Entiendo –y no comparto- que cuando un político llega al poder quiera adoctrinar a sus ciudadanos y que para ello utilice todos los medios que tenga a su alcance: medios de comunicación, colocación de jueces afines en puestos claves, los sucedáneos Ministerios de la Verdad y Propaganda, y como no, la educación.
Es algo que está en los genes de los españoles –catalanes y vascos incluidos-. Y si los juntamos con otros genes más defectuosos que nos inclinan hacia el totalitarismo, vamos servidos.
De la Formación del Espíritu Nacional de la anterior dictadura, se pasó a la Educación para la Ciudadanía. Ahora con la Ley Celaá se pretende meter mano en la asignatura de las Matemáticas y en la de Lengua. Vamos, que si son capaces de cambiar las matemáticas, ya no digamos como será la de Historia.
De momento, dos más dos seguirán siendo cuatro. Lo que va a cambiar será el sentido “socioemocional” para combatir actitudes negativas hacia esta materia y erradicar ideas preconcebidas con el género. Vamos, que si hasta ahora alguien aún cree que las matemáticas eran para hombres y el lenguaje para las mujeres, a partir de ahora, esto no va a ocurrir.
Casi llegando a los sesenta tacos y tiene que ser un gobierno social-comunista quien venga a abrirme los ojos. Yo que creía que me había decantado por las Ciencias porque no me entraban las Letras y resulta que no, que la culpa era del sexo, perdón, del género. Pero lo mío, debe ser algo patológico. Al no tener destreza para la asignatura de Dibujo, elegí Hogar en vez de Diseño. ¿Cómo lo explicaría este Gobierno? Y ya no digamos con el tema de la música, que para no dejarme, me tienen prohibido incluso cantar en la ducha! Vamos, que siempre habré sido una víctima de la mala gestión educativa del Gobierno de turno. Y ahora, ya habré llegado tarde.
Y es más, la proyectada ley de Educación pretende que la Lengua sirva para que los alumnos/as/es aprendan a detectar la verdad, la mentira, los bulos y todo lo demás. Lo que no dicen es que la verdad se la reconoce con el conocimiento, el razonamiento y la deducción, cosa que al parecer ya no se le da tanta importancia. Y si no, que le pregunten al ministro comunista Castells, que al respecto dice que la memoria tiene cada vez menos sentido en la educación, porque todo está en Internet. Y los bulos también, señor ministro.
¿No sería más fácil enseñar a no decir mentiras?
No creo que el Presidente Sánchez Pérez- Castejón esté de acuerdo con ello. Y sus socios, tampoco.
PUBLICADO EL 19 DE AGOSTO DE 2021, EN EL DIARIO MENORCA.