Culpábamos a Franco de que siempre fuéramos por detrás de Mallorca e Ibiza. ¡Y todo por haber sido la única isla que permaneció leal a la república! Pero ahora, cuando muchos sueñan con una nueva república, resultará un poco difícil creérselo. ¿O acaso Francina, nuestra jefa y amiga sumisa de Pedro Sánchez, sigue aún aquellos dictados y por eso nos mantiene en segundo plano?
Serán los genes de los mallorquines, pienso yo. Y más que de los mallorquines, de los palmesanos, añadiría. La doble insularidad la pagamos y la padecemos en cada Informatiu Balear, en cada BOIB, en cada cosa que ocurre.
Llega uno a pensar que lo bueno solo pasa en Mallorca y que lo malo pasa en Baleares. O al menos así nos lo está haciendo entender el gobierno de Francina con el tema Covid. Y se ríen de los menorquines a la cara. Nos pasan al nivel 2 cuando no les queda más remedio, pero mantienen casi las mismas restricciones que en el nivel 4. ¿Acaso no nos merecemos algún caramelo si hemos hecho bien los deberes? ¿O es que la clase continúa castigada?
Y si Francina es amiga sumisa de Pedro, Susana lo debe ser de Francina. Vamos, la propiedad transitiva al completo sólo para mantener el puesto seguro. ¿Y dónde está la autonomía en el partido socialista?
Con el tema Covid hemos aprendido a marchas forzadas en algunas cuestiones, como el teletrabajo, las clases online, las prevenciones en la salud, pero hemos seguido desaprovechando los beneficios de esta doble insularidad. Hemos desaprovechado el control estricto de las puertas de entrada y así, poder vivir una nueva vieja normalidad. Vamos, podríamos ser la isla balear más segura de todas, pero claro, ¿qué diría Mallorca de ello? ¿Qué dirían los hoteleros mallorquines si se abren las puertas de Menorca a un turismo seguro y a ellos se les siguen manteniendo con los ERTES?
¿Necesitamos independizarnos de España para lograrlo? ¿Necesitamos independizarnos de Mallorca? ¿O solamente necesitamos dar un golpe sobre la mesa y sacarles los colores a los gobernantes?
El problema no es la pertenencia a España, sino la dependencia de Mallorca y a los políticos sumisos. Son dos los cordones que hay que cortar: Mallorca y partidos nacionales. Necesitamos pues a un partido independiente –no independentista- que pueda ser útil tanto al gobierno de Madrid, como al gobierno balear –y de paso a Menorca-. Y luego, que nuestros representantes no se vendan por cuatro sobrasadas –ni por cien mil-.
Sólo así se hace país. Y de verdad.
PUBLICADO EL 4 DE MARZO DE 2021, EN EL DIARIO MENORCA.