UN PASITO PA’LANTE, MARÍA

Un pasito pa’atrás.  Seguro que si la canción no la hubiera cantado Ricky Martin, la estaría cantando ahora el también invicto presidente Sánchez, Pedro para más señas.  Y es que entre libro y libro, seguro que hubiera encontrado algún hueco para escribir, componer y sin duda, cantar aquello del “pasito pa’lante – pasito pa’atrás”.

¿Y por qué María de Richy y no “La vida sigue igual” de Julio?  Pues porque María da un paso adelante y otro atrás.  En cierta manera está inmovilizada por ella misma y por su entorno.  Julio –que no Pablo- va construyendo sabiendo que lo que no se termine, otros lo terminarán. Y la vida sigue igual.

Pedro quería echar a Franco y lo único que ha hecho ha sido resucitarlo.  Con Mariano le pasó otro tanto. Lo echó, sí, pero se quedó la herencia sin beneficio de inventario y allí están los catalanes esperando el indulto a los golpistas.  Pedro quería quitar los aforamientos, y de momento sólo los “copia y pega”.   Pedro es capaz de hacer eso y todo lo contrario.  Apoya a Montón y  las pocas horas ésta dimite por plagio.  Apoyó a Huertas, y un tanto de lo mismo.  Recibe al Aquarius  por el este y devuelve a otros en caliente por el sur.  Y del “copia y pega”  quedan incluso  abreviaturas alemanas y  guiones  fin de reglón.

Y debe tener más asuntos ambiguos en su cuaderno de color rojo.  Digo rojo, porque el azul y el morado ya tienen dueño y no creo que ahora sea el momento de plagiar colores.  Además, el rojo es pasión.  Poder, ambición, coraje y valentía.  Éxito y fortuna.  Vamos, que le viene anillo al dedo.  También guerra y sangre. Otro anillo para tanto dedo.

Pero tanto da.  Para algunos sacarse un “cum laude” en un máster es más fácil que sacarse la licencia de pesca recreativa, que la obtienes previo pago de una tasa.

De momento, el también invicto y aún presidente Sánchez, Pedro para más señas, baila al son de la canción.  De María, claro está, no la del Legionario –que otro gallo cantaría-. De momento con un paso adelante, un paso atrás, tal vez creyéndose también al siempre invicto Iglesias –Julio, para más señas-, en que así la vida sigue igual.  Pero aún puede ser peor.

Puede ser peor si alguien le da por plagiar la canción y en vez de un pasito pa’lante hace tres pa’atrás.  Y eso, con  ochenta y pocos diputados, es posible.  Eso y mucho más.  Mientras algún asesor no se le ocurra soplarle que el camino es avanzar, sino pa’lante, al menos dar media vuelta y seguir avanzando. 


Eso sí sería un máster merecedor del  “cum laude”.

PUBLICADO EL 27 DE SEPTIEMBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.

LAS NOTAS DE LOS POLÍTICOS

¿De verdad necesitábamos a un astronauta de ministro? Ni sí ni no. Necesitamos gestores, nada más. ¡Y nada menos! Tanto daba que fuera astronauta o un albañil o carpintero. Pero de momento, ni el albañil ni el carpintero venden. Como tampoco el reponedor de un supermercado ni el encargado de ventas de un concesionario. Vende el que tiene título y cuanto más, mejor.

Aunque el primer párrafo pudiera gustar a unos y disgustar a otros, debo confesar que es falso. O al menos no creo en lo que he escrito. O no del todo. Sin formación no puede llevarse el timón de una nave como es España. Lo otro es que estar en posesión de un título no significa en España –por desgracia- tener una formación.

Desde que apareció la fiebre de la titulitis en España, los títulos no es que se regalen, sino peor, se venden. La enseñanza se ha universalizado tanto que de una forma u otra, todos los caminos llevan a Roma, y si no, siempre hay atajos para asegurar que se alcanzan los objetivos deseados.

Lo último han sido los másteres de los políticos. De los de la izquierda y de los de la derecha. Incluso de los del centro, si éste existe. Cuánto más abultado sea el currículum mejor se vende uno. ¡Como si los políticos fueran elegidos por su inteligencia!

En cambio los políticos son elegidos por su astucia y por ser listos, e incluso algunos por sacar “cum laude” como manipuladores y vividores. Y esa es la verdad. Una verdad.

Otra de las verdades es que tras el episodio de los últimos tiempos –Cifuentes, Casado, Montón, etc- la universidad española ha quedado en descrédito. Un máster cuesta dinero. Y años. Pero algunos con ayuda externa y/o con el equiparable universitario del “rincón del vago”, lo superan en un santiamén. Incluso dicen por ahí, que pagando a un negro –en el argot novelístico- te sale a cuenta satisfacer unos cuantos cientos de billetes para conseguirlo.

Vamos que el aquello de que además de ser una buena persona, si es buen médico, mejor, ya no vende. Ahora la de ser bueno en una disciplina se traduce en tener un currículum bien lleno y no un buen currículum. Y lo de buena persona, bueno, ya ni está ni se le espera.

Y volviendo al primer párrafo del que he renegado, decir que el buen profesional –carpintero, economista, militar y demás- deberían ser los tecnócratas de la administración, esa parte que escriben el texto –algunos siguen siendo asesores impropios- del que luego el gestor, el político astuto y listo, estampará su rúbrica en la publicación del BOE.

PUBLICADO EL 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.

LA HISTORIA COMO ASIGNATURA

Si en España interesa que una asignatura quede pendiente, sin duda será  la Historia.  Primero por la incompetencia del Estado –la competencia de la enseñanza es de las CCAA-, y segundo porque el desconocimiento sirve para la manipulación  por parte de sus gestores.

Que Colón descubrió América, de momento permanece inalterable, pero seguramente el entorno del mismo, el estudio de la época y el contexto en el que se produjo el descubrimiento, seguramente cambiará dependiendo de quién gestione la comunidad autónoma en que se estudie.

Actualmente la Guerra Civil española vuelve a reescribirse.  Ya no se fusilaron curas ni militares, ni hubo ningún golpe de estado de los comunistas sobre el estado republicano salido de unas elecciones dudosas.  Sólo se habla de las atrocidades que hizo uno de los bandos, durante y después de la guerra.  El otro bando, ni antes ni durante la guerra existió.  Y por ende, al no existir, poco puede atribuírsele en cuanto a odio y genocidio.

Y es triste que para restaurar una parte de la verdad, se tenga que negar a otra parte de la misma.  Dos bandos, si.  Don bandos liderados por dos tendencias diametralmente opuestas, pero que se sirvieron de españoles, muchos de ellos ajenos a los extremismos que se dieron, pero que por circunstancias geográficas fueron obligados a servir en uno u otro bando.

El Gobierno, el Congreso y el Senado pretenden celebrar el cuadragésimo aniversario de la Constitución simbolizando el valor y el espíritu de diálogo entre ambos bandos.  Y sino entre los bandos, al menos entre la mayoría de sus obligados componentes. Otros –incluso el presidente Sánchez, en según qué momentos- dan signos de pretender mantener viva la llama del odio que envuelve toda contienda. 

La mayoría silenciosa pero, da más crédito a aquello que realmente ocurrió. El video actual, pretende realzar aquel hermanamiento, aquel diálogo, aquella comprensión entre excombatientes forzosos que tuvieron que luchar por una guerra que no era la suya.

Otro sector  de la población y de la política de nueva generación –de laboratorio más bien-, que por suerte no vivió la contienda, se empeñan aún en reescribir la historia en favor de uno de los bandos, borrando  de la memoria todo aquello que pudiera perjudicar su, presuntamente, ideario político.


Sin duda la historia sigue siendo una asignatura forzadamente pendiente por parte de políticos que intentan restar credibilidad a los historiadores titulados, y suplantarlos por simples asesores afines.


PUBLICADO EL 13 DE SEPTIEMBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA

HUMOR AMARILLO

Por supuesto que no voy a referirme a la carrera de obstáculos que suele definir el título de hoy. Aunque también es verdad, que fiel a mí mismo, intentaré conciliar el humor y el color amarillo en el escrito. Aunque también hay que reconocer que actualmente ni el humor ni el amarillo, pasan por sus mejores momentos.

Al humor le han colgado su particular espada de Damocles. Uno ya no puede reírse de los tópicos de siempre bajo pena de ser denunciado – y más aún, condenado- por infringir algún tipo penal de odio, discriminación, fobia o escarnio. Y el amarillo, pues otro que tanto.

De ser un color supersticioso en el teatro, ha pasado a ser venerado por los seguidores de los comediantes sediciosos. También por definición, es un color contradictorio al representar a la traición, a la juventud y a la alegría. En cierta manera, esta contradicción se mantiene por cuanto en la mayoría de los casos se conjuga traición y alegría. Presunta, claro.

Por suerte siempre tenemos al gobierno de turno para que el humor prevalezca y no debamos incurrir en un ilícito penal. En su día, fue Rajoy quien con sus frases memorables nos devolvió la risa entre tanta crisis. De ser sentimientos y tener personas humanas hemos pasado a que le cuelen un gol por la escuadra a la actual ministra del trabajo, del paro y de la SS. Pero la ministra no está sola en la función. La prostitución seguirá siendo alegal, como pueda serlo el consumo de drogas. Ni más ni menos. En casi cada acción de algún representante gubernamental, hay detrás una reacción. Más que nada, rectificación.

El “digo y el Diego” están a la orden del día y sobre todo en las comparecencias de sus señorías. Y el humor, como no, en los titulares posteriores.

Y el amarillo también se ha colado en nuestras aguas. Aquellas aguas azules turquesas de antaño, de cuando el turismo era bien recibido, han pasado actualmente a teñirse de amarillo. Y no precisamente por alguna filtración de las de antaño. No, se culpa a las algas -las micro-, por aquello de no confundir a la población. Pero la suerte también está echada.

Y el humor también. Primero fue la acción, el remojón de los lazos amarillos -veinte, treinta, máximo cuarenta entre una población que supera algunos días las doscientas mil almas en remojo-. Luego fue la reacción en clave de humor posterior, el que de tanto lazo, se tiñó el mar de amarillo.

Presuntamente y en broma, claro. Y sin error en la traducción. Sólo una cuestión daltónica. Y sin abogados.

PUBLICADO EL 6 DE SEPTIEMBRE DE 2018, EN EL DIARIO MENORCA.