Meterse de lleno en terrenos movedizos no es nada aconsejable, pero peor es ser hipócrita, y hay que reconocer que de ellos será el reino de la república patria.
Sant Joan tampoco se vivirá este año por culpa de la pandemia. Otros pueblos ya han hecho público también la supresión de sus fiestas patronales. O al menos como las conocíamos hasta hace poco. Pero ¿por qué empeñarnos en encasillarlas en unos actos tradicionales y no reciclarnos al momento actual? ¿Jaleos, verbenas, borracheras y sudor? ¿Añadimos peleas, accidentes, ruidos nocturnos y molestias vecinales? Las fiestas podrán y deberían vivirse de otra forma.
Las fiestas patronales podrían vivirse –al menos en estos tiempos tan difíciles- para, por y con el pueblo que lo celebra, sin necesidad de multitudes ni aglomeraciones. No necesitamos más.
Somos capaces de restringir los accesos a las calas, el número de plazas hoteleras, las construcciones en el campo, los aparcamientos y embarcaderos, y en cambio incapaces de cerrar la llegada de visitantes a nuestras fiestas.
Me imagino las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia en otro formato –al menos en este año II de la pandemia-. Me las imagino con caballos incluidos, aunque no con los jaleos ni la “samba”. Me imagino un pregón en streaming, aunque manteniendo la salida matinal del sábado de Gràcia “per plaçes i carrers”-que uno quiere al menos poder despedirse de sus conciudadanos-.
Me imagino la “colcada” no una, ni dos, sino una por barriada, cada una de ellas con su flabioler, “sa somereta”, caixer fadrí, resto de caixers y finalizando con el caixer batle,-representado por cada uno de los concejales de barrio y por supuesto, por “sa capellana” o sucedáneo respectivo, que irían pasando por cada una de las calles de sus respectivos dominios a fin de evitar las aglomeraciones como suele ser habitual.
Me imagino verbenas en espacios abiertos y al unísono, a fin de evitar multitudes. Me imagino las Completes y una gran Misa de Caixers en algún estadio de fútbol, y con la presencia de la imagen de la Virgen. Me imagino… La verdad es que me imagino muchas cosas que posiblemente no se llevarán a cabo. Y por responsabilidad, está claro.
Otra cosa muy distinta sería que no se realizaran por miedo a la crítica de ser tachados de insolidarios. ¡Por qué no aprovecharse por una vez –si es que no nos llueve- de ser los últimos! ¿Lo aprovecharemos?
Con cariño y solidaridad con y hacia nuestros compatriotas de Ponent: Sort i Ventura!
Bon Sant Joan.
PUBLICADO EL 24 DE JUNIO DE 2021, EN EL DIARIO MENORCA.