Los titulares que acompañan las
noticias de los medios de comunicación, podríamos decir que tienen de vida lo
que el medio y los actores quieran darles.
Digo actores y no lectores, oyentes y telespectadores, porque el
receptor es el único que ni pincha ni corta en estos factores de la
comunicación. Es más, tampoco es la
duración de éste, sino el sentido que se de a éste. Vamos, que de su redacción, depende el subir
uno a los altares o bajar directo al infierno.
Tras la crisis catalana y el desfile
de testigos, y sobre todo de los
sediciosos –presuntos, claro- ante sede
judicial nos damos cuenta que o mienten ahora o mintieron antes. De decir verdad ahora–que en esta España de
derechos, se les permite legalmente incluso mentir-, mintieron antes. Y mintieron ante su público, ante todos
aquellos que creyeron ciegamente en sus palabras. Vamos, que si a unos les llamamos
embaucadores –presuntos, claro- a los otros, llamarlos cándidos sería lo más
suave que se me ocurre.
O mienten de nuevo ahora.
Y lo curioso es que no aparece
ningún titular en prensa, radio o televisión, ni en las redes sociales,
diciendo que los políticos huidos y alimentados presuntamente también, con los
impuestos de todos, y los que están encarcelados y también alimentados con nuestros impuestos
–estos ya no presuntos- engañaron a los catalanes. Que les mintieron, que les
hicieron creer en unas falsas esperanzas que ni ellos habían planificado.
Tampoco llega a titular cuando los políticos acuerdan no
eliminar los aforamientos que los protegen de la igualdad ante la justicia, ni
el de aprobar las incompatibilidades en cuanto a compatibilizar varios cargos
públicos. Ni cuando acuerdan subirse el
sueldo, gratificaciones y dietas de alojamiento. Y no digamos si en plena festividad por la
lucha por la igualdad de géneros, y tras la resaca del 8-M, sale la noticia que
un cargo de la Esquerra Republicana de Cataluña propone elegir para un cargo a
la “que tenga las tetas más grandes”. Y
se quedan tan panchos.
Si una de las consignas de este 8-M bien
decía que no son cosas de partidos, sino de mujeres, en referencia a la unidad
que mostraron las mujeres –y los hombres que la secundaron- en esta memorable
jornada, está claro que la discriminación hacia las mujeres tampoco entiende de
partidos, sino más bien de hombre machistas, que por lo visto, están en todo el
abanico político.
Incluso en los que llevan la
izquierda por nombre, la república por bandera y el lazo amarillo en la solapa.
PUBLICADO EL 15 DE MARZO DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.