ENERGÍAS RENOVABLES

No crean que he hecho algún máster en la Juan Carlos I sobre renovables ni mucho menos. Ni estudios tengo sobre ello. Lo más cerca que he estado fue de pequeño cuando la dinamo alimentaba la luz de la bici. Y ya de mayor, con las linternas que se recargaban a golpe de manubrio, y poco más. Bueno sí, la de tender la ropa para que el Sol y el viento seco hicieran su parte.

Pero las noticias de la semana pasada me han puesto al día, vamos, el de reciclarme. Y ya empiezo a liarme. Que el renovarse uno, el ponerse al día, el reciclarse, nada tiene que ver con los molinos y las placas solares. O sí. Vaya uno a saber.

La presidenta de lo nuestro dice que hay presupuesto para molinos y placas solares. Que las basuras darán biogás y que la reserva será una realidad. Y me gustaría creérmelo, de verdad. Aunque no lo diga, estoy a favor de todo aquello que implique salvar el planeta. Y si además ahorramos, pues mejor.

Pero lo dudo. No creo que las eléctricas ni los llamados verdes, le dejen. Los impactos visuales son de gran calado y los negocios, también. Más cuando vemos al TS reconsiderando una resolución recién tomada en contra de los bancos. Y ya se sabe, bancos, eléctricas y políticos pertenecen al mismo gremio.

Quien no se recicla es el líder de los populistas. Iglesias dice que el Estado debería producir cannabis porque su comercialización daría grandes ingresos al Estado. Y aún tiene la guasa de decir que esta gestión mejoraría la educación y la sanidad. Ya me lo imagino a él dando clases en la Universidad con todos los alumnos emporrados, y el humo invadiendo los pasillos y vómitos por doquier. Para que luego digan que la chimenea de la Gesa echa malos humos.

Puestos a ver quien la dice más gorda, yo también me apunto. Y hablando de renovables y de mayores ingresos para el Estado, pero sobre todo para el bienestar del ciudadano, por qué no plantar boletus, champiñones y demás hongos en Milá, y comercializarlos con denominación de origen, vamos como la manzanilla de la Mola. Trabajo y negocio, seguro.

Y lo siento por los simpatizantes de la formación que son unas grandísimas y altruistas personas. Pero da la sensación que el líder quiere satisfacer a otros, legalizando y abaratando la droga. Una droga que esclaviza y sobretodo, mata.

Y uno ya no sabe si los quiere satisfacer, o simplemente hacerlos reos de ellos mismos. Como al Gobierno y a los catalanes presos con la aprobación de los presupuestos o la salida de la cárcel.

PUBLICADO EL 25 DE OCTUBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.

YO DIMITO

Dimito de todos los cargos políticos que pueda ostentar en el futuro, porque de momento soy, lo que se vendría en llamar, un “don nadie”. Dimito de todo y de muchos Me asquean tanto parte de unos, como parte de otros. Me quedo sólo con los integrales, aquellos que te dan fibra y no te empachan.
Me quedo con las personas y no con los personajes. Lo triste es que la política española ha invertido los papeles y hay más personajes –personajillos, más bien- que personas. Y sobre todo, buenas personas.

En la política y en segundos –terceros y siguientes- niveles de la administración -que unos no serían nada sin los otros- proliferan estos personajillos de tres al cuarto. Unos hablan, otros les escriben y los demás dictan. Así parece que funcionan actualmente las altas esferas de la administración, cuando no aparecen aquellos consabidos mentidos y desmentidos, vamos que donde dijeron “digo, ahora dicen Diego, y más adelante incluso añadirán un dijeron”.

Me asusta, pero no puedo decirlo porque políticamente sería incorrecto. Y ya se sabe, quien es políticamente incorrecto en España es un fascista. Pero este término va a cambiar. Ahora, Iglesias pretende un nuevo Frente Popular europeo –vamos, un partido único al más puro estilo del fascio –de raíces obreras- o del comunismo- con el que combatir todo lo que sea lo contrario. O sea, la otra mitad. O más.

Me asustan las manipulaciones que intentan desligar el apoyo de los podemitas catalanes con la ultra derecha nacionalista de Puigdemont. Me asustan las ansias de Sánchez con gobernar gracias al apoyo de esta ultra derecha catalana sea al precio que sea. Me asustan quienes hablan de que las pensiones de jubilación sólo estarán aseguradas si entran miles y más miles de migrantes, cuando en España sigue habiendo millones y millones de parados –que no cotizan y sí cobran la pensión de desempleo-. Vamos que las cajas son distintas y sin vasos comunicantes.

Sigo dimitiendo del futuro, porque del presente sigo siendo un “don nadie”. Y me alegro. No necesito ir manipulando la realidad para ir sobreviviendo en este espacio de tiempo y espacio. Ni engañando a los demás, ni a mí mismo.

Y soy libre. He empezado a dejar mi dependencia al citalopram. Durante este año de inseparable caminar juntos he aprendido a dar algún golpe sobre la mesa, a colgar algún que otro teléfono y porqué no, reírme de quien hipócritamente quería imponerme los puntos y las comas.

He ganado, eso sí, en personalidad. Y de ella, no dimito.

PUBLICADO EL 18 DE OCTUBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.

EN DEFENSA DEL PAPA


Hoy haré una pausa y dejaré aparcado todo comentario sobre los huidos.  Puigdemont sigue en Bélgica y de momento no se le espera.  Y supongo que a estas alturas, Pedro ya habrá vuelto de su huída a las Américas y ya no tendrá que enfrentarse a los últimos affaires de sus ministros.  Vamos,  la táctica del avestruz  que usaba Rajoy, aunque al menos Mariano nos salía más barato en viajes.
 
Hoy me voy a posicionar a favor del Papa.  Y es que la sociedad se alimenta de la hipocresía que ella misma fabrica a su antojo.  Con sus silencios cómplices y sus humillaciones mal digeridas.  Ahora resulta que cuando un Papa va y coge al toro por los cuernos, y decide poner los puntos sobre las íes, destapando las vergüenzas durante tantos años ocultas, el resto desvía las miradas y dirige el dedo acusador hacia el Santo Pontífice.  Y eso no es justo.

El Papa y sus representantes hablan del Diablo. Yo no hablaré de diablos ni de fuerzas del mal, está claro.  Sin duda ello pertenece a un lenguaje digno de los tiempos de la Inquisición y en que la gente era devota más por miedo que por convicción.   Es más, tampoco creo que a ningún pederasta de hoy en día se le queme en la hoguera –al menos en el mundo occidental-.

Y aunque no hable de diablos ni de fuerzas del mal, sí que mencionaré la existencia de sospechas en algunos padres y que quedan apagadas en el interior por aquello de la reputación propia, del centro, del elitismo de clase.   Y no importa ir muy lejos, no.  Algunos hemos sospechado algunas tendencias precursoras de pederastia, por parte de algunos curas, o como se les llame.  Y allí queda, en el interior de uno mismo, hasta que los medios de comunicación –pioneros de los servicios de espionaje del siglo XXI- destapan la verdad acallada.

Y el Papa ha tenido la valentía que muchos padres, muchos obispos, muchos católicos no han tenido.  Ha abierto las puertas y las ventanas de su casa para que se aireara todo lo condensado en su interior.  El problema no es el Papa.  El problema es que aún hay demasiadas fuerzas –personas con fuerza, más bien- en el interior de esta casa que se resisten a que afloren tantos siglos de oscuridad. 

No nos engañemos, también hay fuerzas en el exterior, que se resisten a que  nuevos aires invadan nuestra sociedad.  Muchos necesitan que este oscurantismo se perpetúe en el tiempo para seguir viviendo de rentas.  Unos, como vividores en ellas, otros como necesitados  de los demás.

Vamos, que el Papa, sus enemigos  también los tiene en casa.


PUBLICADO EL 11 DE OCTUBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.

LIBERTAD DE EXPRESIÓN


Últimamente dicha expresión está en boca de todos. De demasiados, sin duda.  Ampararse en unos malos entendidos términos de libertad y de expresión, es sin duda, no un brindis a la ignorancia sino más bien el brindis al  provocativo ejercicio de la manipulación.

Porque eso y no otra cosa son los que, ejerciendo los derechos que les otorga nuestra tan cuestionada por unos, Constitución, se dedican a cuestionar, a provocar, y a exigir unos extremos que sin duda, a la inversa repudiarían y condenarían.

Si para algún ciudadano el pedir la muerte de un guardia civil, o la de cualquier otro ciudadano debe ampararse en este derecho de libertad y de expresión, desde mi libertad de pensamiento y también de expresión, amparada en esta misma Constitución, debo decirle que presuntamente –eso sí, que quede claro este término- su azotea no rige para convivir en una comunidad como la nuestra. Otra cosa es que en otra, como la belga –por ejemplo- sea recibido con ramos y palmas.

Y hablando de la sociedad belga, es curiosa su forma de convivencia. O al menos su forma de aplicar la justicia y de aplicar esta misma libertad de expresión a sus propios ciudadanos.  Una justicia que ampara a fugitivos extranjeros y en cambio avala el despido de trabajadores belgas por darle un “me gusta”  en una publicación de Facebook, fuera del horario laboral y en su ámbito privado.

Y ya no digamos cuando ese país “ejemplo” de libertades, prohíbe -¡incluso  con penas de prisión!- el uso del burka como expresión externa de las mujeres que profesan la  religión musulmana. 

Y de regreso a España, y a la convivencia con esos nuestros conciudadanos con la azotea supuestamente desajustada, los que en teoría aún creemos que estamos cuerdos, al menos en esto del respeto a los demás, no es raro que entendamos algunas sentencias como  de  incitación al odio, a la violencia, al asesinato.  Y si se hace en pública concurrencia, sin arrepentimiento y reiteradamente, no cabe duda que al menos, de atenuantes, res de res. 

Y tampoco debe importarnos que nos llamen fachas  y demás.  Realmente los nazis españoles, los que siguen clamando por una raza superior, diferenciada de la diversidad de culturas que integran el espacio nacional, son otros.  Los otros. Esos mismos que nos denunciarían si en esta mal entendida libertad de expresión, los calificáramos de eso que –en el caso de ellos- no sería insulto ni vejación, sino simplemente una presunta realidad.  

Y es que el problema lo tienen y son ellos, no nosotros.

PUBLICADO EL 4 DE OCTUBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.