LA MALDAD NUNCA PIERDE

Hoy soy optimista y he frenado la negatividad del título. Peor hubiera sido decir que la “maldad siempre gana”…, vamos como aquello de “la banca nunca pierde”, siempre tan de moda -y ahora más-.

Y es que la semana pasada fue un tanto provocadora. Por un lado, los que celebraron el aniversario del 15-M, dibujándonos un escenario cuando menos irreal. Y es que los ilusos que se tiraron a la calle pensando acabar con la vieja política, o bien se han hecho políticos con casta o bien siguen sin dar palo al agua. Y el resto, pues eso, vivir de la nostalgia.

Y hubo más. Por fin habló la justicia y regañó al Gobierno de Sánchez Pérez-Castejón por abusar indebidamente de decretos y leyes para entrar a algunos indebidos en el CNI. Y lo hizo, como viene siendo habitual, tarde. Aunque ya se sabe, una justicia que llega tarde, no es justa.

Y otros que parece que tampoco son demasiado justos, son quienes desde el PSOE quieren expulsar de militancia a Joaquín Leguina y a Nicolás Redondo. Me viene a la memoria el supuesto comentario que Franco hizo cuando ETA mató a Carrero Blanco: “no hay mal que por bien no venga”. Pues eso, da la sensación que a Sánchez Pérez-Castejón le ha ido bien perder en Madrid. De un plumazo se quita al soso de Gabilondo y pasa factura a la no libertad de expresión de Leguina.

Y podríamos seguir con el ministro juez o el juez ministro de Interior. Vamos, que tras el varapalo de otro juez con el tema del cese del Coronel Pérez de los Cobos, ahora no mueve pieza para investigar posible presencia de “bukaneros” en la seguridad privada de quien, como en el caso de los matadores de toros, se ha cortado la coleta. Sin duda, uno más en el currículum de amplio abanico. Por cierto, su agenda aumenta.

¿Y saben por qué la maldad nunca pierde? Porque mientras la bondad tiene que luchar para mantenerse a flote, la maldad no tiene por qué ejercer fuerza alguna. Un inocente, por muy bien que le vaya ante un tribunal, sólo conseguirá lo que ya era: inocente. En cambio, al delincuente, por muy mal que le vaya, sólo conseguirá que se haga justicia, y que como máximo se le castigue por lo que ha hecho.

Imagínense si el delincuente llega a tener un poco de suerte…., pagará menos de lo que le tocaría. Y ya no digamos si el inocente, llega a tener un poco de mala suerte…, vamos que le toca pagar el pato, la pata y el paté.

Lo dicho, la maldad nunca pierde, y a veces, incluso gana.

La bondad, no siempre.

PD. Y de la corrupción por el caso Azud, ¿nadie habla?


PUBLICADO EL DIA 20 DE MAYO DE 2021, EN EL DIARIO MENORCA.