DEL INDULTO AL PEÑÓN

Ya finalizando agosto –el verano, al fin y al cabo- suele ser tiempo para hacer balance y proyecciones.  Normalmente estamos acostumbrados –en tiempos de Zapatero más- a presagiar  otoños calientes, y no precisamente en cuanto a tiempo atmosférico se refiere.

Y el verano, como balance, tampoco ha pasado desapercibido.  Coleaba la manta de Bárcenas sobre el horizonte, pero de momento, ésta no ha sido levantada del todo.  O si ha sido levantada, de momento  de polvo, nada de nada. O al menos, como en todas las casas, vamos.  Lo que si hubo fue un  indulto real, como la vida misma.  Y como siempre, la noticia fue dada a medias.  O los comentarios al menos.  Un pederasta fue indultado en Marruecos a petición de España.  O al menos esta fue la primera noticia.   La siguiente, lamentando y rectificando error, fue que de indulto nada de nada. Pero el pederasta no estaba solo.

Si de verdad los servicios secretos españoles nada tuvieron que ver con la solicitud de indulto, si de verdad fue un error de algún funcionario marroquí que juntó las dos listas, uno en su rincón se pregunta:  ¿Por qué no se anularon todos los demás indultos que iban en la misma lista que la del pederasta?  ¿Por qué no se explican los demás delitos cometidos por los otros supuestamente indultados por error?  Y más aún, ¿por qué ningún parlamentario que saltó en cólera por el pederasta, tampoco exigió el reingreso en prisión de las otras decenas de indultados?
El caso del indulto duró poco.  Una rectificación rápida del monarca alauí  permitió que la página se pasara rápidamente sin dañar en demasía la imagen de nuestro monarca en visita a tierras vecinas.  Y con numeroso séquito.  Y como aún había verano por delante, pues a eso que cambiamos de vecinos y nos vamos a Gibraltar.  Bueno, lo que es ir, pues no, porque la cola se alarga, y la espera desespera.  Y el peaje a la vuelta de la esquina.

Otro Perejil, como dirían unos.  Pero ni perejil ni nabos.  Un punto y aparte. Un basta ya a la vergüenza de que contrabandistas, traficantes y demás escoria de la sociedad se pasee delante nuestra sin que ninguna autoridad de su país los ponga a buen recaudo.  El lanzamiento de bloques de hormigón por esta misma autoridad, una provocación.  Y el control de la aduana, una responsabilidad y un derecho. ¡Faltaría más!.  ¿Por qué la oposición no se posiciona en defensa de los derechos españoles?

Y como somos más papistas que el Papa, nos remitimos a las autoridades europeas para que opinen y diriman las diferencias.  ¡Como si la experiencia anual en el concurso  de Eurovisión no nos sirva de experiencia!. Al menos habremos llegado a septiembre.  Un nuevo curso escolar nos espera.

TIL y demás siglas nos esperan a la vuelta de la esquina.  Nadie se ha  posicionado nunca por la carestía del material escolar y de los cada vez más caros libros de texto y el fracaso escolar.  Eso no parecía  importante.   Ahora, unas siglas, sí. 

La patronal avanza en su ruptura con la sociedad.  Quiere seguir recortando derechos a los trabajadores.  Lo hizo con los socialistas y ahora pretende hacerlo con los populares.  Y nadie es capaz de sugerirle  otro tipo de contrato a la patronal.  De sugerirle  un plan más atrevido.  Un plan comunitario.  O comunista mejor dicho.  Que el Estado expropie las empresas de estos insolidarios y que se haga cargo de las mismas.  Y que todos trabajen en ellas.  Y quien trabaje mal, o sea un gandul, o que vaya de listo por la vida,  se quede en el paro… indefinido.  Sin subsidio ni nada que se le parezca.

Y podríamos seguir defendiéndonos de tanta amenaza de unos y de otros. Podríamos seguir con la exigencia de que todo lo que presuntamente se ha ganado ilegalmente, con comisiones y demás, que se retorne.  Que todos los políticos que sean declarados corruptos y todos quienes los han corrompido, que entreguen lo ganado ¡y con intereses!.  Que desaparezca el mastodonte del Senado y de tantas vacaciones pagadas, con viajes y enchufes camuflados en representaciones familiares y visitas solidarias.  Y así, con toda la retórica que todos sabemos que en ningún momento ponemos en práctica.


Y a las malas, siempre llegaría un destierro en algún peñón perdido.  Aunque tal vez, siempre vendría acompañado de una lista, errónea claro, solicitando algún indulto. Real, claro.    Que  de virtual, ya lo tienen.


PUBLICADO EL 21 AGOSTO 2013, EN EL DIARIO MENORCA