DECLARACIÓN RESPONSABLE

Nuestros gerentes son la pera.  Digo gerentes –y no políticos- porque es lo que ellos pretenden ser.  Entienden al Estado –y a sus demás formas administrativas- como una empresa particular en la que ellos son sus máximos administradores.

Sus debilidades pasan a ser nuestras carencias, y sus fallos se convierten en nuestras penalidades.  Confunden términos y terminan confundiéndonos a todos.  En vez de poner los mecanismos para hacer una administración ágil, atajan agilizando los trámites administrativos.  Y se quedan tan panchos, como si  pudieran sumar huevos con caracoles.  Y es que en eso de inventar términos, matrícula de honor.

Cambiaron el arresto domiciliario por el confinamiento, el toque de queda por la limitación horaria  de movilidad, la separación por el cese temporal de convivencia;   ahora solo faltará que nos digan que algunas niñeras son cargos de confianza a cargo del presupuesto de Igualdad.

Y para agilizar este entramado que es la administración, en vez de poner las pilas a los funcionaros  y cubrir  las plazas vacantes en las plantillas –en vez de contratar tanto  asesor inútil-, el gerente de turno inventó la mal llamada “declaración responsable” al más puro estilo de la antigua “declaración jurada” de tiempos pretéritos.

¿Pero cómo exigir una declaración responsable si el sujeto es un irresponsable?  Jurídicamente lo justificarán con que la omisión a la verdad –no mencionarán  el término “mentir”- será una falsificación de documento público y penada por la ley.  Y allí es donde entrará en juego la interpretación de la omisión, si es que se llega a descubrirse y los fiscales llegan a hacer su trabajo.  Y uno se pregunta, si inventan la mal llamada “declaración responsable” para agilizar trámites ¿creen ustedes que van a destinarse funcionarios y tiempo en comprobar que éstas se ajusten a la verdad?

Ya lo dice el refrán  hecha la ley, hecha la trampa”.  Nos la encontramos en la declaración responsable de guardar cuarentena como suficiente garantía de que el virus no entre.  También lo encontrábamos en la forma de cobrar las dietas por asistencia a comisiones en el Parlament.  Etc.

¿Llegará el momento en que en vez de los antecedentes penales, se pedirá una declaración responsable de carecer de ellos?  ¿Será  necesario el certificado de penales para ser político?  Aunque no lo creo, porque algunos mienten hasta en el currículum, copian en los exámenes y hurtan en los supermercados…

Con exigirles un poquito de ética, ya debería ser suficiente.


PUBLICADO EL 11 DE FEBRERO DE 2021, EN EL DIARIO MENORCA.