No hay vez que el gobierno de turno nos haga un regalo, que detrás no venga algún varapalo. La cosa empezó cuando de tanto en tanto, el gobierno autónomo de turno nos regalaba un cheque de ochenta euros si comprábamos un electrodoméstico de los llamados de bajo consumo. Lo último ha sido ya más generalizado y aparece en escena cuando pocas fechas antes de la periódica subida de la electricidad, el ministro del ramo nos regala una bombilla.
Una cosa venía relacionada con la otra. Recibías un vale para recoger una bombilla, y a los pocos meses, subida inminente de la electricidad. Lo que nunca has entendido es el porqué el consumo de la electricidad la cobra la empresa eléctrica y las bombillas las suministra el ministerio de Industria, a través del Instituto de la Diversificación y ahorro de la Energía.
Y claro, la respuesta también era fácil. El gobierno autoriza la subida, y para acallar comentarios, nos soborna con una bombilla. ¡Con lo fácil que sería sobornarnos con la no subida de la electricidad!.
Pero el negocio es el negocio. La electricidad tiene un coste, y más si ésta se la compramos a Francia, por ejemplo. Y es que en España no producimos por aquello de los impactos visuales y ecológicos. Y uno vuelve a preguntarse, sin parar a pensar en las centrales nucleares por aquello del qué dirán, pero sin en otras más renovables o sostenibles al más puro estilo de Rodríguez, ¿porqué no sembramos el campo de placas solares y aerogeneradores? ¿Quién puede oponerse a una energía limpia, barata y sin impacto para nuestro futuro?.
Y lo bueno del caso es que de haberlos, hailos. Y esto es algo que nunca nos lo han explicado ni las eléctricas, ni los gobiernos ni mucho menos los ecologistas. Y mientras unos hacen el negocio, los otros legislan subidas y los últimos cobran subvenciones, los españolitos de a pié e incluso los subidos en monopatín, pagamos las subidas para que presuntamente haya negocio para unos, para que presuntamente se subvencionen a otros, y para que presuntamente los ex – ministros del ramo, de tanto en tanto sean nombrados consejeros en alguna que otra empresa del sector.
Pero dejemos las presunciones y vayamos al grano. El gobierno de turno nos sube la luz que nos cobrarán en el primer recibo de 2011, y lo bueno del caso es que pagaremos con el precio nuevo lo gastado en los últimos meses del año 2010, eso sí, con el consentimiento del también gobierno de turno y del ministro del ramo. Y para más INRI, lo de las bombillas.
Y es que las bombillas se las han traído esta vez. El ministerio de Industria, Turismo y Comercio o la compañía eléctrica, quien sabe, te envía junto al recibo de la electricidad un vale para canjearlo por una bombilla, de las llamadas de bajo consumo, o lo que viene a pronosticar que pagarás igual, consumiendo menos. Vas a Correos y la recoges o simplemente no han llegado o se han terminado.
Y la anécdota aparece cuando la fecha de caducidad del canje está próxima y te manifiestan que puedes despedirte del vale de marras. Tu empecinamiento hace que te pongas en comunicación con el ministerio del sector y que desde allí te deriven al IDAE. Y tú que eras más sumiso que una monja de clausura, harto de que las incidencias se resuelvan por la intensidad de las protestas, te comunicas también con IDAE y éste te remite de nuevo a Correos. Y vuelta a empezar. En Correos te comunican que ¡eureka!, las bombillas ya han llegado. Aunque en la oficina nieguen que se encuentren en la misma.
Y te empecinas de nuevo, dejas la sumisión para otros, te armas de incidencias y sube la intensidad del momento. Al final, la profesionalidad y el buen hacer de la jefatura del servicio hace que el servicio público siga siendo lo que es, un ejemplo de servicio al ciudadano.
Una cosa venía relacionada con la otra. Recibías un vale para recoger una bombilla, y a los pocos meses, subida inminente de la electricidad. Lo que nunca has entendido es el porqué el consumo de la electricidad la cobra la empresa eléctrica y las bombillas las suministra el ministerio de Industria, a través del Instituto de la Diversificación y ahorro de la Energía.
Y claro, la respuesta también era fácil. El gobierno autoriza la subida, y para acallar comentarios, nos soborna con una bombilla. ¡Con lo fácil que sería sobornarnos con la no subida de la electricidad!.
Pero el negocio es el negocio. La electricidad tiene un coste, y más si ésta se la compramos a Francia, por ejemplo. Y es que en España no producimos por aquello de los impactos visuales y ecológicos. Y uno vuelve a preguntarse, sin parar a pensar en las centrales nucleares por aquello del qué dirán, pero sin en otras más renovables o sostenibles al más puro estilo de Rodríguez, ¿porqué no sembramos el campo de placas solares y aerogeneradores? ¿Quién puede oponerse a una energía limpia, barata y sin impacto para nuestro futuro?.
Y lo bueno del caso es que de haberlos, hailos. Y esto es algo que nunca nos lo han explicado ni las eléctricas, ni los gobiernos ni mucho menos los ecologistas. Y mientras unos hacen el negocio, los otros legislan subidas y los últimos cobran subvenciones, los españolitos de a pié e incluso los subidos en monopatín, pagamos las subidas para que presuntamente haya negocio para unos, para que presuntamente se subvencionen a otros, y para que presuntamente los ex – ministros del ramo, de tanto en tanto sean nombrados consejeros en alguna que otra empresa del sector.
Pero dejemos las presunciones y vayamos al grano. El gobierno de turno nos sube la luz que nos cobrarán en el primer recibo de 2011, y lo bueno del caso es que pagaremos con el precio nuevo lo gastado en los últimos meses del año 2010, eso sí, con el consentimiento del también gobierno de turno y del ministro del ramo. Y para más INRI, lo de las bombillas.
Y es que las bombillas se las han traído esta vez. El ministerio de Industria, Turismo y Comercio o la compañía eléctrica, quien sabe, te envía junto al recibo de la electricidad un vale para canjearlo por una bombilla, de las llamadas de bajo consumo, o lo que viene a pronosticar que pagarás igual, consumiendo menos. Vas a Correos y la recoges o simplemente no han llegado o se han terminado.
Y la anécdota aparece cuando la fecha de caducidad del canje está próxima y te manifiestan que puedes despedirte del vale de marras. Tu empecinamiento hace que te pongas en comunicación con el ministerio del sector y que desde allí te deriven al IDAE. Y tú que eras más sumiso que una monja de clausura, harto de que las incidencias se resuelvan por la intensidad de las protestas, te comunicas también con IDAE y éste te remite de nuevo a Correos. Y vuelta a empezar. En Correos te comunican que ¡eureka!, las bombillas ya han llegado. Aunque en la oficina nieguen que se encuentren en la misma.
Y te empecinas de nuevo, dejas la sumisión para otros, te armas de incidencias y sube la intensidad del momento. Al final, la profesionalidad y el buen hacer de la jefatura del servicio hace que el servicio público siga siendo lo que es, un ejemplo de servicio al ciudadano.
Consigues la bombilla de marras, y esperas ya más sumiso que los próximos recibos de la luz, sirvan para sufragar algunos gastos extras de nuestros mandatarios y algunas primas de los consejeros de las eléctricas.
PUBLICADO EL 2 ENERO 2011, EN EL DIARIO MENORCA