Pedro Sánchez no tiene ningún pelo de tonto, y eso que tiene muchos sobre su azotea. También decir que el “copia y pega” lo tiene bastante a mano. Y no me refiero con ello a ninguna tesis doctoral –que de eso ya se ha hablado largo y tendido-. Son sus manos las que ahora, y siempre presuntamente, copian.
Que el lenguaje verbal dice mucho, es cierto. El tono del mismo, más aún. Y Pedro Sánchez domina todo lo que haya que dominar. Sánchez piensa todo lo que dice –aunque no dice lo que piensa-, y sabe ponerle música a su voz. Vamos, todo un artista del espectáculo político.
Pero ahora, con su giro ya declarado hacia el radicalismo –ya lo comentaba el bueno de Rubalcaba a sus próximos-, aparece con el dominio del lenguaje no verbal. Vamos, que usa y abusa del “copia y pega” de posturas y gestos de otros políticos.
Ni qué decir que el uso de la banderita colocada en la mascarilla, copiando a los mismos que en su día fueron insultados como fascistas, es una contradicción patente de la veleta que puede uno llegar a ser. Pero la banderita sólo es moco de pavo, un pulso en ganarse lo que ni quiere ni tendrá.
Dónde realmente triunfa su mensaje es en las manos. El “copia y pega” a Angela Merkel y el simbolismo del rombo de las manos de la Canciller, intenta vender al subconsciente ciudadano algo que muy pocos pueden ya esperar de alguien a quien muchos acusan de soberbia.
Tal vez por eso mismo, por ser conocedor de tales acusaciones, intenta disimularlo con el uso de este lenguaje no verbal de las manos.
Los entendidos dicen que las manos en Ojiva, en V, o en rombo y en éstas, la posición y la altura de ellas, determinarán un significado u otro. Si las muñecas están en posición horizontal es un indicio que la persona estudiada se siente como un igual ante su interlocutor. Pero a su vez si simula una pirámide señalando al cielo, el orador cree que es mucho más competente que su público. Vamos, que según sean las combinaciones posibles, varían desde la prepotencia a la sumisión. Claro que todo ello cuando se hace de forma inconsciente. Y Pedro, aunque algunos puedan tildarlo de ser inconsciente, puedo asegurarles que no lo es. Todo lo que hace está “atado y bien atado”.
Merkel ganó con “el futuro de Alemania estaba en buenas manos”. Las manos de Sánchez se parecen más al rombo que el “The Economist” definió como “un anillo para dominarlos a todos” aludiendo al anillo de “El señor de los anillos”. Tal vez aquí, Pablo Iglesias tenga algo que ver.
PUBLICADO EL 10 DE DICIEMBRE DE 2020, EN EL DIARIO MENORCA.