POLICÍAS, PROFESORES, JUECES….

Estas  profesiones  del título de hoy son una mera representación de los estratos de responsabilidad y ligereza que se exigen. Terminaría esta lista con el sumun de los sumun, los  personajes políticos que nos han tocado padecer en nuestros días,  dioses omnipresentes,  señores y dadores de prebendas, y como no, llenos de “sanchisidad” y escribidores de la historia y de la fe.

¿Se imaginan que un  policía denunciara a un ciudadano sólo por su ideología política?  No se lo pueden imaginar porque es muy difícil que ocurra.  Y si ocurriera no se libraría de una sanción.  Existe mucho control sobre las acciones de los policías.  Sus actos son fiscalizados por los  mandos, por los  ciudadanos y  por los jueces y fiscales.   Y en cambio, se les exige rapidez en la toma de decisiones.  En segundos, deben decidir si se detiene o no a un ciudadano. Y con la responsabilidades en caso de errar en ellas.

El profesor dará en clase su versión  de la historia.  Los buenos serán buenos y los malos serán malos, según su ideología.  La libertad de cátedra lo ampara.  ¿Quién será capaz de exigir a un profesor que demuestre que aquel suspenso  fue justo  y no por portar una banderita en la muñeca o en la mascarilla? Mientras al policía lo graban continuamente desde dentro y desde fuera, las cámaras no pueden entrar en las aulas.  Más autonomía, menos responsabilidad.

El juez interpreta las leyes.  Y juzga los hechos.  Una equivocación puede ser incluso  una diferente interpretación.  ¿Será por eso que las sentencias terminan en “fallos”?  Los jueces son también uno de los tres poderes del Estado.  Independientes, claro. 

Independientes,  hasta que los organismos europeos alertan de las maniobras de los populistas con hacerse con el control de la Justicia. 

Y  al contrario de lo que ocurre con los policías, sus decisiones no tienen por qué tomarse al momento.  Pueden transcurrir días e incluso semanas y años  en dictar una sentencia, en detener o poner en libertad a un acusado. Y si se equivoca, serán diferentes interpretaciones.

Europa ya ha advertido a España de que  la dependencia de la Fiscalía General del Estado y de los propios fiscales –como lo anunció públicamente Sánchez-  del Gobierno,  no es bueno para la salud democrática.  Ahora, Europa está a punto de cuestionar  otra vez a España por la dependencia de los Jueces con el Gobierno de turno.

¿Por qué insiste tanto el Gobierno Sánchez-Iglesias en colocar a jueces afines  en el CGPJ? ¿Jueces afines? ¿No son independientes?


PUBLICADO EL 22 DE OCTUBRE DE 2020, EN EL DIARIO MENORCA.