COVID, BULOS Y DEMÁS

 

Estamos acostumbrados a identificar como bulo a todo aquello que en cierta manera distorsione la versión oficial de una cosa.  Entendemos como versión oficial la que emana de los poderes públicos y de sus medios de comunicación afines.  Así, si alguien osara publicar que las empresas fabricantes de lentillas han presionado al Gobierno para que mantenga el uso obligatorio de la mascarilla con el  fin de mantener el aumento de venta de lentillas durante la pandemia, muchos de nosotros tildaríamos dicha noticia como bulo.

Lo curioso del caso es que a la inversa no se da.  No se da, o cuesta que nos demos cuenta de los bulos, las mentiras, los engaños de los que somos víctimas por parte de estos mismos poderes públicos y sus medios de comunicación afines.  Y  con la Covid, no digamos.

El personaje más destacado todos lo tenemos en mente cuando anunció a bombo  y platillo que de mascarillas, nada de nada.  Y pasamos de casi prohibirse que se usaran, a sancionar a quien no la portara encima incluso para ir al baño. Vamos, que nos la metieron bien doblada. Eso sí, la excusa del momento fue la falta de información en el “mundo mundial” sobre el tema.

Y siguieron y siguen todavía.  Con los trombos –presuntos y supuestos- que ha provocado y sigue provocando la vacuna Astrazeneca nos ha pasado otro tanto de lo mismo.  Los supuestos expertos que aúpan al Gobierno siguen negando cualquier relación de la misma con las muertes, mientras al mismo tiempo se publica la noticia de que se ha detectado que la proteína FP4 es la causante de la trombocitopenia trombótica.  Ah, eso sí, añaden los fieles al poder que es más peligroso tomar  la Aspirina,  que lo sepan.

Lo último sacado del horno es otra de estas galimatías dignas de Antonio Ozores, por cuanto nuestro Gobierno insiste en que todos los vacunados deben seguir portando obligatoriamente la mascarilla porque la vacuna no evita que puedan contagiarse ni que puedan transmitir el virus, y a la vez se acoja al pasaporte de vacunación –técnicamente Certificado Verde Digital- para que quienes lo posean puedan entrar en España sin pruebas de detección ni cuarentenas.  Vamos, que podrán entrar libremente portando virus –y con sus variantes incluidas- al territorio patrio –como estila llamar a España nuestro invicto presidente Sánchez Pérez-Castejón-.

Ahora sólo faltará que nuestra también invicta y muy honorable jefa balear decrete poder abrir las terrazas hasta las veintitrés horas, pero mantenga el toque de queda a las veintidós.

 

PUBLICADO EL 22 DE ABRIL DE 2021, EN EL DIARIO MENORCA.