Ya entramos en Julio y parece como si nos dieran virilla. Dicen que es tiempo de relax, tiempo en que este calor nos tiene obligados a un ralentí anual, añadido claro está, al que porta cada uno por si sólo. Y en este obligado relax nos damos cuenta, si es que queremos o nos interesa darnos cuenta, que las cosas no son como aparentemente quieren o queremos que sean.
Nos encontramos con aquel disfrazado de aviador alardeando de un prestigio que él mismo se fabrica y diluye, y te das cuenta que lo que le falta en su tarjeta de visita es aquella frase típica de los años sesenta y setenta de “ex picador y actual viejo verde con ansias de tocón” . Y hay más, la selección española ha sido capaz de hacer lo que no han sabido hacer ni derechas ni izquierdas en nuestro país. Que toda una nación, o parte de ella, alardee de apoyar unos colores, unas banderas aunque sean con el toro incluido, y que el nombre de España se extienda por unos días, en toda Europa. Ello es buena noticia. España te das cuenta que aún existe, aunque por desgracia, sólo sea en aquello de tocar pelota. Podríamos intentar llegar más hondo en el análisis, pero no me atrevo. Podría llegar incluso al agravio y este no es mi estilo. Pero la verdad está allí. Bocinas, ciudades vacías, banderas….. y felicidad, felicidad a radiar.
Las fiestas de Sant Joan ya han finalizado y para ellos, para los ciutadallencs, cabeza visible del menorquinismo de siempre, empieza ya la planificación para las venideras. Personalmente quitaría la masificación en las mismas, pero ya es una marcha atrás imposible. Pero a pesar de ello, a pesar de la masificación de los últimos años, son unas fiestas a las que debemos de descubrirnos, de quitarnos el sombrero. Son unas fiestas en las que se mantienen de tradición. Y actualmente es tarea difícil. Una envidia sana me invade cuando visito Ciutadella. Te sientes menorquín, de aquí, como suele decir la propaganda….
Y en éstas que, me inyecto de una dosis de amor patrio, de patria chica, por supuesto, y me refugio en la lectura de algunos libros de nuestra pequeña historia, de nuestras gentes, de nuestras raíces. Por un momento me aparto de aquellas dominaciones, de aquellas grandes historias compartidas también de lo nuestro, y me decanto por aquellas historias de gentes como usted y como yo. Gentes sencillas, gentes que llaman al pan, pan y al vino, vino.
Empiezas a dudar de la historia escrita. Empiezas a no creerte siquiera de lo que está ya escrito y fotografiado. ¿Cuántas mentiras no se han mantenido escritas durante siglos, décadas, años…? ¿Acaso todo lo escrito durante las invasiones o dominaciones no lo fueron a favor de los vencedores? Y actualmente, ¿todo lo que oficialmente queda en acta, todo lo que políticamente es correcto, todo lo que queda reflejado en una sentencia judicial, es lo que verdaderamente ha ocurrido? ¿O hay más? ¿O hay otras historias no oficiales que también son verdad, o más verdad aún, que las que nos dan con tanta bendición y publicación?.
Pero esta historia oficial de nuestros días, las que quedan registradas en soporte papel e incluso informático, dentro de unos años será referente para el estudio de otras materias…. Así, quien en su vida nunca ha doblado el espinazo, dentro de unas décadas podrá aparecer en un estudio sobre la agricultura del llevant menorquí. Y nuestra historia sabe mucho de ello. Las versiones no oficiales de la guerra civil nos recuerdan casos en que, personas encarceladas por delitos comunes durante la guerra civil, al término de ésta, fueron recompensados por “ser encarceladas por ser afectos al régimen”. Y eso lo sabemos por el saber, por el conocimiento popular de la gente de a pié, de la gente normal, no por la historia “oficial” de unos y otros.
Ya hemos recibido los doscientos euros, muchos habrán recibido menos, y por supuesto, muchos más ni uno. Pero no crean. Estos doscientos euros, o menos para algunos, seguirán siendo de ZP. Sólo quienes por desgracia, por aquello de que la nómina o la pensión no alcanza, sólo quienes claramente han sido relegados a un plano inferior por ZP y sus muchachas y muchachos, serán quienes saldrán beneficiados de este engaño electoral, mayúsculo, de quien se le otorgó por mayoría, el arte y beneficio de gobernarnos.
Digo arte, porque debe ser difícil gobernar a una nación que piensa más en el consumo y en el griterío ante la televisión, que los problemas cotidianos que le acechan cada día. Digo arte, por lo de artistas, también. Digo beneficio, porque debe ser también beneficioso el gobernar un país, con tantos recursos económicos en espera y al que al parecer la crisis oficial no le afectan….
Mi análisis se confunde. Esperaba que mi amigo ZP –digo amigo porque siempre es conveniente estar bien con el poder, y por lo menos así queda registrado públicamente- aprovechara la ocasión en que España chutaba contra la portería alemana, para públicamente confirmar que estábamos en crisis y zanjar la dialéctica. Pero no, mientras escribo estas líneas, España, bueno, los jugadores de la selección española mejor dicho, están chutando balones hacia la portería alemana. Uno ya ha entrado. De momento, ganamos por 0-1. Y mientras esto ocurre, la imagen de ZP aparece en pantalla. ¿Cómo va a decir que hay crisis si se ha desplazado para ver un partido de futbol?. Ya puede decir que congelará los sueldos a los altos cargos, si éstos cobran en un mes, más de lo que cobra una viuda en un año….. Lo que asusta es el siguiente paso. Que se congelen los sueldos a empleados públicos, pensionistas y viudas….. que esto suele venir siempre después y más con los socialistas…., que ya los conocemos…. ¡Que no es lo mismo cobrar doce mil euros al año, que doce mil euros al mes!. Sino, que se lo pregunten a nuestros invictos políticos que ocupan poltronas en el Consell y en el Govern. Pero España no pregunta. España parece no inmutarse ante lo que cuentan y dicen. España sólo se moviliza por un partido de futbol, y más que movilizarse, se paraliza. Cerrado por futbol, parece la consigna dada.
El partido ha terminado. España ha ganado. ¡Somos campeones! Y me alegro por Luis Aragonés y sus muchachos. Ellos tienen todo el mérito. Y nadie más. ¿Y ahora qué?. La otra España, sale a la calle. Aquella España que es incapaz incluso para salir cuando su partido político ha ganado las elecciones, sale ahora para gritar, bocina en mano, para emborracharse incluso de amor patrio, para exclamar, para explotar de una alegría de la que nada o poco se beneficiará. Ahora, podrá ya salir Zapatero y confirmar la crisis, aunque muy por seguro, esta vez, los culpables serán los alemanes.
Al menos, por una vez, se ha salvado el árbitro.
Nos encontramos con aquel disfrazado de aviador alardeando de un prestigio que él mismo se fabrica y diluye, y te das cuenta que lo que le falta en su tarjeta de visita es aquella frase típica de los años sesenta y setenta de “ex picador y actual viejo verde con ansias de tocón” . Y hay más, la selección española ha sido capaz de hacer lo que no han sabido hacer ni derechas ni izquierdas en nuestro país. Que toda una nación, o parte de ella, alardee de apoyar unos colores, unas banderas aunque sean con el toro incluido, y que el nombre de España se extienda por unos días, en toda Europa. Ello es buena noticia. España te das cuenta que aún existe, aunque por desgracia, sólo sea en aquello de tocar pelota. Podríamos intentar llegar más hondo en el análisis, pero no me atrevo. Podría llegar incluso al agravio y este no es mi estilo. Pero la verdad está allí. Bocinas, ciudades vacías, banderas….. y felicidad, felicidad a radiar.
Las fiestas de Sant Joan ya han finalizado y para ellos, para los ciutadallencs, cabeza visible del menorquinismo de siempre, empieza ya la planificación para las venideras. Personalmente quitaría la masificación en las mismas, pero ya es una marcha atrás imposible. Pero a pesar de ello, a pesar de la masificación de los últimos años, son unas fiestas a las que debemos de descubrirnos, de quitarnos el sombrero. Son unas fiestas en las que se mantienen de tradición. Y actualmente es tarea difícil. Una envidia sana me invade cuando visito Ciutadella. Te sientes menorquín, de aquí, como suele decir la propaganda….
Y en éstas que, me inyecto de una dosis de amor patrio, de patria chica, por supuesto, y me refugio en la lectura de algunos libros de nuestra pequeña historia, de nuestras gentes, de nuestras raíces. Por un momento me aparto de aquellas dominaciones, de aquellas grandes historias compartidas también de lo nuestro, y me decanto por aquellas historias de gentes como usted y como yo. Gentes sencillas, gentes que llaman al pan, pan y al vino, vino.
Empiezas a dudar de la historia escrita. Empiezas a no creerte siquiera de lo que está ya escrito y fotografiado. ¿Cuántas mentiras no se han mantenido escritas durante siglos, décadas, años…? ¿Acaso todo lo escrito durante las invasiones o dominaciones no lo fueron a favor de los vencedores? Y actualmente, ¿todo lo que oficialmente queda en acta, todo lo que políticamente es correcto, todo lo que queda reflejado en una sentencia judicial, es lo que verdaderamente ha ocurrido? ¿O hay más? ¿O hay otras historias no oficiales que también son verdad, o más verdad aún, que las que nos dan con tanta bendición y publicación?.
Pero esta historia oficial de nuestros días, las que quedan registradas en soporte papel e incluso informático, dentro de unos años será referente para el estudio de otras materias…. Así, quien en su vida nunca ha doblado el espinazo, dentro de unas décadas podrá aparecer en un estudio sobre la agricultura del llevant menorquí. Y nuestra historia sabe mucho de ello. Las versiones no oficiales de la guerra civil nos recuerdan casos en que, personas encarceladas por delitos comunes durante la guerra civil, al término de ésta, fueron recompensados por “ser encarceladas por ser afectos al régimen”. Y eso lo sabemos por el saber, por el conocimiento popular de la gente de a pié, de la gente normal, no por la historia “oficial” de unos y otros.
Ya hemos recibido los doscientos euros, muchos habrán recibido menos, y por supuesto, muchos más ni uno. Pero no crean. Estos doscientos euros, o menos para algunos, seguirán siendo de ZP. Sólo quienes por desgracia, por aquello de que la nómina o la pensión no alcanza, sólo quienes claramente han sido relegados a un plano inferior por ZP y sus muchachas y muchachos, serán quienes saldrán beneficiados de este engaño electoral, mayúsculo, de quien se le otorgó por mayoría, el arte y beneficio de gobernarnos.
Digo arte, porque debe ser difícil gobernar a una nación que piensa más en el consumo y en el griterío ante la televisión, que los problemas cotidianos que le acechan cada día. Digo arte, por lo de artistas, también. Digo beneficio, porque debe ser también beneficioso el gobernar un país, con tantos recursos económicos en espera y al que al parecer la crisis oficial no le afectan….
Mi análisis se confunde. Esperaba que mi amigo ZP –digo amigo porque siempre es conveniente estar bien con el poder, y por lo menos así queda registrado públicamente- aprovechara la ocasión en que España chutaba contra la portería alemana, para públicamente confirmar que estábamos en crisis y zanjar la dialéctica. Pero no, mientras escribo estas líneas, España, bueno, los jugadores de la selección española mejor dicho, están chutando balones hacia la portería alemana. Uno ya ha entrado. De momento, ganamos por 0-1. Y mientras esto ocurre, la imagen de ZP aparece en pantalla. ¿Cómo va a decir que hay crisis si se ha desplazado para ver un partido de futbol?. Ya puede decir que congelará los sueldos a los altos cargos, si éstos cobran en un mes, más de lo que cobra una viuda en un año….. Lo que asusta es el siguiente paso. Que se congelen los sueldos a empleados públicos, pensionistas y viudas….. que esto suele venir siempre después y más con los socialistas…., que ya los conocemos…. ¡Que no es lo mismo cobrar doce mil euros al año, que doce mil euros al mes!. Sino, que se lo pregunten a nuestros invictos políticos que ocupan poltronas en el Consell y en el Govern. Pero España no pregunta. España parece no inmutarse ante lo que cuentan y dicen. España sólo se moviliza por un partido de futbol, y más que movilizarse, se paraliza. Cerrado por futbol, parece la consigna dada.
El partido ha terminado. España ha ganado. ¡Somos campeones! Y me alegro por Luis Aragonés y sus muchachos. Ellos tienen todo el mérito. Y nadie más. ¿Y ahora qué?. La otra España, sale a la calle. Aquella España que es incapaz incluso para salir cuando su partido político ha ganado las elecciones, sale ahora para gritar, bocina en mano, para emborracharse incluso de amor patrio, para exclamar, para explotar de una alegría de la que nada o poco se beneficiará. Ahora, podrá ya salir Zapatero y confirmar la crisis, aunque muy por seguro, esta vez, los culpables serán los alemanes.
Al menos, por una vez, se ha salvado el árbitro.
PUBLICADO EL 3 JULIO 2008, EN EL DIARIO MENORCA.