La noticia de que un niño catalán ha contraído la
difteria al no encontrarse vacunado por decisión de sus padres, ha hecho saltar
todas las alarmas. Responsabilidades,
derechos y obligaciones están al orden del día en los corrillos tertulianos. Y en los del bar, que allí también se arregla
el mundo. O en la plaza asamblearia,
dentro de poco.
Sin duda, todos los posicionamientos tienen sus
argumentos, y algunos no faltos de razón. Y otros, sobrados de ella. Aunque el derecho del menor a estar vacunado,
o lo que es lo mismo, a la protección de su salud, debería primar sobre todos
los demás. Incluso en la decisión de
los progenitores.
También es verdad que este genérico término de protección a la salud también se las trae. Se las trae y se las desea. Y más en tiempos de crisis, cuando algunos
han querido hacer negocio con todo lo que lleve el nombre de público, o sea, la
sanidad y la enseñanza, por ejemplo. Y
los medios de comunicación, tanto públicos como privados.
El intento de privatizar la sanidad, o lo que es lo
mismo, el intento de supuesta venta de hospitales públicos a presuntas empresas
familiares, lo dice todo. Presuntos y supuestos, que quede claro. Pero eso es otra cosa, dirán. Pero los recortes, no son otras, sino las
mismas. Que una cosa es no despilfarrar
y otra, recortar.
Despilfarrar por ejemplo, es comprar excedentes a
punto de caducar, y fomentar una alarma para la vacunación masiva de la
población, para contentar a laboratorios y farmacéuticas. Recortar es eliminar del sistema público
algunos tratamientos. Discriminar es que
la cartera de servicios comunes del sistema nacional de salud, permita otros
servicios propios para diferentes territorios de la geografía nacional.
Y hablando de difteria, ¿por qué no recuerdan a la
población la conveniencia de vacunarse a los 40 y 60 años?
Y ya entrados en interrogantes, uno se preguntará por
la tan cacareada vacuna antigripal ¿la fomentan para beneficiar la salud o para
evitar mayores colapsos en la sanidad y reducir costes? ¡Y eso que siempre se
nos recuerda que la cepa anual es distinta de la que se nos vacuna!
PUBLICADO EL 11 DE JUNIO DE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.