El título de hoy nos conduce a varias interpretaciones. ¿Existe un poder ecologista? ¿Ejercen los ecologistas poder sobre los Gobiernos? ¿Son grupo de presión? Y de ser así ¿se ciñen sólo a temas ecológicos o también condicionan la decisión sobre el sexo de los ángeles?
Igual ocurre con otros grupos de presión, como pueden ser las ONGs, grupos feministas, religiosos, lingüistas, etc. ¿Qué tendrá que ver un grupo de filólogos en lengua catalana, con la independencia, pongamos por caso, de las Illes Balears?
Son grupos que suelen tener un mismo denominador común: subsisten principalmente de subvenciones públicas y su masa social suele estar interrelacionada. Vamos, que en un supuesto que fueran cuatro grupos distintos a treinta socios por grupo, entre todos no llegaban a cincuenta socios diferenciados.
Y puestos a especular, no es lo mismo estar representados en unos grupos de trabajo (un representante por grupo de presión) que ejercer el voto ciudadano en las urnas. Vamos, que les conviene más estar presentes en comisiones de expertos y demás, creadas por sus Gobiernos afines, que someter sus propuestas a votación ciudadana.
Y estos grupos mandan mucho, al menos en Menorca. Lo vimos cuando en su momento se paralizó alguna instalación de placas solares, se limitó el número de aerogeneradores, la ampliación de la carretera general… Prohibir, siempre prohibir, parece ser el lema. Y ya no digamos cuando se proponía eliminar hoteles.
Ahora, han dejado atrás la eliminación de hoteles -el todo incluido favorece la no masificación- y nada se habla de las placas solares – ¿será por el aumento de la tarifa eléctrica?-. ¿Será que la economía y la ecología van ahora unidas por la cartera?
Renovarse o morir, dirá el dicho popular. Ahora, los expertos han descubierto que lo mejor para no masificar las playas es reducir las plazas de aparcamiento en éstas. Vamos, que lo siguiente será cerrar la carretera. Y lo siguiente quitar la arena. Y el turista sencillamente se dirigirá a otras playas más accesibles. Y al año siguiente, lo mismo. Reducimos aparcamiento en más playas. Y al siguiente, cerramos más carreteras. Y al otro, quitamos más arena. Vamos, un exitazo monumental.
O eso, o la solución eco-soberanista: que todos los coches que entren, paguen una ecotasa. Como si pagando dos euros diarios den a uno bula para masificar territorio.
¿Tan difícil es tener visión de futuro, finiquitar el pasado reciente y prever nuevos horizontes para la Menorca del 2050?
PUBLICADO EL 30 DE SEPTIEMBRE DE 2021, EN EL DIARIO MENORCA.