NEGACIONISTAS

Hoy, aunque el título pueda inducir a error, no  voy a hablar ni de vacunas ni de vacuno, sino de algo aún más delicado.  Negar lo evidente es un acto de debilidad.  Y la debilidad mal gestionada es un peligro público, y más aún, cuando el garante de este orden público, de este bien colectivo, es quien de forma enfermiza –y a sabiendas- miente.

Miente el gobierno Sanchista-comunista al negar que el régimen castrista sea una dictadura. Tiranía, autoritarismo, dictadura son lo mismo, señores lameculos de Sánchez y de Podemos. No por mucho negarlo, no por  tener mayoría en el Congreso, el gobierno de Cuba va a ser más o menos democrático, sino todo lo contrario. Hitler empezó así, con la aprobación en su parlamento.

Franco inventó la “democracia orgánica” y nadie duda que aquella “democracia” fuera una dictadura.  Y ustedes, señores Sanchista-comunistas, sucesores de Zapatero,  de la revolución de octubre del 34 y del Frente Popular del 36, así como  de los ideólogos  de los países del Este, por mucho que lo nieguen, intentan llevarnos, democráticamente eso sí –y con engaños, también- a un Estado totalitario, unipersonal, sin separación de poderes y dudosamente garante de las libertades de todos, todas y todes sus ciudadanos/as/es.

Y la realidad es la que es.  Un Gobierno que, a sabiendas, nos tuvo durante meses en un ilegal y anticonstitucional arresto domiciliario.  Un Tribunal Constitucional que tardó más de un año en manifestar esta ilegalidad. Un proyecto de Seguridad Nacional que nos movilizará y embargará por el simple deseo del omnipotente presidente del Gobierno.  Y claro, Cuba no es una dictadura.  Marruecos tampoco.  Ahora le falta añadir, que España, tampoco.

El pacto del Tinell es una de estas hojas de ruta que guían a Sánchez Pérez-Castejón en su visita diaria frente al espejo.  El mismo que guió a Zapatero y a Pascual Maragall –precursor del debacle secesionista-.  Y esta es la realidad y no otra, por mucho que lo disfrace el gobierno y sus fuentes afines.  No hay ni habrá pactos con el centro derecha porque el Pacto del Tinell -firmado por los socialistas- lo prohíbe.  Ni poder judicial ni ostras en vinagre. No es no.

Un gobierno que de negar, niega incluso la independencia de los jueces –y eso que tiene varios a sueldo en el Consejo de Ministros/as/es-.  Niegan todo, excepto lo bueno que son.  Y lo siento de verdad, por los socialistas.  Que una cosa es ser socialista, y otra muy distinta, un lameculos sanchista.

Y para eso, aún no  existe vacuna.


PUBLICADO EL 21 DE JULIO DE 2021, EN EL DIARIO MENORCA.