionando hasta ahora -y no desagradaba a una parte de la población-, se  habrá dejado perder por no haber querido-sabido tomar las riendas contra la corrupción, tanto interna como externa.

Tal vez, es que aquella gran coalición de la que se nos repetía hasta en la sopa, sólo fuere una necesidad de investidura, y no un verdadero deseo político.


PUBLICADO EL 18 MAYO 2017, EN EL DIARIO MENORCA.


KARMA

Inicié el año con la incompetencia humana de una médica que me regañó por acudir con una persona mayor a urgencias.  No entendía –no debía querer entender- la galena en cuestión, el por qué acudía, si nada de bueno podíamos esperar en una octogenaria.  Con el alta en la mano y con la recomendación de recurrir a otros servicios  antes de acudir otra vez, la paciente fallecía  aquella misma semana.

Te encuentras luego con que el Govern prohíbe los funerales con cuerpo presente.  Intentará rectificar aquel celo cobarde de algún intermediario, pero seguirá  premiando a unos pocos frente al populacho de los más.  Pero el daño ya está hecho. Ves como duques nacidos del franquismo, reyes y viejas duquesas se inhuman en templos y los demás al cementerio de rigor. Pagamos otra  incompetencia humana elevada al máximo exponente de quienes se sienten ungidos con derecho a romper y aniquilar todo el sistema democrático.

Quieres mantener la serenidad y no quieres que la toxicidad de quienes vas encontrando en tu camino, altere tu forma de ser.  Tropiezas con las barreras que entidades bancarias y compañías aseguradoras han ido estableciendo durante la crisis y con la complicidad de los gobiernos de turno.  Intentas rebelarte y siempre encuentras un teléfono que comunica o una llamada que no se te devuelve.  Las máquinas van ganando terreno. Lo peor, es que tras la máquina se escuda un afamado incompetente, un presunto inútil asalariado, o quien sabe qué intereses económicos.

A pesar de todo, intentas sacar pecho y mantener la positividad.  Son casos aislados, recuerdas de algún comentario gubernamental.  Sí,  aislados y recurrentes, dirás.  Demasiada toxicidad en el ambiente.  Pero por mucho que se airee, piensas que si la mierda es el sujeto activo, poco podemos hacer los pasivos.

Ya no te fías ni de tu pasado.  ¿Será el karma tuyo que viene a purgar vidas anteriores? ¿Serán las personas tóxicas nuestra penitencia? ¿Serán ellas “los buenos” de esta película? 

Sigues pensando en positivo.  Recuerdas que por el camino has ido encontrando a personas maravillosas, profesionales de lo público que se desviven por hacer el camino más llevadero al administrado, profesionales de lo privado que también se curran el mantener la credibilidad de la entidad a la que representan. Sigues creyendo que también es el karma que te acompaña, el que condiciona que lo positivo también fluya hacia ti.


Crees, ironías aparte, que el karma algún día,  les pasará factura.  Al menos, así  lo deseas.


PUBLICADO EL 11 DE MAYO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

JUSTOS POR PECADORES

La semana pasada en las páginas del Menorca, CCOO denunciaba el aumento de altas indebidas por la inspección del INSS.  En la noticia se hacía mención también a que había que abandonar la idea de que la gente que tiene una patología es un defraudador y un vago.  Todos estaremos de acuerdo en que no se pueden limitar bajas con unos parámetros uniformes ni tan sólo a unos determinados tiempos.

La inspección médica seguramente carecerá de suficientes medios humanos y procedimentales que le permitan tomar unas resoluciones más justas para cada caso concreto.  Valorar un alta o baja laboral sin poder desgranar si lo expuesto corresponde o no  a la realidad, es lidiar con la verdad o la mentira.

Todos conocemos personajes que ganarían un Nobel con solo publicar los “cuentos” que acumulan sus expedientes laborales.  Y también aquí, pagan justos por pecadores.  Es más,  la reiteración de las bajas de estos candidatos al Nobel de Literatura a lo largo de su vida laboral, causa más trastorno a la empresa que la de otro empleado con una baja de larga duración.  Incluso conoceremos casos de bajas programadas, preavisadas o incluso con estudio previo de síntomas.  Y de estos, la Inspección no dice nada.

Y no dice nada porque seguramente no les llega.  Los tiempos son los que marcan una inspección y no otra cosa.  Además, donde falla el control es en el filtro primario.  Una baja mal dada es  -además de un fraude por parte del trabajador- una mala praxis –como mínimo- por parte del médico que la firma.  Y, como no, una falta de interés por parte de la administración que debe regularla.

Y la administración hace aguas por doquier.  Todo lo que represente y conlleve implícitos  los términos de  control, autoridad, deberes y demás obligaciones inherente a los derechos, le apesta.  Y teme,  como no, a la reacción de la sociedad.  A la de los propios representantes tanto de los trabajadores como de los ciudadanos.

¿Se imaginan que alguien investigara a quienes se encuentren en una mal llamada incapacidad laboral transitoria? ¿Se imaginan que les siguieran su rastro, sus deportes, sus comidas, sus viajes, sus salidas de juerga? Pues no se lo imaginen porque todo esto es ciencia ficción.  Alguien podría dictaminar que todo ello entraría dentro de la esfera de la protección al honor, de la intimidad personal, de algún derecho constitucional. 


Tal vez, participando en el control de las ILT, los sindicatos  ayudarían  a desenmascarar a estos defraudadores, en beneficio del resto. 


PUBLICADO EL 4 DE MAYO DE 2017 EN EL DIARIO MENORCA