las horas se alargan


Con el nuevo Gobierno, las horas se alargan.  Las jubilaciones cada vez más lejos.

AMARGADOS

Si en España hay personas inteligentes está claro que hay que buscarlas dentro de los que pulen y escriben el diccionario de la Real Academia Española.  Nada de aristócratas, tertulianos televisivos, políticos, titulados universitarios ni ocho cuartos.  Ya nada es como tendría que ser.  Un político lo es porque los demás lo dejan ser, un aristócrata porque los espermatozoides y el óvulo se han encontrado en unos apellidos determinados, un chupa-cámara vaya usted a saber la trayectoria de con quién se han cruzado y algunos titulados mejor no hurgar en el cómo  han obtenido el título.

Esta semana venía con el punto de mira dirigido hacia aquellos que sus ansias de poderío lo exhiben desde el primer peldaño de la comunidad.  La de propietarios o vecinos, residentes y demás. Tanto da si es del bloque de pisos o de una urbanización, barriada, etc.  Los hay que para ellos, el término consorte no existe en su diccionario particular.  Son los que criticarán a la reina  por serlo, pero lo negarán dentro de su ámbito doméstico.  Es paradójico observar como en un matrimonio, ambos conyugues por separado se presentan ante las instituciones como president@ de una urbanización, comunidad, etc.  Vamos, que de president@ consorte, nada de nada.  Imaginémonos vivir en una hipotética república con un matrimonio así.

En mi particular ruta hacia el teclado me crucé –se cruzó, más bien-  una reunión en la que todos parecían ser víctimas de las desgracias del funcionamiento de nuestras administraciones. Vamos, que tonto el que no corra. Y allí es donde un flash de luz me inspiró el escrito.  Vamos que la amargura se diferencia entre el ser y el estar. Y no dicho por mí, sino por aquellos sabios que están en la Real Academia de la Lengua.

El ser, es el activo definitivo.  El estar, es el pasivo y transitorio.  En aquel momento, el antidepresivo diario me devolvía aquella sonrisa picarona e irónica.  Yo estaba amargado de oír tanta hipocresía convulsiva, si.  Estaba amargado, lo reconozco y cada vez me cuesta más integrarme en estos círculos, pero ellos, algunos otros, los activos, los mal llamados “amargadores”, ellos sí que son unos amargados.  Y ellos no tienen cura, medicación ni nada que los cure.


Viven tanto del cuento, que se han vuelto ya  parte de aquel cuaderno que va de mano en mano y que de tanto en tanto, se tira a la basura.  Otros libros, quedan en la estantería para consultas futuras.  Ahí está la diferencia entre el ser un amargado, o estarlo transitoriamente.


PUBLICADO EL 28 DE JUNIO DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.

LIMITAR LA ENTRADA


Dicen algunos en los medios que  lo que llevamos de temporada, en cuanto a turistas, flojea. La verdad es que no lo aparenta, al menos en las carreteras y en los aparcamientos de las playas.  A finales de mayo ya se empezaba a notar la avalancha de coches y ya a mitad de junio, parece un desfile en plena Arravaleta.  Tal vez han cambiado de perfil y el que aterriza no se queda en la piscina del hotel sino que se mueve en coche de alquiler.

Puede también ser que al no dejar acceder con turismos  a ciertas playas de Ciutadella y Favaritx, estos hipotéticos usuarios se desplacen  a otros puntos de la geografía insular en la que sí se permite de momento acceder con vehículo particular –o de alquiler-.

Puede ser también que las estadísticas publicadas no reflejen la verdadera ocupación e invasión de turistas, vamos, una estadística en “B”, por no usar un color que sonaría un tanto políticamente incorrecto.

Y hablando de políticos, por una vez tengo que decantarme por quienes no aplauden las ideas de desdoblamientos y demás.  Está claro que estos desdoblamientos lo único que facilitarían sería el llamado efecto llamada que siempre se esgrime por la derecha y se niega por la izquierda.   Pero siguiendo con mis independencias, también tengo que estar en desacuerdo en que paguemos justos por pecadores –en este caso, nativos por visitantes-. 

La avalancha turística y  el negocio de unos pocos, desde hace ya algunos años me impide  -durante unas tres semanas cada verano-  poder llegar a casa y aparcar en los alrededores.   Este año, la cosa se augura peor.  No digamos si quiero ir de excursión por el Camí de Cavalls. Al llegar a Favaritx tendré que pagar el bus, eso si tengo suerte de encontrar plazas vacantes o en caso contrario deberé hacer doble recorrido.

La izquierda solía mencionar aquello de “la tierra para quien la trabaja”, tal vez ahora no vendría mal alguna renovación de eslóganes y decir aquello de “Menorca  para quien la reside”.

Limitar entradas como ya se habla en Formentera y en Ibiza, parece una exageración para quien lo vive desde lejos.  Limitar entradas para quien vive dentro, puede llegar a ser un alivio.  Pero antes alguien tendrá que pensar en limitar también el negocio de tanto vehículo de alquiler – y más teniendo en cuenta que muchos de ellos pagan sus impuestos en la península-.  Limitar entradas también a tanta furgoneta y autocaravana, que de pagar no pagan ni ecotasa ni ocho cuartos, y  ocupan su espacio y el de su influencia.

Mejor no venga.



PUBLICADO EL 21 DE NOVIEMBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.

EN MARCHA


En política se han roto muchos esquemas.  La seriedad, por ejemplo.  Tanto en unos, como en otros.  Los intereses de partido superan con creces los propios intereses del Estado.  E incluso los propios intereses de uno, predominan sobre los del partido. Vamos, que el personalismo va por delante, por detrás y por todos los lados.

A Pedro Sánchez –camarada Sánchez, presidente Sánchez, excelentísimo señor..-,  al que, queramos o no, hay que reconocerle su perseverancia en lo suyo –querer ser presidente a casi toda costa- hay que reconocerle sus dotes para maniobrar entre los suyos y como no, entre  los otros.  Y tiene un trabajo duro, muy duro, por delante.

Está claro que no va a convocar elecciones en breve.  Está claro que primeramente tiene que ganarse los votos de tanto indeciso y del voto prestado.  Los prestados a unos y a los otros.  Y hacerse con el voto de la izquierda.  Y con el centro izquierda, que son muchos.

Y para ganarse el voto tiene que trabajar, convencer y sobre todo, contentar.  En el tema del trabajo no va a tener problema porque la sangre nueva siempre viene libre de experiencias viciadas.  Con el convencimiento tampoco va a tener problemas si no abusa de las ambigüedades.  La labia del nuevo Gobierno ya se ha detectado con el tema de Cataluña y la retirada del control sobre las cuentas de la Generalitat. Dos versiones en un mismo discurso no convencen demasiado.  Y el contento del populacho, depende. Depende si convence a más o a menos.  A todos, casi  imposible. 

Veo a un Pedro Sánchez que ha cambiado los funerales de Estado por un “consejo de ministras y ministros”.  Vale.  Un Pedro Sánchez que ha quitado el crucifijo  y la Biblia en las tomas de posesión. Vale también.  Ahora, le falta, que no lo ha hecho, el quitar la Guardia Civil de gala a las puertas de la Moncloa al recibir a los mandatarios.  Deberá tener en cuenta que la sencillez se aprecia en los pequeños detalles, también.

De momento, al nuevo Gobierno por parte de la actual oposición no se le da ni los cien primeros días de respiro.  Y aquí también falla la oposición.  La amenaza de tumbar los presupuestos en el Senado tampoco es sinónimo de un play-fair, ni un respeto a los ciudadanos.  Porque el Gobierno tiene que velar por todos.  Y la oposición, si tiene voluntad de gobernar, también.

Al menos, aunque Sánchez emplee las políticas preparadas por el equipo de Rajoy, da la sensación de que al menos éste tiene intención de ponerlas en marcha.  Lo siguiente, el tiempo lo dirá.



PUBLICADO EL 14 DE JUNIO DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.

(TODOS) HEMOS GANADO


Si después de cada cita electoral los titulares que aparecen en los medios de comunicación es que todos los partidos han ganado; uno porque ha sacado más votos que en la última confrontación, otro porque obtiene más escaños, y el último porque ha salido mejor parado de lo que le pronosticaban las encuestas, nadie podrá dudar que tras la moción de censura que ha llevado a Sánchez a la presidencia del gobierno, esta vez, todos y absolutamente todos, han –hemos- ganado.

Sánchez, porque por fin ha hecho uno de sus sueños realidad.  Ser presidente del gobierno de España era su ambición más a corto plazo.  Y por fin su sueño se ha cumplido.  Lo próximo, ya no depende de él ni de Rajoy,  sino de los españoles.  

Rajoy aunque no se lo crea aún, ha ganado porque se ha quitado de un plumazo el tema catalán de encima.  Y el de la corrupción en su partido.  En pocas horas, la libertad de ser aquel Mariano de siempre, se ha hecho realidad.  Su trabajo ahora será la de intentar que la historia lo recuerde como aquel que tripuló la nave España en un momento de zozobra y lo llevó a buen puerto.  Y borrar toda duda de corrupción.  El método de la avestruz funciona en muchas ocasiones, pero en algunas, acaba por sacrificarle a uno.

A los españoles, pero  sobre todo a los baleares, bien nos vendrá que ambos gobiernos -autonómico y estatal- sean del mismo color.  De un plumazo, los REBs, RABs y RUBs serán aprobados.  Las carreteras tendrán más inversiones. Los descuentos de residente para viajar a la península aumentarán que incluso cobraremos para que viajemos… Vamos, un paraíso en el que ni Adán ni Eva hubieran soñado.

Pero habrá un pero, el pero de Pedro. El reajuste que según anuncian desde Bruselas deberá hacerse en los presupuestos para cumplir el déficit, será la excusa perfecta para incumplir este paradisiaco momento de cuento de hadas.  Ni los pensionista verán revalorizadas sus pensiones, ni los baleares tendremos mayores descuentos para viajar. Eso sí, seguro que los catalanes –la mitad, al menos- saldrán beneficiados.  Y con ellos los cabecillas rebeldes.  Será  el pago para perpetuarse en el libro de la historia.

Todos han –hemos- ganado, sí.  Incluso los diputados y senadores que de momento continúan en sus puestos sin necesidad de purgarse ante los suyos, como hubiera ocurrido en el caso de haberse disuelto las Cámaras. 

Por la que me sabe mal es por Carmen, la que fuera Secretaria de Estado de Comunicación.  Al menos los pensionistas estarán contentos por ella.



PUBLICADO EL 7 DE JUNIO 2018, EN EL DIARIO MENORCA.