¿SALVAR A ESPAÑA O A LA MONARQUÍA?


O las dos juntas.  Que la economía de España está en estado crítico, nadie lo puede negar, y que la monarquía, como institución, más aún, tampoco.  Por eso no me sorprendió el último movimiento de piezas en el tablero.  La excusa siempre es buena, el motivo dirán.

La reaparición pública del monarca tras el periodo de baja laboral o de  incapacidad temporal transitoria, fue el momento adecuado para salvar a España.  O a la monarquía.  O a las dos.   Las interpretaciones que pueda cada uno hacerse al respecto, son sin duda la mejor respuesta al barómetro societal  y sin necesidad de acudir a los datos del CIS.

A la pregunta que podríamos  hacernos de por qué tardó tanto el monarca a llamar   al consenso para salvaguardar los intereses de los súbditos, no sabe no contesta. No sabe no contesta, porque la mayoría del votante de a pié, hace tiempo que pide unión, consenso, determinación.  No sabe no contesta, porque la mayoría del votante de a pié, hace tiempo que observa una especie de  inactividad, pasividad,  dejadez...., por parte de las instituciones del Estado en corregir  esta maltrecha economía.  Y tampoco es excusa que estuviera de baja, porque mucho antes de aquella cacería por lejanos territorios,  la sabana hacía tiempo que nos la habían prometido verdosa y húmeda.  Y ni verdosa ni húmeda.  Ni sabana tampoco.


Y es ahora, cuando uno ya quita las mantas, el nórdico o el edredón,  cuando la televisión pública abre sus puertas al monarca y entra por  las ventanas de nuestras casas para vender el producto.   A uno le falta la sintonía del NO-DO y alguna inauguración de pantanos, pero poco falta.  La conspiración judeo-masónica con Ángela Merkel  y los dirigentes del FMI, ya los tenemos en nómina desde hace años.  Y la literatura del género del Lazarillo de Tormes,  en los titulares del Mundo y del País.

Y de abdicación, nada de nada, que quede claro.  Tanto para los súbditos como para el heredero. La válvula de escape, la cortina de humo que podría desviar muy mucho los problemas de la monarquía, se esfuman.   Pero no.  El monarca juega fuerte y el enroque ha sido activado.

 La infanta seguirá siendo hija del titular de la corona.  El mensaje es claro.  El duque destinado a Catar y la princesa no imputada.  Y los amigos extranjeros del rey, ayudarán a España.  Y uno sigue preguntándose, ¿Por qué no se hizo antes? ¿Acaso no estábamos suficientemente hundidos? ¿O era la monarquía la que aún no había tocado fondo?

Por lo visto, la monarquía ha vuelto a ganar enteros gracias a  los presupuestos de la televisión pública.  O sea, nuestros dineros. 

¡Ahora sólo falta que la corona cotice en bolsa!

PUBLICADO EL 10 MAYO 2013, EN EL DIARIO MENORCA.