PINOCHOS EN CAMPAÑA

En el Manual de Resistencia seguramente se vetó un nombre: Abraham Lincoln.  Y una frase: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.” De no ser así, ya podemos ir pidiendo cita para el psiquiatra, porque el asunto es más serio de lo que uno se piensa.

Desconozco si Redondo, el asesor de cabecera del ya invicto presidente en funciones Sánchez      -Pedro para más señas- le habrá hecho alguna referencia a la temperatura de la nariz al susodicho y a sus ministras y ministros –también en funciones-, pero de no haberlo hecho, le aconsejo –y gratis- que lo haga y cuanto antes mejor.   Y se lo digo con base científica, vamos por prescripción facultativa, como suele decirse.

Resulta que –y hace de ellos ya algunos años- dos investigadores de la Universidad de Granada descubrieron que  la nariz de uno, al mentir,  cambia de temperatura.  Vamos, que no les crece como a Pinocho, pero sí que se producen cambios térmicos.  Y ojo al dato, estos cambios pueden ser observados mediante un termógrafo.

Y de eso, Pedro y sus ministras saben mucho.  Hace unas semanas el chantaje era claro. Las autonomías no verían ni un céntimo hasta que el invicto no fuera investido.  Del chantaje puro y duro por imperativo de la ley, claro está, han pasado a encontrar un resquicio legal para desbloquear casi cinco mil millones de euros.   Casi cinco mil millones, que casualmente aparecen tras la convocatoria de una nueva cita con las urnas.

Si del chantaje han pasado a la compra de voluntades, está claro que nos mintieron.  También nos mintieron y nos siguen mintiendo con el tema de los descuentos en el transporte.  Nos miente Madrid y nos mienten sus lacayos de Palma.  Vamos, que tal vez el cambio climático no tendrá nada que ver con tanto cambio térmico.

¿Acaso Ábalos, fontanero del PSOE, profesor de EGB y afincado en lo público,  hijo de torero y de restaurador de muñecas y además,  nieto de un Guardia Civil que estuvo en la represión de  la Revolución del 34 en Asturias, y por ende, ministro en funciones,  no sabe de ínsulas, península y descuentos?  De descuentos, tal vez no, pero de cuentos, al parecer sí.

No será necesario recurrir a cuentos chinos, no. Ni el presidente pensaría con los ansiolíticos para dormir por la noche.  Les bastaría con recurrir a los cuentos italianos, para no ir tan lejos.  Con el de Gepeto, ya se darían por servidos. 


Y a nosotros con una cinta métrica nos bastaría.


PUBLICADO EL 26 DE SEPTIEMBRE DE 2019, EN EL DIARIO MENORCA.