Si tuviera que definir con una palabra lo que significó para mí el primer contacto con esta gran familia de Es Diari, sin duda tendría que definirlo como ansiolítico. Vamos, que si lo tengo que decir con dos palabras, no se me ocurren otras que anti-depresivo, al más puro estilo del torero ilustrado.
De todo ello, el próximo sábado festividad de Reyes, hará ya veintitrés años. Casi ocho trienios en la nómina de colaboradores, casi un cuarto de siglo agradecido por haberme abierto las puertas de esta ventana a la sociedad. Y sobre todo por haberme brindado una válvula de escape ante aquellas injusticias e irregularidades que de tanto en tanto se dan en los puestos de trabajo.
Sin receta médica, sin previa cita, Es Diari, de la mano de su director Bosco Marqués y de Juan Carlos Ortego como redactor-jefe, me brindaron la oportunidad –sin saberlo- de dirigir mi angustia, mi rabia contenida, traducida en mi primer escrito titulado De pie o de rodillas. De aquella primera aparición en página entera –cinco folios daban para mucha página- , siguió por imperativo casi legal bajo pena de apercibimiento, una continuación casi obligada y vigilada por la guardia pretoriana de aquel momento.
La lupa de mis declarados censores releían y aumentaban todas aquellas ambigüedades e ironías publicadas. Era el juego del gato y del ratón, en el que sabía que tenía los días contados, pero a pesar de ello tenía la necesidad de superarme a mí mismo. El instinto de supervivencia pasó factura sí, pero también brindó una nueva vida, un nuevo camino, en el que una vez pasado balance, no se arrepiente uno.
Una nueva oportunidad a la que agarrarse. A descubrir la vida, a abrirse puertas y sobre todo, captar las señales que pasan delante de uno, y elegir con quien viajar, y sobre todo, a quien ignorar.
Con los años te has vuelto un gruñón irónico. Intentas no disimular tu sonrisa como algo inherente en ti. Y no rehúyes de tus silencios ni de tus carcajadas cuando así lo crees oportuno. Al menos, has conseguido libertad. No toda, pero sí la que tú mismo te administras. La que en definitiva, necesitas.
Esta generación ya no es la tuya. Sabes dar un paso al lado y lo das. Y retrocedes si es necesario. Tus ambiciones son otras, tus necesidades también. Aunque eso sí, no vas a dejarte pisotear, ningunear ni manipular si no es tu voluntad.
Al menos, has aprendido a marcar terreno, o simplemente todo lo contrario: ignorar al prójimo.Gracias por todo, Es Diari.
Feliz 2018
PUBLICADO EL 3 DE ENERO DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.