¿POLÍTICAS MACHISTAS?

Para quienes hemos visto y vivido desde la normalidad la igualdad entre hombres y mujeres, sea en cualquiera de los ambientes cotidianos, nos asombra que últimamente –décadas, ya- aumente esta sensación de machismo en las nuevas generaciones y por supuesto, se mantenga en las anteriores. Vamos, que como la energía, el machismo ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y se adapta.

Da la sensación que cuánto más se habla de un tema, más se produce el efecto contrario. Hablo de sensaciones y no de estadísticas. ¿Acaso no nos da la sensación que cuánto más se habla de la violencia doméstica, más crímenes machistas se producen?

Hablar de machismo e igualdades sin que no le salpiquen a uno sus opiniones –si éstas salen del formato estándar- suele ser difícil, como suele serlo cuando se habla de mafias migratorias sin que le tilden a uno de racista. Parece ser la respuesta fácil y escrita en algún manual de resistencia al uso. Serán sin duda las nuevas técnicas del autoritarismo democrático del siglo XXI. Y digo democrático, por aquello de ser incorrecto –y nada político, por supuesto-.

Y hablando de sensaciones, capto algunas similitudes en el abanico político que me confirman esto mismo: que de haberlo, haylo. Un consejo de ministras capitaneado por un presidente; una formación morada donde su líder terrenal amaga con dar poder a su compañera de viaje; unos líderes de la cosa pública que colocan a mujeres en sus segundos puestos….

Sin duda son sensaciones. Y son sensaciones extrañas: ¿Las ministras han sido elegidas a dedo por su presidente por su valía o por ser mujeres? ¿El líder de la cosa morada delegará en su compañera por ser su compañera de partido o de emparejamiento? ¿Y el resto de segundos puestos, lo serán por cumplir leyes, por no quedar atrás o simplemente por rédito político?

Y hay más, por supuesto. ¿Acaso no son conscientes algunos gobiernos regionales que obligando por ley a discriminar positivamente a la mujeres, con valía o sin ella, que estas discriminaciones, por muy positivas que sean, crearán un efecto contrario? ¿Serán los brazos abiertos para el mantenimiento de este mal endémico llamado machismo? ¿Serán conocedores, inconscientemente claro, de ser colaboradores necesarios para el mantenimiento de estas mafias y estructuras sociales? Y ya lo descuadra todo cuando lo encabeza una mujer…

Y ya para terminar, la pregunta del millón, ¿quién es más machista? ¿El que lo practica, el que lo permite o quien lo fomenta?


PUBLICADO EL 5 DE SEPTIEMBRE DE 2019, EN EL DIARIO MENORCA.