Cuando llegan estas fechas uno se
vuelve más sensible. En mi caso, esta
sensibilidad se vuelve
desconfianza. Uno ya duda si es
porque el día de los Santos Inocentes está por llegar o porque la experiencia
acumulada no hace más que hondar en ello.
Podría referirme a muchas
cuestiones. Desde la Lotería de Navidad
en la que todos nos abocamos y es la que menos beneficios deja al participante
y ya no digamos de las participaciones en la que –aunque no salga premiado- la
ganancia segura es para el depositario, a la llamada Navidad del pobre.
Me resisto a participar en la
propaganda encubierta de ciertos establecimientos de alimentación en la que
incitan a la solidaridad de sus clientes para que donen algunos alimentos en
estas fechas. Y me resisto porque lleva el mismo patrón que el recargo del que hablaba en el párrafo
anterior de las participaciones de la lotería.
El cliente solidario paga a precio de venta su solidaridad, mientras el
establecimiento va acumulando beneficio por aquel aumento de compra. ¿Por qué no venden los productos que se donarán a precio de
coste? O mejor aún, por debajo del precio de coste. De esta forma el establecimiento también
participaría solidariamente. ¡E incluso
seguro que desgravaría!
Te llamarán de ONGs para una
aportación extraordinaria para estas fechas.
¡Pero si ya no llegarán a tiempo para la Navidad! Te viene a la memoria aquellas recolectas que
se hacía en los colegios y el comentario de que dado que el transporte
encarecía el traslado a los países pobres, los productos se vendían en España
para poder entregar el dinero a sus destinos.
Piensas que poco ha cambiado la situación: la carestía del transporte y
como no, la estrategia de vender a bajo precio. ¿Por qué no pedían directamente dinero?
Las compañías de telefonía
habilitan un número al que, si mandas un sms,
parte de su coste se destina a una fundación. Igualito con la recogida de productos
alimenticios. Vamos, ahora sólo falta
que vengan las eléctricas y te vendan arbolitos de navidad con sus luces para
que ilumines la Navidad de los necesitados.
Y luego vendrá el invento de las
rebajas para acabar de liquidar el presupuesto doméstico. O para endeudarlo aún más. Aunque en esto de los presupuestos mejor no
abrir boca.
No abrir boca, porque está aún
demasiado reciente los pluses a altos cargos
podemitas aprobado por el Govern de Francina Armengol.
¿Será el espíritu navideño o la
solidaridad con el resto de pueblos de las Españas?
Bones Festes a tothom!
PUBLICADO EL 26 DE DICIEMBRE DE 2019, EN EL DIARIO MENORCA.