EL ESTADO LA ARMA

 

Esta vez sí. Al rey le dieron permiso para viajar -bajo vigilancia- a Barcelona.   Acompañó al Doctor Sánchez –o al revés- a la entrega de los premios de la Barcelona New Economy Week. Vamos, un evento  nada comparable con la entrega de despachos a los nuevos jueces.

Mientras el Jefe del Estado y el Presidente de la República paseaban por Barcelona, en la Moncloa  la Primera Ministra Carmen Calvo decretaba el Estado de Alarma para Madrid.  Y todo,  por la rabieta que cogió el filósofo Illa -quien además de futuro candidato a la Generalitat es ministro del  Covid-,  cuando un  juez le dijo que las cosas o se hacen bien, o no se hacen.

Un Estado de Alarma peculiar,  porque no impide que los madrileños puedan infectarse entre sí,  al no confinarlos  en sus domicilios.   Sólo les prohíbe salir del municipio.  Vamos, con más libertad de la que tenían algunos barrios días antes. Al menos ya no hay barrios de ricos ni barrios de pobres.  La igualdad ante todo.

De todos modos, esta vez no han decretado el arresto domiciliario –como sí lo hicieron en marzo- porque ya se olían que ni los jueces ni los ciudadanos se lo permitirían.  Porque una cosa es el Estado de Alarma y otra muy distinta  el Estado de Excepción.  Pero claro, tampoco se les puede exigir tanto conocimiento a ministr@s y diputad@s.

Si  hoy en día ya no es necesario saber sumar - las máquinas registradoras incluso te indican el cambio que tienes que devolver al cliente-, con el aprobado general de la ministra Celaá, tampoco se les podrá exigir que sepan leer.

Y la táctica funciona.  Casi todos –los afines al régimen- hablan de Madrid, de Ayuso y de Illa.  Casi nadie –somos minoría los que no estamos embriagados por esta corriente bolivariana- comenta ya el tema de las supuestas cloacas del Estado  que se ciñen sobre el Vicepresidente segundo del Gobierno.  Y es que, ya lo decía Pablo Iglesias, que la justicia no era igual para todos.  ¡Qué gran razón tenía cuando abogaba por eliminar los aforamientos!

La mujer del Vicepresidente acusado de al menos tres delitos, sale en su defensa diciendo que las niñas podrán abortar sin consentimiento paterno.  Y uno piensa, qué tendrá  que ver el aborto de unas niñas con las graves acusaciones a su marido.  Pero bueno, cada uno tiene los conocimientos que tiene y no se puede exigir más.  Y  a sus asesores, tampoco, porque la transparencia, al parecer, tampoco es su fuerte.

La que  no armó el Rey Sol  cuando dijo “el Estado soy yo”, la armarán Sánchez-Iglesias, ahora.


PUBLICADO EL 15 DE OCTUBRE DE 2020, EN EL DIARIO MENORCA.