En el mes
de junio del año pasado escribí “¿Autocaravanas? No, gracias”. En dicho escrito alertaba de la creciente
masificación de vehículos en los ya saturados aparcamientos de la isla, y sobre
todo del creciente aumento de la presencia de las autocaravanas en estos
aparcamientos preferentemente de playa, y con una mayor ocupación de espacio con
relación a los otros vehículos. Vamos,
que la redistribución del suelo no era muy equitativa entre todos los usuarios.
Durante el
verano pasado se observó un efecto “llamada” de estas nuevas viviendas en suelo
público, dato éste que se ha visto corregido y aumentado en el verano 2023 que ya
se acaba. Y como suele ser habitual, sin
que la administración competente actúe.
Bueno sí, lo de siempre: Que no
está regulado, que una cosa es acampar y otra estacionar, que no se han
presentado denuncias, que hay escasez de personal para controlarlo, que hay
problemas de viviendas, que lo estudiarán….
Año tras año la misma canción. Y
mientras, ellas campan y acampan a sus anchas.
¿Se
imaginan una tienda de campaña en plena plaza des Born o en la plaza de la
Explanada? ¿O cincuenta? Seguramente si
fuera una tienda, la retirarían. Si
fueran cincuenta eso ya sería otra cosa. ¿Se acuerdan de la acampada del 15-M?
Pues eso.
Y faltan a
la verdad cuando nos dicen que no está regulado. Ya lo dice la norma que la ignorancia de la
ley no excusa de su cumplimiento. Lo
otro ya es más serio. ¿Sería una
prevaricación? Y no hace falta ir muy lejos, no. Basta consultar las ordenanzas de los
ayuntamientos y encontrar el artículo mágico que prohíbe incluso el
aparcamiento de las autocaravanas en la vía pública. Ya no entra siquiera en el tema de aparcar o
acampar. No. Algunos, en su día, fueron más listos y ya
previeron la laguna, enredo más bien, que algunos quieren exhibir por bandera.
Así, el
ayuntamiento de Ciutadella en el artículo 71 de su ordenanza prohíbe expresamente
el estacionamiento de autocaravanas en su vía pública. El de Mahón, en su artículo 39. El de Es Mercadal en su artículo 45. El de Sant Lluis, en sus artículos 26 y 29. Y de ser necesario para clarificarlo a algunas
mentes, siempre pueden hacer un informe jurídico que lo avale. Y es que siempre encontrarán a alguien que lo
interprete de la forma querida. Y
también de la contraria.
Ahora sí,
la voluntad ya no es cosa escrita. Es
cosa de cada uno. También de los
intereses particulares y del sector, y como no, de las presiones de los lobbies
de la cosa.
PUBLICADO EL 14 DE SEPTIEMBRE DE 2023, EN EL DIARIO MENORCA.