Segundo domingo
de confinamiento y estás sorprendido por el grado de civismo de la
ciudadanía. Nunca hubiera pensado que el
sentido común y la responsabilidad de los ciudadanos ante una crisis tan acentuada como la que
estamos viviendo fuera de matrícula de honor.
Aplausos a todo aquel colectivo liderado por la sanidad con sus
médicos, enfermeros, auxiliares, celadores, técnicos, servicio de limpieza,
mantenimiento y demás, y al que les siguen como no, las FCSE y las FFAA, los
trabajadores en los servicios esenciales como son las empresas de alimentación,
transportes y mensajería, comunicación y
telefonía, y tantos otros trabajadores que estos días intentan con su esfuerzo
y tesón disminuir en la medida de lo posible la incidencia de este obligado
confinamiento del resto de los ciudadanos.
Aplausos para nuestros hijos y para sus profesores que han sabido
mantener la rutina de su día a día de estudio en estas circunstancias tan duras
para los primeros. Por su
responsabilidad ante esta crisis y la aceptación de unas normas en una edad
preeminentemente antisistema.
Aplausos para todos quienes día sí y día también los brindan desde sus
balcones a todos quienes se lo merecen, y a todos aquellos que con sus ingenios
y su humor nos hacen más llevadera esta obligada cuarentena.
Caceroladas como no podía
ser menos, al ex Rey, por las supuestas mordidas y dinero en bancos
extranjeros. Cabría sin duda una
investigación de su reinado, su gestión
antes y después del 23-F, la retirada de sus prebendas y honores que aún pudiera
ostentar y como no, de una restructuración de todo lo relacionado con la
Jefatura del Estado.
Caceroladas contra quienes
con ocasión de las noticias sobre los negocios ocultos del ex rey, intentarán
sacar políticamente rédito de ello y desviarán sus misiles contra el actual
Jefe del Estado.
Caceroladas contra la soberbia
del presidente del Gobierno y por su
tardanza en la toma de decisiones para atajar la crisis sanitaria y económica
del coronavirus. Y contra Pablo Iglesias por saltarse su confinamiento
y por la búsqueda de protagonismo ante las cámaras.
Caceroladas contra los
líderes independentistas catalanes que sin rubor alguno, muestran públicamente
su parte fascista en las redes.
Caceroladas como no,
contra aquellos pocos ciudadanos que incumplen las normas de confinamiento y de
respeto hacia los demás.
Caceroladas contra el sospechoso eslogan de que “este
virus lo paramos unidos”. ¿No podría haber sido “este virus lo
paramos juntos”?
PUBLICADO EL 26 DE MARZO DE 2020, EN EL DIARIO MENORCA.