Estos días ha sido
noticia la orden de derribo de una vivienda en Es Plans de Alaior. De las informaciones publicadas se desprende
que entran en juego varios condicionantes, algunos como que al adquirirla ya no
era legal, que está sobre un torrente, ampliaciones también ilegales, que lleva
construida decenas de años, etc… Unas
jugarán a su favor y otras en su contra. Está claro que no entraré a valorar la
casuística de los hechos al desconocer el expediente y sobre todo, carecer de conocimientos para
opinar sobre ello.
Otra cosa será la de
posicionarme en otras cuestiones. Leo el
comentario que hace un lector de Es Diari a la noticia publicada en su día, y
este lector venía a preguntarse qué ocurriría si alguien “okupara” la vivienda.
Sin duda, la pregunta se las trae. Lo
vemos continuamente en los medios de comunicación. Es más, vivimos en un país en el que la osadía
es un mérito y la honradez un
despropósito.
Son noticia las
negociaciones entre las fiscalías y los delincuentes para llegar a unos
acuerdos a fin de evitar tener que llegar a juicio, Y en todas estas
negociaciones, los únicos que salen ganando son los delincuentes que ven
rebajadas considerablemente la petición de condenas, librándose de la cárcel en
la mayoría de los casos.
También son noticia la
entrada irregular de personas extranjeras, y no por ser irregular su entrada
terminan siendo expulsados. Y ya no
digamos de las “okupaciones” de viviendas… Y qué decir de los sediciosos
catalanes… Y de los etarras libres y homenajeados... Vamos, que habremos pasado de ser el país de
la pandereta, al de la carcajada sin
fin.
Y el problema no viene de
ahora, sino de años, décadas atrás. El caso
de los Hortals de Ciudadela es un algo parecido. Y uno, cuando ve a asesinos y a sediciosos
sentados en las instituciones, no puede
más que preguntarse: ¿Tan grave es construir una vivienda “sin licencia” en un
suelo de tu propiedad?
Está claro que la ley
tiene que ser igual para todos, y no seré yo quien diga ni defienda lo
contrario. Y la mejor ley, sin duda, es
la de que quien la haga que la pague. Lo
que pasa es que últimamente en España, lo que estamos viendo es que ni todos
los que la hacen la pagan, ni la ley es igual para todos.
Vamos, que en el caso que nos ocupa, si en vez de ser en Alayor llega a ser en Cataluña, y los afectados lucieran unos lazos amarillos, seguro que algún político menorquín ya estaría pidiendo la amnistía para que no se procediera al derribo de la vivienda.
PUBLICADO EL 23 DE SEPTIEMBRE DE 2021, EN EL DIARIO MENORCA