SUMA Y SIGUE


Mientras esperaba que la Secretaria de Estado de Comunicación fuera cesada por Mariano Rajoy y  ver salir al populacho haciéndole un corte de mangas entonándole el “Carmen, te jodes”, las mariposillas de la mente revoloteaban de flor en flor en busca de aquel polen que tanto amarga la existencia de los asmáticos.  Ni dimitió la susodicha –se ve que sólo dimite quien sale por la televisión hurtando cremas faciales- ni fue cesada por su jefe de filas.  Y esta vez ni por la televisión dejaron emitir el video de marras.  Vamos, que acelerando y cuesta abajo, nadie los gana.

Y la mariposilla se posó sobre otro escenario, esta vez local.  Un escenario que uno ya no sabe si es por agradar a los hoteleros, a sus trabajadores,  o también para joder al personal.  Y me refiero al turismo. 

Empezamos con la ecotasa que favorece al Govern y perjudica a casi todo quisqui.  Paga quien pernocta en un establecimiento hotelero. Vamos, que mochileros y quienes usan autocaravanas, no pagan.  Y no será que no hagan uso del territorio con todo el espacio que utilizan  de aparcamiento y acampada.  Pero eso solo es un suma y sigue.  Ya me veo una proliferación de estas casas flotantes en toda la geografía insular, y sin regular.

Desde hace ya tiempo los disparos tienen como diana las viviendas de los otros.  

Vamos, que los ahorros de uno, invertidos en viviendas ya no son trigo de buena añada.  Mientras éstas pagan impuestos, reimpuestos, reparaciones y deterioros, “okupaciones”, daños e impagos, el gobierno de turno mira hacia el otro lado y piensa como reconvertir una propiedad privada en un beneficio de su no-política social.

O al menos, a la excusa de su no política social.  Se preocupan –eso dicen- que el alquiler turístico impide que vengan trabajadores foráneos para la temporada turística.  Y uno se pregunta ¿por qué tienen que venir de fuera si de nativos sobran en el paro?  ¿O será acaso que es más rentable alquilar un piso que irse a un hotel?

Hablan de molestias al vecindario y de las pocas viviendas que salen al mercado de alquiler. Pero claro, como uno es incapaz de regular el tema de las molestias vecinales y mucho menos el regular los daños e impagos en el tema de alquiler, matar moscas a cañonazos es la mejor solución que algún próximo les habrá asesorado.  Y si de paso, se beneficia a la industria hotelera, pues mejor que mejor.

O los chalets, que suelen ser más caros.  Vamos, que los propietarios son más pudientes. Un suma y sigue para unos.  Una resta para otros.


PUBLICADO  EL 17 DE MAYO DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.