6.435.000

No son ni euros ni pesetas. Tampoco el número de catalanes que apoyan a los independentistas. No. Simplemente es el número de horas extraordinarias que hacemos los españolitos en una semana. Vamos, que si las dividimos por cuarenta, tendremos el número de parados que podrían dejar de estarlo.

Más de ciento sesenta mil puestos de trabajo que se pierden por el hecho de permitir las horas extraordinarias. Y muchas de ellas, según las estadísticas, ni se cobran ni se recuperan. Y las que se mal pagan. Y las que no se declaran. Y las que …

Y estos ciento sesenta mil puestos de trabajo que se han perdido conllevan que el papá Estado pague subsidios de desempleo y deje de ingresar cuotas y demás ingresos a la SS. Vamos, un fraude de patronos y productores y una pérdida para el sistema estatal.

Y si hay que buscar culpables, aquí van todos. Los empresarios por obligarlas o dejarlas hacer. Los sindicatos por permitirlas o no denunciarlas. Los políticos por mirar hacia otro lado. Y los empleados, pues depende. Depende si ellos se aprovechan de ganar un poco más, o si les obligan y se someten basta no perder el puesto de trabajo.

Y es que Sánchez, sabe mucho -al menos tiene un doctorado-. De momento, en uno de estos viernes sociales obliga a los empresarios que los empleados fichen. Y van los patronos y se quejan. ¿Acaso tienen algo que ocultar?

¿Y qué dice la administración? Porque hasta ahora cuando se habla de abusos laborales siempre pensamos en las empresas privadas, pero la realidad es que en la pública también debe pasar, digo yo. ¿O es que no hay personas que rigen los destinos de otras? Porque al fin y al cabo, los culpables son las personas no las máquinas. Vamos que de abusos no se libra nadie. Que en lo público, tanto es empresario uno de derechas como de izquierdas. Y hay buenos y malos en cada bando. ¡Como si las dictaduras sólo tuvieran un apellido!

O la dejadez, que es peor. Sino que se les pregunte a los funcionarios y asimilados que aún no han recuperado la paga extraordinaria que en tiempos de Montoro se les arrebató y que a día de hoy, aún no la han recuperado del todo, ya que decreto tras decreto, y por los siglos de los siglos, sigue menguada. Y eso que hemos pasado de un gobierno de derechas a uno de izquierdas.

Y ya pensando en voz alta, si en vez de jornadas de cuarenta horas semanales, partiéramos de unas treinta horas semanales, ¿cuántos puestos de trabajo se podrían crear?

Vamos, que sigo borracho o peor aún, soñando.

PUBLICADO EL 28 DE MARZO DE 2019, EN EL DIARIO MENORCA.

VOTO ÉTICO

Sin duda, oiremos –ya se oyen- llamamientos  al voto útil.  No es nuevo.  Aparece en cada llamamiento electoral y perdurará por los siglos de los siglos.  Al menos, mientras el sistema electoral esté diseñado como lo ha venido estado siempre.   Lo de “una persona, un voto” no cuela.  No es lo mismo votar en Soria que en Madrid.  

Como tampoco es lo mismo viajar desde Menorca, que desde Palma y mucho menos desde Madrid.  Vamos, que el “divide y vencerás” aquí sí que cuela.  O no.  Vaya uno a saber.  Dividen a los electores sí, pero los políticos siguen con la misma política en cuanto al transporte, sean de derechas como de izquierdas.  Vamos, que las aerolíneas hacen su agosto incluso en febrero, gobierne quien gobierne.

Empieza la precampaña y el Gobierno de Sánchez utiliza el Consejo de Ministras para seguir con sus planes de subir a los altares.  Los “viernes sociales” -como así se les ha tildado- tienen algo de bueno.  Una carrera contrarreloj para devolver usurpaciones del pasado.  No obstante, con las eléctricas siguen el compadreo de siempre.  No impiden una nueva subida, por aquello de no ser calificados de “electoralistas”.  Toma ya.  Y tan panchos.

Ante el escenario que nos espera, en el que el PSOE de Sánchez estará dispuesto a indultar a los anti-demócratas independentistas y a venderse a éstos para mantener el poder, en el que el PP de Casado se escora hacia la extrema derecha y pide a Vox que no se presente en las provincias más pequeñas, en el que Ciudadanos no pasa por su mejor momento y sin nombrar al personalismo de Podemos, aparece  la pregunta que muchos españoles se harán, ¿a quién votar?

Da la sensación  de que cuando votamos, más que elegir a quien queremos que durante cuatro años dirija nuestra suerte, lo que estamos haciendo es castigar a quién no queremos que nos mande.  En vez de elegir, lo que hacemos es descartar.  Cerramos puertas, castigamos acciones u omisiones, y dejamos nuestro futuro otra vez al azar y al libre albedrío de personas que en muchas ocasiones, posiblemente ni se lo han ganado ni se lo merecen.

Si existe la Banca Ética y el Comercio Justo ¿por qué no hablar del voto ético?  Para ello, o bien se tendrían que votar personas en vez de partidos, o simplemente crear un partido formado por personas íntegras, sanas, con conocimiento y con humildad.  Costaría encontrarlos, está claro.  Y  más costaría el convencerlos. 

Nos sorprenderían los resultados, y como no, sus decisiones. 


Vamos, que o estoy borracho o estoy soñando.

PUBLICADO EL 21 DE MARZO DE 2019, EN EL DIARIO MENORCA.

ÉL, ELLA Y YO

¡Hay que ver cómo se pone el patio cuando la cuestión de la nómina entra en juego! Las últimas semanas más que preelectorales parecen prebélicas. Y aún nos quedan meses en las que aguantar las vociferantes estrategias de unos y otros. El más y peor llenarán hojas y horas en los medios de comunicación. Y nosotros, los borregos de siempre, nos enzarzaremos en las estériles disputas de siempre y sin oficio ni beneficio.

El ya institucionalizado 8M fue un éxito por parte de las mujeres. Ya es hora que se unan –y que nos unamos también los hombres- para desterrar las desigualdades que nunca tendrían que haberse producido. Pero aunque haya sido un éxito debo expresar mi sorpresa. Lo ilógico sigue gobernando nuestros días y como no, nuestra ignorancia.

El 8M paró la sociedad y salió a la calle. Pues sí, salió a la calle, sí. Pero no paró. Pararon precisamente las iguales. Pararon l@s polític@, estudiantes y l@s funcionari@s. Me asombra ver en las manifestaciones la presencia de los políticos que dirigen el cotarro local y estatal. Sobre todo el estatal. ¿Qué puñetas hacen l@s polític@s en una manifestación? ¿Por qué no aprovechan el tiempo y en vez de manifestarse, se dedican a legislar y dictar leyes a fin de que desaparezca esta desigualdad entre géneros?

¿No será que mientras existan las desigualdades existirán las protestas y con ellas, las promesas de que si los votan, lo solucionarán? Al menos, en este punto, las borregas y los borregos, estamos igualados.

“Él vuelve” venía a ser la consigna. Y como siempre, se equivocan y rectifican. Ya es retórico. Por el mismo precio son noticia dos veces y además con el consabido “rectificar es de sabios”. Y claro, como “Él” rectifica, “Él” es sabio. Y las borregas y borregos seguimos creyendo que “Él” nos salvará y nos llevará al paraíso. Un “Él” con mayúsculas y un “paraíso” en minúsculas.

¿Y quién es ella? Podría ser cualquiera, como también lo podría ser él. Me quedo con la versión de uno de los videos que estos días circulan por la red. “Si hoy las mujeres pararan, se pararía el mundo. Si mañana lo hicieran los hombres, también se pararía el mundo. Si pasado paran ambos, seguiría parándose el mundo”.

¿Por qué no nos ponemos en marcha para que quienes cobran para hacer una sociedad más justa, cumplan con su cometido?

Mientras exista el “Yo” y el “Él”, no habrá igualdad. Ellas y ellos son quienes viven para y por la desigualdad.

Habrá que tenerlo en cuenta a la hora de votarl@s éticamente.

PUBLICADO EL 14 DE MARZO DE 2019, EN EL DIARIO MENORCA.

TEMPOREROS

Mentiría si dijera que cada día me sorprenden más las ineptitudes de nuestros políticos. Y mentiría porque creo que ya hace tiempo que han alcanzado mención honorífica en esta área. Ya son varias las ocasiones en que observo como los políticos de turno se aprestan a preocuparse por habilitar viviendas donde cobijar a los trabajadores temporeros que vendrán a trabajar durante el verano. Y se quedan tan campantes.

Pues muy bien. Supongo que la necesidad de que vengan de fuera de la isla, será porque el empresario no encuentra trabajadores nativos al haber desaparecido el desempleo. Pero no. Se ve que las políticas económicas de empleo que tan buenos resultados hemos tenido según se dice con el PP y con el PSOE, no han dado sus frutos. No, porque la tasa del paro no es del cero por ciento.

El político puede ser inepto, pero no tonto. Y eso nos lo demuestran continuamente. La respuesta será que en la isla no se encuentran trabajadores cualificados para ejercer dichas profesiones. Vamos, que los ignorantes somos nosotros. Y nos lo dicen a la cara y nosotros tan contentos.

Y más que ineptos, creo que ya son irresponsables, vagos y demás calificativos puedan dárseles a quienes cobran por no hacer nada. Nada no, peor aún, por hacerlo lo más pésimo posible.

Si las políticas de educación y formación en vez de centrarse tanto en el tema del idioma y en la paz laboral de los profesores y asimilados, se dedicaran más a estudiar las necesidades formativas en cuanto al futuro laboral que se necesita en las islas, tal vez sí que habría más personal nativo cualificado. Y si además, las políticas de trabajo hicieran posible una equidad en los contratos y horarios de las profesiones turísticas con las del resto, tal vez había más candidatos a cubrir ciertos puestos de trabajo.

Mucho hablar de explotación y de feminismo, mucho hablar de derechos de los trabajadores, igualdad y demás, y lo único que están consiguiendo con la llegada de los temporeros es que se mantenga la explotación laboral con jornadas excesivas, aumenten los accidentes y el estrés laboral, el mantenimiento de la tasa de desempleo de los que viven todo el año en Menorca y por supuesto, encarecer el acceso a una vivienda digna.

Vamos, que estos políticos que se dicen de izquierdas, lo único que han hecho con su forma de hacer política ha sido seguir el juego al empresario, fomentar la precariedad laboral y encarecer el acceso a la vivienda.

Ah!, bueno eso sí, intentar que nos creamos catalanes.

PUBLICADO EL 7 DE MARZO 2019, EN EL DIARIO MENORCA.