Hace
años un profesor de matemáticas escribió el verbo ser con hache
intercalada. Una anécdota sin duda. Hoy día se haría algún meme diciendo que en
matemáticas altura se escribe con “h”. Y
no les faltaría razón.
Quien
perdió toda la razón y no estuvo a la altura fue Elisa. Ella no es matemática sino más bien tirando
al contrario, vamos, a las letras. Y la
número uno de su promoción en audiovisual.
Puede que de letras, pero no de palabras. Y de vergüenza ajena añadiría, ¿vale?
Elisa
se preguntó, en el acto de entrega del galardón, si alguien conocía su
nombre. Ella misma se contestó diciendo
que no. Y no me extraña. Cursó la educación secundaria en un colegio
privado y la carrera en la pública.
Mencionó que no había tenido suerte ya que se crió sin la figura
paterna, y de allí pasó a atacar su propia distinción académica. Y no contenta con ello, dirigió sus dardos envenenados
a la presidenta de la comunidad madrileña.
Para
Elisa, el conocimiento es tener criterio.
No dijo si bueno o malo, pero tenerlo, haylo – le faltó añadir. ¿Vale? - el vale, si lo dijo-. Y no una, sino muchas veces. Demasiadas. Reiteradas veces. Tal vez para rellenar el vacío de un discurso
corto en tiempo y mucho más paticorto en
argumentos.
A
Elisa le sobró todo. Y le faltó todo,
también. Podría haber hecho un discurso
bien argumentado con sólo haberse aplicado una centésima parte de lo aprendido,
sin duda. Pero no. Le faltó añadir que “a la Universidad hay que
poder ir solas y borrachas” parodiando a
Irene Montero con su famoso tuit, para desbancarla del ministerio de
Igualdad. Lo otro, ya vendrá con el
tiempo. ¿Vale?
Tuvo
sus tres escasos minutos de gloria. O de vergüenza, añadiría. Traspasó la claqueta. Pasó de posicionarse tras el objetivo a estar
delante de él. Y como actriz, la del
otro día, nefasta. ¿Vale?
Y
sus miedos salieron también a la tribuna.
¿Quien sabe qué va a ser de mi futuro después de esto? Se
preguntó ella misma. Una pregunta
retórica, sin duda. Como la de no saber
si es legal o no romper un galardón. ¿Se
la imaginan de Secretaria de Estado en el Ministerio de Igualdad? Pues yo sí.
Puntos le sobran. Allí, al
parecer de conocimientos de la legalidad saben más bien poco. Y con su indignación hacia todo lo pepero,
tendrá suerte para rato. Y esta vez no le faltará la figura paterna, no. ¿Vale?
Y por si no tuviere suerte en la política tirando a la izquierda de la izquierda, podría obtener alguna subvención vitalicia en audiovisuales. ¿Vale?
PUBLICADO EL 2 DE FEBRERO DE 2023, EN EL DIARIO MENORCA.