Pues
sí, parece ser que sí, que Txapote le votó y seguro que incluso Chanquete también
le habrá votado telepáticamente desde el más allá. Y a pesar de haber quedado en segunda
posición, se erige ganador. Es un perfil típico. Y aunque a algunos no les guste, un perfil
ganador.
Nadie
podrá negar su estrategia, su trabajo constante en mantener esta maquinaria sin
descanso alguno. Mantener el sinvivir
que día a día tiene que ir construyendo para poder mantenerse arriba de aquel
vértice, en la pirámide que representa el poder y la sociedad española, debe
ser estresante. Y esta pirámide, “su”
pirámide, tiene -se ha demostrado- una buena base, aunque de cimientos, de
momento no hablamos.
Con
unos buenos cimientos, y con tiempo, será capaz de desmontar el edificio patrio
y venderlo por piezas en alguna gangaria pueblerina, o en el mismísimo rastro
madrileño. No lo dudo. De monarquía a
república y de ésta a una confederación de estados o repúblicas. ¿Les bastará a
sus socios una confederación o le pedirán un paso más? Algo le tendrá que quedar unido, digo yo. De lo contrario, ¿qué papel jugaría su ego en
un disgregado de taifas independientes?
En
cambio, si los cimientos no llegan a sustentarle, perderá su vértice, su
estrella y su “memoria”. De estrella a
estrellado. De héroe a traidor hay un paso.
Un voto. Una palabra.
Y
de palabras, muchas. Demasiadas para
cumplirlas. Y menos si eres un mentiroso
compulsivo para algunos. Un cambio de posición para otros. Un engañabobos profesional - a cuenta del
Estado-, al menos para mí.
Y
es listo, tampoco lo dudo. Y mucho. Demasiado tal vez. Incluso puede que sea inteligente. Que de
haberlos haylos. Y de todo calibre y condición.
Y
me alegro por Feijóo, aunque no se lo crean.
Me alegro de que no haya sido él, hipotéticamente el elegido. Y me entristece por España. Y por los españoles. La herencia estaba envenenada. Las
consecuencias en la aplicación de la adenda al plan de recuperación están por
llegar. Y aunque nadie hable de ella, la
sorpresa nos espera tras la toma de las uvas. La sorpresa, la mentira o el cambio de
posición, vaya uno a saber.
Y
la llave de su investidura, Sánchez la tiene a su derecha. Con el PNV y con Junts per Catalunya. Pero a él le da igual. No son ni “su” derecha extrema ni “su”
extrema derecha. O al menos para él. Y
al
menos por ahora. Hasta que cambie de posición, claro.
Aunque
siempre tiene la opción de repetir elecciones un 24-D o un 31-D. Y eso para él sería el no va más.
PUBLICADO EL 3 DE AGOSTO DE 2023, EN EL DIARIO MENORCA.