ACTA EST FABULA

Pues sí, hasta aquí ha llegado el teatro. Otra cosa es que ya nos podamos ir a casa.  La función seguirá a los pocos momentos.  Es sesión continua.  Pocos son los que se levantan por temor a perder el asiento.  Siguiente sesión, el NODO -o la nada- vuelve a acaparar la atención o la distracción del espectador.  Pasamos de la inauguración del pantano al rescate en alta mar. Y se levantan voces y acallan conciencias.

Los de Pedro Sánchez pasan de culpar a Montoro y de negarnos el descuento de residente, a aprobarlo en un consejo de ministros, cuando nuestro Quevedo de Canarias amaga con retirarles el apoyo.  Es de esperar que les faltara el asesor quien les explicara cómo hacerlo, se supone.  Porque lo otro ya sería de juzgado de guardia.

Quienes no necesitan de asesores son los que concurren por la presidencia del PP.  A Soraya le persigue haber dado la cara por Rajoy en los momentos difíciles.  A Casado en cambio, echará de currículum, no en vano se dice que tiene un máster y todo.  A ambos se les ve con ganas de triunfar. Vocación, dirán algunos.  La continuación o la renovación dirán otros.  Y yo que me hubiera decantado por García Margallo y su “cubrido”.

Acta est fabula es la leyenda del escudo de Tabarnia.  El plus ultra español, vamos.  No es el más allá, no.  Simplemente acabar la comedia y hacer balance de lo que es realidad y lo que es pura ficción teatral orquestada por unos, consentida por otros.

Y la mayoría gana, aunque aquella mayoría sea dispersa, pero momentáneamente unida.  Eso es lo que les pasa a los estrategas de la política.  Casado y Cospedal ganarán en segundas, por supuesto, porque la unión hace la fuerza.  O la venganza.  Y siempre gana  el poderoso, el grande. 

Y el tamaño también importa.  Un barco es más grande que una barca  -y eso sin ánimo de entrar en polémica machista-.  Venir en barco no es lo mismo que venir en patera, por supuesto.  Y eso lo saben bien quienes vinieron en el Aquarius y en el Open Arms que lo hicieron como refugiados.  Y también lo saben quienes vienen en patera, que lo hacen “sin papeles”.

Y es que unos venden más que otros.  De todos modos la venta de imagen ya está asegurada.  Ya no habrá gafas de sol ni manos fotografiadas. La radiotelevisión pública ya está en buenas manos. Y tan buenas. 


Por cierto lo que aún no he acabado de entender  es para qué fue Pedro Sánchez a Alemania. ¿Fue  a pedir ayuda con el tema de la inmigración o fue sólo a ayudar a Merkel trayendo a España más inmigrantes de Alemania?


PUBLICADO EL 12 DE JULIO DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.